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La actitud correcta es una salvaguardaLa Atalaya 1974 | 15 de junio
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MOTIVO ADECUADO PARA LA OBRA DE PREDICAR
24. ¿Qué movía a Jesús en su predicación de las “buenas nuevas”?
24 ¿Qué movía a Jesucristo, el mayor Predicador que ha habido en la Tierra? Su amor a Jehová y a las “ovejas” de Jehová. “Al ver las muchedumbres,” informa Mateo en el Mateo capítulo 9, versículo 36, “se compadeció de ellas, porque estaban desolladas y desparramadas como ovejas sin pastor.” ¿Simplemente se sintió mal Jesús en cuanto a aquellas personas, o meramente habló a sus discípulos acerca de la lamentable condición de ellas? No. Él amaba a la gente desde el corazón, y eso lo movía a tomar acción con gran esfuerzo a favor de ella. Las mismísimas siguientes palabras del relato de Mateo (vers. Mat. 9:37, 38) dicen: “Entonces dijo a sus discípulos: ‘Sí, la mies es mucha, mas los obreros son pocos. Por lo tanto, rueguen al Amo de la mies que envíe obreros a su siega.” Y Jesús y sus discípulos sí segaron una gran mies. En Hechos 4:4 hallamos que la cantidad de los hombres qué creían para aquel tiempo era de cinco mil, y más tarde, en Hechos 6:7, leemos: “Por consiguiente, la palabra de Dios siguió creciendo, y él número de los discípulos siguió multiplicándose muchísimo en Jerusalén; y una gran muchedumbre de sacerdotes empezó a ser obediente a la fe.”
25, 26. (a) En vista de la necesidad de que la gente aprenda la verdad, ¿a qué preguntas se encara cada uno de nosotros? (b) Como se ilustra por la experiencia de un matrimonio en Irlanda, ¿qué debe movernos a seguir predicando?
25 De modo similar hoy, la necesidad es muy grande. Nunca ha tenido la gente por todo el mundo mayor necesidad de la verdad. Por eso, cada uno de nosotros se encara a estas preguntas: ¿Amo yo a las “ovejas” esparcidas de Jehová? ¿Estoy dispuesto, no solo a condenar y censurar las malas condiciones, sino a hacer algo, lo único que verdaderamente ayudará a estas personas? ¿Amo a Jehová lo suficiente para probar mi amor de esa manera?
26 Un cristiano que había servido con su esposa como ministro precursor de los testigos de Jehová en Irlanda por catorce años dijo: ‘Día tras día salíamos durante todo el día de casa en casa y no hallábamos siquiera una respuesta. Por la noche cuando llegaba a casa tenía que seguir preguntándome: ¿Por qué estoy haciendo esto? Y la respuesta siempre tenía que ser: Porque amo a Jehová.’
27. Si nos enfrentamos a indiferencia u oposición en nuestro ministerio, ¿qué consejo bíblico podemos recordar provechosamente?
27 ¿Qué hay en cuanto a usted mismo? ¿Se enfrenta a indiferencia u oposición en su territorio? Si es así, recuerde las palabras de Pablo en Hebreos 10:36-39: “Ustedes tienen necesidad de perseverancia, para que, después que hayan hecho la voluntad de Dios, reciban el cumplimiento de la promesa. Porque aún ‘un poquito de tiempo,’ y ‘el que viene llegará y no tardará.’ ‘Pero mi justo vivirá a causa de la fe,’ y, ‘si se retrae, mi alma no se complace en él.’ Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.”
28. Por eso, ¿cómo debemos sentirnos en cuanto al privilegio de ser testigos de Jehová?
28 En vista de todas estas cosas, pues, es bueno que todos nos examinemos para asegurarnos del espíritu que tenemos. Si hemos llegado a ser testigos bautizados de Jehová, ciertamente no queremos desarrollar una actitud negativa en cuanto a la posición gloriosa en que estamos. Este magnífico favor de Jehová debe movernos a tener un interés ardiente en otros y un deseo de ayudar a otros. Nos debe impeler a ser de toda alma en nuestro servicio a Jehová. (Ecl. 9:10) Poseyendo el tesoro de la verdad, y estando favorecidos con el ministerio cristiano, no podemos permitirnos ahora eludir nuestra responsabilidad por una manera apática de razonar o por excusas.
29. ¿Qué hará que podamos esperar el “día” de Jehová con confianza gozosa?
29 Jehová nos estimula por medio del profeta Isaías, diciendo: “Aquí estoy colocando como fundamento en Sión una piedra, una piedra probada, el precioso ángulo de un fundamento seguro. Nadie que ejerza fe será sobrecogido de pánico.” (Isa. 28:16) Allá en el día de Isaías la gente confiaba en una paz y seguridad falsa. Pero hoy, sabemos que el Rey Jesucristo está gobernando y que el glorioso nuevo orden de verdadera paz y seguridad se ha acercado. Si ejercemos fe seremos firmes, y no nos sacudirán las dudas. No hay duda en cuanto a lo que se requiere de nosotros para que vivamos en ese nuevo orden. Fe firme aunada a “actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa” nos asegurarán la salvación. Así estaremos aprobados delante del Hijo del hombre cuando llegue el “día” ardiente de Jehová.
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¿Es usted un visitante discreto?La Atalaya 1974 | 15 de junio
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¿Es usted un visitante discreto?
¿QUÉ clase de invitado es usted? ¿Cuál es su motivo al hacer visitas? ¿Anhela usted ser invitado de los que pueden poner la mejor mesa? ¿Busca usted la invitación de los que son prominentes, ricos o poderosos?
El mundo busca estas cosas. Muchos han hecho del ‘figurar socialmente’ su búsqueda de la vida. La lista de “Quiénes son gente de importancia” es su guía. Pero el libro bíblico de Proverbios señala la falacia de esta búsqueda y da consejo que le ayudará a uno a evitar el lazo que yace en ello. El escritor sabio dice:
“En caso de que te sientes a alimentarte con un rey, debes considerar con diligencia lo que está delante de ti, y tienes que poner un cuchillo a tu garganta si eres dueño de un deseo del alma. No muestres apetecer sus platos sabrosos, puesto que es el alimento de mentiras.”—Pro. 23:1-3.
El proverbio lo exhorta a “usted” el lector en cuanto a su conducta en presencia de los que tienen autoridad, advirtiendo contra el peligro de intentar una asociación demasiado íntima con hombres poderosos. No muchas personas llegan a sentarse a la mesa de un rey verdadero, pero a veces sí comen a la mesa de uno que tiene autoridad. Por lo general hay una gran variedad de platillos, buen vino, etcétera, que lo tienta a uno a la intemperancia. Un invitado a tal mesa debe ser doblemente cuidadoso para no excederse. Debe restringir su apetito —figurativamente, ‘poner un cuchillo a su garganta’— especialmente si es uno que tiene “deseo del alma,” que es fácilmente llevado a comer o beber demasiado. Si es sabio, el invitado ciertamente vigilará toda su conducta en esta situación, porque no quiere que este hombre de autoridad lo juzgue inmoderado o voraz.
“No muestres apetecer sus platos sabrosos, puesto que es el alimento de mentiras,” advierte el proverbio. El invitado no se debe dejar engañar y pensar que esta invitación a comer automáticamente significa que es un individuo favorecido, tampoco debe tratar presuntuosamente de hacerse demasiado íntimo con el hombre. Esto podría llevar a su humillación y posiblemente a su caída. Considere el caso de Hamán, que se llevó chasco precisamente cuando pensaba que era el más íntimo con el rey Asuero de Persia.—Est. 5:8-11; 7:1-10.
SE REQUIERE DISCERNIMIENTO
Por otra parte, quizás usted sea una
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