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Carta de la SucursalMinisterio del Reino 1976 | septiembre
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Carta de la Sucursal
Estimados publicadores:
Es un privilegio servir en Betel, el centro mundial de las actividades teocráticas. La nueva prensa grande que habíamos estado esperando ya fue entregada con el fin de montarla y probarla. Nos ayudará a suministrar la literatura que ustedes, hermanos, necesitan en el campo.
Recientemente el hermano Knorr nos dio un informe del progreso de la obra en los seis países que él visitó, comenzando con Guatemala. Los hermanos en ese país recibieron suficiente alimento y ropa después del terremoto. Se les están construyendo pequeñas casas y se están reparando los Salones del Reino. También se está trabajando en la ampliación del edificio de la sucursal. Y en su última parada, Venezuela, el hermano Knorr halló que la nueva construcción de la sucursal estaba casi terminada.
La expansión también continúa en Brooklyn con la renovación del edificio Towers. Esta obra la está efectuando un grupo de 175 hermanos voluntarios, entre éstos muchos que tienen buena experiencia. Los cuatro pisos superiores ya han sido totalmente renovados y se están haciendo las alteraciones y reparaciones en otros cuatro. En ese edificio también se están preparando los comedores, una nueva cocina, lavandería y un salón de asamblea. Los comedores tendrán capacidad para 1.000 miembros de la familia de Betel y, una vez que esté terminado, el salón de asamblea tendrá capacidad para más de 500 personas. Actualmente el total de miembros de la familia de Betel en Brooklyn, incluyendo a los trabajadores de construcción, pasa de 1.700.
Si algunos de ustedes, hermanos, que tienen de 19 a 35 años de edad quieren participar en las actividades teocráticas de esta familia, escriban pidiendo una solicitud. Muchos han disfrutado de más o menos un año de servicio de precursor u otra actividad después de
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Háganse toda cosa a gente de toda claseMinisterio del Reino 1976 | septiembre
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Háganse toda cosa a gente de toda clase
1 Para ser útiles en nuestro servicio es necesario que podamos hablar con otros. Esto requiere que seamos adaptables, pues nos encontramos con personas de toda clase. Algunos presentan objeciones, diciendo que tienen su religión, que están ocupados o sencillamente que no están interesados. Tal vez han oído a otros hablar en contra de nuestra obra y por eso han cerrado su mente al mensaje antes de verdaderamente oírlo. ¿Qué podemos hacer para ayudarlos?
2 El apóstol Pablo aparentemente también se enfrentó a objeciones, y por eso usó diferentes modos de abordar al hablar a diferentes personas. Como dijo: “A los judíos me hice como judío . . . a los que están bajo ley me hice como bajo ley . . . A los que están sin ley me hice como sin ley . . . A los débiles me hice débil . . . Me he hecho toda cosa a gente de toda clase, para que de todos modos salve a algunos. Mas hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros.” (1 Cor. 9:20-23) ¿Tratamos nosotros también de ser adaptables al hablar a las personas con quienes nos encontramos?
PARA LOS QUE ESTÁN “MUY OCUPADOS”
3 A menudo la gente interrumpe nuestra introducción, diciendo: “Estoy ocupado.” Puede ser que la persona de veras esté ocupada y que aprecie el que le mostremos consideración. En tal caso pudiéramos decir: “Siento haberlo sorprendido en un momento inoportuno. Quería compartir un pensamiento de la Biblia con usted. Pero, puesto que usted no tiene tiempo, tal vez pueda dejarle esta (publicación, revista u hoja suelta). Entonces cuando sea más conveniente me gustaría considerar el pensamiento bíblico con usted.” A menudo la gente acepta algo cuando esto se hace de una manera amigable, y aprecian el que mostremos consideración al hecho de que ellos están ocupados.
4 A veces basta con asegurarle a la persona que usted será breve. Algunos hermanos miran a su reloj y dicen: “Puedo explicarle mi propósito en dos minutos,” y entonces se atienen a su promesa. En vez de tratar de entablar una conversación con la persona, usted puede declarar brevemente el propósito de su visita, ya sea para considerar un texto bíblico, invitar a la persona a un discurso público (y sugerir que lea el mensaje de la hoja suelta), o mostrarle la literatura a fin de que tenga algo que leer más tarde. Todo depende de la actitud o la situación del amo de casa. No podemos esperar que la gente deje lo que está haciendo para escucharnos si no les es conveniente hacerlo cuando los visitamos. En algunos casos bastaría con preguntar si sería más conveniente que volviéramos un poco más tarde. O quizás tengamos que decirles que esperamos poder hablar con ellos en otra ocasión cuando sea más conveniente.
PARA LOS QUE ‘TIENEN SU PROPIA RELIGIÓN’
5 Otra expresión que a veces escuchamos es: “Tengo mi propia religión.” Siempre podemos contestar que nos alegramos de saberlo, y preguntar si no les parece que sería bueno conocer el punto de vista de diferentes personas y lo que éstas creen en vista de que hay tantas religiones diferentes en el país. O pudiéramos decir que nos alegramos de saber que creen en Dios, añadiendo que hemos hallado que la mayoría de las personas creen que sea cual sea la religión a la que pertenecen es bueno aumentar el conocimiento personal que uno tiene de la Biblia, pues esto contribuye mucho a la fe de uno.
6 A los que dicen que tienen su propia religión, un hermano responde en un tono afable: “Bueno, no vamos a reñir por eso, ¿verdad? Después de todo, la religión de uno es un asunto personal, ¿no le parece? Nuestro propósito es sencillamente animar a las personas a estudiar la Biblia. No estamos buscando miembros para una iglesia. Pero estamos seguros de que si una persona aprende lo que la Biblia enseña, él o ella será un mejor cristiano, ¿no concuerda usted con eso? Lo que la persona haga con este conocimiento bíblico depende de ella. Nos gustaría mostrarle brevemente un método de considerar la Biblia en familia que millones de personas han disfrutado.”
7 Si esta objeción “religiosa” surge frecuentemente, pudiera ser provechoso que nosotros mismos la mencionáramos en nuestra introducción, diciendo: “Estoy visitando a personas que en su mayoría tienen su propia religión. Sin duda usted también la tiene, y la razón por la cual lo visito es para obtener su punto de vista acerca de este tema . . .”
8 Puede que usted tenga otra manera de contestar que le dé buenos resultados, o quizás usted desee poner en práctica algunas de estas sugerencias que le parezcan apropiadas. Puesto que nuestro mensaje es importante queremos presentárselo a la gente siempre que sea conveniente y ser adaptables como lo fue Pablo. No deseamos argüir con la gente, sino como Pablo explicó: “Hago todas las cosas por causa de las buenas nuevas, para hacerme partícipe de ellas con otros.” Esa también debe ser nuestra meta.
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Llevando la verdad a todosMinisterio del Reino 1976 | septiembre
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Llevando la verdad a todos
1 ¿Cuántas personas le cierran la puerta sin ni siquiera escuchar lo que usted quiere decirles? ¿Se interesarían en la verdad si se usara un modo diferente de abordar? Si vez tras vez usted las visita con las revistas, quizás reciban la impresión de que nuestra meta es sencillamente distribuir revistas.
2 Sin embargo, ¿cómo responderían si usted fuera a visitarlas con la Biblia en la mano y comenzara su conversación considerando un texto bíblico? Muchos han informado resultados favorables como resultado de hacer esto y han disfrutado de conversar con personas que de otro modo quizás hubieran dicho que no estaban interesadas en la literatura. Por medio de tratar esto puede que usted halle a personas que con gusto hablarán con usted acerca de la Biblia, y a medida que por medio de preguntas usted logre que se expresen, hallará que está llevando el mensaje de la verdad a personas que antes mostraron poco interés.
3 A veces no llevamos la verdad a algunas personas que viven en territorio que trabajamos a menudo debido a su horario de trabajo. Por esa razón es muy útil mantener registros de casa en casa a fin de que si usted no halla a la gente en casa cuando visita, pueda volver a tratar, tal vez en un día u hora diferentes, hasta que las encuentre en casa. ¿Hace usted esto? Algunos publicadores hasta tratan de ponerse en comunicación con la gente por medio del teléfono y han tenido buenos resultados. La obra en las calles también nos ayuda a llevar el mensaje a personas a las cuales nos es difícil encontrar en la casa o que viven en apartamentos a los cuales no podemos entrar. La cosa importante es esforzarse por llevar el mensaje de la verdad a todas las personas
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