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  • Regocíjese en su servicio a Jehová

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  • Regocíjese en su servicio a Jehová
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1977
w77 15/12 págs. 760-764

Regocíjese en su servicio a Jehová

“Sirvan a Jehová con regocijo. Entren delante de él con un clamor gozoso.”—Sal. 100:2.

1, 2. ¿Cómo se busca la felicidad frecuentemente, y qué punto de vista tuvo Jesús en cuanto a lo que produce felicidad?

¿LE GUSTARÍA ser feliz? ‘Por supuesto,’ quizás conteste usted, ‘¿no desearía serlo todo el mundo?’ Sí, la mayor parte de la gente se pasa la vida buscando la felicidad, pero la mayoría de los habitantes de la Tierra nunca realmente encuentran esa paz, contentamiento y gozo interiores profundos que son característicos de la felicidad verdadera y duradera. Muchas personas, creyendo que las cosas materiales las harán felices, se esfuerzan solícitamente por adquirir más posesiones. Pero ¿es el esfuerzo por adquirir cosas materiales el camino que lleva a hallar la felicidad duradera? Si no, ¿cómo se puede hallar?

2 Estas preguntas no son difíciles de contestar cuando comprendemos que la felicidad perdurable no depende principalmente de circunstancias físicas. En el Sermón del Monte de Jesús, sus “bienaventuranzas” o “felicidades” ni siquiera mencionan las posesiones materiales. Más bien, él dijo: “Felices son los que están conscientes de su necesidad espiritual . . . Felices son los que tienen hambre y sed de justicia . . . Felices son los misericordiosos . . . Felices son los pacíficos.”—Mat. 5:3-9.

3. ¿Es verdaderamente difícil hallar el camino que lleva a contentamiento y felicidad verdaderos?

3 Aunque algunos crean que la verdadera felicidad y el contentamiento son elusivos, no son algo que esté muy lejos, porque son algo que está estrechamente asociado con la adoración pura del Creador, Jehová Dios. A él se le llama el “Dios feliz” y, puesto que él creó al hombre a su imagen, se desprende que él también quiere que nosotros seamos felices. (1 Tim. 1:11; Gén. 1:27) Él hace fácilmente posible averiguar cuál es su propósito para nosotros, y lo que debemos hacer. El apóstol Pablo le dijo a un grupo de filósofos atenienses que Dios había creado al hombre y que desea que los hombres “busquen a tientas y verdaderamente lo hallen, aunque, de hecho, no está muy lejos de cada uno de nosotros.”—Hech. 17:26, 27.

EL PUNTO DE VISTA DE JESÚS DE LO QUE TRAE GOZO

4. ¿Por qué podemos confiar en el consejo de Jesús de que uno no debe estar lleno de inquietud y preocupación en cuanto a las cosas materiales?

4 En este mundo, para muchas personas es una lucha el conseguir las cosas necesarias de la vida. Pero ¿es preciso que esto sea así? Claro está, se requiere trabajo para ganarse la vida. Pero Jesucristo mostró que es innecesario el preocuparnos y entregarnos a una búsqueda ansiosa de lo que necesitamos. (Mat. 6:25) Jesús sabía de qué estaba hablando, pues había servido de agente de su Padre al crear a la humanidad al principio. (Col. 1:15, 16) Había observado el cuidado y provisiones de Dios para los que Le servían y podía concordar con esta declaración de David: “Un joven era yo, también he envejecido, y sin embargo no he visto a nadie justo dejado enteramente, ni a su prole buscando pan.”—Sal. 37:25.

5. ¿Fueron más fáciles las condiciones económicas durante y después del ministerio terrestre de Jesús de lo que lo son en nuestro tiempo, de modo que sus palabras nos apliquen con menos fuerza hoy?

5 Jesús vino a la nación judía en un tiempo turbulento. Sabía que vendrían tiempos mucho más difíciles en pocos años. Podemos estar seguros de que como el más alto representante de Dios al pueblo dio consejo serio y verídico, cuando dijo: “Nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ Porque todas éstas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.”—Mat. 6:31-33.

6. ¿Puede el que confía en que Dios satisfaga sus necesidades sentarse a esperar que Dios le suministre lo necesario?

6 Jesús sabía que su Padre era el Dios Vivo, que está apto y presto para usar su poder superior para proveer lo necesario al que le sirve, al que sigue su Palabra de verdad. Esto no significa que él va a alimentar y vestir a su siervo sin esfuerzo por parte del individuo. El siervo de Dios tiene que tener un punto de vista equilibrado: trabajar por las cosas necesarias, pero no hacer de esto su búsqueda exclusiva. Tiene que buscar lo que Dios quiere que haga por medio de examinar Su Palabra. Realmente tiene que llegar a hacer de la parte espiritual de su vida la cosa principal. Entonces Dios efectuará su parte, y facultará a la persona a obtener las cosas que necesita.—Fili. 4:19.

LAS CAUSAS PRINCIPALES DEL GOZO VERDADERO

7. ¿Cuál es probablemente la felicidad preeminente para la persona que aprende la verdad?

7 Esta seguridad y la evidencia procedente de Dios de que esta promesa es verdadera serán fuente de felicidad. Las mayores felicidades o gozos son: Primero, entender el propósito de Dios para la Tierra y la humanidad que hay en ella, y el lugar que ocupa el individuo en ese propósito. Esto suministra mira, propósito en la vida, lo cual es más importante para la felicidad que simplemente posesiones.

8. ¿Cómo nos aplican en este tiempo las palabras del apóstol Pablo en 1 Timoteo 4:8?

8 Luego, el vivir como Dios lo requiere libra a uno de muchos temores y peligros. Los que están atendiendo apropiadamente a sus familias, tanto en sentido material como espiritual, tienen gozo, porque por lo general sus relaciones de familia son más felices. Sus hijos crecen con un propósito en la vida. Es mucho más fácil que los miembros de una familia en esas circunstancias vean la futilidad de buscar el placer por medio de las drogas, las asociaciones inmorales e ir tras metas que no tienen galardón duradero. Así evitan las muchas enfermedades, mentales y físicas, que provienen del modo de vivir relajado, disipador y quimérico al que se entrega un gran número de personas hoy día. Tocante a esto, el apóstol Pablo dijo: “La devoción piadosa es provechosa para todas las cosas, puesto que encierra promesa de la vida de ahora y de la que ha de venir.”—1 Tim. 4:8.

9. Además de los gozos ya mencionados, ¿qué gozo adicional tiene uno al adquirir conocimiento de la verdad y seguir en ella?

9 Además, hay una verdadera fraternidad entre los que sirven a Dios. Quizás no siempre se granjeen la buena voluntad de sus parientes. Pudiera ser que perdieran amigos. Pero, como prometió Jesús: “Nadie ha dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos, o campos, por causa de mí y por causa de las buenas nuevas, que no reciba el céntuplo ahora en este período de tiempo, casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y campos, con persecuciones, y en el sistema de cosas venidero vida eterna.”—Mar. 10:29, 30.

10. ¿Cuál es una gran felicidad que solo pueden tener los que proclaman las buenas nuevas?

10 Una felicidad coronadora para una vida que se vive de acuerdo con la Biblia es el gozo de ayudar a otros. En contraste con la idea general de que hay gozo cuando se obtienen cosas, el Hijo de Dios dijo: “Hay más felicidad en dar que la que hay eh recibir.” (Hech. 20:35) Los que han dedicado su vida a ayudar a sus congéneres en el campo de la medicina, en la educación y esfuerzos semejantes, han adquirido una medida de satisfacción y gozo. Pero estos gozos no se igualan al de ayudar a sus congéneres a llegar a conocer a Dios. Esto se debe a que un conocimiento de los caminos de Dios y sus instrucciones ayudan más que de manera temporal... por toda esta vida y con la esperanza de la vida futura. Al aprender la verdad, la gente llega a saber cómo vivir su vida, y resolver o enfrentarse a sus problemas con la ayuda de Dios. Pueden, a su vez, ayudar a otros a aprender el camino a la vida que la Biblia suministra. Todo esto aumenta más el gozo del que enseña las buenas nuevas, pues ve el fruto de su trabajo en la expansión de las buenas nuevas sobre una zona más extensa que la que él mismo pudiera haber abarcado. La congregación primitiva de Tesalónica es un ejemplo de esto.—1 Tes. 1:8, 9.

11. Describa el gozo que tuvieron Pablo y Silas mientras aguantaban persecución en Filipos.

11 Si podemos poner gozo en otros, esto también resulta en gozo satisfactorio para nosotros. Sin duda Pablo y Silas se asombraron y sintieron gozo cuando Jehová abrió milagrosamente las puertas de la cárcel en la cual estaban detenidos, en la ciudad macedonia de Filipos. Pero ¡imagínese el gozo que tuvieron cuando el carcelero, dándose cuenta de que estos hombres representaban al Dios Altísimo, los sacó de su celda y preguntó: “Señores, ¿qué tengo que hacer para salvarme?”! Entonces Pablo y Silas pudieron explicar los propósitos de Dios por medio de Cristo, y el resultado fue: “Todos, él y los suyos, fueron bautizados sin demora . . . y se regocijó mucho con toda su casa ahora que había creído a Dios.”—Hech. 16:25-34.

LOS CRISTIANOS NO DEJAN QUE LA OPOSICIÓN ESTROPEE SU GOZO

12. ¿Por qué no debe desanimarnos el que algunos se opongan a la verdad y nos vituperen?

12 Sin embargo, hay personas a quienes no les gusta recibir la verdad, y éstas quizás tiendan a estropear el gozo del que proclama las buenas nuevas. Puede ser que hasta peleen contra la diseminación de las buenas nuevas y traten de crearle dificultades al proclamador por medio de pintar un cuadro falso de él y sus motivos. Esto le sucedió al apóstol Pablo. Sin embargo, cuando estaba en prisión en Roma Pablo contestó por carta a la congregación filipense, diciendo: “Es cierto que algunos están predicando al Cristo por envidia y rivalidad, pero otros también por buena voluntad. Estos están dando publicidad al Cristo debido a amor, porque saben que estoy puesto aquí para la defensa de las buenas nuevas; pero aquéllos lo hacen debido a un espíritu de contradicción, no con motivo puro, pues están figurándose suscitarme tribulación en mis cadenas de prisión. ¿Qué pues? Nada, salvo que de toda manera, sea por pretexto o sea por verdad, se le está dando publicidad a Cristo, y en esto me regocijo. De hecho, también seguiré regocijándome.” Agregó: “en ningún sentido [sean] atemorizados por sus contrarios. Esto mismo es prueba de destrucción para ellos, pero de salvación para ustedes; y esta indicación proviene de Dios.”—Fili. 1:15-18, 28.

13. ¿Cómo respondieron los apóstoles en Jerusalén a la persecución enconada allí?

13 En una ocasión anterior, poco después del día del Pentecostés en 33 E.C., el sumo sacerdote y los saduceos se habían ‘llenado de celos’ por la testificación pública de los apóstoles, en particular por el hecho de que muchas personas les estaban prestando atención y estaban haciéndose creyentes. Por orden de ellos se tomó a los apóstoles bajo custodia. Un ángel los puso en libertad, pero posteriormente los arrestaron de nuevo. Al oír su defensa, los líderes religiosos “se sintieron cortados profundamente y querían quitarles la vida.” Pero cuando un fariseo sumamente respetado de nombre Gamaliel advirtió: “No se metan con estos hombres . . . de otro modo, quizás sean ustedes hallados luchadores realmente contra Dios,” simplemente azotaron a los apóstoles y les ordenaron no seguir con su proclamación. ¿Desanimó a los apóstoles el verse muy cerca de la muerte, de modo que perdieran el gozo? Todo lo contrario, “se fueron . . . regocijándose porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor de su nombre. Y todos los días en el templo y de casa en casa continuaban sin cesar enseñando y declarando las buenas nuevas acerca del Cristo, Jesús.”—Hech. 5:12-42.

14. ¿Podemos contar con tanta ayuda procedente de Dios como la ayuda con que contó la congregación cristiana en el primer siglo?

14 En esta ocasión y en otras, Dios intervino milagrosamente para hacer patente que estaba apoyando la obra de declarar las buenas nuevas. (Hech. 12:1-11) El no la apoya menos hoy día, pues Cristo y sus ángeles superentienden la obra. En tiempos modernos los siervos de Jehová han recibido liberaciones maravillosas. Han visto que la obra de proclamar las buenas nuevas se ha hecho accesible en zonas hasta ahora imposibles de alcanzar. Dios, por su espíritu, ha atraído a la verdad a personas que anteriormente eran opositores enconados, lo cual nos hace recordar la conversión de Saulo, que llegó a ser el apóstol Pablo. (Hech. 9:1-16) Los ejemplos modernos no son tan obviamente milagrosos como los de la congregación primitiva. No obstante, los siervos de Dios pueden ver la fuerza todopoderosa que hay detrás de estos casos... “obras poderosas” de Jehová.—Gál. 3:5.

15. ¿Buscan la persecución los cristianos, o por qué la afrontan?

15 Con el respaldo de esta fuerza poderosa, los que verdaderamente sirven a Jehová no se paralizan de temor, ni se desaniman al grado de renunciar por la indiferencia de las personas a quienes hablan. De hecho, tienen presentes las palabras de Jesús a sus seguidores: “Serán objetos de odio de parte de toda la gente por motivo de mi nombre.” También, recuerdan la advertencia del apóstol Pablo de que “todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.” (Mat. 10:22; 2 Tim. 3:12) Los cristianos no buscan ni desean la persecución, ni les agrada, pero se enfrentan a ella cuando les viene, pues saben que el aguantar en medio de las pruebas les resultará en bien. Adoptan la posición de los cristianos primitivos: “Alborocémonos mientras estamos en tribulaciones, puesto que sabemos que la tribulación produce aguante; el aguante, a su vez, una condición aprobada; la condición aprobada, a su vez, esperanza [es decir, la esperanza de alcanzar el galardón], y la esperanza no conduce a la desilusión.”—Rom. 5:3, 4.

16, 17. (a) ¿Qué se requería por parte de los soldados de Israel en su lucha contra las naciones paganas? (b) ¿Podemos contar con el mismo apoyo al ocuparnos en dar testimonio a la gente?

16 El salmista de la antigüedad estimuló al pueblo de Israel con estas palabras: “Sirvan a Jehová con regocijo. Entren delante de él con un clamor gozoso.” (Sal. 100:2) Él deseaba que todo Israel se reuniera en el templo, en Jerusalén, para ocuparse en adoración pura. Podemos conseguir fuerzas y estímulo de una consideración de la situación y la fe de los que servían a Jehová entonces. Ellos tenían que mantener la obediencia a la Ley, que sostenía la norma más elevada de moralidad y que, por sus leyes sanitarias y dietéticas, tendía a evitar que los judíos fieles se asociaran con los que no eran adoradores del Dios verdadero. Estaban rodeados de estas naciones paganas, que practicaban toda forma de inmoralidad, a menudo en relación con su inmunda adoración de ídolos. A veces se les pedía que combatieran contra esta gente que, por lo general, deseaba destruir a Israel y quitarles su tierra.

17 Imagínese la fe y valor que se requería para salir en batalla contra estas naciones, cuyos soldados eran guerreros endurecidos, mientras que los israelitas, en su mayor parte, pasaban su tiempo en actividades agrícolas pacíficas. Fórmese un cuadro mental de tener que salir y pelear cuerpo a cuerpo contra estos poderosos guerreros enemigos. Y no era la fuerza personal, sino la fe en Dios lo que hacía que Israel ganara, pues, cuando ellos perdían la fe en Dios, estas naciones eran demasiado para ellos. Estimula mucho el leer relatos como el de 2 Samuel 23:8-22, y, al leerlos, darnos cuenta de que, aunque no hay duda de que los hombres a los cuales se menciona allí eran fuertes y activos, fue su fe en Dios lo que les dio su energía milagrosa y poder de aguante. Hoy tenemos el mismo apoyo poderoso. (Mat. 28:20; Rev. 14:6) Por lo tanto no debemos cansarnos de hacer el bien ni retraernos a causa de temor, pues Jehová “está dándole poder al cansado; y al que se halla sin energía dinámica hace que abunde en plena potencia. Los muchachos se cansarán y también se fatigarán, y los jóvenes mismos sin falta tropezarán, pero los que están esperando en Jehová recobrarán el poder. Se remontarán con alas como águilas. Correrán y no se fatigarán; andarán y no se cansarán.”—Isa. 40:29-31.

18. ¿Cómo puede ser realmente mayor nuestro gozo, como resultado de nuestra fe, que el gozo que experimentaron aquellos hombres fieles de la antigüedad?

18 A medida que nosotros declaramos las buenas nuevas no tenemos que afrontar muerte instantánea en cada hora como frecuentemente les sucedía a aquellos combatientes de entonces. Y tenemos un mensaje pacífico que atrae el corazón de los que realmente prestan atención. Por eso nuestro gozo hasta puede ser mayor. En vez de combatir con destructivas armas de la carne, tenemos, armas de justicia que eliminan, no a la gente, sino las doctrinas y los pensamientos incorrectos, y traen curación. El gozo que esto pone en los corazones de los que oyen y creen aumenta nuestro gozo y fortalece nuestra esperanza de obtener el excelente galardón que nos espera.—2 Cor. 6:4, 7; Col. 3:23, 24.

[Ilustración de la página 762]

El ayudar a un compañero de trabajo a aprender la verdad bíblica puede producir gran gozo

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