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Jóvenes, ¿se aíslan ustedes?¡Despertad! 1981 | 8 de enero
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Jóvenes, ¿se aíslan ustedes?
¿Con otras personas, o a solas? ¿Qué preferirías?
La parte musical que corresponde a la guitarra comienza con tonos altos y desenfrenados. Las notas constantes del bajo vienen en ondas por el suelo hacia mí. El cantante desea vivir una vida libre, sin molestias. Sé lo que siente. Es lo mismo que siento yo. Me siento bien cuando escucho mis discos. Es como si los músicos me comprendieran a mí, y yo a ellos.
No es como en el caso de mamá y papá... ellos no saben cómo pienso yo. O en la escuela... los maestros son los únicos que hablan. Nunca nos escuchan. Todos ellos se sorprenderían si supieran lo que realmente siento y pienso.
Así, todos los días sucede lo mismo. Llego directamente a casa de la escuela.
“¡Hola, hijo!”
“Hola, mamá.”
“¿Qué aprendiste hoy en la escuela?”
“Nada.”
Bien, ya salí de eso. Ahora subo las escaleras, dos escalones a la vez, hasta mi cuarto. Mi música. Cierro la puerta. Mi mundo. Paso la mayor parte de mi tiempo aquí, escuchando mis discos, compartiendo mis sentimientos y pensamientos con los cantantes y músicos. A veces nos sentimos estimulados a cambiar el mundo; a veces nos sentimos deprimidos por lo irremediable que parece todo.
Vemos el mundo como realmente es, pero el mundo no nos ve a nosotros como realmente somos. Nos llaman muchachos, pero interiormente nosotros nos sentimos mayores de lo que reflejan los años. La injusticia, la libertad, el amor, la presión, el reunirnos para hablar acerca del ambiente... éstas son las cosas que nos preocupan. Pero los adultos no nos toman en serio, y por eso nos comunicamos a nuestra manera y en nuestro propio mundo.
¿Eres tú un joven o una joven que piense así? ¿Se agitan dentro de ti emociones y fuertes sentimientos? ¿Te sientes frustrado porque crees que los adultos despliegan poco interés en tus verdaderos sentimientos? ¿Cómo has tratado tú de hacer frente a esta frustración? Quizás te hayas sentido confundido, y por eso te hayas alejado de los adultos que forman parte de tu vida, y pasas muchas horas aislado con tu música o tal vez con algún amigo allegado. ¿Por qué crees que sea tan difícil para muchos adultos y personas jóvenes el hablar entre sí acerca de sus verdaderos sentimientos?
El crecimiento: físico y de otra índole
Estás cambiando. Ya no eres una criaturita. Tu cuerpo ya está en camino a su etapa final de hombre maduro o mujer madura. Tal vez parezca como si de la noche a la mañana hubieras añadido un par de centímetros a tu estatura. Como yerba de rápido crecimiento te han brotado vellos por diversas partes del cuerpo, y de pronto te has desarrollado sexualmente. Te han sobrevenido tremendos cambios físicos.
Durante este aumento repentino en tu desarrollo físico, uno de tus padres o algún otro adulto a quien estás allegado probablemente te habló sobre las realidades de la vida. Esta información fue útil. Necesitabas saber que todo esto era normal, y que no eres el único a quien le sucede esto.
Pero, por más sobresalientes que sean estos cambios externos, en ti han estado sucediendo otros cambios igualmente grandes, o mayores, que afectan tu personalidad. Para más o menos este mismo tiempo también empezaste a madurar emocionalmente. Esta clase de crecimiento es tan real y a menudo tan rápido como el físico, pero se efectúa debajo de la superficie, donde otros no pueden ver.
Aunque la gente tal vez note tu crecimiento externo y hable de éste francamente, lo que te está sucediendo en lo interior es lo que realmente está haciendo de ti una persona diferente. Para que otros continúen conociéndote a medida que creces, tendrán que tomar tiempo para hablar contigo, y tú tendrás que ser franco con ellos. Las personas a menudo no prestan tanta atención al desarrollo interno del joven como al desarrollo externo.
Cambio de marcha emocional
Para este tiempo de la vida, el corazón de los jóvenes hace erupción y deja salir todo un torrente de nuevas y muy profundas preocupaciones, cosas que rara vez tomaban en consideración durante la niñez. El significado y el propósito de la vida, preguntas en cuanto al futuro, interés en el sexo opuesto, un sentido agudo de lo que es justo y recto, y compasión para con los que carecen de bienes en este mundo. ¿Están estos problemas bullendo dentro de ti?
¿Sabías que la preocupación por estos asuntos surge de la misma manera en muchas personas durante los años de la adolescencia? Es cierto. A ti te parecen problemas personales, pero muchas otras personas de tu edad están sintiendo en su interior exactamente lo que tú estás sintiendo. Este despertamiento emocional es tan universal como los cambios físicos de la pubertad. ¿Habías pensado en eso? ¿O acaso pensabas que estos nuevos sentimientos eran solo tuyos?
Bueno, a ver si hallas sentido en lo siguiente:
La primera afeitada de un joven no es asunto de poca importancia. De seguro que él ve este acontecimiento como un punto de viraje en su vida, y por lo tanto queda completamente absorto en lo que hace. Para él es emocionante. Pero, debido a que este acontecimiento es tan significativo para él, ¿tendría él razón para pensar que nadie jamás ha sabido ni podrá saber exactamente cómo él se siente por dentro? Todo hombre que se haya afeitado tuvo en una ocasión una primera afeitada, ¿no es verdad? Y algún día, todos tus hermanos menores también se afeitarán por primera vez. Sin duda es un momento especial para cada uno de ellos, pero difícilmente es una experiencia nueva o diferente para el género masculino. ¿Puedes aplicar este ejemplo a la manera en que un joven pudiera considerar de modo fáctico su propio desarrollo emocional?
Cuando se piensa detenidamente en ello, ¿no es bastante razonable el que nosotros los seres humanos generalmente pasemos por las mismas etapas básicas de crecimiento a medida que progresamos desde la niñez hasta la madurez de adulto? Nuestros sentimientos durante los años de la adolescencia quizás sean profundamente personales y privados, pero no son singularmente nuestros; son simplemente parte de la química humana durante este período de la vida.
¿Te convierte en adulto el crecimiento emocional?
De modo que ahora tus emociones han salido disparadas hacia los intereses de gente adulta. ¿Quiere decir esto que eres completamente maduro? Bueno, sería apropiado que los adultos reconocieran y apreciaran tu progreso, pero ¿deberías tú esperar que ellos te consideraran ahora como un adulto completo, su igual en todo sentido?
En realidad tu experiencia en la vida todavía es bastante limitada. Aunque hayas comenzado a sentir como lo hacen los adultos, no siempre puedes pensar como lo hace un adulto. No has vivido lo suficiente, y por lo tanto no has tenido tiempo para adquirir un conocimiento fundamental de los muchos pormenores de la vida.
No siempre será así. De hecho, el capítulo actual de tu vida solo tiene unas cuantas páginas. La experiencia que adquieras al seguir viviendo y la sabiduría que vendrá de ella alcanzarán y hasta superarán ese primer brote emocional... tal como la tortuga finalmente dejó atrás a la liebre. Mientras tanto, harías bien en reconocer lo fuerte que es la influencia que puede tener en ti ese despertamiento emocional.
Las emociones y el problema de la comunicación
Los sentimientos de la persona joven intervienen rápidamente en sus asuntos y la dirigen. El joven tiende a responder según el sentimiento más bien que el raciocinio. A menudo los jóvenes quieren apresurarse a cambiar las cosas. Porque no conocen todos los factores complejos envueltos en un asunto, pudieran tender a ver las cosas desde un punto de vista demasiado sencillo. Esto no quiere decir que toda persona joven cuadre exactamente en esta categoría definida, pero es una característica que por lo general se puede observar en los jóvenes. Los jóvenes pudieran impacientarse con procedimientos que a ellos les parecen lentos o anticuados y fácilmente pueden llegar al punto de desesperarse e irritarse.
Tal modo de pensar puede llevarlos a perder el respeto apropiado a los padres, maestros y otros adultos. Entonces huyen del mundo de la realidad a uno más de su agrado... un mundo de sueños. ¿Puedes ver por qué esto sería perjudicial para ti como joven? Si en el mismo momento en que estás preparado para comenzar a obtener sabiduría en la vida te aíslas de los que tienen sabiduría y están capacitados para ayudarte, ¿cómo podrías beneficiarte de éstos?
Más todavía: tus padres no solo están capacitados para ayudarte, sino que quieren ayudarte. Te aman como siempre te han amado. Ellos no son quienes están cambiando; el que está cambiando eres tú. Ellos no tienen ningún deseo de aislarse de ti. ¿Fueron tus padres quienes te impulsaron a escuchar grabaciones en tu dormitorio con la puerta cerrada, o fuiste tú quien decidió aislarse?
Volviendo a la unión
Probablemente después de haber pensado en ello habrás podido notar que se ha desarrollado una pequeña brecha entre tus padres y tú. No es que alguno de ustedes haya querido que esto sucediera... sólo sucedió. Pero, ¿cómo puedes remediar esto? Bueno, realmente no debería ser muy difícil. No es como si estuvieras tratando de hacer las paces con un enemigo.
Comienza una conversación con uno de tus padres, quizás con tu padre. Háblale de lo que estás haciendo en la escuela. Pregúntale su opinión sobre algo y luego comparte tu punto de vista con él. En cambio, puedes manifestar interés en las cosas que tú sabes que él considera importantes. Hagan algo juntos. Pídele que te ayude a terminar una tarea u ofrécele tu ayuda en una de sus tareas. Acude a tus padres cuando tengas preguntas acerca de la vida.
Es verdad que no siempre vas a estar de acuerdo con las decisiones que tomen tus padres, pero ten presente que estás pasando por una etapa de vida en la cual tienes mucho de sentimiento pero poco de experiencia. Tus padres estuvieron por algún tiempo en la etapa en que tú te hallas, pero ahora han ido más allá de todo cuanto tú hayas sentido o hecho. Se puede esperar que ellos puedan ayudarte a crecer en sabiduría y aconsejarte bien a medida que desarrolles buen juicio personal. ¿Recuerdas el siguiente proverbio: “El que está andando con personas sabias se hará sabio”? Esfuérzate por andar cerca de tus padres y ve si esto no te ayuda a evitar el dejarte dominar por los impulsos y los aguijonazos de tus emociones.—Pro. 13:20.
En estos tiempos críticos no todos los padres realmente se preocupan por sus hijos. Es de esperarse que tus padres sí se preocupen y se alegren de que estés con ellos. Puedes proporcionar la chispa que les ayude a mantenerse interesados en la vida. Todavía podrás seguir disfrutando de tu música y eso está bien... pero no dejes que ésta te induzca a aislarte de la asociación placentera con tus padres.
Las compañías que graban la música en la actualidad están muy al tanto de que las personas jóvenes son sensibles. Saben qué tipo de canciones tienen que promover a fin de obtener tu atención y también esperan obtener tu dinero. No te dejes manipular de esta manera. Toma las riendas tú mismo. No te vayas a los extremos. No te aísles. La Biblia dice: “El que se aísla buscará su propio anhelo egoísta; contra toda sabiduría práctica estallará.”—Pro. 18:1.
Si has desarrollado el hábito de alejarte de tus padres, ¿por qué no buscas otra forma de tratar con ellos? Dales una oportunidad. Trata de ver si aprecias mejor la vida de esta manera. La próxima vez que te sientas tentado a retirarte a tu dormitorio y a tus discos o grabaciones, únete al grupo familiar y participa de sus actividades en vez de aislarte. Contribuye algo al grupo. ¿Te alegrará el haber hecho tal esfuerzo? ¿Se alegrarán tus padres? Quizás todos se alegren. Si te has aislado, es muy probable que ellos se alegren de darte una cariñosa acogida.
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¿La vida, o los principios?¡Despertad! 1981 | 8 de enero
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¿La vida, o los principios?
George R. Plagenz, columnista estadounidense de noticias religiosas, consideró recientemente el asunto de que los testigos de Jehová se nieguen a aceptar transfusiones de sangre. Declaró: “Si hablamos en serio cuando decimos: ‘Hay cosas más preciosas que la vida misma’ (lo cual oímos durante tiempos de guerra), ¿por qué nos escandaliza y perturba tanto el que otra persona diga que prefiere morir a traicionar sus creencias?”—cita del “Cleveland Press” del 24 de septiembre de 1979.
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