¿Puede usted ayudar a las viudas y a los huérfanos de padre “en su tribulación”?
1, 2. (a) ¿Cuál es la diferencia entre “ver” a una persona que está en aflicción y “cuidar” de ella? (b) Según Santiago 1:27, ¿qué responsabilidad trae consigo la adoración verdadera?
HAY una enorme diferencia entre ver a una persona en su aflicción y cuidar de ella. La adoración verdadera debería transformar a las personas de individuos que observan indiferentemente en ayudantes solícitos de sus compañeros de creencia, porque “la forma de adoración que es limpia e incontaminada desde el punto de vista de nuestro Dios y Padre es ésta: cuidar de los huérfanos y de las viudas en su tribulación, y mantenerse sin mancha del mundo.”—Sant. 1:27.
2 En Santiago 1:27 la palabra del griego original que se traduce “cuidar de” se define como ‘ocuparse de, proveer para.’ Comunica la idea de visitar a alguien para proporcionarle la ayuda que necesita. Esta ayuda se recibe con un sentido de profundo aprecio.
LOS HIJOS PUEDEN PROVEER AYUDA VALIOSA
3, 4. (a) Según 1 Timoteo 5:4, ¿quiénes deben interesarse en ayudar a las viudas? (b) ¿De qué maneras pueden prestar ayuda los hijos de madres o padres sin cónyuge, y cuál es el mejor apoyo que estos hijos pueden dar?
3 El apóstol Pablo muestra quiénes deben interesarse en ayudar a las viudas, al decir: “Si alguna viuda tiene hijos o nietos, que éstos aprendan primero a practicar devoción piadosa en su propia casa y a seguir pagando la debida recompensa a sus padres y abuelos, porque esto es acepto a la vista de Dios.” (1 Tim. 5:4) Aunque esta declaración tiene que ver con hijos adultos, aun los menores de edad pueden aprender a manifestar su devoción a Dios por medio de pagar “la debida recompensa” a sus padres, que han hecho tanto por ellos. Pero, ¿cómo pueden hacer eso? Algunos jóvenes dan ayuda financiera, como lo hizo uno que ofreció todo lo que había ahorrado de su trabajo de media jornada a fin de pagar una cuenta inesperada. “Esta clase de generosidad de parte de un hijo de 14 años de edad,” dijo su madre con rostro radiante, “me anima a tal grado que no puedo expresarlo con palabras.”
4 Aunque los hijos no puedan contribuir dinero, pueden dar cosas mucho más importantes... agradecimiento y obediencia. (Pro. 23:22; Efe. 6:1-3) La mayoría de los padres y las madres sin cónyuge se preguntan: “¿Estoy criando bien a mi hijo?” Imagínese el gozo que tuvo un padre sin esposa cuando su hijito le preparó una tarjeta en la que decía: “Te quiero muchísimo y sé que verdaderamente te esfuerzas.” Bueno, si tú, el lector, eres el hijo o la hija de una madre sin esposo o de un padre sin esposa, ¿le has dicho últimamente a tu papá o a tu mamá cuánto agradeces los sacrificios que él o ella hace por ti? ¿Eres pronto a obedecer? ¿Sabes lo que quiere decir lavar los platos obedientemente, sacar la basura, hacer tus tareas escolares, llegar a casa a tiempo, ser aseado y, sobre todo, estudiar con regularidad tus lecciones bíblicas? El obedecer de buena gana en cuanto a estos asuntos es el mejor apoyo que puedes dar a tu padre o a tu madre.
CÓMO PUEDE AYUDAR LA CONGREGACIÓN
5. (a) ¿Qué quiere decir compartir “sentimientos como compañeros,” y por qué es esto tan importante? (b) ¿De qué maneras pudiera nuestra congregación manifestar el ‘sentimiento de compañero’ a los padres y madres sin cónyuge?
5 “Ha sido difícil y a veces la carga se me hace demasiado pesada,” dijo una madre sin esposo y que tiene seis hijos, incluso un par de gemelos de 17 meses de edad. “Sin embargo, de vez en cuando uno de los hermanos o hermanas [de la congregación] me dice: ‘Juana, usted está logrando un trabajo excelente. Va a valer la pena.’ El solo saber que otros están pensando en una y que una les importa es muy provechoso.” Esto muestra la manera en que todos pueden ayudar. “Todos ustedes,” insta el apóstol Pedro, “sean de un mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo tiernamente compasivos.” (1 Ped. 3:8) Póngase en la situación de la otra persona. Una palabra bondadosa, una sonrisa que brote del corazón, pueden significar mucho. Sea compasivo más bien que dispuesto a criticar.
6. ¿Por qué sería verdaderamente reprensible ante Dios la persona que actuara como la que se describe en 1 Juan 3:17?
6 El amor verdadero abarca más que palabras bondadosas. Justamente antes de instar a los cristianos a expresar su amor activamente por medio de obras, el apóstol Juan escribió: “Pero cualquiera que tiene los medios de este mundo para el sostén de la vida y contempla a su hermano pasar necesidad y sin embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones, ¿de qué manera permanece el amor de Dios en él?” (1 Juan 3:17) La palabra original que se traduce “contempla” quiere decir no simplemente echar una ojeada, sino mirar detenida y deliberadamente. Se emplea al hablar de un general que inspecciona a un ejército. Ciertamente éste, al mirar, está interesado en notar detalles. Por eso, imagínese la escena que Juan pinta: Alguien que tiene los medios con los cuales ayudar, después de dar una mirada cuidadosa a su hermano, percibe que existe una necesidad, luego cierra y echa llave a la puerta de su corazón. Rehúsa ayudar. ¡Qué frío! Nos sentimos agradecidos del hecho de que las respuestas negativas de esa índole son excepciones raras entre los testigos de Jehová. Innumerables informes muestran la generosidad que éstos despliegan para con los que ‘pasan necesidad.’
7. Cuando se descuida a las familias que carecen de padre o madre, ¿cuál es, por lo general, la razón, y cómo puede remediarse el problema?
7 Sin embargo, ha habido casos de descuido. Generalmente éstos han ocurrido porque no se ha ‘contemplado’ la necesidad. No se hizo una ‘observación cuidadosa’ que desplegara interés para con los necesitados. Bueno, ¿qué situación existe en su congregación? ¿Está usted realmente consciente de las circunstancias de las viudas y de los huérfanos? ¿Ha hecho usted últimamente algo más que solo saludarlos? ¿Los ha invitado alguna vez a una comida o a una reunión social para poder conocerlos mejor? Estas preguntas nos ayudan a ver si realmente estamos ‘contemplando’ la condición de las familias de nuestra congregación que tienen solo padre o madre.
8. ¿Cómo han ayudado algunos miembros de la congregación a las familias necesitadas en las cuales solo hay el padre o la madre?
8 No se requiere gran riqueza para ayudar. Muchos, al ver que existe una verdadera necesidad, han compartido con los necesitados el alimento que para ellos es sobrante, o les han pasado ropa que ha quedado chica a sus propios hijos. Algunos hasta han enseñado aptitudes prácticas, como la de coser, a estas personas que se hallan con hijos pero sin cónyuge, para que puedan arreglárselas mejor. Un viejo proverbio dice: “Dale al hombre un pescado, y lo alimentas por un día. Enséñale a pescar, y lo alimentas por toda la vida.” Una madre sin esposo escribió: “Una hermana me dio una máquina de coser, dos largos de tela y lecciones de costura. Desde entonces he ahorrado centenares de dólares.”
9. ¿Qué punto de vista equilibrado deben tener las familias sin padre o sin madre respecto a recibir ayuda de otros?
9 Sin embargo, ¿deberían las personas que tienen hijos y se hallan sin cónyuge esperar como cosa normal que les llegue la ayuda “a torrentes,” y sentirse desanimadas si no sucede así? Es preciso mantener un punto de vista equilibrado. A la vez que la persona se siente agradecida por cualquier ayuda que otros le ofrezcan, debe preguntarse: “¿Estoy haciendo todo lo posible por encargarme de la situación en que me encuentro?” Como lo expresó una de estas personas con hijos y sin cónyuge: “Nadie puede en realidad echarse la carga de una familia adicional. El que no se ayuda a sí mismo, no está aceptando su plena responsabilidad. La persona tiene que aprender a valerse por sí misma.” Hay ejemplos bíblicos de viudas fieles que dieron de sí mismas, más bien que haber esperado que otros les rindieran servicio. (Luc. 2:36-38; Mar. 12:42-44) Una madre sin esposo y de escasos recursos económicos, que luchó por muchos años para criar a dos hijos, tenía en su pared una placa que decía: “Los que llevan alegría a la vida de otros no pueden menos que ser alegres ellos mismos.” Por 12 años, como evangelizadora de tiempo completo, eso es precisamente lo que ella ha hecho. Ha dado de sí misma, y ahora, a la edad de 73 años, todavía da para ayudar a otras personas. Como resultado de esto, nunca ha sufrido necesidad.—Pro. 11:25.
10. ¿Qué evidencia hay de que las hermanas maduras del primer siglo desempeñaron un papel importante en ayudar a las viudas y a los huérfanos?
10 No cabe duda de que en el primer siglo las mujeres maduras desempeñaron un papel importante en ayudar a las viudas y a los huérfanos. De algunas viudas se dice que ‘socorrieron a los atribulados,’ y entre éstos tal vez estuvieron algunas familias sin padre o sin madre. (1 Tim. 5:10) En su carta a los cristianos de Roma, la cuarta parte de las personas a quienes Pablo envió saludos eran mujeres que habían servido fielmente con la congregación o a favor de ella. De algunas se dice específicamente que trabajaron duro o efectuaron labores “en el Señor.” (Rom. 16:3-15) A la mujer Febe, “ministra de la congregación” (evidentemente sirvió de manera no oficial atendiendo a las necesidades personales de otros), se le describe como “defensora de muchos.” Sin duda ella tomó la iniciativa en cuanto a ayudar a “muchos,” lo cual fortaleció a la congregación. Hoy, al igual que Febe, cristianas maduras dan estímulo y ayuda amorosos, lo cual incluye dar de sus recursos materiales para ayudar “a los atribulados.”—Rom. 16:1, 2.
11. (a) ¿Qué clase de ayuda pueden dar las hermanas maduras a las madres sin cónyuge? (b) ¿Qué ejemplo puede citar usted? ¿Sabe usted de otros casos?
11 Muchas cristianas de edad avanzada proveen ayuda de índole espiritual y emocional por medio de ser “maestras de lo que es bueno,” para ‘hacer volver a su sentido a las mujeres jóvenes’ como resultado de ofrecerles consejo con despliegue de comprensión. (Tito 2:3-5) Por ejemplo, después que una madre sin cónyuge oyó un discurso bíblico sobre el matrimonio, empezó a llorar. Una cristiana de más edad le preguntó qué pasaba. Con lágrimas, la otra respondió: “Oh, supongo que solo me estoy mirando a mí misma con lástima.” La mujer mayor empezó a hablarle. Sabía cómo se sentía la deprimida, porque 20 años atrás su esposo la había abandonado a ella. La más joven comentó: “Ella fue la que más me ayudó. Me hablaba por largos ratos y me invitaba a participar con ella en la obra de predicar. Le he tenido mucho cariño.” Muchas cristianas maduras han hecho el esfuerzo de allegarse a personas como ésta y han ofrecido ser para ellas “un paño de lágrimas,” y hasta han considerado con ellas problemas muy personales de los cuales un varón cristiano, por sí solo, no pudiera haberse encargado adecuadamente.
ANCIANOS, ‘ALEGREN EL CORAZÓN DE LAS VIUDAS’
12. ¿Cómo pueden los ancianos ‘alegrar el corazón de las viudas’?
12 “El corazón de la viuda yo alegraba,” dijo Job en los tiempos precristianos. (Job 29:13) Él “sentía” el dolor que experimentaban las viudas. Más bien que aumentar ese dolor con una palabra o acción irreflexiva, él obró de modo que ellas se alegraran interiormente... en el corazón. Hoy los ancianos de las congregaciones cristianas pueden hacer lo mismo por medio de dar seguridad, a las personas que se encuentran en esta situación, de que la congregación es una familia cariñosa, y hacer que ellas sientan que en realidad son parte de ella. Los superintendentes pueden compartir con estas personas un texto consolador de la Biblia que muestre las bendiciones que vienen como resultado de la fidelidad. El que compartan “sentimientos como compañeros,” el que se pongan en la situación de la otra persona, ayudará a los superintendentes a tratar de comprender las tremendas presiones emocionales y mentales que afligen a muchos padres y madres que no tienen cónyuge. (1 Ped. 3:8) Por consiguiente, las personas necesitadas no vacilarán en acudir a los ancianos por ayuda. Cada uno de estos hombres espirituales verdaderamente puede ser como un “escondrijo contra la tempestad de lluvia, como corrientes de agua en país árido.”—Isa. 32:1, 2.
13. ¿Por qué pueden los padres o las madres sin cónyuge dirigirse a los ancianos para conseguir ayuda con relación a tomar decisiones importantes, y qué clase de ayuda debe dárseles?
13 La Biblia predijo que Dios volvería a poner “consejeros” capacitados entre su pueblo antiguo. (Isa. 1:26) De manera similar, las personas con hijos y sin cónyuge pueden acudir a los ancianos en busca de consejo al tener que tomar decisiones importantes. Cuando se les aborde, los ancianos deben proveer “dirección diestra” y ayudar a los que les piden consejo a reconocer los principios bíblicos envueltos en el asunto que se esté considerando. No obstante, la función del anciano o de cualquier otra persona a quien se acuda en busca de ayuda es la de ‘aconsejar,’ no la de tomar decisiones para otros.—Pro. 11:14; Gál. 6:5.
14. (a) ¿Por qué deben los ancianos tratar de “reajustar” a alguien que dé un paso en falso? (b) ¿Cómo se empleaba en el primer siglo la palabra griega para “reajustar,” y cómo debe el conocimiento de esto afectar el modo en que se efectúe el “reajustar”?
14 Tal vez un anciano note que, debido a las presiones, alguna persona que tiene hijos pero se halla sin cónyuge está dando un “paso en falso,” como el de concertar citas con un no creyente. Quizás la persona no se dé cuenta del todo de lo grave que es ese paso. “Hermanos, aun cuando un hombre da algún paso en falso antes de darse cuenta de ello,” recomienda la Biblia, “ustedes que tienen las debidas cualidades espirituales traten de reajustar a tal hombre con espíritu de apacibilidad.” (Gál. 6:1) Así los ancianos y otros pueden impedir que un “paso en falso” se convierta en todo un derrotero descarriado. La palabra griega para “reajustar” también se traduce ‘remendar.’ (Mar. 1:19) En el primer siglo se empleaba para describir el restablecimiento o reducción de un hueso roto. Aunque el médico tiene que aplicar cierto grado de presión, ¡con cuánta ternura procede a restablecer o reducir el hueso! El objetivo sería ‘remendar’ el daño, no empeorarlo. Por eso, “con espíritu de apacibilidad” los ancianos que quieren llegar al corazón de una persona que está en peligro de descarriarse procederán a razonar con ella tiernamente, pero de manera clara, y suministrarle ayuda para que vea por qué el aplicar el consejo de la Palabra de Dios es lo más provechoso para ella, y así la pondrán en camino a restablecerse espiritualmente.
15. (a) ¿En qué casos pudiera ser necesario que los ancianos organizaran ayuda para viudas necesitadas? (b) ¿Por qué necesitan los ancianos la ayuda de otros miembros de la congregación?
15 A veces los ancianos tendrán que organizar ayuda para las viudas solitarias. En Trinidad, una viuda cristiana de 79 años de edad enfermó gravemente de cáncer incurable y precisaba atención 24 horas al día. Aunque recibía una pensión pequeña del gobierno, no tenía parientes que la ayudaran. Para evitar que la tarea cayera sobre solo unas cuantas personas, los ancianos organizaron en equipos a las cristianas que ofrecieron ayudar, y les fijaron horarios. Por más de seis meses estas mujeres atendieron a su hermana espiritual, cocinando para ella y haciéndole la limpieza, transportándola, lavándole la ropa y hasta bañándola cuando ya no podía moverse. Este ejemplo de amor verdaderamente impresionó a los vecinos. Claro, los ancianos no pueden hacer todo lo que se necesita en casos como éste. Por lo general, tienen sus propias familias a las cuales atender. Pero se alegran de hacer lo que pueden, y agradecen el que otros tomen la iniciativa en lo que tiene que ver con ayudar en circunstancias como ésta.
HERMANOS, ‘LIBREN A LOS HUÉRFANOS DE PADRE’
16. (a) ¿Cuál es una de las principales causas de preocupación para las madres sin cónyuge respecto a sus hijos varones? (b) ¿Quiénes pueden ayudar, y cómo?
16 Si no hay padre en la familia, la madre naturalmente se preocupa por la falta de la influencia de un padre en el hogar, especialmente en el caso de hijos varones. Los hombres de la congregación deben sentirse como Job, quien dijo: “Yo libraba . . . al huérfano de padre y a cualquiera que no tuviera ayudador.” (Job 29:12) A menudo lo que se necesita es una manifestación de interés sincero. A estos muchachos se les podría invitar personalmente a participar con ustedes en la testificación, en ciertas actividades en el Salón del Reino y hasta en algún recreo sano. Esta atención pudiera ‘librar’ al muchacho de un proceder mundano y atraerlo a la congregación.
17. (a) ¿Quién fue un buen ejemplo de alguien que ‘libraba a los huérfanos de padre,’ y con qué resultados? (b) Al ofrecer ayuda a los hijos de otra persona, ¿qué tendría que considerar un hermano casado?
17 El apóstol Pedro fue uno que ‘libraba a los huérfanos de padre.’ Él trató a Juan Marcos como amigo y hasta lo llamó “Marcos mi hijo.” (1 Ped. 5:13) Es probable que María, la madre de Marcos, viviera sin esposo, porque el relato dice que Pedro fue a la casa de ella, no a la de su esposo. (Hech. 12:12) Sin lugar a dudas la excelente asociación espiritual que Marcos tuvo con Pedro y con otros cristianos contribuyó a que Marcos se hiciera misionero y hasta escribiera un libro de la Biblia. Él es un buen ejemplo para los muchachos a quienes una madre tiene que criar sola. Naturalmente, todo hermano casado tendría que reconocer que bíblicamente tiene una responsabilidad mayor... la de cuidar de su propia familia primero. Mientras se encarga de no desatender a “los que son suyos,” mucho bien puede resultar de manifestar interés en estos huérfanos de padre al grado que sea provechoso y hasta donde lo permitan las circunstancias.—1 Tim. 5:8.
LA BASE PARA ESTA AYUDA... EL AMOR ABNEGADO
18. (a) ¿Qué clase de amor identifica al cristianismo genuino, y cómo lo manifestó Jesús? (b) ¿Cómo podemos nosotros desplegar esa clase de amor?
18 Lo que identifica al cristiano verdadero no es simplemente el amor, sino el amor abnegado. Jesús dijo a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.” (Juan 13:34, 35) El ejemplo de dar que él dejó habría de ser la norma. Él “no se agradó a sí mismo.” “Se hizo pobre por causa de ustedes.” “Se dio a sí mismo [por medio de una muerte de sufrimiento horrible] por nuestros pecados.” Solo por medio de imitar este modelo de amor podrían sus discípulos manifestar la atención y el cuidado que necesitarían las viudas así como los huérfanos y las huérfanas de padre durante “su tribulación.”—Rom. 15:3; 2 Cor. 8:9; Gál. 1:4; Sant. 1:27.
19, 20. (a) ¿Es siempre fácil manifestar amor abnegado? ¿Por qué sí, o por qué no? (b) ¿A quiénes especialmente debemos interesarnos en ayudar?
19 A medida que se intensifican las presiones y se nos hace más difícil atender nuestros propios problemas, fácilmente nos hacemos insensibles a la situación penosa en que se encuentra otro y quedamos preocupados con los asuntos de nuestra propia vida. Hasta en el primer siglo algunos que habían sido “enseñados por Dios a amarse los unos a los otros” tenían que seguir “haciéndolo en medida más plena.” (1 Tes. 4:9, 10) ¿No deberíamos examinar francamente nuestra propia actitud y acciones para con nuestros hermanos y hermanas cristianos que se hallan en circunstancias desafortunadas? Un amor como el de Jesús exigiría que entregáramos nuestra vida por nuestros hermanos. Sin embargo, si estamos dispuestos a entregar nuestra vida por nuestros hermanos, ¿cuál debe ser nuestra actitud en cuanto a compartir nuestro “pan” cuando ‘contemplamos a nuestro hermano pasar necesidad’?—1 Juan 3:17.
20 El cumplir con nuestras responsabilidades bíblicas nos mantiene a todos muy ocupados. Frecuentemente quisiéramos poder hacer más para ayudar a otros. Sin embargo, si de buena gana hacemos lo que podemos, podemos tener la seguridad de que Jehová conoce nuestras limitaciones y aprecia lo que hacemos. “Mientras tengamos tiempo favorable para ello, obremos lo que es bueno para con todos, pero especialmente para con los que están relacionados con nosotros en la fe.”—Gál. 6:10.
TODOS TRABAJAN JUNTOS PARA SOPORTAR LAS TRIBULACIONES
21. (a) ¿Qué pueden hacer los padres o las madres sin cónyuge a fin de enfrentarse con éxito a las presiones de la actualidad? (b) ¿Cómo pueden ayudarles otros miembros de la congregación? ¿Es importante esta ayuda?
21 Así, en resumen, las personas que tienen hijos pero viven sin cónyuge pueden perseverar por medio de hacer lo siguiente: (1) Confiar en Dios continuamente ahora y abrigar la esperanza de la vida eterna en la cual Dios satisfará los deseos de todos. (Sal. 37:3, 4) (2) Mantener una relación estrecha con Dios por medio del estudio de la Biblia y oraciones intensas. (3) Seguir participando en obra beneficiosa, incluso testificar acerca del Reino, administrar la casa y criar a los hijos. El amor abnegado hará que todo miembro de la congregación responda a la necesidad de ayudar a los padres y a las madres sin cónyuge que se hallen en necesidad. ¿Cómo? Por medio de tener para con ellos ‘sentimientos de compañero,’ manifestar interés en los hijos de éstos y ayudarles en sentido espiritual y material, para mencionar solo unas cuantas de las excelentes cosas que se pueden hacer a favor de ellos. ¿Cuán valiosa es dicha ayuda? Una de estas personas con hijos y sin cónyuge dijo: “He pasado por muchas experiencias desagradables que prefiero olvidar. Sin embargo, permítaseme decir esto: ¡Sin la ayuda de mis amorosos y fieles hermanos y hermanas nunca podría haber tenido éxito!”
22. ¿En qué resultará el cuidar de las viudas necesitadas y de los huérfanos y huérfanas de padre?
22 Sí, los que genuinamente ‘cuidan de’ las familias afligidas en las cuales falta el padre o la madre no solo verán a éstas perseverar fielmente sin rendirse. (Sant. 1:27) También reflejarán brillantemente la personalidad de nuestro Padre celestial, quien “da ayuda a la viuda y a la criatura que no tiene padre.”—Sal. 146:9, The Bible in Basic English.
[Ilustración en la página 21]
Cristianas maduras pueden dar estímulo y ayuda amorosos, incluso ayuda material
[Ilustración en la página 22]
El aprender algún oficio puede ayudar a personas con hijos y sin cónyuge a enfrentarse al costo de la vida
[Ilustración en la página 24]
¿Ha invitado usted alguna vez a una comida a alguna familia en la cual falte el padre o la madre, para llegar a conocerse mejor?