de su dedicación debe haber estudiado más que las promesas concernientes al nuevo mundo de justicia de Dios. Tal vez quiera la vida, pero ¿quiere conformarse a los justos requisitos de Jehová? ¿Está cabalmente convencida de que la Biblia es la Palabra de Dios? ¿Sabe lo que ella dice acerca de la borrachera, de las relaciones apropiadas entre los sexos, y del separarse del viejo mundo? ¿Ha estudiado suficiente tiempo para apreciar la diferencia entre la religión verdadera y las doctrinas falsas? ¿Verdaderamente quiere ser ministro de Dios, siguiendo en las pisadas de Cristo Jesús por medio de predicar públicamente y en los hogares de otras personas acerca del Reino? ¿Es sólo un gusto pasajero, o ha demostrado esta persona su sinceridad saliendo a la obra y concurriendo a las reuniones de congregación donde se provee entrenamiento en el ministerio? Debe apreciar cabalmente lo que está haciendo antes de bautizarse.

19, 20. (a) ¿Cuánta instrucción tuvieron antes de bautizarse el eunuco etíope y los que se bautizaron en el Pentecostés, y en qué sentido es diferente la situación hoy día? (b) Antes de que una persona dé el paso del bautismo, ¿qué debe apreciar claramente?

¹⁹ Quizás surja la pregunta: Exactamente, ¿cuánto entrenamiento e instrucción anticipados tuvieron las tres mil personas que oyeron a Pedro en el día del Pentecostés y se bautizaron ese mismo día? ¿Qué hay del etíope que era oficial en el servicio de la reina Candace y que se bautizó después de sólo una discusión breve en un viaje en carro? ¿Fueron éstos instruídos apropiadamente antes de bautizarse? La respuesta tiene que ser Sí. Recuerde, todos ellos eran judíos o prosélitos de la religión que los judíos practicaban. Como tales habían sido instruídos en la Palabra de Dios, porque la oían en sus sinagogas donde se les leía regularmente. De hecho, los que se bautizaron en el Pentecostés estaban en Jerusalén para una celebración que la Ley dada por Dios mediante Moisés les mandaba observar. Jesús mismo dijo: “Los escribas y los fariseos se han sentado en la cátedra de Moisés. Por lo tanto todas las cosas que les digan a ustedes, háganlas y obsérvenlas, pero no hagan conforme a sus obras, pues ellos dicen pero no hacen.” (Mat. 23:2, 3) Así que conocían el contenido de las Escrituras que entonces estaban disponibles, pero hubo algo más que aprendieron antes de bautizarse, y eso fué que Cristo Jesús es el Hijo de Dios, el Mesías, aquel por medio de quien Jehová había hecho provisión para la salvación. Al oír la evidencia de esto y ser persuadidos por su veracidad, comprendieron que ya no podían ser parte de una organización que no lo creía y, peor, que era responsable de haber matado al Hijo de Dios. Se arrepintieron de la culpa que descansaba sobre ellos a causa de pertenecer al sistema religioso cuyos líderes y cuyos seguidores habían pedido a gritos que fuese empalado Jesús. Sin reservas expresaron su fe en Cristo Jesús y estuvieron dispuestos a hablar a otros tocante a ello.

²⁰ Sin embargo, en este tiempo del fin la mayoría de los miembros de los sistemas religiosos de la cristiandad no ha sido instruída en la Biblia. Las encuestas muestran que pocos de ellos siquiera pueden nombrar los cuatro Evangelios, mucho menos saben lo que contienen. Necesitan con urgencia instrucción cuidadosa aun en las verdades elementales, y hasta que aprendan estas cosas no están en la debida posición para dedicarse. Deben saber claramente lo que están haciendo, que no están ingresando simplemente en una iglesia, sino que están entrando en una relación sagrada con Jehová Dios, que van a ser maestros de la verdad a otros y que, sin importar las consecuencias, tienen que continuar andando en su integridad. Deben estar muy despiertos al significado del bautismo cristiano, y determinados con la ayuda de Dios a cumplir con todo lo que esto encierre, antes de dar ese paso.

21. ¿Cómo podemos ayudar a los que quieren estar con la sociedad del nuevo mundo a progresar hasta el grado del bautismo y luego a continuar en su progreso a la madurez?

²¹ Sobre todas las personas dedicadas que poseen un conocimiento acertado de la verdad descansa la responsabilidad de ayudar a estos que no se han librado de todas las corrupciones del mundo, pero que quieren estar con la sociedad del nuevo mundo, a limpiarse y a vestirse “con la nueva personalidad, la cual por medio de conocimiento acertado está siendo renovada de acuerdo con la imagen del que la creó.” (Col. 3:10) Aprecien ellos plenamente cuáles son los requisitos de Jehová. Deben recibir instrucción personal de una persona madura al estudiar los libros “Sea Dios veraz” y “Esto significa vida eterna.” También deben conocer el contenido de los libros más recientes “Hágase tu voluntad en la tierra” y De paraíso perdido a paraíso recobrado (en inglés). Aun después de su dedicación alguien debe continuar estudiando con ellos para ayudarlos a obtener esta información que es tan importante para su adelantamiento continuo a la madurez. “En realidad, pues, mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.” (Gál. 6:10) A medida que les demos esta ayuda continua, nos dará gusto verlos asumir su responsabilidad como testigos cristianos y llegar a ser maestros capacitados de la verdad. Se asirán de privilegios añadidos de servicio, buscando primero el Reino y la justicia de Dios.

¿Quién predica un dios irrazonable?

EN SU número de enero de 1957 la revista The Diocesan, órgano oficial de la Iglesia anglicana en Terranova, contiene un artículo por el clérigo R. F. Palmer. Bajo el tema de “Qué decir a los testigos de Jehová en la puerta,” este eclesiástico escribe: “Admiro el celo que usted demuestra al tratar de fomentar sus creencias. No dudo de que usted sea una persona sincera. Pero no puedo aceptar su literatura. Usted predica un dios cruel e irrazonable que va a acabar con la mayoría de sus hijos en una horrible batalla del Armagedón mientras que ustedes, los testigos, se quedan a un lado mirando. . . . No quiero tener nada que ver con tal dios.”

¿Pero quién realmente es el que predica un dios cruel e irrazonable? ¿Quién es el que predica un dios que castiga a las personas para siempre en un tormento literal de fuego inapagable? ¿Quién es el que siempre ha estado listo para leer un servicio de bautismo sobre un buque de guerra? ¿Quién es el que siempre ha estado listo para orar a Dios pidiendo la destrucción de enemigos nacionales, aunque esos enemigos afirman tener las mismas creencias religiosas que los que oran por su destrucción? Sí, ¿quién es el que ha prestado apoyo a las injustas guerras de este mundo—guerras que no han arreglado nada permanentemente—y entonces al mismo tiempo niega a Dios el derecho de pelear una guerra justa para acabar con la maldad para siempre? ¡Es el mismo clero de la cristiandad!

Los testigos de Jehová, en cambio, están predicando el Dios que tiene propuesto un justo nuevo mundo, el Dios que se ha resuelto a destruir este sistema de cosas, poniendo a los inicuos, no en un infierno literal de tormento eterno, sino fuera de existencia para siempre, en el Armagedón, “al tiempo de la revelación del Señor Jesús desde el cielo con sus poderosos ángeles en fuego llameante, al traer él castigo merecido sobre los que no conocen a Dios y los que no obedecen las buenas nuevas acerca de nuestro Señor Jesús. Estos mismos pagarán la pena de destrucción eterna de delante del Señor.”—2 Tes. 1:7-9.