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Esté preparadoMinisterio del Reino 1972 | enero
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Esté preparado
1 El amor de Jehová a la humanidad es grande. “No desea que ninguno sea destruido, sino que desea que todos alcancen el arrepentimiento.” (2 Ped. 3:9) Sí, Dios se interesa realmente en la gente, y nosotros también lo hacemos, pues servimos a Dios e imitamos su cualidad de amor. Deseamos que otros conozcan a Jehová y que lo amen de la misma manera que nosotros lo amamos. Pero Satanás ha cegado la mente de los incrédulos, así es que necesitamos vencer las objeciones y los prejuicios. ¿Qué podemos hacer a fin de equiparnos mejor para ayudar a las personas de cualidades de oveja que quizás no estén bien informadas actualmente?
2 El apóstol Pablo aconsejó a los cristianos que estuvieran “listos para toda buena obra.” (Tito 3:1) Deben estar preparados en mente y corazón, teniendo el punto de vista correcto, para que estén deseosos de participar. Y cuando saben qué obra buena es necesario hacer —por ejemplo, predicar las buenas nuevas a otros— es solo razonable que se preparen mejor. Así no solo estarán deseosos de explicar la verdad con claridad, y de vencer objeciones y prejuicios, cuando esto sea necesario, a fin de ganar la atención del que escucha, sino que podrán hacer todo eso.
3 ¿De qué maneras podemos prepararnos? Por supuesto, nuestro estudio personal de la Biblia, las reuniones en el Salón del Reino, y nuestros discursos estudiantiles están definitivamente incluidos en ello. Pero, ¿hay alguna otra preparación que pueda ser de gran valor práctico? Sí, podemos hablar con otros hermanos y hermanas, pidiéndoles sugerencias y ensayando con ellos cómo vencer las objeciones y contestar preguntas que se presentan en el ministerio del campo.
4 Una oportunidad excelente para este tipo de preparación se presenta cuando los estudiantes de la Biblia progresan hasta el punto de desear acompañarlo a usted en el servicio del campo. ¿Por qué no apartar algún tiempo después del estudio semanal para ensayar con ellos lo que van a decir en el servicio? Mantenga sencilla la presentación y encómielos calurosamente. El adelantamiento será gradual, y el ensayar en el hogar será útil.
5 Otra ocasión en la que podemos prepararnos es cuando viajamos con un grupo en automóvil hacia el territorio. Podemos presentar objeciones que son frecuentes en el sector adonde vamos y pedir a los del grupo que nos digan qué puntos les han sido útiles para vencerlas. Además, otro lugar excelente en el cual ensayar puntos del servicio es en las reuniones para el servicio del campo. Cuando lleguemos al territorio las sugerencias estarán frescas en nuestra mente. Además, ¿qué hay acerca de ensayar dentro del círculo familiar? En una ocasión oportuna, quizás después del estudio familiar, cada miembro de la familia podría tomar su turno como el amo de casa que presenta objeciones. Los otros pueden ofrecer sugerencias en cuanto a cómo vencerlas y ensayar estas sugerencias.
6 En esos breves períodos de ensayo tenga presente que quizás haya varias maneras de tratar con una situación u objeción. Es posible que lo que da resultados para una persona quizás no sea tan eficaz para otra. Nos ayudamos mutuamente cuando compartimos nuestras ideas para poderlas intercalar en la presentación que sea más apropiada para nosotros. Ese estímulo amoroso, dado en un ambiente informal, puede ser edificante para todos, tanto para los aptos como para los que no tienen tanta experiencia.
7 No hay duda de ello, tal como la preparación nos es útil para mejorar nuestras habilidades en cualquier otra actividad humana, la preparación nos es útil para mejorar nuestras habilidades de predicar y enseñar. Por supuesto, nada puede servir de sustituto para la experiencia de realmente hablar con la gente en el ministerio del campo. Esa es la mejor práctica de todas, pero podemos facilitar el progreso por medio de un poco de preparación por adelantado. Y si hacemos el esfuerzo de prepararnos, ¿cree usted que nuestro amoroso Padre celestial se complacerá? Seguramente él bendecirá los esfuerzos que hagamos para ser más eficaces en su servicio.
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Los que persistenMinisterio del Reino 1972 | enero
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Los que persisten
1 En la organización de Jehová hay muchos excelentes privilegios de servicio de los que se puede disfrutar. El servicio de precursor y el servicio de Betel son buenos ejemplos. Por supuesto, algunos quizás tengan razones válidas para dejar estos campos de servicio después de cierto tiempo, pero muchos han seguido disfrutando de estos privilegios especiales por cinco, diez, veinte o más años, tal como los profetas y los apóstoles de la antigüedad persistieron en sus asignaciones especiales. ¿Qué hace que las personas persistan en su servicio?
2 Un factor vital es que encuentran gozo en su servicio a Dios. Como dijo Nehemías: “El gozo de Jehová es su plaza fuerte.” (Neh. 8:10) Ese gozo les da un sentimiento de seguridad y es una fuente de fortaleza. Pero, ¿quiere decir esto que nunca se sienten desanimados? No. Hasta Jeremías, el fiel profeta de Jehová, se sintió desanimado, y en cierta ocasión aun pensó en abandonar su servicio. Pero no actuó precipitadamente, y pudo sobreponerse a su problema.—Jer. 20:8, 9.
3 Lo que hizo que Jeremías se desanimara fue la falta de interés y la oposición. El profeta Elías también se sintió desanimado; pensó que él era el único que estaba sirviendo a Jehová, que, por decirlo así, no tenía a nadie con quien trabajar. (1 Rey. 19:9-18) Los siervos de Jehová de la actualidad a veces se sienten desanimados por razones semejantes. Pero los que persisten son fortalecidos por “el gozo de Jehová.”
4 Es obvio que este gozo no es solo el resultado de encontrar a personas con cualidades de oveja en el ministerio del campo. No depende de hacer una obra que en sí es necesariamente agradable. Es cierto, el encontrar a personas que aceptan la verdad de Dios es una fuente de alborozo. Pero en algunos sectores hay muy pocos que acojan favorablemente la verdad. Y hay mucho que tiene que hacerse en el mantenimiento de los hogares Betel y los talleres de impresión, para suministrar literatura
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La caja de preguntasMinisterio del Reino 1972 | enero
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La caja de preguntas
● ¿Deben abarcarse las ochenta preguntas del libro “Lámpara” en los estudios bíblicos personales con las personas interesadas?
El libro “Lámpara,” no se preparó con la intención de darle distribución general entre el público. Por lo tanto, no es un libro que le ofrezcamos a la gente como base para estudiar cuando comenzamos a visitarlos. No hay objeción a que uno lo use para dar respuesta a alguna pregunta de su estudiante. Pero, para obtener un ejemplar personal, el estudiante debe solicitarlo personalmente del siervo de la congregación, y hará esto si está haciendo buen progreso hacia la dedicación y el bautismo.
No hay nada secreto en cuanto las respuestas a esas ochenta preguntas. Se estimula al estudiante a considerarlas cuidadosamente antes que los superintendentes repasen el material con él en preparación para su bautismo. Si un estudiante necesita alguna ayuda mientras repasa esos puntos, no hay objeción a que usted considere el material junto con él. Cualquier consideración de la Biblia y de la literatura de la Sociedad que explica la Biblia es algo sano y debe ser estimulado. Pero no sería prudente el dejar a un lado el estudio del libro “La verdad,” pensando que los puntos vitales pueden aprenderse simplemente por medio de estudiar las ochenta preguntas. Tampoco debemos repasar las ochenta preguntas de tal manera que estimulemos a la persona a aprender de memoria ciertas respuestas. Lo importante es fomentar entendimiento y aprecio de la verdad, y la consideración en privado puede hacer mucho para lograr ese fin.
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