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Soy un aborigen australiano¡Despertad! 1972 | 8 de junio
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y la casi extinción de otras. El palo de excavar y el tractor se enfrentaron en conflicto y el tractor venció.
¿Habrá vencido, realmente? Hectáreas de tierra ahora son cuencas de polvo; la capa superior del terreno se está vertiendo en el mar; los ríos están contaminados. Los insecticidas están socavando la ecología de insectos, pájaros, animales y ahora hasta amenazan al hombre. Tal como los aborígenes que están viviendo en reservas, también muchas especies de pájaros y animales raros existen en solamente pequeñas zonas que rápidamente están disminuyendo en tamaño y número.
Solamente en el vasto y árido interior de Australia viven grupitos de aborígenes los días de su época de los sueños. Con uno de éstos, la tribu de pintubi, recientemente estableció comunicación (1957 E.C.) un periodista de Melbourne en el desierto de Gibson, 965 kilómetros al oeste de Alice Springs. Su informe sobre éstos incluyó lo siguiente: nunca antes habían visto a un hombre blanco, ni dinero, ni pescados, ni harina; cazaban con perros salvajes amansados, comían roedores y lagartijas, iban desnudos, nunca se habían bañado y hablaban solamente en un suave murmullo.
¿Que si yo desearía estar viviendo allí con ellos? ¡Por supuesto que no! Tampoco deseo volver a los días de nuestra época de los sueños como lo deseaba en un tiempo. Resulta que en años recientes he aprendido mucho sobre lo que la Biblia dice del futuro inmediato de la humanidad, y que toda la Tierra tendrá que ser transformada en un nuevo Edén. Nada como esto fue escrito jamás en nuestros “sueños.” En vez del pasado, ahora anhelo lo que encierra el futuro y espero tener participación en cultivar esta tierra de Australia, ver correr el agua donde ahora hay desiertos, estar aquí cuando mis antepasados vuelvan en la resurrección, y que se me permita añadir a su “época de los sueños” la feliz información acerca del reino de Jehová, y animarlos a participar conmigo en hacer un paraíso de nuestra sonriente tierra de acá abajo.
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¿Dará resultado una respuesta apacible?¡Despertad! 1972 | 8 de junio
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¿Dará resultado una respuesta apacible?
● ¿Cuál es el mejor proceder cuando uno se enfrenta a alguien enfurecido? ¿Qué hay de una respuesta apacible? Un proverbio que se ha enfrentado a la prueba del tiempo es: “Una respuesta, cuando es apacible, aparta la furia.”—Pro. 15:1.
Una testigo de Jehová del estado de Washington, EE. UU., hace algunos años tuvo una experiencia que ilustra la sabiduría de ese proverbio inspirado. Ella relata:
“Un viernes por la noche, llegué a mi hogar de una reunión en el Salón del Reino y encontré a mi esposo y a mi hija mayor en la sala. Él estaba completamente embriagado y terminaba de limpiar sus armas. Envió a nuestra hija a su dormitorio, cargó la pistola y, tomándome del cuello, apuntó la pistola hacia mi cabeza. Me amenazó con matarme porque yo continuaba yendo al Salón del Reino, algo a lo cual yo tenía derecho legal y bíblico.”
¿Qué se podía hacer en semejante situación? ¿Qué apaciguaría la furia de un hombre borracho y armado? Ella dio una respuesta razonable pero también apacible. Como ella dice: “Oré a Jehová por guía y por las palabras apropiadas. Pregunté a mi esposo cuál de nuestras madres querría él que criara a nuestros hijos. Él sabía que su madre no los querría. Y sabía que mi madre los educaría para que llegaran a ser testigos cristianos de Jehová. Luego de razonar sosegadamente con él sobre este punto por un tiempo, pude convencerlo a entregarme su arma y lo convencí que descansara un poco y pensara sobre este asunto más tarde.”
Ahora, unos años después, esta mujer cristiana todavía está felizmente sirviendo a Dios y encontrando placer en ver a sus hijos progresar en esto también. Ella dice: “Mi esposo gradualmente ha dejado de oponerse tanto a mis actividades cristianas.” Ciertamente que ella experimentó la sabiduría de la guía divina: “Una respuesta, cuando es apacible, aparta la furia.”
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