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  • ¿Qué dice el movimiento de Liberación de la Mujer?
    ¡Despertad! 1972 | 22 de agosto
    • ¿Qué dice el movimiento de Liberación de la Mujer?

      “EN LA actualidad el estado de ánimo subyacente de la mujer en los Estados Unidos es uno de conflicto, frustración, profunda división y cambio.”

      Esa conclusión es el resultado de una encuesta efectuada entre hombres y mujeres. Refleja el estado de ánimo entre las mujeres de varias partes del mundo, especialmente en los Estados Unidos.

      ¿Significa esto que antes de nuestra época todas las mujeres estaban contentas con su suerte en la vida? No, porque por siglos muchas de ellas se han quejado. Entonces, ¿cómo es diferente la situación hoy?

      Lo relativamente nuevo es la amplitud y los muchos aspectos de la vida abarcados por los agravios, así como lo persistente del clamor. Además, comenzando con la segunda mitad de los años 1960 muchas mujeres comenzaron a organizarse y a tomar acción definida como nunca antes lo habían hecho. Ahora exigen cambios para corregir lo que consideran injusticias ampliamente esparcidas en contra de su sexo. Dicen que ya pasó el día en que se sometían pasivamente a la injusticia.

      A este movimiento generalmente se le llama “Liberación de la Mujer.” Un diccionario define la palabra liberación, como la acción de ser puesto en libertad de un cautiverio, la cualidad o estado de ser libre, teniendo los derechos legales y políticos de un ciudadano. A las que apoyan la liberación de la mujer a veces se les llama “feministas.”

      ¿Qué clase de libertades desean las mujeres que integran este movimiento? Aunque las libertades deseadas varían en detalle de un grupo a otro, existen varias tendencias principales entre la mayoría de las que apoyan el movimiento. Una es resentimiento a ser tratadas por los hombres como meros objetos de placer sexual. Además se oponen a la excesiva o ciega creencia en la superioridad masculina, tildándola de “patriotería masculina.”

      Otra fuerte objeción es en contra del hecho de que cuando las mujeres trabajan por un salario, por lo común no obtienen la misma paga que los hombres reciben cuando hacen el mismo trabajo. También, consideran injusto el que las mujeres sean excluidas de muchas ocupaciones y puestos acaparados por los hombres.

      Algunas de las mujeres demandan los mismos derechos en el hogar. Quieren que el esposo comparta de manera equitativa en los quehaceres domésticos para que la esposa pueda tener un empleo. Ellas consideran que el trabajo de la casa es ‘inferior’ y prefieren trabajar fuera del hogar en trabajos que consideran más interesantes, desafiantes, o aun más ‘fascinantes.’

      Muchas mujeres exigen el derecho de tener un aborto legal si deciden terminar con una preñez. Piensan que esto las liberta de entrar en esclavitud a otra persona, el niño indeseado.

      Otra demanda pide que las agencias gubernamentales establezcan centros para el cuidado de los niños. Las madres que trabajan como único sostén de la familia quieren que alguien cuide sus hijos. Prefieren trabajar por un sueldo razonable más bien que aceptar una asistencia social que apenas les permita existir.

      Decenas de miles de mujeres ya han marchado por las calles de las ciudades para dar a conocer sus demandas. En Nueva York, alrededor de sesenta mujeres ‘se apoderaron’ de la Estatua de la Libertad y la cubrieron con un estandarte que decía: “¡Mujeres del mundo, uníos!” Según una de las mujeres, escogieron a la Srta. Libertad porque “es irónico el que una mujer simbolice la idea abstracta de la libertad, puesto que en realidad nosotras no somos libres.”

      En los Países Bajos un grupo de mujeres prendió fuego a un corsé delante de la estatua de una famosa sufragista holandesa. Entonces irrumpieron en los lavabos públicos para hombres para dramatizar su queja de la falta de tales lavabos para mujeres. Silbaron a los hombres en las esquinas de las calles y discutieron en voz alta sus puntos buenos y malos. Las mujeres holandesas exigieron el mismo salario, división equitativa de los quehaceres domésticos, legalización del aborto, educación sexual en las escuelas y píldoras anticoncepcionales para las adolescentes.

      Las mujeres noruegas dejaron pasmados a los hombres de su país al aparecerse en grandes números para votar por sus propias candidatas femeninas durante las elecciones locales. En las zonas donde la mayoría de sus candidatas ganaron, varios consejos municipales llegaron a estar bajo el control de las mujeres.

      Sin embargo, no debemos pensar de la liberación de la mujer como un movimiento unido, internacional, dirigido por un control central. Hay muchos grupos e individuos incluidos y existen amplias diferencias de opinión entre éstos. Hay desacuerdos entre las mujeres de diferentes países y distintos antecedentes raciales. Aun dentro de una misma nación o grupo racial hay amplias zonas de desacuerdo.

      Por ejemplo, algunas quieren poner a las mujeres en posiciones de poder en la sociedad actual por medio de colaborar con “El Establecimiento.” Pero otras quieren desmantelar por completo la sociedad establecida y reemplazarla con un orden distinto. Mientras algunas quieren más igualdad en el matrimonio, otras quieren abandonar por completo el matrimonio. Están las que quieren completa libertad sexual, y la aceptación del lesbianismo para las mujeres y la homosexualidad para los hombres. Pero otras se oponen a eso.

      Las mujeres en este movimiento no están seguras en cuanto a qué dirección política adoptar. The National Observer declaró acerca de las reuniones de miembros del movimiento de liberación de la mujer: “Los talleres de trabajo vibraban con argumentos. En uno, un grupo de mujeres jóvenes . . . entabló una discusión a gritos con delegadas de mayor edad acerca de procedimientos y estrategia política.” Una mujer protestó: ‘Miren, no manejé 900 kilómetros para venir a discutir.’

      Aunque los desacuerdos son comunes, al mismo tiempo las mujeres advierten que no debe menospreciarse la profundidad y extensión de sus sentimientos. Otros están de acuerdo. The National Observer hizo notar: “Ya es hora que los que todavía no lo han hecho, tomen en serio la liberación de la mujer.”

      Esto se debe a que, aunque hay muchos desacuerdos entre los que favorecen la liberación de la mujer, son más los puntos en los que existe acuerdo. Por ejemplo, en Europa el clamor es el mismo que en los Estados Unidos: que las mujeres son ciudadanos de segunda clase y que sufren discriminación en el matrimonio, educación, entrenamiento vocacional y empleos. También, exigen una misma paga por un mismo trabajo, reforma a los abortos, escuelas para niños pequeños y centros para el cuidado diurno de los niños.

      ¿Qué hay entonces de las demandas de las que apoyan el movimiento de liberación de la mujer? ¿Tienen razón? ¿Hay verdad en lo que están diciendo?

  • ¿Hay verdad en lo que dicen?
    ¡Despertad! 1972 | 22 de agosto
    • ¿Hay verdad en lo que dicen?

      SERÍA fácil pasar por alto el asunto de la liberación de la mujer como solo el producto de mujeres quejumbrosas. Muchos hombres lo consideran así.

      Sin embargo, un sabio escribió: “Cuando alguien está respondiendo a un asunto antes de oírlo, eso es tontedad de su parte y una humillación.”—Pro. 18:13.

      Si usted tuviera un dolor en su cuerpo, ¿apreciaría usted a un médico que lo despidiera diciendo que usted no es nada más que una persona quejumbrosa? O más bien ¿querría que él analizara el problema y le dijera cuál es la causa y si hay remedio?

      Otro principio bíblico dice: “En cuanto a cualquiera que tapa su oído al clamor quejumbroso del de condición humilde, él mismo también clamará y no se le responderá.”—Pro. 21:13.

      Por lo tanto, la persona que es sabia, escucha. Pesa los hechos para discernir si una queja es válida o no. Entonces toma acción de acuerdo con esto.

      Si usted echa una mirada objetiva a la historia, se verá impulsado a reconocer que las mujeres han tenido muchas razones para quejarse.

      A través de la historia, el poder político, económico y religioso ha estado principalmente en las manos de los hombres. Pero el resultado ha sido una repugnante repetición de brutalidad. De tan solo la II Guerra Mundial, el World Book Encyclopedia declara: “Se ha calculado que el número de muertos de militares y no militares llegó a 55 millones. . . . Los no militares sufrieron las mayores pérdidas. . . . por bombardeos, matanzas, migraciones forzosas, epidemias, e inanición.”

      Por supuesto, uno no puede decir que las cosas hubieran ido mejor de haber tomado las mujeres todas las decisiones. Cuando las mujeres sí gobernaron algunos países, en realidad las cosas no fueron diferentes. Lea la historia acerca de Cleopatra de Egipto, Zenobia de Palmira, María I (“María la Sanguinaria”) de Inglaterra, o María, reina de Escocia. Encontrará que el gobierno de ellas no fue mejor.

      Sin embargo, permanece el hecho de que los hombres han sido los principales responsables por las guerras. Además, las armas de guerra en su mayor parte han sido inventadas por los hombres. Las mujeres han visto a sus hogares destrozados, a sus amados muertos o mutilados. Y a medida que los ejércitos avanzaban sobre grandes zonas, millones de mujeres fueron maltratadas. Incontable número de ellas han sido violadas.

      Por otra parte, ¿cuánto protestan las mujeres en ambos bandos durante la guerra? Por ejemplo, en ambas guerras mundiales, ¿no estaban las mujeres alemanas ayudando industriosamente los esfuerzos militares de la misma manera que lo estaban haciendo las mujeres inglesas y norteamericanas en sus países? ¿Cuándo fue la última vez que oyó que la mayoría de las mujeres rehusaron apoyar las guerras de una nación? Algunas de las más ardientes defensoras de ciertos preparativos de guerra han sido mujeres.

      Sin embargo, es cierto que en varios países a través de la historia muchas mujeres han sido tratadas casi como si fueran animales o esclavas. Entre otras cosas se les enseñó a suicidarse a la muerte de sus esposos, tener sus pies atados y deformados, no se les permitía comer a la misma mesa con los hombres, o se les vendía al mejor postor, sin tener en cuenta sus sentimientos. Aun en tiempo de paz, miles de mujeres son violadas cada año. Es innegable que la lista de actos opresivos contra las mujeres es larga.

      Aun en muchas de las ‘adelantadas’ sociedades de hoy día, las mujeres sí experimentan formas de discriminación. El Times de Nueva York declaró: “La ley estadounidense, con sus raíces en la sociedad medieval que consideraba a las mujeres como bienes muebles, con adornos añadidos por generaciones de legisladores y jueces masculinos, tiene muchos aspectos que se pudiera decir niegan a la mujer la protección equitativa de las leyes.”

      En el estado de Nueva York, se puede encarcelar a niñas que se considera que “necesitan vigilancia” hasta que lleguen a cumplir dieciocho años de edad. Pero la edad límite para los varones que “necesitan vigilancia” es dieciséis. Sally Gold, una abogada del personal del Departamento de Asuntos del Consumidor, dice que “se puede internar en un reformatorio a una niña de 16 años de edad . . . hasta por cuatro años debido a conducta promiscua.” “No hay tal opinión en el caso de los varones,” dice ella. Un varón de dieciséis años que fuera igualmente promiscuo, no sería castigado.

      ¿Qué hay en cuanto a la vida de familia?

      Muchas mujeres se quejan de su papel en la vida de familia. ¿Hay verdad en lo que alegan? Urie Bronfenbrenner, un psicólogo de Cornell, dice:

      “Tengo gran compasión por la ira y la frustración que se reflejan en el movimiento de Liberación de la Mujer. No solo hay discriminación en contra de las mujeres en el llamado mundo del hombre, sino que ahora se les ha privado de prestigio en su papel como mujeres.

      “En el pasado una madre recibía reconocimiento en el vecindario por el hecho de haber educado bien a sus hijos. Ahora la madre todavía tiene la responsabilidad por sus hijos, pero no tiene el suficiente apoyo o reconocimiento. Su esposo está fuera la mayoría del tiempo, y a menudo sus vecinos no son en realidad sus amigos.

      “Estamos creando una situación en la que las mujeres están frustradas en ambos mundos.”

      Muchos padres pasan a la madre la responsabilidad de enseñar a sus hijos. Como resultado la madre tiene que tomar decisiones y encargarse de asuntos que el esposo debería manejar. Acerca de esto, dijo la revista Look:

      “Se acusa a la mujer americana de quitarle el puesto a su esposo como cabeza de la familia. En su mente, ella contesta a esta familiar acusación con la recriminación de que ella conoce de muy pocos hogares en los cuales la madre no tenga que luchar, en vano, para lograr que el padre tome las decisiones importantes en la vida de los hijos, imponga disciplina, y sea un modelo de hombría para sus hijos. . . .

      “Por propia elección, y a pesar de las protestas de su esposa, deja las decisiones vitales en la vida de sus hijos —su instrucción escolar, su educación sexual, su entrenamiento religioso y moral— a la madre de ellos. Dice que ella ‘sabe más acerca de esas cosas’ que él, pero aun al decirlo, está cabalmente convencido de que su esposa le está robando su autoridad en el hogar.”

      Debido a que demasiados hombres abdican su responsabilidad en la familia, algunas entre las de la liberación de la mujer dicen que la familia está fuera de moda y que debería ser abandonada. Pero, ¿mejoraría eso los asuntos? Dice el Dr. Paul Popenoe del Instituto Americano de Relaciones de la Familia: “Ninguna sociedad pudo sobrevivir después del deterioro de su vida de familia.” El profesor emérito de Harvard, Carle Zimmerman dijo de la decadencia de la vida de familia en la Grecia y Roma de la antigüedad: “En ambos casos el cambio de la fe y la creencia en el sistema de familia estuvo asociado . . . con enormes crisis en la mismísima civilización.”

      El abandonar el arreglo de familia, es como arrojar lo bueno junto con lo malo. El hecho de que muchas familias sean felices y estén venciendo sus problemas indica que el defecto no está en el arreglo de familia. El defecto radica en las personas que son muy egoístas o se niegan a hacer su parte.

      ¿Qué hay en cuanto a la “igualdad”?

      En casi todo campo de actividad, la mujer que trabaja no recibe el mismo sueldo que recibiría un hombre que hiciera el mismo trabajo. Esto ocasiona penalidad a las madres que tienen que trabajar debido a ser el único sostén del hogar.

      Debido a esas desigualdades, algunas mujeres ahora exigen completa igualdad con los hombres en toda esfera de la actividad humana. Pero, ¿cuáles serían las consecuencias si se pusiera en vigor la igualdad total?

      Si las mujeres tuvieran plena igualdad con los hombres, los gobiernos las reclutarían para pelear en los campos de batalla, en las selvas y en las trincheras en tiempo de guerra. Una vez cuando Gloria Emerson, una corresponsal del Times de Nueva York, estaba en Khesanh, Vietnam del Sur, la zona cayó bajo el bombardeo de las tropas de Vietnam del Norte. Ella huyó a un refugio ocupado por soldados norteamericanos. Después ella declaró: “En ese solitario momento llegué a ser más igual a los hombres que lo que jamás he querido ser. De buena gana hubiera compartido el horror de ese momento con las feroces defensoras de la liberación de la mujer que tan de moda están hoy día.”

      La igualdad en todo sentido suprimiría las leyes sanas que gobiernan el tipo de trabajo que se puede pedir que hagan las mujeres. Si usted es una mujer, ¿querría realmente ser igual al hombre extrayendo carbón de una mina a cientos de metros bajo la superficie si los hombres hicieran su parte en los quehaceres domésticos? ¿Le gustaría en verdad dedicar el mismo tiempo que dedica su esposo granjero a arar los campos y palear el abono si él accediera a ayudarle a cocinar y limpiar la casa? ¿Es esto lo que prefiere?

      Sin embargo, algunas mujeres alegan que es injusto el que se les confine a hacer los ‘tediosos’ quehaceres domésticos. Pero otras mujeres encuentran que es un desafío el manejar un hogar, preparar la lista de platos, arreglar los muebles y los adornos y ayudar a amoldar la mente de sus hijos. Muchos hombres preguntarían a las que encuentran esto aburrido: ¿Cuántos trabajos de oficina o de fábrica que hacen los hombres son ‘fascinantes’ o ‘emocionantes’? La mayoría de los trabajos son monótonos, frustratorios y no satisfacen. Por lo general los hombres están encadenados a un horario rígido, y si se apartan de éste, ponen en peligro su trabajo. Muchos de ellos envidian el horario más flexible que tienen sus esposas en el hogar.

      De todas las esposas y madres que trabajan que usted conoce personalmente, ¿cuántas permanecerían en su trabajo si no necesitaran los ingresos? Pocas mujeres prefieren la monotonía de un rígido horario de trabajo a los quehaceres de un hogar. Pregunte a las mujeres, a las esposas y madres, que sí tienen que trabajar y vea si esto no es cierto.

      Recientemente se les preguntó a ciertas mujeres acerca de esto en una encuesta. Esta mostró que, por un voto de 71 contra 16 por ciento, las mujeres estaban de acuerdo con que “el cuidar de un hogar y los hijos es más recompensador que tener un empleo.”

      Símbolos sexuales

      ¿Tratan los hombres a las mujeres como meros símbolos sexuales? Desafortunadamente, muchísimos hombres hacen exactamente

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