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  • ¿Qué seguridad puede usted tener de que Dios lo toma en cuenta?

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  • ¿Qué seguridad puede usted tener de que Dios lo toma en cuenta?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
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  • ¿Qué clase de relación es posible establecer?
  • ¿Desde cuándo se interesa Dios en el hombre?
  • ¿Hizo resaltar Cristo el interés de su Padre?
  • ¿Toma Dios en cuenta al hombre hoy día?
  • ¿Le importa a Dios el futuro del hombre?
  • ¿Toma Dios en cuenta a los muertos?
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1983
w83 1/3 págs. 4-7

¿Qué seguridad puede usted tener de que Dios lo toma en cuenta?

AL LLEGAR la noche, ¿no ha hecho usted alguna vez una pausa y ha mirado al cielo? ¿No se ha preguntado alguna vez hasta qué distancia puede ver en el espacio, o cuántas estrellas puede ver a simple vista? Entonces, maravillado ante la extraordinaria majestuosidad de los cielos, ¿no se ha preguntado alguna vez: ¿Qué seguridad puedo tener de que Dios toma en cuenta al insignificante hombre? En realidad, ¿se interesa Dios en mí como individuo?

Hace tres mil años el poeta y rey hebreo David, de Judá, expresó su asombro con las siguientes palabras: “Cuando veo tus cielos, las obras de tus dedos, la luna y las estrellas que tú has preparado, ¿qué es el hombre mortal para que lo tengas presente, y el hijo del hombre terrestre que cuides de él?” (Salmo 8:3, 4). Sí, aunque David no se daba cuenta de ello, estaba mirando dentro del universo, a simple vista, a una distancia de unos 600.000 años luza. Le impresionaba que el Creador de la vasta expansión también tomara en cuenta al hombre.

David expresó un pensamiento similar en Salmo 144, donde leemos: “Oh Jehová, ¿qué es el hombre para que tomes nota de él, el hijo del hombre mortal para que tomes cuenta de él? El hombre mismo tiene parecido a una mera exhalación; sus días son como una sombra que pasa” (Sl 144 versículos 3, 4). Sin embargo, a pesar de la relativa insignificancia y transitoriedad del hombre, David sabía que Dios toma en cuenta al hombre. ¿Cómo podía estar seguro de eso? Porque él mismo había desarrollado una relación personal con Jehová.

¿Qué clase de relación es posible establecer?

¿Cómo sabemos que David tenía una relación personal con Dios? Una simple ojeada a cualquiera de los salmos, o canciones poéticas, de David debería ser suficiente para convencernos de esto. Por ejemplo, veamos el Salmo 23 y, a través de sus palabras expresadas con sencillez, tratemos de percibir la confianza implícita que David tenía en su Pastor, Jehová Dios.

“Jehová es mi Pastor.

Nada me faltará

En prados herbosos me hace recostar;

Me conduce por descansaderos donde abunda el agua.

Refresca mi alma.

Me guía por los senderos trillados de la justicia por causa de su nombre.

Aunque ande en el valle de sombra profunda,

No temo nada malo,

Porque tú estás conmigo;

Tu vara y tu cayado son las cosas que me consuelan.” (Sl 23 Versículos 1-4.)

En este Salmo se puede ver con claridad la profundidad de la relación que David tenía con Dios. ¿Qué efecto produce en usted este salmo? ¿Reconoce el puente de confianza que existía entre la “oveja” indefensa, David, y su Pastor protector, Jehová? Sin lugar a dudas, David estaba consciente del hecho de que aunque el hombre es parecido a “una mera exhalación”, su Dios y Pastor le tomaba en cuenta personalmente. Por eso, David pudo decir con convicción: “Jehová es mi Pastor. Nada me faltará”. Ahora, ¿cómo puede usted tener la misma seguridad, la misma confianza?

En primer lugar, hay un punto vital que no podemos pasar por alto. No es simplemente cuestión de que el pastor se interese en sus ovejas. Las ovejas también tienen que seguir al pastor y prestar atención a su voz. En otras palabras, si queremos ser tenidos en cuenta por Dios, nosotros también tenemos que tomar en cuenta a Dios. Si las ovejas huyen del rebaño o rechazan al pastor, entonces ya no reciben protección. La obstinación deliberada de las propias ovejas arruina la relación. A pesar de la historia del hombre a este respecto, Dios no solo ha desplegado interés en la humanidad en conjunto, sino que también lo ha hecho para con personas individuales. ¿Qué pruebas tenemos para decir esto?

¿Desde cuándo se interesa Dios en el hombre?

Desde el mismísimo comienzo de la historia humana Jehová ha manifestado interés por la humanidad y el futuro de ésta. Cuando estalló la rebelión egoísta en Edén, Dios no abandonó a la familia humana ni la dejó sin esperanza. El prometió que en el futuro vendría una “descendencia” que tomaría medidas en contra del enemigo principal del hombre y traería alivio mediante magullar la cabeza de Satanás (Génesis 3:15; Romanos 16:20). Desde aquel momento en adelante Jehová Dios continuó tratando con la humanidad, en algunas ocasiones con personas individuales y en otras con naciones.

Un ejemplo claro del interés de Jehová por cada persona de la nación de Israel fue la ley que aseguraba el porvenir de los huérfanos y las viudas, los desvalidos de la nación. Por ejemplo, ésta especificaba que ellos habían de participar en la recolección de la cosecha aunque no poseyeran terreno alguno. Se les concedía el derecho de espigar en los campos que se habían segado. ¡Qué superior era aquello a la gran cantidad de arreglos de asistencia pública que existen hoy día en las naciones! En Israel la persona conservaba su dignidad a pesar de su pobreza. ¿Por qué? Porque no tenía que mendigar ni esperar que el gobierno, de sus fondos, le suministrara comida y ropa. Con sus propias manos la persona espigaba a fin de satisfacer sus necesidades. Hacía trabajo útil y le estaba agradecida a su dadivoso Dios, Jehová. (Levítico 19:9, 10; Rut, capítulo 2.)

¿Hizo resaltar Cristo el interés de su Padre?

Los cuatro Evangelios dan a entender claramente el interés que Cristo tenía en la gente. Y puesto que él reflejó con exactitud las cualidades de su Padre, su interés era prueba evidente de que Dios sí toma en cuenta al hombre (Juan 14:9). La enseñanza de Cristo incluía pautas amorosas y prácticas para vivir una vida altruista. ¡Qué claramente se ilustró eso cuando sus discípulos regresaron cansados y exhaustos de una campaña de predicación! ¿Cuál fue la reacción de Jesús? Fue una de compasión y consideración. Jesús entendía los sentimientos de ellos, la necesidad que tenían de tomar un descanso. “El les dijo: ‘Vengan, ustedes mismos, privadamente a un lugar solitario y descansen un poco’. Porque eran muchos los que venían e iban, y no tenían tiempo libre siquiera para tomar una comida.” De modo que todos ellos se fueron en una barca a un lugar solitario a fin de descansar un poco.

Pero la muchedumbre les siguió. ¿Cómo reaccionó Jesús ante aquella situación? ¿Con impaciencia o ira? “Pues, al salir, [de la barca] vio una grande muchedumbre, y se enterneció por ellos, porque eran como ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñarles muchas cosas.” (Marcos 6:30-34.)

¡Qué claramente reflejó Cristo el interés de su Padre en la gente! También hizo resaltar este interés cuando dijo: “Se venden cinco gorriones por dos monedas de poco valor, ¿no es verdad? Sin embargo ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pero aun los cabellos de las cabezas de ustedes están todos contados. No tengan temor; ustedes valen más que muchos gorriones”. (Lucas 12:6, 7.)

Ciertamente, Dios no pasa inadvertida a la persona que procura ser un seguidor de Jesucristo. Pero el punto importante es: ¿Procura usted diligentemente seguir a Jesucristo? ¿Está usted consciente de su necesidad espiritual al respecto (Mateo 5:3)? Recuerde que, poco antes de ser arrestado y de morir, Jesús oró a su Padre: “Yo hago petición, no respecto a éstos solamente [los 11 apóstoles fieles que participaron con él en su última cena], sino también respecto a los [otros discípulos] que ponen fe en mí por medio de la palabra de ellos” (Juan 17:20). Jesús sabía que Dios no solo tomaría en cuenta a sus apóstoles, sino también a los que más tarde se hicieran creyentes como resultado de la predicación de ellos. Esto indica que todos los que son humildes como ovejas pueden acudir al Gran Pastor, Jehová Dios. (Salmo 23:1.)

¿Toma Dios en cuenta al hombre hoy día?

Pero puede que ahora usted pregunte: ‘Si en realidad Dios toma en cuenta al hombre, ¿cómo es eso evidente hoy día? Y ¿cómo puedo beneficiarme del interés que Dios manifiesta por la humanidad?’.

Hoy día Jehová, el Gran Pastor, ha hecho provisión para que en toda la Tierra las personas de disposición de oveja oigan su voz. ¿Cómo lo ha hecho? Jesús contesta: “Nadie puede venir a mí a menos que el Padre, que me envió, lo atraiga”. De modo que Jehová está atrayendo a la gente de corazón humilde hacia sí por medio del “pastor excelente” que él ha nombrado, Jesucristo. (Juan 6:44; 10:11, 14-16.)

¿Cómo se está llevando a cabo esa obra de atraer? Por medio de la actividad de predicar que llevan a cabo los seguidores fieles de Cristo, quienes son testigos del Dios verdadero, Jehová, al igual que lo fue Jesús. Sí, los testigos cristianos de Jehová están predicando dondequiera que hallan personas. Generosamente dan atención individual a cualquier persona que desee conocer a Dios. Si usted no lo ha hecho todavía, ¿está dispuesto a dar el primer paso en dirección a desarrollar una relación personal con el Gran Pastor, Jehová? ¿Está dispuesto a buscar a Dios por medio de Jesucristo? Recuerde la exhortación de Jesús: “Sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá”. Al enviar a su Hijo a la Tierra como beneficio para nosotros, el Gran Pastor ya ha dado un paso a favor de usted. Si usted toma acción, descubrirá pronto que Dios sí toma en cuenta al hombre. (Mateo 7:7; 1 Juan 4:7-10.)

¿Le importa a Dios el futuro del hombre?

El hecho de que la existencia del hombre se compare a una exhalación, a un simple suspiro, indica lo corta que es la vida del hombre. Sin embargo, en realidad, ¿por cuánto tiempo quisiera vivir usted si pudiera disfrutar de salud perfecta y felicidad? ¿Dijo usted: “Para siempre”? Bueno, Jehová ha prometido precisamente eso... vida eterna en una Tierra paradisíaca. Por eso, en la carta del apóstol Pablo a Tito, leemos acerca de “una esperanza de la vida eterna que Dios, que no puede mentir, prometió antes de tiempos de larga duración” (Tito 1:2). Basándose en esa misma promesa, Pablo aconsejó a otros cristianos que “trabajen en lo bueno, que sean ricos en obras excelentes, que sean liberales, listos para compartir, atesorando para sí mismos con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que lo es realmente”. Esa “vida que lo es realmente” lleva a vida eterna. (1 Timoteo 6:17-19.)

¿Toma Dios en cuenta a los muertos?

‘Pero —puede que usted pregunte— ¿qué hay de los muertos? ¿Los toma en cuenta el Gran Pastor?’ ¡Ciertamente que sí! Es por eso que el apóstol Pablo “declaraba las buenas nuevas de Jesús y de la resurrección” (Hechos 17:18). De seguro, la resurrección es un ejemplo sobresaliente del interés de Dios en la persona individual. ¿Por qué podemos decir eso? Porque muestra que El ha mantenido un registro, que incluye hasta el más mínimo detalle de la personalidad de los que serán restaurados a la vida. El Controlador Supremo del universo, en el cual hay millones de galaxias y estrellas, despliega denuedo ante la necesidad de recordar y grabar en el cerebro y el corazón de los que vuelvan a ser creados los rasgos de la personalidad de cada uno de ellos. No es de extrañar que Jesús haya declarado con convicción: “No se maravillen de esto, porque viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz [la de Jesús] y saldrán”. (Juan 5:28, 29.)

Si usted desea que el Gran Pastor, Jehová, lo tome en cuenta por medio de su Hijo, Jesucristo, no vacile en pedirle ayuda a los testigos de Jehová. En la intimidad de su propio hogar usted puede hacer cuantas preguntas desee relacionadas con la Biblia, y puede tener plena certeza de que recibirá respuestas razonables. O puede escribir a los publicadores de esta revista, quienes le ayudarán a conseguir pruebas definitivas de que Dios lo toma en cuenta ahora, y lo hará también en el futuro.

[Nota a pie de página]

a Un año luz es la distancia que recorre la luz en un año a una velocidad de 299.338 kilómetros por segundo. Esto equivale a 9.460.000.000.000 de kilómetros, distancia que viaja la luz en un año. Por supuesto, el universo se extiende mucho más allá de lo que el hombre puede ver a simple vista.

[Ilustración en la página 5]

¿Se interesa Dios en nosotros?

[Ilustración en la página 7]

El Gran Pastor cuida amorosamente de todas sus “ovejas”

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