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    La Atalaya 1981 | 15 de julio
    • Testigos hasta la parte más lejana de la Tierra

      1. ¿Qué momento fue uno de los más dramáticos en la historia de la humanidad?

      FUE, sin lugar a dudas, uno de los momentos más dramáticos de la historia de la humanidad. Nunca antes había sido tan emocionante una despedida. El Hijo de Dios estaba a punto de partir y dejar a sus seguidores en la Tierra, y nunca volvería a estar visiblemente presente con ellos en la carne. Solo quedaba tiempo para una pregunta más, una respuesta más. ¿Sobre qué tema? ¡Aquella última conversación afectaría a los seguidores de Cristo hasta el mismísimo fin del actual sistema de cosas!

      2. ¿Qué pregunta fue la última que se le planteó a Jesús antes de que él partiera de la Tierra para siempre, y por qué nos interesa muchísimo su respuesta?

      2 La última pregunta que los discípulos de Jesús le plantearon fue: “Señor, ¿estás restaurando el reino a Israel en este tiempo?” El decir qué motivos hayan tenido, precisamente, al hacer esa pregunta sería hacer conjeturas. Sin importar cuáles hayan sido las expectativas de ellos, una cosa está clara: querían saber cuándo se cumplirían los propósitos de Dios respecta a su Reino. ¿Quién puede culparlos? No fueron los primeros ni los últimos en mostrar impaciencia respecto a la liberación final. Por eso los comentarios de Jesús, sí, sus mismísimas últimas palabras antes de partir de la Tierra para siempre, son de muchísimo interés para nosotros hoy día.

      LA COMISIÓN DE DESPEDIDA DE CRISTO

      3, 4. (a) ¿Qué respuesta dio Jesús? (b) ¿Qué lección de dos aspectos dio Jesús a sus discípulos?

      3 Jesús contestó: “No les pertenece a ustedes adquirir el conocimiento de los tiempos o sazones que el Padre ha colocado en su propia jurisdicción; mas recibirán poder cuando el espíritu santo llegue sobre ustedes, y serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” El relato añade: “Y después que hubo dicho estas cosas, estando ellos mirando, fue elevado y una nube se lo llevó de la vista de ellos.”—Hech. 1:6-9.

      4 Las últimas palabras de Jesús abarcaron dos aspectos. Primero él dijo a sus discípulos con tacto, pero con firmeza, que el tiempo que se había fijado para el cumplimiento de los propósitos de Jehová no les atañía a ellos. Así confirmó lo que ya había declarado en su profecía sobre la conclusión del sistema de cosas. (Mat. 24:36; Mar. 13:32-37) Entonces pasó a mostrarles el asunto que sí les atañería desde entonces en adelante. Habrían de ser testigos cristianos primero en Jerusalén, donde se les había dicho que permanecieran temporalmente (Hech. 1:4), entonces en toda Judea y Samaria, y, por fin, “hasta la parte más lejana de la tierra.” Con ese fin, recibirían “poder” mediante el espíritu santo.

      5. ¿Cuándo llegó “poder” sobre los discípulos de Jesús, y qué los impulsó a hacer?

      5 Ese “poder” llegó sobre ellos semana y media después, en el Pentecostés. Los apóstoles y otros discípulos habían obedecido y se habían quedado en Jerusalén, y en aquel día de fiesta “se hallaban todos juntos en el mismo lugar.” De repente, “todos se llenaron de espíritu santo y comenzaron a hablar en lenguas diferentes, así como el espíritu les concedía expresarse.” Lo que hablaron no fue algún balbuceo ininteligible, sino habla “acerca de las cosas magníficas de Dios.”—Hech. 2:1, 4, 11.

      “EN JERUSALÉN”

      6. ¿Cómo comenzaron a cumplir su comisión aquellos cristianos ungidos, pero con qué oposición?

      6 Inmediatamente, estos cristianos recién ungidos se pusieron a llevar a cabo la comisión que habían recibido de Cristo resucitado. Primero predicaron “en Jerusalén”; sin embargo, no lo hicieron sin hallar oposición. Los líderes religiosos y civiles de los judíos conspiraron contra ellos, diciendo:

      “¿Qué haremos con estos hombres? Porque de hecho, una señal notable ha ocurrido por medio de ellos [la curación de un cojo], una que les es manifiesta a todos los habitantes de Jerusalén; y no podemos negarlo. Sin embargo, a fin de que no se divulgue más entre el pueblo, digámosles con amenazas que ya no hablen sobre la base de este nombre [Jesús] a hombre alguno.”—Hech. 4:16, 17.

      7. (a) ¿Cómo respondieron a esto los discípulos de Cristo? (b) ¿Cómo suministró prueba un adversario religioso de que los cristianos primitivos estaban cumpliendo fielmente su comisión?

      7 Cristo había dicho: “Serán testigos de mí.” El Sanedrín judío había dicho con amenazas a los cristianos primitivos ‘que ya no hablaran sobre la base de este nombre.’ ¿A quién obedecieron éstos? Respetuosamente dijeron a sus perseguidores: “No podemos dejar de hablar de las cosas que hemos visto y oído.” (Hech. 4:18-20) Siguieron dando el testimonio. Los apóstoles fueron encarcelados, pero después que se efectuó una milagrosa liberación de ellos durante la noche “entraron en el templo al amanecer y se pusieron a enseñar.” (Hech. 5:17-21) ¡Qué celo! De nuevo fueron arrestados.

      “Los trajeron y los pusieron de pie en el salón del Sanedrín. Y el sumo sacerdote los interrogó y dijo: ‘Les ordenamos positivamente que no siguieran enseñando sobre la base de este nombre, y sin embargo, ¡miren! han llenado a Jerusalén con su enseñanza.’” (Hech. 5:27, 28)

      Sin darse cuenta de ello, este dignatario religioso testificó respecto al hecho de que estos cristianos primitivos estaban cumpliendo fielmente con la primera parte de la comisión que Cristo les había dado. Estaban siendo testigos celosos de él “en Jerusalén.”

      8. ¿Cómo habían aquellos cristianos “llenado a Jerusalén con su enseñanza,” y qué resultados obtuvieron?

      8 Después que se les hubo azotado y mandado “que dejasen de hablar sobre la base del nombre de Jesús,” estos cristianos “se fueron de delante del Sanedrín, regocijándose porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor de su nombre.” Lejos de sentirse desanimados, “todos los días en el templo y de casa en casa continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.” (Hech. 5:40-42) Note que “continuaban” dando el testimonio “de casa en casa.” (Traducción del Nuevo Mundo; Besson) De esa manera había sido que, aunque eran relativamente pocos, habían logrado ‘llenar a Jerusalén con su enseñanza.’ Este método produjo resultados espléndidos. “Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo, y el número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén.”—Hech. 6:7.

      ADELANTE A SAMARIA Y JUDEA

      9. ¿En medio de qué circunstancias avanzó la obra de testificar a Judea y Samaria?

      9 Pero los cristianos primitivos no podían cesar allí. Habrían de ser testigos de Cristo también “en toda Judea y en Samaria.” En realidad, fue el mismísimo celo de ellos en llevar a cabo la primera parte de su comisión lo que los llevó a cumplir la segunda parte de su obra cristiana. La oposición a la obra de ellos de testificar en Jerusalén llegó a su punto culminante con el asesinato religioso de Esteban, y esto puso en movimiento una ola de persecución contra la congregación de testigos cristianos de Jerusalén. Esta oposición violenta tenía el propósito de silenciar a estos testigos de Cristo. En lugar de eso, dio nuevo ímpetu a la obra de testificar y la extendió precisamente a donde Cristo quería que fuera. “Todos salvo los apóstoles fueron esparcidos por las regiones de Judea y de Samaria.” ¿Y qué hicieron en aquellas zonas los cristianos que fueron dispersos? “Fueron por la tierra declarando las buenas nuevas de la palabra.”—Hech. cap. 7; Hch 8:1, 4.

      10. ¿Qué hicieron los apóstoles cuando se enteraron de que “Samaria había aceptado la palabra de Dios,” y qué ‘llave’ usó Pedro?

      10 Al poco tiempo “los apóstoles que estaban en Jerusalén” recibieron las noticias de que “Samaria había aceptado la palabra de Dios.” Mostrándose a la altura de las circunstancias, los apóstoles enviaron a dos de su grupo, Pedro y Juan, para que consolidaran el buen trabajo que habían hecho aquellos cristianos esparcidos, entre los cuales se encontraba Felipe el evangelizador. Valiéndose de la prerrogativa que Cristo le había concedido, Pedro abrió el camino para que los samaritanos llegaran a ser cristianos ungidos, engendrados por espíritu, llamados para participar con Cristo en “el reino de los cielos.” (Mat. 16:18, 19; Hech. 8:14-17) El relato de los Hechos sigue diciendo: “Habiendo dado el testimonio cabalmente y hablado la palabra de Jehová, . . . iban declarando las buenas nuevas a muchas aldeas de los samaritanos.” (Hech. 8:25) ¡Y ahí tenemos lo que sucedió en Samaria!

      11. ¿Qué evidencia hay de que “toda Judea” recibió un testimonio excelente?

      11 En cuanto a Judea, sin duda muchos habitantes de Judea estuvieron presentes en Jerusalén durante el Pentecostés y recibieron el excelente testimonio que dieron los cristianos recién ungidos, especialmente el que dio Pedro. (Hech. 2:9, 14-36) Sabemos también que antes de que se desencadenara la ola de persecución contra los cristianos en Jerusalén “la multitud de las ciudades alrededor de Jerusalén siguió concurriendo, cargando a los enfermos y a los vejados por espíritus inmundos, y todos sin excepción eran curados.” (Hech. 5:16) Todos estos habitantes de Judea recibieron el testimonio respecto a Jesús. Remitiéndose al período que siguió a la conversión de Pablo, Lucas escribió: “La congregación por toda Judea y Galilea y Samaria entró en un período de paz, edificándose.” (Hech. 9:31) Unos 15 años después Pablo pudo escribir a los cristianos de Tesalónica: “Porque ustedes se hicieron imitadores, hermanos, de las congregaciones de Dios que están en Judea.” (1 Tes. 2:14) Es innegable que los cristianos primitivos llevaron a cabo celosamente la comisión que Cristo les dio de ser testigos de él “en Jerusalén . . . en toda Judea y en Samaria.”

      “HASTA LA PARTE MÁS LEJANA DE LA TIERRA”

      12. ¿Cómo se sembraron en el día del Pentecostés semillas para la expansión futura?

      12 Sin embargo, la comisión que Jesús dio al tiempo de su despedida tenía más amplio alcance. Declaraba: “Serán testigos de mí tanto en Jerusalén como en toda Judea y en Samaria y hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) Hay prueba de que se dio testimonio acerca del nombre de Cristo entre los judíos de la Diásporaa en una fecha temprana, aun antes de 36 E.C.... el año en que Pedro volvió a valerse de la prerrogativa que Cristo le había dado, esta vez para hacer accesible el Reino a los gentiles incircuncisos. (Mat. 16:18, 19; Hech. cap. 10) En primer lugar, no todos los 3.000 judíos y prosélitos que llegaron a ser cristianos bautizados en el día del Pentecostés de 33 E.C. eran habitantes de Jerusalén y Judea. Muchos de ellos habían venido de lugares tan remotos como Partia, Media, Elam y Mesopotamia (Irán e Irak modernos), Asia Menor (Turquía moderna), África del Norte e Italia (Hech. 2:8-11) Al regresar a sus países en los tres continentes de Asia, África y Europa, estos cristianos recién convertidos sin duda testificaron acerca del nombre de Cristo, por lo menos a otros judíos y prosélitos en sus países respectivos. Así, allí en el mismo Pentecostés, se sembraron semillas para la expansión futura.

      13. ¿Qué indicación hay de que aun a fecha temprana se había dado el testimonio cristiano más allá de Judea y Samaria?

      13 Además, en Hechos 11:19 leemos: “Los que habían sido esparcidos por la tribulación que se levantó con motivo de Esteban [algún tiempo después del Pentecostés, pero antes de la conversión de Pablo en 34 ó 35 E.C.] pasaron hasta Fenicia y Chipre y Antioquía [de Siria], mas no hablaban a nadie la palabra sino únicamente a los judíos.” Esto suministra prueba segura de que, aun antes de que la predicación se hubiera extendido a los no judíos, se estaba dando testimonio acerca de Cristo mucho más allá de Judea y Samaria.

      14. ¿Evidentemente dónde empezó a darse el testimonio de modo sistemático entre los gentiles incircuncisos? Explique.

      14 Una vez que Pedro hubo usado otra de las “llaves del reino de los cielos” en 36 E.C. para abrir a los incircuncisos las oportunidades del Reino, quedó abierto el camino para llevar el testimonio cristiano a todos los pueblos, ¡sí! “hasta la parte más lejana de la tierra.” Evidentemente fue en Antioquía de Siria, que en aquel tiempo era la ciudad más grande del mundo después de Roma y Alejandría, donde empezó a darse el testimonio de modo sistemático entre los gentiles incircuncisos. Sucedió de esta manera: Algún tiempo después de 36 E.C., pero antes de 44 E.C., “hubo algunos varones [cristianos] de Chipre y de Cirene [en África del Norte] que vinieron a Antioquía y se pusieron a hablar a la gente de habla griega, declarando las buenas nuevas del Señor Jesús. Además, estaba con ellos la mano de Jehová, y un gran número de personas que se hicieron creyentes se volvió al Señor.”—Hech. 11:20, 21.

      15. (a) ¿Qué hizo acerca de esta situación nueva la congregación de Jerusalén, y por qué fue juiciosa su selección? (b) ¿Qué había estado haciendo Pablo durante aquellos últimos años? (c) ¿Por qué es especialmente interesante el caso de la congregación primitiva de Antioquía?

      15 Las celosas actividades de estos cristianos de Chipre y Cirene al predicar entre los no judíos tuvieron la bendición de Jehová. “La congregación que estaba en Jerusalén” envió a un representante especial hacia el norte, a Siria, para que se encargara de esta situación nueva. Escogieron a Bernabé, él mismo un judío de habla griega de Chipre. Después de animar a estos nuevos discípulos de Cristo, Bernabé se fue a Tarso en busca de Pablo, que acababa de pasar varios años “declarando las buenas nuevas acerca de la fe” en Siria y en Cilicia, que actualmente es la parte del sudeste de Turquía. (Compare Hechos 9:26-30 con Gálatas 1:18-23.) “Así sucedió que por un año entero [probablemente alrededor de 45 E.C.] se reunieron [Bernabé y Pablo] con ellos en la congregación [que ahora estaba integrada tanto de judíos como de gentiles] y enseñaron a una muchedumbre bastante grande, y fue primero en Antioquía que a los discípulos por providencia divina se les llamó cristianos.”—Hech. 11:22-26.

      16, 17. (a) ¿Cómo se extendió desde Antioquía de Siria la obra de testificar? (b) ¿Qué profecía citaron Pablo y Bernabé para justificar sus actividades, y a quiénes aplicó originalmente esta profecía? (c) ¿Cómo arroja esto luz sobre Hechos 1:8?

      16 Por unos 10 años Antioquía de Siria sirvió de centro desde el cual se llevaron a cabo intensas actividades misionales, bajo la dirección del espíritu santo. (Hech. 13:1-4; 14:26; 15:35, 36; 18:22, 23) Pablo, junto con varios compañeros misioneros, emprendió tres extensas giras de predicación que difundieron el cristianismo por toda Asia Menor y Grecia. Predicaron acerca de Cristo tanto a judíos como a gentiles. En una ocasión Pablo y Bernabé justificaron este proceder ante un grupo de judíos airados al decirles:

      “Era necesario que la palabra de Dios se les hablara primero a ustedes. Puesto que la están echando de ustedes y no se juzgan dignos de vida eterna, ¡miren! nos volvemos a las naciones. De hecho, Jehová nos ha impuesto el mandamiento con estas palabras: ‘Te he nombrado como luz de naciones, para que seas una salvación hasta la extremidad de la tierra.’”

      Lucas añade: “Al oír esto los de las naciones, empezaron a regocijarse y a glorificar la palabra de Jehová, y todos los que estaban correctamente dispuestos para vida eterna se hicieron creyentes.”—Hech. 13:46-48.

      17 Por medio de citar profecías acerca del Siervo Mesiánico (Isa. 42:6; 49:6) y aplicarlas a su propia actividad, Pablo y Bernabé mostraron que ellos y sus compañeros cristianos realmente estaban “sustituyendo por Cristo,” a quien Jehová había comisionado para que llevara “luz” y “salvación” hasta la “extremidad de la tierra.” A su vez Cristo había comisionado a sus seguidores para que fueran testigos de él “hasta la parte más lejana de la tierra.”—2 Cor. 5:20; Hech. 1:8; compare Isaías 49:5-9 con Lucas 2:25-32.

      COMISIÓN A LARGO PLAZO

      18. ¿Qué sabemos acerca de los esfuerzos que hicieron los cristianos primitivos por ser testigos “hasta la parte más lejana de la tierra”?

      18 Como hemos visto, el libro de los Hechos muestra el celo con que los apóstoles y cristianos primitivos procuraron llevar a cabo la comisión que Cristo les había dado de testificar en Jerusalén, Judea, Samaria y hasta donde pudieran ir hacia “los fines de la tierra.” Sabemos, por ejemplo, que el apóstol Pedro fue un testigo fiel de Cristo en un lugar tan retirado hacia el este como Babilonia, y que Pablo dio el testimonio en un lugar tan retirado hacia el oeste como Italia y tal vez tan remoto como España.—1 Ped. 5:13; Hech. cap. 28; Rom. 15:23-28.

      19. Sin embargo, ¿qué muestra que la comisión que Cristo dio a los cristianos al tiempo de su despedida se extendería hasta el día actual, y qué pregunta surge?

      19 Pero parece bastante claro que la comisión que Cristo dio al tiempo de su despedida, de testificar “hasta la parte más lejana de la tierra,” era de mucho más alcance que el que se acaba de mencionar. Según la propia profecía de Jesús, se extendía más allá del período apostólico y llegaba hasta la mismísima “conclusión del sistema de cosas.” (Mat. 24:3, 14) No obstante, el repasar el excelente ejemplo que dieron los cristianos primitivos ha resultado muy fortalecedor e inspirador de fe. Ahora surge la pregunta: ¿Quiénes, hoy día, siguen adelante con la buena obra que los apóstoles empezaron, y de qué medios se han valido para ser testigos de Cristo y de su Padre celestial, literalmente “hasta la parte más lejana de la tierra”? Eso lo veremos en el artículo que sigue.

  • ¡Vaya!, haga discípulos
    La Atalaya 1981 | 15 de julio
    • ¡Vaya!, haga discípulos

      1, 2. (a) Al ir pasando el tiempo, ¿cómo llegaría a tener un nuevo alcance la expresión “la parte más lejana de la tierra”? (b) ¿Cómo mostró Jesús que la comisión cristiana de testificar no terminaría con los cristianos del primer siglo?

      TANTO desde el punto de vista de tiempo como de geografía, la comisión que Jesús dio al tiempo de su despedida de ser testigos hasta los fines de la Tierra, según se registra en Hechos 1:8, no terminó con los cristianos primitivos. Estos hicieron un trabajo excelente al proclamar las “buenas nuevas” hasta donde pudieron ir “en todo el mundo” o ‘en toda la creación bajo el cielo’ en su día. (Col. 1:5, 6, 23) Pero al ir pasando el tiempo esas expresiones llegarían a tener nuevo alcance, a medida que la población siempre en aumento fuera extendiéndose a través de seis continentes y un sinnúmero de islas, literalmente “hasta la parte más lejana de la tierra.”

      2 Jesús sabía bien que así sucedería. Por el bien de todos sus discípulos —no solo los cristianos del primer siglo, sino de todos los cristianos a través de los años, y especialmente los cristianos que vivieran en la Tierra durante “la conclusión del sistema de cosas”— el resucitado Cristo declaró:

      “Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y sobre la tierra. Por lo tanto vayan y hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo, enseñándoles a observar todas las cosas que yo les he mandado. Y, ¡miren! estoy con ustedes todos los días hasta la conclusión del sistema de cosas.”—Mat. 28:18-20.

      3. Según un erudito, ¿qué obra era preciso que hicieran los cristianos ungidos?

      3 Aquí tienen prueba, todos los que la necesiten, de que la comisión que Cristo dio a sus discípulos en el día de su ascensión no se cumplió completamente en el primer siglo E.C. Seguiría cumpliéndose hasta la mismísima “conclusión del sistema de cosas.” ¿Por quiénes? Es interesante el que el profesor F. F. Bruce, de Rylands, haya escrito lo siguiente respecto a Hechos 1:8: “Tal como a Jesús Mismo se le había ungido con Espíritu Santo y poder al tiempo de Su bautismo, así a Sus seguidores se les habría de ungir de la misma manera para que llevaran a cabo la obra de Él. Esta obra sería una obra de dar testimonio... un tema que resalta en la predicación apostólica a través de los Hechos (Hágase una comparación con capítulos Hch 2:32; 3:15; 5:32; 10:39; 13:31; 22:15, etc.). Un profeta del VT [Viejo Testamento] había hecho un llamado a Israel para que fueran testigos de Dios en el mundo (Isa. 43:10; 44:8); la tarea que Israel como nación no había cumplido la asumió Jesús, como Siervo perfecto del Señor, y Él la pasó a Sus discípulos.”

      4. ¿Desde cuándo ha estado cumpliendo esta comisión el resto, y por qué exigía enorme fe dicha tarea?

      4 Sí, la comisión de ser testigos hasta los fines de la Tierra y hacer discípulos de gente de todas las naciones en esta “conclusión del sistema de cosas” ha sido pasada al resto ungido del Israel espiritual, quienes colectivamente forman el “siervo” de Jehová y sus “testigos.” (Isa. 43:10-12) Especialmente desde 1919 ellos han estado cumpliendo fielmente esta comisión. Pero, ¿cómo podían estos cuantos miles de cristianos engendrados por espíritu alcanzar a los miles de millones de criaturas humanas esparcidas “hasta la parte más lejana de la tierra”? ¡Qué enorme fe se precisaba para siquiera imaginarse capaces de emprender semejante tarea!

      5. ¿Qué medio ha ayudado a los cristianos del día moderno a difundir la testificación hasta los fines de la Tierra?

      5 Vuelva a leer la historia moderna de los testigos de Jehováa y verá que uno de los medios principales que se han empleado para difundir el mensaje del Reino por todas partes ha sido la distribución de revistas, a saber, La Atalaya y su revista compañera, ¡Despertad! (anteriormente Luz y Verdad, después Consolación). Literalmente miles de millonesb de ejemplares de estas publicaciones basadas en la Biblia se han distribuido en más de 100 idiomas y hasta los cuatro ángulos de la Tierra.

      “EJÉRCITOS DE LA CABALLERÍA”

      6, 7. (a) ¿Cómo se simboliza al resto ungido en el capítulo 9 de Revelación, y qué tienen a su disposición? (b) ¿Qué representan éstos? (c) ¿Qué comentario hizo sobre esta profecía el libro “Entonces queda terminado el misterio de Dios”?

      6 En el capítulo 9 de Revelación se ve al resto ungido simbolizado por “cuatro ángeles,” o mensajeros, liberados del cautiverio a Babilonia la Grande, “junto al gran río Éufrates.” (Rev 9 Versículos 14, 15) Estos mensajeros liberados tienen a su disposición “ejércitos de la caballería” cuyos números ascienden a “dos miríadas de miríadas,” o 200.000.000, los cuales se emplean, en sentido simbólico, para ‘matar’ a una gran parte de la humanidad. (Rev 9 Versículos 16-19) Los “caballos” en esta visión representan el medio que el resto ungido emplea para dar publicidad a los mensajes de juicio de Jehová dirigidos especialmente contra la cristiandad, la parte más reprensible de “Babilonia la Grande” (el imperio mundial de la religión falsa).

      7 Al explicar esta visión fascinadora, el libro “Entonces queda terminado el misterio de Dios” declara: “La carga de estos ‘caballos’ simbólicos aumentó grandemente cuando las revistas de la Watch Tower comenzaron a ser ofrecidas en las calles, de casa en casa, de tienda en tienda.” (Página 269) Por eso, aunque estos “caballos” simbólicos incluyen libros, folletos y tratados, no hay duda de que las revistas han desempeñado, y todavía están desempeñando, una parte importante en difundir el testimonio del Reino “hasta la parte más lejana de la tierra.”c

      8. ¿De qué otra manera ha obedecido el resto ungido el mandato de Cristo de ‘ir y hacer discípulos’?

      8 El resto ungido no solo ha dirigido a esa caballería simbólica con celo y denuedo contra los baluartes de la religión falsa, sino que también ha obedecido el mandato de Cristo de ‘ir y hacer discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos.’ Desde 1935 cada vez más personas han leído los mensajes de juicio publicados contra el imperio mundial de la religión falsa y éstas han obedecido el mandato divino de ‘salirse de “Babilonia la Grande.”’ (Rev. 18:1-4) Se han dedicado a Jehová Dios y se han bautizado “en el nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo.” Puesto que ellas mismas han sido ayudadas por La Atalaya y ¡Despertad!, se han unido al resto ungido en diseminar estas excelentes revistas por todas partes, sí, “hasta la extremidad de la tierra.”—Isa. 49:6.

      ¿ES USTED PROCLAMADOR ACTIVO DE LAS “BUENAS NUEVAS”?

      9. ¿Qué deber tiene todo cristiano sin excepción?

      9 El mandato de ser testigos “hasta la parte más lejana de la tierra” y de ‘ir y hacer discípulos de gente de todas las naciones’ aplica a todos los que afirman ser cristianos. Por eso, todos los testigos dedicados de Jehová deben sentirse profunda y sinceramente resueltos a participar en cumplir esa bendita comisión.

      10. (a) ¿Qué deben recordar los miembros de la “grande muchedumbre”? (b) Sin embargo, ¿qué actitud han tenido algunos de ellos?

      10 Si usted ahora es miembro de la “grande muchedumbre,” descrita en Revelación 7:9-17, recuerde que para ‘salir de la grande tribulación’ es preciso que ‘siga diciendo: “La salvación se la debemos a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero,”’ y no puede dejar de estar “rindiendo servicio sagrado [a Jehová] día y noche en su templo.” Sin embargo, últimamente algunos han adoptado la actitud de que basta con asistir a la celebración conmemorativa de la muerte de Cristo una vez al año, mantenerse al corriente del conocimiento bíblico por medio de leer las publicaciones de la Sociedad Watch Tower, asistir a las reuniones de vez en cuando y dejar que su luz resplandezca por medio de simplemente llevar una vida buena y dar el testimonio de vez en cuando si acaso se presenta la oportunidad de hacerlo.

      11. ¿Puede cumplirse la comisión cristiana simplemente llevando una vida buena, o de qué otro modo?

      11 Pero, ¿basta con eso? ¿Cómo pudiera haberse dado el testimonio cristiano “hasta la parte más lejana de la tierra” si los cristianos primitivos y el resto ungido del día moderno simplemente se hubieran quedado donde estaban, llevando vidas buenas? ¡Para ‘hacer discípulos de gente de todas las naciones,’ primero tuvieron que ‘IR’! Sí, tuvieron que salir y dar el testimonio “de casa en casa” y “en los hogares de la gente.” (Hech. 5:42, Traducción del Nuevo Mundo; Today’s English Version) Esta testificación pública es parte imprescindible de nuestro “servicio sagrado.”

      12. ¿Qué puede ser que hayan olvidado algunos, y qué se les anima a éstos a hacer ahora?

      12 ¿En qué posición se halla usted? ¿Ha sido usted un publicador del Reino que ha hallado gozo interno en dar a conocer las “buenas nuevas” y también los juicios de Jehová por medio de los “caballos” simbólicos, especialmente las revistas de la Sociedad? Si usted ha aflojado el paso o hasta cesado por completo, ¿se debe a que ha perdido de vista el significado espiritual de estas actividades, a saber, el ayudar al resto ungido a cumplir su comisión de “proclamar el año de la buena voluntad de parte de Jehová y el día de la venganza de parte de nuestro Dios”? (Isa. 61:1, 2, 5) Entonces ya es tiempo de que descubra de nuevo ese gozo por medio de volver a ocuparse en el servicio de Jehová.

      ¿SE LE HACE DIFÍCIL EXPRESARSE?

      13, 14. (a) ¿Por qué quizás se hayan retenido algunos de testificar de casa en casa? (b) ¿Qué sugerencias prácticas se ofrecen para ayudarles a vencer la timidez?

      13 Tal vez a usted se le haya hecho difícil testificar de casa en casa porque no puede expresarse con soltura. O puede que usted se cuente entre los millones de personas que leen con aprecio las revistas de la Sociedad y se reúnen con los testigos de Jehová en sus Salones del Reino, pero que nunca han participado en la testificación de casa en casa por temor de no saber qué decir. Usted sabe muy bien que se tiene que dar el testimonio “hasta la parte más lejana de la tierra” y que hay que hacer discípulos entre “gente de todas las naciones,” pero simplemente no cree que pueda enfrentarse a la gente a las puertas. Sabe que debería hacerlo, y satisface los requisitos bíblicos, pero le parece que no puede hacerlo. El corazón le rebosa de aprecio por la verdad de la Palabra de Dios, pero sus piernas simplemente rehúsan llevarlo a aquella primera puerta, porque teme que sus labios no hallen las palabras que precisa. ¿Qué puede hacer usted acerca de ello?

      14 Pudiera empezar por tomar su Biblia y volver a leer Romanos 10:8-15. Eso debe hacer que le hormigueen los pies con el deseo irresistible de salir y ‘declarar buenas nuevas de cosas buenas.’ Luego, ore a Jehová para que le dé fuerza... sí, a “aquel que . . . imparte poder.” (Fili. 4:13; compare con Hechos 1:8.) Entonces, la próxima vez que usted vaya al Salón del Reino o al estudio de libro de congregación de su localidad, hable con uno de los ancianos cristianos para que le ponga en contacto con un Testigo que haya tenido alguna experiencia en proclamar las “buenas nuevas” de casa en casa. Este publicador del Reino no esperará que usted empiece inmediatamente a entablar conversaciones basadas en la Biblia con los amos de casa. Es muy probable que él (o ella) sugiera que pasen un rato juntos considerando los números más recientes de La Atalaya y ¡Despertad! antes de ir juntos de casa en casa para presentar estas excelentes revistas al público.

      15. ¿Por qué es la obra con las revistas una manera idónea de conseguir experiencia en la testificación de casa en casa y en empezar estudios bíblicos en los hogares?

      15 El testificar con las revistas es una manera idónea de empezar a participar en la obra de predicar y hacer discípulos o de volver a ocuparse en ella. No cabe duda de que es una de las mejores y más fáciles maneras de salir entre la gente y conseguir experiencia en dar el testimonio de casa en casa. Cada número de las revistas presenta nuevos temas de conversación. Además, si usted vuelve a visitar a todos los que aceptan una revista, pronto tendrá una lista de personas a quienes pueda visitar con regularidad con los números más recientes. Poco a poco usted llegará a conocer a estas personas. Artículos especiales como la serie “¿Se ha preguntado usted alguna vez . . . ?” (en ¡Despertad!) le facilitarán el entablar una conversación y hasta empezar un estudio bíblico. Lea el primer párrafo al amo de casa, hágale la primera pregunta impresa (subtítulo), —permita que la persona conteste— antes de leer el siguiente párrafo y cualesquier textos bíblicos citados. Entonces pase a la próxima pregunta (subtítulo), y siga así durante el tiempo que el amo de casa tenga disponible. ¿Por qué no prueba eso? Le sorprenderá cuánto gozo y contentamiento divino le aportará el rendir este “servicio sagrado” a Jehová con regularidad.—Rev. 7:15.

      CRISTIANOS JÓVENES: ¡ECHEN A ANDAR ESOS “CABALLOS”!

      16. ¿Qué textos bíblicos muestran que los cristianos jóvenes también están envueltos en esto?

      16 La responsabilidad de ser “testigos . . . hasta la parte más lejana de la tierra” pesa sobre todos los cristianos, jóvenes y ancianos. El Salmo 110 dice proféticamente de Cristo:

      “La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sión, diciendo: ‘Ve sojuzgando en medio de tus enemigos.’ Tu pueblo se ofrecerá de buena gana en el día de tu fuerza militar. En los esplendores de la santidad, desde la matriz del alba, tienes tu compañía de hombres jóvenes justamente como gotas de rocío.” (Sal. 110:2, 3)

      Otro salmo mesiánico habla de las “vírgenes” que serían “compañeras” de la novia de Cristo. (Sal. 45:13, 14) Estos dos pasajes aplican al resto ungido y a la “grande muchedumbre” que incluye literalmente a ustedes, “jóvenes” y “vírgenes.” De modo que ustedes, también, tienen que ‘ofrecerse de buena gana’ y ser ‘compañeros’ leales de los miembros restantes de la clase de la novia ungida que todavía están en la Tierra, y quienes también están representados simbólicamente por los “cuatro ángeles” que están dirigiendo los “ejércitos de la caballería” en contra del imperio religioso de alcance mundial de Satanás.—Rev. 9:15-19; 21:2, 9.

      17. ¿Cómo están rindiendo “servicio sagrado” muchos jóvenes excelentes, hombres y mujeres?

      17 Muchos de estos jóvenes, hombres y mujeres, están rindiendo “servicio sagrado” en el centro de operaciones de los testigos de Jehová en Brooklyn y en las 97 sucursales situadas por toda la Tierra. En esos lugares, cumplen de buena gana diferentes tareas que están directamente relacionadas con la preparación y envío de los “caballos” simbólicos... publicaciones que contienen mensajes de juicio respecto al “día de la venganza de parte de nuestro Dios” y que también exponen verdades consoladoras acerca del “año de la buena voluntad de parte de Jehová.” (Isa. 61:1, 2) Todos estos jóvenes no solo trabajan de buena gana en preparar los “caballos” para uso en el campo, sino que también participan en el mismo servicio del campo, y así dan uso extenso a esos “caballos,” especialmente las revistas.

      18. (a) ¿Cómo están demostrando ser compañeros celosos del resto otros cristianos jóvenes? (b) ¿Cómo consideran el celo que éstos demuestran el Rey y sus “hermanos”?

      18 Otros cristianos jóvenes ‘se ofrecen de buena gana’ y demuestran ser compañeros celosos del resto ungido al servir de “precursores,” es decir, por medio de dedicar por lo menos 1.000 horas al año a la obra de testificar en público. El Rey Jesucristo y sus “hermanos” ungidos que todavía están en la Tierra estiman mucho el celo de todos estos cristianos jóvenes.—Compare con Mateo 25:34-40.

      19. ¿Qué estímulo se da a todos los demás cristianos jóvenes?

      19 Pero hay muchos miles de otros “jóvenes” y “vírgenes” dentro de las congregaciones del pueblo de Jehová. ¿Están ustedes ‘ofreciéndose de buena gana en el día de la fuerza militar de Cristo’? ¿O están dejando que los “caballos” simbólicos vayan amontonándose en su cuarto o que estén inactivos en sus maletines de testificar? ¡Echen a andar esos “caballos”! Salgan al campo en las horas que siguen a sus sesiones escolares, durante el período de recreo de entre semana (donde exista este arreglo), durante los fines de semana y los diferentes períodos de vacaciones que tienen durante todo el año. El servicio de precursor auxiliar les proporciona la maravillosa oportunidad de ‘ofrecerse de buena gana’ para “servicio sagrado.” Y la obra con las revistas es un método de testificar cristiano que es especialmente apropiado para ustedes, los jóvenes. Está a su alcance y puede producir resultados excelentes.

      TESTIGOS ACTIVOS HASTA EL FIN

      20, 21. (a) ¿Qué comisión dio Cristo a los cristianos del primer siglo y a los que estuvieran viviendo en los “últimos días”? (b) ¿Qué muestra el testimonio de un profesor de historia? (c) ¿Cómo han utilizado las revistas los testigos de Jehová para lograr ese fin?

      20 A los cristianos primitivos Jesús declaró: “Serán testigos de mí . . . hasta la parte más lejana de la tierra.” (Hech. 1:8) A los cristianos que vivirían en los “últimos días” o en el “tiempo del fin,” él declaró proféticamente: “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:14; Dan. 12:4; 2 Tim. 3:1.

      21 El sumo sacerdote judío, un archienemigo de los cristianos primitivos, admitió con pesar: “¡Miren! han llenado a Jerusalén con su enseñanza.” (Hech. 5:28) En su libro These Also Believe, el profesor de historia Charles Braden escribió: “Los testigos de Jehová literalmente han cubierto la Tierra con su testificación. . . . Verdaderamente puede decirse que ningún grupo religioso particular en el mundo desplegó más celo y persistencia en el esfuerzo por esparcir las buenas nuevas del Reino que los testigos de Jehová.” Aunque en 1919 el resto ungido solo se componía de unos cuantos miles de personas, aceptó el desafío. Por medio del “poder” del espíritu santo y con cada vez más ayuda de la “grande muchedumbre” siempre creciente de sus compañeros, es verdad que “literalmente han cubierto la Tierra con su testificación.” Desde 1919 a 1980, estos cristianos han distribuido más de 4.750 millones de ejemplares de La Atalaya y su revista compañera (Luz y Verdad; Consolación; ahora ¡Despertad!).

      22. ¿Qué muestran los hechos, y, por eso, qué se nos estimula a todos a hacer?

      22 Estas dos excelentes revistas cristianas han sido y continúan siendo un medio importante de testificar hasta los fines de la Tierra y de hacer “discípulos de gente de todas las naciones.” (Mat. 28:19, 20) Los hechos demuestran que todavía queda mucha testificación que hacer. Por eso, ¡a sus “caballos” todos ustedes, fieles testigos cristianos! Échenlos a andar en el “campo” y sigan arreándolos, y que Jehová siga bendiciendo el uso intenso de La Atalaya y ¡Despertad! en los días por venir.

      “Estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.”—Mat. 24:14.

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