Una lección de canto
1. Principalmente, ¿cuál es nuestra responsabilidad, y cómo hemos de considerarla?
CON bastante frecuencia, pero en ningún caso con demasiada frecuencia, el tema dominante de La Atalaya ha sido una llamada para rendir alabanza a Jehová. En nuestro estudio anterior se consideraron razones para esto, en conjunción con la lucha, desde el punto de vista general o colectivo. El foco ahora se concentra más particularmente en el punto de vista individual, en cuanto a lo que usted, personalmente, puede aprender para su estímulo y guía de esta lección de canto.
2. ¿Qué cita hizo Pablo revelando el propósito de Dios con respecto a Faraón?
2 Tomemos como nuestra clave casi el mismo punto de partida que antes, a saber, el propósito anunciado de Dios según Dios hizo que lo expresara su siervo Moisés a Faraón, y tal como Pablo lo citó: “Con este mismo propósito te he permitido permanecer, para mostrar en conexión contigo mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra.” (Rom. 9:17, NM) Pero esta vez examinemos esta expresión desde el propio punto de vista del apóstol, averiguando por qué hizo esta cita, también viendo por qué su argumento contiene material excelente para nuestra lección de canto.
3. ¿Cómo desarrolló Pablo su argumento preliminar concerniente al Israel carnal?
3 En los primeros cinco versículos del capítulo 9 de Romanos, Pablo expresa su gran dolor por sus parientes carnales, los israelitas, quienes disfrutaron de ventajas y oportunidades tan preciosas bajo la Ley, pero que las pasaron por alto, como mencionó antes en su carta. El Israel carnal pensaba que él solo tenía el derecho de heredar el favor de Dios por razón de su descendencia carnal de Abrahán y por razón de sus obras bajo la Ley. Pero, en los versículos 6 al 8 de este capítulo, Pablo explica que “no todos los que brotan de Israel [carnal] son realmente ‘Israel’,” es decir, el Israel verdadero, o el pueblo escogido de Dios, como Jehová había propuesto y predicho en su Palabra. Luego, después de recordarles que la simiente de Abrahán había de venir por medio de la línea de Isaac, cuyo nacimiento fué en cumplimiento de la promesa de Dios y no hubiera sido humanamente posible de otra manera, el apóstol dice que “los hijos en la carne no son realmente los hijos de Dios, sino que los hijos por la promesa son contados como la simiente”. Por estos últimos él se refiere a los que vienen a ser miembros del Israel espiritual, la congregación verdadera bajo Cristo la Cabeza, y que vienen a ser los hijos de Dios sólo por razón de la bondad inmerecida y la promesa de Dios, y no debido a algo que ellos hayan hecho o heredado.—Compare con Gálatas 3:16, 29; 4:28, NM.
4. ¿A qué conclusión llega el apóstol, implicando qué principio?
4 Y ¿qué conclusión lógica saca el apóstol de este argumento? Ah, aquí llegamos al primer principio bíblico, o verdad fundamental, que requiere nuestra atención estrecha para que podamos comenzar a aprender nuestra lección acertadamente. Expresándolo en las propias palabras de Pablo, Dios arregló los asuntos de esta manera “para que el propósito de Dios respecto a la selección continuara dependiendo, no de obras, sino de Aquel que llama [es decir, Dios]. . . . Entonces, pues, depende, no de aquel que desea ni de aquel que está corriendo, sino de Dios, que tiene misericordia”. (Rom. 9:11, 16, NM) El principio aquí expuesto es que Dios tiene el absoluto e indisputable derecho de escoger a quien quiera para que disfrute de su favor.
5. (a) ¿Qué lección ha de aprenderse, y por qué es importante? (b) Para disfrutar del favor de Dios, ¿cuáles son las condiciones esenciales?
5 La lección que hemos de aprender de esto es la de nuestra dependencia total en Dios. No es malo, por supuesto, desear disfrutar del favor y la misericordia de Dios, ni es malo correr en el camino señalado por Dios para su pueblo. El punto es que uno no puede llegar a ser del pueblo de Dios sólo porque desee o decida serlo. Ni depende de correr, o seguir un proceder que le dé a uno el derecho, por decirlo así, de esperar la aprobación de Dios. Ése fué el error que cometió Israel. “Israel, aunque seguía tras una ley de justicia, no alcanzó la ley. ¿Por qué razón? Porque la siguió, no con fe, sino como por obras.” (Rom. 9:31, 32, NM) No decidamos o determinemos las cosas por nosotros mismos. Tengamos cuidado a todo tiempo de ver que verdaderamente apreciemos de corazón las condiciones que Dios ha designado y puesto en su Palabra en cuanto a los requisitos necesarios para obtener su favor. Esto es necesario no sólo para tener un buen principio al emprender nuestro proceder cristiano, sino que es necesario por todo el camino, porque es posible que uno deje que las cosas se le escabullan o puede caer en una trampa. (Gál. 5:7, NM) Es interesante observar que muy al principio del Registro sagrado claramente se expone tanto el principio susodicho de que Dios hace la selección como los requisitos necesarios para que uno sea escogido. Porque aunque Jehová dijo a Moisés: “Haré merced a quien yo quisiere hacer merced, y usaré de misericordia con quien yo quisiere usar de misericordia,” un poco antes él expresó las condiciones esenciales para disfrutar de tal merced y misericordia: “Uso de misericordia hasta con la milésima generación de aquellos que me aman y guardan mis mandamientos.”—Éxo. 33:19; 20:6.
6. En la cita que Pablo hizo de Éxodo 9:16, ¿cuáles dos otros principios se revelan?
6 Es después de citar Éxodo 33:19 y expresar en sus propias palabras el principio contenido en él que Pablo añade en apoyo del mismo: “Porque la Escritura dice a Faraón: ‘Con este mismo propósito te he permitido permanecer, para mostrar en conexión contigo mi poder y para que mi nombre sea publicado por toda la tierra.’” (Rom. 9:17, NM) Esto introduce dos principios fundamentales más. Uno es que nadie puede resistir o frustrar el propósito de Dios, ni el orgulloso y poderoso Faraón ni aquel a quien él representó, Satanás “el dios de este sistema de cosas”. (2 Cor. 4:4, NM) El otro principio es que Dios es infinitamente grande. Dios es todo. Ése es el mayor principio, y así es como será en el resultado final de su propósito glorioso, porque “entonces el mismo Hijo también se sujetará a aquel que sujetó todas las cosas a él, para que Dios sea todas las cosas para con todos”.—1 Cor. 15:28, NM.
LECCIONES VALIOSAS
7. ¿Cómo enseña una lección importante para hoy el primero de estos principios?
7 De nuevo, tome nota de las lecciones valiosas para cantar apropiadamente las alabanzas de Dios. La primera es que una apreciación verdadera del primer principio inspira confianza y temor piadoso. Hoy hay en el mundo fuerzas de gran poder para el mal, fuerzas de cruel opresión y que podrían desatar una tercera guerra mundial. No les tema. Dios puede hacer y hará que estas fuerzas sean firmemente detenidas como en garras herméticas y sean maniobradas de tal modo que no se permita que nada dañe realmente a un solo interés del Reino o a un solo cantante y luchador del Reino. Bien podemos cantar tanto osada como dulcemente.—Apo. 7:1, NM.
8. ¿Qué otra lección puede aprenderse, y cómo debería afectarnos ésta personalmente?
8 La segunda lección es una de gratitud. Cuán agradecidos debemos estar si llegamos a ser recipientes de la misericordia de Dios, en vez de endurecernos, como Faraón. Esta es una fuerte razón personal para que cantemos las alabanzas de Jehová por la salvación bondadosamente provista mediante la misericordia. “La bondad y el amor por el hombre de parte de nuestro Salvador, Dios, fueron manifestados, sin deberse a ninguna actividad en justicia que nosotros hubiésemos desempeñado, sino conforme a su misericordia él nos salvó.”—Tito 3:4, 5, NM.
9. ¿Qué lección valiosa nos enseña la grandeza infinita de Dios?
9 La tercera lección, basada particularmente en el principio que se menciona último, es que debemos comprender que todo el crédito, por consiguiente toda la alabanza, debe ir a Dios, de quien todo depende y en quien podemos confiar absolutamente. En otras palabras, es una lección de humildad. Como Pablo dijo de sí mismo y de otro hermano: “Yo planté, Apolos regó, pero Dios siguió haciéndolo crecer; de modo que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que lo hace crecer.” (1 Cor. 3:6, 7, NM) Mantengamos grabados en la mente esa visión y ese punto de vista. Le da a Jehová su lugar legítimo y nos mantiene en nuestro lugar apropiado. Nos mantiene en armonía con el Creador para cantar sus alabanzas acertadamente. Nos mantiene muy humildes y agradecidos, y ésa es la única actitud segura y apropiada con que cantar las alabanzas de Jehová aceptablemente.
10. ¿Cómo pudiéramos sentirnos en cuanto a nosotros mismos en contraste con Moisés y David, y cómo nos ayuda la Palabra de Dios respecto a esto?
10 Las circunstancias bajo las cuales Moisés y David y otros fieles siervos proclamaron el nombre y propósito de Jehová fueron a menudo sumamente dramáticas, siendo ellos el centro de atracción. En contraste, usted probablemente se sienta agudamente consciente de sus limitaciones y condiciones pesadas de la vida, como un ama de casa común, u obrero fabril, etc. Usted tal vez se sienta impulsado a decirse: ‘¿Y qué papel desempeño yo en todo esto? La única lección de canto que yo recibo me viene del despertador muy temprano por la mañana. Me siento demasiado pequeño e indigno.’ Y hasta gran grado convenimos con usted. Cierto, usted es pequeño e indigno. Pero eso es lo maravilloso de ello, que Dios, quien tiene el derecho indisputable de decir quién disfrutará de su favor, haya decidido hacer posible que usted progrese y participe con otros, igualmente pequeños e indignos, en el grandioso privilegio del servicio directo del Reino bajo la dirección de su organización, Sión. ¡Qué fortaleza y consuelo puede conseguirse de la manera en que Jehová mismo junta estos dos contrastantes principios acerca de su propia grandeza y nuestra pequeñez! “Porque así dice el Alto y el Excelso, que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en el lugar alto y santo; habito también con aquel que es de espíritu contrito y humilde; para vivificar el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los contritos.”—Isa. 57:15.
11. Teniendo la perspectiva apropiada, ¿cómo deberíamos considerar nuestra participación en el servicio del Reino?
11 Esto significa, en el lado práctico de su lección de canto, que no existe la necesidad más leve de buscar o esperar la circunstancia dramática en la cual cantar la alabanza de Jehová. Más bien, no desprecie o pase por alto la más pequeña y aparentemente insignificante oportunidad de hablar acerca del Reino. Usted no tiene que salir de su casa y tomar un curso en nuestra escuela bíblica de Galaad antes de poder participar en publicar el nombre de Jehová “por toda la tierra”. No. Usted puede disfrutar de una participación igual de verdadera, con la bendición añadida de Jehová, al desempeñar lo que pueda parecer como la “rutina diaria y tarea común” de visitar, de la manera corriente, a la gente de las granjas y los hogares circunvecinos o en las calles de su propia localidad.
12. ¿Por qué es necesario prestar atención a nuestra apariencia exterior en la obra de Jehová?
12 Otro punto práctico. No olvide que para canto efectivo hay que dar atención, no sólo a lo que se va a oír, sino también a lo que se verá. Con esto último nos referimos a su apariencia personal, incluyendo indumentaria, porte, y particularmente la expresión en su cara y en los ojos. No importa cuán humildes sean sus circunstancias, usted puede ser limpio y pulcro, pero especialmente usted puede dejar que su cara y su sonrisa emitan y reflejen el verdadero espíritu del mensaje del Reino, con su gozo, paz y esperanza. (2 Cor. 3:18, NM) Usando un término musical, debería ser “una canción sin palabras”. Comprendemos, por supuesto, que nuestro mensaje es mucho más importante que nuestra apariencia, pero tenemos que recordar que nuestros oyentes no aprecian eso, por lo menos no al principio.
13. Para servicio efectivo, ¿qué puede aprenderse de la ilustración del canto?
13 Evitemos todo lo que sea exagerado o falso. Como en la ilustración natural, no es aquel que canta con una vibración constante en su voz y con mucho movimiento del cuerpo y otros amaneramientos el que es el más efectivo cantante, aunque sea considerado brillante técnicamente. Más bien, es aquel que sabe transmitir, de manera sencilla y directa, el verdadero mensaje de su canción y que se hace, por decirlo así, parte de la canción, cantando del corazón y dando expresión sincera a sus propias sensaciones y sentimientos. Así, exactamente de la misma manera, debería ser con cada uno de nosotros en cada oportunidad de cantar el mensaje del Reino que Jehová nos ha puesto en la boca como testigos de él.—Deu. 31:19.
14. ¿Cómo ayudan la humildad y la gratitud a conservar la armonía y la unidad?
14 Hay todavía otra lección que deseamos llamar a su atención. Estas dos cosas, humildad y gratitud, son esenciales para mantenernos en armonía en nuestro servicio del Reino, que es un servicio de alabanza. Después que Pablo dijo que comprendía que él y Apolos eran nada, en comparación con Dios, el único que puede avivar la semilla de verdad sembrada en la mente del oyente y hacerla crecer, entonces él agregó, “Ahora el que planta y el que riega son uno.” (1 Cor. 3:8, NM) Eso significa, en la práctica, que si tenemos presente nuestra propia pequeñez e indignidad en lo que toca a nosotros personalmente, entonces no nos mostraremos indebidamente sensibles o trastornados aun si sucediera que alguien de la congregación nos maltratara o nos hablara duramente. Pero, si nos mantenemos agradecidos a Jehová y recordamos su grandeza, sólo desearemos seguir publicando su nombre por todo nuestro vecindario. Por supuesto, nosotros mismos tendremos cuidado de no ser culpables de maltratar a alguno de los pequeños de Jehová, para que no haya una nota disonante. Jesús dijo que el cantar y resonar el mensaje del Reino con armonía y unidad perfectas es una de las señales para el mundo, mediante la cual todos sabrían quiénes son los verdaderos discípulos, escogidos por Dios para representarle y ser sus testigos por toda la tierra.—Juan 17:23, NM.
15, 16. ¿Qué beneficios adicionales han de conseguirse de estas dos cualidades, dando qué resultado?
15 Entonces, también, la humildad y la gratitud le ayudarán a usted a soportar las adversidades y persecuciones, ya sean pequeñas o muy severas, que le ocasionen aquellos con quienes usted está obligado a estar en asociación en el mundo, ya sea algún miembro de su familia, o su patrón, o compañeros de trabajo. A usted no le importará mucho si recuerda que realmente es un privilegio sufrir como cristiano y que Jesús advirtió que todos sus seguidores de seguro serían perseguidos, como él lo fué. (Juan 15:20; 1 Ped. 2:21, NM) Pero, todavía manteniéndose agradecido, usted estará alerta para cantar la alabanza de Jehová aun en las circunstancias más improbables y adversas, y de esa manera quizás pueda convertir los ataques en una oportunidad provechosa.
16 Por lo tanto, pues, si pone en práctica estas valiosas lecciones, así como un buen cantante tiene que seguir practicando constantemente, estamos seguros de que usted podrá mantenerse por encima de las circunstancias y podrá llegar agradecidamente a Jehová al fin de cada día con una canción en su corazón.
INSTRUCCIÓN Y EQUIPO
17. ¿De qué manera somos instruídos para el servicio sagrado, y cuál es nuestro equipo?
17 Jehová, nuestro Maestro de Canto, ha suministrado toda instrucción y equipo para satisfacer plenamente todas nuestras necesidades. No nos instruye separadamente, como alumnos individuales, sino que tiene su escuela de música, que es su organización, Sión. Esta se encuentra bajo la jefatura de su amado Hijo, quien toma la delantera en cantar las alabanzas de su Padre celestial, cumpliendo, como Pablo muestra, la palabra profética del Salmo 22:22: “Declararé tu nombre a mis hermanos, en medio de una congregación te alabaré con canción.” (Heb. 2:12, NM) El equipo que se suministra para todos los de Sión en este día de Jehová se resume muy bien en Isaías 59:21: “¡Mi espíritu que está sobre ti, y mis palabras que he puesto en tu boca, no se apartarán de tu boca, . . . para siempre!”
18. ¿Cómo instruyó y equipó Jesús a sus discípulos, y con qué resultado?
18 Para que podamos apreciar más en detalle cómo Dios está haciendo que esa profecía se cumpla, dirijamos nuestro pensamiento tiempo atrás a esa conmovedora lección de canto que Cristo dió a sus discípulos poco después de su resurrección. Dos de los discípulos caminaban a Emaús, desalentados y perplejos, cuando Jesús, sin que lo reconocieran, se unió a ellos. Después de llevar la conversación hasta el punto apropiado, ¿qué dice el registro? “Y comenzando desde Moisés y todos los Profetas él les interpretó cosas tocantes a él mismo en todas las Escrituras.” Y ¿con qué efecto? Como ellos se dijeron uno a otro después: “¿No nos ardía el corazón . . . cuando nos iba explicando por completo las Escrituras?” Esa misma noche la lección fué repetida a los once y a otros, cuando, como se dice: “Cabalmente les abrió la mente para que pudieran entender el significado de las Escrituras.” Luego finalmente dijo que ellos serían enviados como testigos de estas cosas que habían visto y oído, pero sólo después que fueran “revestidos con poder de lo alto”. De modo que, en un cumplimiento en miniatura, Dios puso sus palabras en la boca de sus testigos, y los dotó del poder vigorizador y esclarecedor de su espíritu. Hoy, en el cumplimiento mayor, la misma cosa está aconteciendo en una escala mundial, siendo el mayor acorde de nuestra canción “estas buenas nuevas del reino”.—Luc. 24:27, 32, 45, 49; Mat. 24:14, NM.
19. ¿De qué manera práctica podemos aplicar esto a nosotros mismos hoy?
19 Aprovechémonos de este perfecto ejemplo de Jesús y comprendamos que nuestra obra principal es ayudar a los que desean aprender a cantar ‘abriéndoles cabalmente la mente para que entiendan el significado de las Escrituras’. Después de todo, la Palabra es nuestro Libro de canciones, y si esta obra se hace acertadamente hará que su corazón arda dentro de ellos. Si, por ejemplo, se le da a usted el privilegio de dar un discurso público, no tome mucho tiempo citando y comentando lo que caudillos mundiales han dicho. Más bien, rápidamente llegue a su argumento bíblico, explicando claramente el significado de las Escrituras y su cumplimiento. Este fué el método de Pablo. “Razonó con ellos apoyado en las Escrituras, explicando y probando por referencias.” Observe, también, cómo Apolos se aprovechó de la instrucción y el equipo apropiados. “Porque con intensidad [‘fulgurante con el espíritu’] él . . . demostraba públicamente por las Escrituras que Jesús era el Cristo.” (Hech. 17:2, 3; 18:25, 28, NM) No deje de derivar provecho, también, de la instrucción y el equipo del día presente que suministra el estudio regular de La Atalaya y otras publicaciones de la Sociedad, también del curso de la escuela del ministerio teocrático, con su ayuda práctica.
20. ¿Por qué es tan importante la actitud correcta de corazón, trayendo qué bendiciones especiales en este día?
20 Pero, por sobre todo, jamás pase por alto la importancia de la actitud correcta de corazón. Que el Señor Jesús no tenga que decirle a usted como les dijo a aquellos dos que viajaban a Emaús: “¡Oh insensatos y lentos de corazón para creer en todas las cosas que los profetas hablaron!” (Luc. 24:25, NM) No se preocupe si usted siente que es algo lento para entender las cosas y expresarse. Si usted es de corazón dispuesto, es muy posible que usted llegue a ser un cantante más digno de confianza y efectivo que su hermano que está consciente de ser de mente aguda. Recuerde, es porque los que están en Sión cantan “de todo corazón” que su cantar trae tanto regocijo al propio corazón de Jehová que él, también, ‘salta de gozo sobre ti, cantando.’ ¡Cuán maravilloso favor el morar en esta ciudad gloriosa donde Jehová mismo mora!, una ciudad llena de un canto que es más dulce que las notas más flúidas y excelentes de alguna antífona repercutiendo desde una elevada nave de catedral, cantada por un coro profesional, eclesiástico.—Sof. 3:14, 17; Sal. 132:13, 14.
21, 22. ¿Qué drama profético une estrechamente el canto y la lucha, recalcando qué rasgos, y conduciendo a qué conclusión?
21 Como conclusión breve, veámonos a nosotros mismos como aquellos que tuvieron el privilegio de tener parte en ese drama profético donde el canto y la lucha estuvieron tan estrechamente unidos, según se narra en el capítulo 20 de 2 Crónicas. Entonces las fuerzas combinadas de Ammón, Moab y monte Seir subieron en contra de Josafat, rey de Judá, representando a las fuerzas combinadas del mundo de Satanás que en este día amenazan y suben en contra del pueblo de Dios. Muy apropiadamente, el ejército de Josafat no tuvo que usar armas carnales en esa batalla. Pero observe el orden en el cual salieron al encuentro del enemigo, bajo instrucción teocrática, precedidos por aquellos que “cantasen a Jehová, y que alabasen la hermosura de la santidad”, con el tema musical de “¡Alabad a Jehová, porque para siempre es su misericordia!” Observe, también, esas palabras preliminares dadas por el rey: “¡Creed en Jehová vuestro Dios, así estaréis firmes; creed en sus profetas, así prosperaréis!” (2 Cró. 20:20, 21; compare con Lucas 24:25, NM) Aun antes de eso, tan pronto como se recibió el mensaje infundidor de confianza que Jehová dió por medio de Jahaziel, en respuesta a la súplica conmovedora del rey, los levitas “se pusieron en pie . . . para bendecir a Jehová, el Dios de Israel, con muy alta voz”.—2 Cró. 20:19.
22 Así que sigamos cantando, y sigamos luchando, hasta que Jehová mismo entre como el “Varón de guerra”, y mediante Cristo Jesús, el fuerte “brazo de Jehová”, lleve la batalla a una victoria triunfante, y hasta que ‘al caballo y su jinete los haya arrojado en el mar’. (Éxo. 15:1, 3; Isa. 51:9) Conserve su formación, manténgase en línea con las instrucciones del Todopoderoso, y así ‘inclínese a Jehová en la hermosura de la santidad’.