La unidad en el modo de vida del nuevo mundo una realidad
1, 2. ¿Cómo puede verse que la vida de familia desempeña un papel importante en la estructura teocrática?
LA VIDA de familia desempeña un papel importante en la estructura teocrática de la congregación cristiana. Esto se debe a que Jehová Dios ha ordenado teocráticamente el arreglo de familia igual como lo hizo al principio con Adán y después con la nación de Israel. Aunque por una parte era cierto en lo que toca a los israelitas que ellos eran judíos por nacimiento y por otra parte es cierto que los cristianos hoy son testigos de Jehová por selección y asociación, sin embargo el orden de familia predomina a través de toda la organización. Al salirse de la sociedad del viejo mundo y separarse de la familia agonizante que se encuentra bajo la condenación de Adán, uno tiene que asociarse, si es que va a recibir vida, con la sociedad del Nuevo Mundo y llegar a ser miembro de la familia de Dios. Esto lo hace aceptando a Jesucristo como su padre en lugar de Adán y, si es recibido por Dios, es justificado y hecho el propio hijo espiritual de Dios o es reservado para la vida eterna sobre la tierra y se le da esta posición justa al fin del reinado de mil años de Cristo.
2 Aun los de la congregación que son colocados en puestos responsables como superintendentes son seleccionados según la manera en que dominan a sus propias familias si están casados. (1 Tim. 3:4, 5) Y cuando Pablo manifiesta la actitud correcta a ser asumida por los que están en dichos puestos la asemeja a la asociación de familia. “No critiques severamente al hombre de mayor edad. Al contrario, ínstale como a un padre, a los de menos edad como a hermanos, a las mujeres de mayor edad como a madres, a las de menos edad como a hermanas con toda castidad.” (1 Tim. 5:1, 2, NM) Por eso es que la organización teocrática en realidad es una familia y Dios requiere que los que participan de la actividad y beneficios de la familia participen también de sus responsabilidades y trabajen por los mejores intereses de la familia.
EL FALSO ORGULLO DE FAMILIA UN LAZO
3. ¿Qué actitud adoptan algunos en cuanto al linaje de familia, y por qué es imprudente esta actitud?
3 Quizás algunos concluyan que puesto que Dios estableció en orden el arreglo de la familia humana, tal relación de familia es inviolable y que la lealtad absoluta a los vínculos carnales es un requisito; que nada debe permitirse que rompa o disuelva la paz o unidad de familia y que cualquier cosa que la amenace, no importa de qué fuente provenga, debe resistirse con cualesquier medidas que sean necesarias para alejarla. Como resultado de esta creencia las personas de este sentir llegan a estar sumamente conscientes de la “familia” y celosamente guardan el nombre de la familia a cualquier precio, a veces hasta violando principios justos para hacerlo. Ven con ceño fruncido cualquier asociación o matrimonio con cualquiera que no sea de “prominencia” igual y mediante eso instituyen para sí mismos lo que equivale a distinción de clases, una sociedad de castas impuesta por ellos mismos. Sin embargo, el razonamiento que impulsa a tal manera de proceder no se funda en los principios sanos e inalterables del Altísimo. Pablo escribió a Timoteo: “[Ordena] a ciertos individuos que no . . . presten atención a cuentos falsos ni a genealogías que terminan en nada, sino que proporcionan preguntas para investigación más bien que una dispensación de algo por Dios en conexión con la fe.” (1 Tim. 1:3, 4, NM) Todo el que esté más interesado en linaje de familias que en el mensaje de fe dador de vida debe considerar bien este punto. Todas las genealogías de familia; si se siguen lo suficiente, terminan en Adán; y ¿qué verdadera o supuesta “superioridad” ha de tenerse en relación con él? La única cosa que puede ser de valor verdadero que pudiera recibirse como herencia, a saber, la vida eterna, él no la poseyó para darla. De modo que ninguno de sus descendientes, a pesar de lo “prominente” que haya sido en los asuntos mundiales, puede decirse verdaderamente que tiene alguna superioridad en sí mismo o puede mostrar algunas ventajas permanentes que puedan conseguirse por medio de asociación con él.
4. ¿De qué se jactaban los escribas y fariseos, y no obstante qué, en realidad, quería decir eso para ellos?
4 Quizás uno de los ejemplos de tal orgullo de familia que más se destaca es el que nos suministran los escribas y fariseos del día de Jesús y, pudiera razonarse, si había alguien que pudiera justificarse por tal orgullo ellos podrían, debido a la relación que su nación gozaba con Dios por medio de su antepasado Abrahán. Sin embargo, ya se ha demostrado en el artículo anterior (§12) que esta relación en sí misma no era causa alguna para jactarse; ni podía la asociación de familia que los judíos tenían como descendientes de Abrahán asegurarles la salvación. (Juan 8:31-36) Si algunos desean ser hijos de Adán o de cualquiera de su prole, y desean jactarse de tales vínculos carnales, que comprendan que, fuera de toda posibilidad de contradicción, al hacerlo están repudiando un legado permanente de vida eterna a favor de un legado pasajero de extremada pobreza y muerte.
5. ¿Qué responsabilidad tienen los hijos creyentes para con los padres incrédulos?
5 Por otra parte el cristiano no puede ir al otro extremo y alegar que no se les debe absolutamente ningún respeto a los padres carnales. Pablo no dejó lugar a duda sobre este punto cuando escribió a los efesios: “Hijos, sean obedientes a sus padres en unión con el Señor, porque esto es justo: ‘Honra a tu padre y a tu madre’; que es el primer mandamiento con promesa: ‘Para que te vaya bien y permanezcas por largo tiempo sobre la tierra.’” (Efe. 6:1-3, NM) No debe pasarse por alto sobre este punto, sin embargo, que Pablo dice que la obediencia ha de rendirse a los padres que están “en unión con el Señor.” ¿Significa esto, entonces, que los hijos creyentes no tienen responsabilidad hacia los padres incrédulos? No; en los asuntos normales de la vida ciertamente se les exigiría obedecer a sus padres mientras dependieran de ellos y manifestar respeto a ellos aunque no dependieran de ellos. Pero, en caso de que surgiera un punto en cuestión tocante a la adoración verdadera de Dios o el rendir servicio sagrado a él, ciertamente la regla bíblica aplicaría: “Tenemos que obedecer a Dios como gobernante más bien que a los hombres.” (Hech. 5:29, NM) Pero, dice usted, eso pudiera resultar en disensión en la familia y ¡quizás hasta resulte en una división! Quizás, pero Jesús dijo muy claramente: “El que tiene mayor cariño a padre o madre que a mí no es digno de mí.” (Mat. 10:37, NM) En realidad, él dijo aun más categóricamente en este asunto: “Vine a causar división, con el hombre contra su padre, y la hija contra su madre, y la esposa joven contra su suegra.”—Mat. 10:35, NM.
6. ¿Por qué permite Dios que acontezcan divisiones en las familias?
6 Algunos pudieran argüir: ¿No es extraño que puesto que Dios ha autorizado el arreglo de familia, él deje que sea disuelta de esta manera? Otra vez contestamos: No. Recuerde, todas las familias ahora se hallan excluídas de la propia gran familia de Dios debido a Adán, pero no es razonable esperar que todos los de una familia deseen permanecer excluídos. Empero si algunos desean entrar a la familia de Dios tampoco sería razonable esperar que por eso todos los demás serían aceptables. De modo que esto significa una separación. Pero ha de notarse que Dios no divide a los grupos de familia indistintamente. Más bien, es que a algunos en la casa les falta la voluntad de llenar los requisitos necesarios y unirse a los que son introducidos a relaciones armoniosas con Jehová. (Luc. 17:34, 35) Puesto que Dios no hace acepción de personas y puesto que no reconoce distinciones de clases y no ha instituído ninguna sociedad de castas, él ha hecho provisión para que los que son traídos entren a su propio grupo de familia selecta y encuentren ahí paz. “Con certeza percibo que Dios no es parcial, sino que en toda nación el hombre que le teme y obra justicia es aceptable a él.” “Y todo el que haya dejado casas o hermanos o hermanas o padre o madre o hijos o terrenos por causa de mi nombre recibirá muchas veces más y heredará la vida eterna.” (Hech. 10:34, 35; Mat. 19:29, NM) ¿Qué conclusión sacamos de este punto, entonces? Reconocemos que aunque Dios hizo provisión para las relaciones de familia desde el comienzo y aunque estableció el arreglo de familia y hasta tiene su propia gran organización de familia, sin embargo no ha establecido ni ha autorizado la institución de familias o naciones como una sociedad de castas; ni se mantiene él mismo sujeto a distinciones de clases existentes sólo porque los hombres mismos las han erigido debido a sus propias parcialidades. Todo esto da énfasis a la importancia de reconocer y apreciar plenamente la relación con Dios, que ésta reemplaza todos los vínculos humanos más estrechos y es el único camino a la salvación.
CLERO OCASIONA DISTINCIONES DE CLASES
7. ¿Qué amonestación dió Jesús a sus discípulos en cuanto a su lugar en la congregación?
7 ¿Qué hay, entonces, de la actitud y posición adoptada por el clero de la cristiandad? No sólo veremos que la prominencia que ellos han asumido en la congregación es una violación de los principios justos de Dios, sino que dicha prominencia fué expresamente prohibida por el Fundador de la congregación, Cristo Jesús mismo. Cuando surgió una controversia entre los discípulos en cuanto a posición en el Reino, “Jesús, llamándolos hacia él, dijo: ‘Ustedes saben que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y los grandes hombres ejercen autoridad sobre ellas. Este no es el arreglo entre ustedes·sino que quienquiera que desee ser grande entre ustedes tiene que ser ministro de ustedes, y quienquiera que desee ser el primero entre ustedes tiene que ser esclavo de ustedes. Así como el Hijo del hombre vino, no para ser servido sino para servir.’” Luego en su reprimenda hiriente a los escribas y fariseos, que fue su último discurso público, dió amonestación estricta a sus discípulos y a toda la muchedumbre que escuchaba: “Pero ustedes, no se llamen ‘Rabí’, porque uno solo es su maestro entre tanto que todos ustedes son hermanos. Tampoco se llamen ‘caudillos’, porque uno solo es su Caudillo, el Cristo. Pero el más grande entre ustedes debe ser su ministro. Quienquiera que se ensalce será humillado, y quienquiera que se humille será ensalzado.” (Mat. 20:25-28; Mat. 23:8, 10-12, NM) Estos caudillos en la religión de los judíos en ese tiempo eran quienes se habían exaltado a sí mismos; tan elevadamente en verdad, que cuando el Hijo de Dios vino a ellos en cumplimiento de la Ley de Moisés no pudieron verlo o reconocerlo. Eran una ley para sí mismos.
8. ¿Qué ejemplo ha seguido el clero de la cristiandad, y cuál es la actitud de Dios en cuanto a ello?
8 Siguiendo el ejemplo de ellos los del clero de la cristiandad han hecho sus propios reglamentos en cuanto a cómo la congregación ha de ser constituída y qué autoridad han de ejercer ellos sobre sus “hermanos.” Pasando por alto completamente la dirección sana de Jesús de que los primeros o principales entre ellos deberían ser esclavos, han hecho el mismo error que sus prototipos judíos y se han establecido firmemente en una posición sumamente elevada en la sociedad. La sabiduría de los Proverbios habla contra los tales. “Como el perro se vuelve a su vómito, así el insensato repite sus necedades. ¿Ves a un hombre sabio en su propio concepto? más esperanza hay de un insensato que de él. Más sabio es el perezoso en su propio concepto, que siete hombres que saben dar razón de sí.” (Pro. 26:11, 12, 16) La distinción de clases que los caudillos de la cristiandad han efectuado y que las masas de adherentes engañados aprueban y sostienen repugna a Jehová Dios tanto como la de los escribas y fariseos, y con seguridad acarreará el mismo juicio adverso.
9. ¿Qué proceder se siguió en la congregación primitiva, y qué evidencia hay de ello?
9 En contraste directo con esto tenemos la congregación primitiva que Cristo Jesús empezó con el primer grupo de testigos cristianos de Jehová en Jerusalén. Ciertamente las palabras y mandamientos de Cristo serían traídos a la memoria por el poder refrescante de la fuerza activa de Dios, acabada de ser derramada. “Les estoy dando un nuevo mandamiento: que se amen los unos a los otros; igual como yo los he amado, que ustedes también se amen los unos a los otros. Por esto todos sabrán que ustedes son mis discípulos, si tienen amor entre ustedes mismos.” (Juan 13:34, 35, NM) Que este principio existió y que se le dió importancia en la congregación primitiva se manifiesta por la amonestación de una de las doce columnas, quien estuvo presente con Jesús cuando se dió el mandamiento: “Pastoreen la grey de Dios bajo su custodia, no por fuerza, sino voluntariamente, tampoco por amor de ganancia deshonrosa, sino con anhelo, ni como enseñoreándose de los que son la herencia de Dios, sino haciéndose dechados de la grey.” (1 Ped. 5:2, 3, NM) En verdad, ¡qué diferente ha de haber sido esto para los judíos de corazón honrado que se separaban de la arrogancia y orgullo de la nación judía entonces oprimida por castas! En su relación acabada de formar no había entre ellos distinción de clases, parcialidad o favoritismo. Los principios de justicia e imparcialidad fueron firmemente implantados en este comienzo primitivo, el verdadero cuerpo de Cristo, porque ahora una nueva plantación se estaba haciendo, no sobre carne pecadora agonizante, sino esta vez sobre la Simiente permanente de Abrahán, Cristo Jesús.
LAS AMISTADES DE JESÚS NINGÚN FAVORITISMO
10. ¿Cómo manifestó Jesús su imparcialidad y falta de favoritismo personal?
10 Pero ¿no había manifestado Jesús consideración especial a ciertos discípulos suyos? Y ¿no había exhibido favoritismo al limitar su predicación y obra curativa a los judíos y dedicar mucho tiempo suyo en ciertos hogares? Algunos creen que Juan, el apóstol de Jesús, fué el discípulo favorito de Jesús. A pesar del amor que hubiera tenido Jesús por él no le dió un puesto favorecido en su reino. Esto se revela en el relato de la controversia entre los discípulos, que se mencionó previamente. En ese tiempo Jesús manifestó que no le tocaba a él dar tales puestos favorecidos y rehusó manifestar parcialidad alguna. (Mat. 20:20-23, NM) Además, aunque fué enviado específicamente sólo a la casa de Israel (Mat. 15:24), él no usó esto como excusa para mostrar parcialidad contra personas honradas y sinceras de las naciones, porque durante el tercer año de su ministerio hizo un recorrido breve a Fenicia, y ejecutó curaciones.—Mar. 7:24-30; Mat. 8:5-13.
11. ¿Cuál fué la actitud de Jesús tocante a hacer de una sola casa su central en una ciudad?
11 Jesús pasó casi los primeros tres años enteros de su ministerio en y alrededor de Galilea y estableció su central en Cafarnaúm, en la casa de Pedro. (Mat. 8:14; Mar. 1:29; Luc. 4:38) Tanto estuvo allí, en realidad, que Cafarnaúm, no Nazaret, donde fué criado, llegó a llamarse su “propia ciudad.” (Mat. 9:1; 4:13) Que esto era conveniente no sólo para él sino para las multitudes que estaban interesadas en su mensaje se patentiza por las palabras de Marcos. “Sin embargo, después de algunos días volvió a entrar a Cafarnaúm y corrió la noticia de que él estaba en casa. En consecuencia muchos se juntaron.” (Mar. 2:1, 2, NM) Jesús exhortó a los setenta discípulos a seguir este mismo proceder cuando los envió a hacer publicidad adelantada en su campaña de oratoria pública. Él dijo: “Dondequiera que entren a una casa primero digan: ‘Tenga esta casa paz.’ Y si un amigo de paz está ahí, la paz de ustedes descansará sobre él. . . . Por eso permanezcan en esa casa, comiendo y bebiendo las cosas que ellos suministren, porque el trabajador es digno de su pago. No se trasladen de casa en casa.” (Luc. 10:5-7, NM) Esto impediría que surgieran conceptos falsos y no era una evidencia de favoritismo.
12. ¿Cómo es posible que existan asociaciones estrechas hoy sin que se formen asociaciones exclusivistas?
12 En las congregaciones de los testigos de Jehová hoy existen muchas relaciones estrechas que no tienen que ver con la asociación como hermanos en Cristo o como cotestigos. ¿Han de ser condenadas éstas como asociaciones exclusivistas o como violación de los principios que han sido delineados en esta discusión? Los que verdaderamente se interesan en la unidad de la congregación no se apresurarán a hacer acusación en este respecto, como no lo hacen en ningún otro asunto relacionado con juzgar. Ellos reconocerán que indudablemente han de existir amistades de largo tiempo entre los que han sido cristianos maduros juntos por muchos años, personas que sin duda han tenido juntas muchas experiencias teocráticas que las han unido especialmente en afecto. Además, muchos que son vecinos o que están empleados juntos naturalmente vienen a una asociación relacionada con asuntos cotidianos además de su asociación en el Salón del Reino o en el servicio. La misma situación puede existir, aunque quizás a un grado menor, aun entre los que concurren al mismo estudio de libro de congregación, especialmente cuando se considera que es razonable que vayan y vengan juntos del Salón del Reino y dado que ellos, sin duda, forman grupos regulares al ocupar automóviles en el servicio. Esas asociaciones ligan a los hermanos y dicha relación íntima hace posible que se entiendan unos a otros mejor y por lo tanto que sean de más ayuda amorosa los unos para los otros. (Ecl. 4:9, 10) Entonces, ¿no es razonable que aunque exista un amor sincero en su corazón para el resto de la congregación no obstante se sientan especialmente atraídos a estos socios íntimos?
CONGREGACIÓN MODERNA LIBRE DE CASTAS
13. ¿Qué cuidado se ejerce particularmente por los siervos para evitar excluir al extranjero?
13 Entonces, ¿cómo pudiera ser que acontezcan divisiones y se hagan distinciones entre el pueblo consagrado y dedicado de Dios hoy? ¿Cuáles son algunas de las prácticas o condiciones que pudieran considerarse como impropias o que muestran parcialidad, y qué debe hacerse acerca de ellas? Ciertamente sería impropio que los siervos de la congregación asumieran posiciones como las de los pastores falsos. Aunque pudieran de necesidad ser llevados a una relación más estrecha con algunos de los de la organización debido a su trabajo, no obstante ellos nunca perderán de vista su responsabilidad para con los más débiles y la oportunidad de ayudarles especialmente asociándose con ellos en el campo. Y los que son maduros verdaderamente, tanto de los siervos como de los demás, aunque su misma madurez tiende a hacer que tengan un programa lleno, manifestarán su interés en la expansión de la organización, interesándose tan activamente como les sea posible en los nuevos que concurren a las reuniones. Muchas veces es posible hacer esto simplemente sentándose con diferentes personas en la reunión y ayudándolas de esta manera, o dedicando unos cuantos minutos a saludarlos después de cada reunión antes de atender a los acostumbrados deberes que se tienen asignados. Este interés amigable por los que llevan la delantera en la actividad de organización se aprecia mucho por estos recién llegados y es una expresión amorosa del principio expresado en la ley de Moisés concerniente al derecho del extranjero.—Lev. 19:33, 34.
14 ¿Qué problemas de distinción y división de clases pudieran surgir y cómo podría hacérsele frente a estos?
14 Tampoco se manifestarán “actos de favoritismo” para con algunos que tengan cierta prominencia social en la comunidad. No debe pasarse por alto que los problemas de tales personas que están entrando en la verdad no son más grandes para ellos que los que muchos otros están experimentando, muchos cuya presencia en la organización tiene igual significado para Jehová y cuya necesidad de tener la atención amorosa de los hermanos es igualmente intensa. Por lo tanto no puede permitirse que existan las “distinciones de clases.” (Sant. 2:1-9) Ni puede permitirse que entren las “divisiones” si la unidad de la congregación ha de mantenerse. (1 Cor. 1:10-13) La disensión debido a asuntos de la congregación puede hacer que se formen grupos que conserven una relación más estrecha con ciertas ideas que con el cuerpo principal de la congregación. Esto es sectarismo y no tiene lugar en la estructura teocrática. A veces, también, algunos que son de cierta edad en la congregación pueden, mediante constante asociación, llegar a ser algo intolerantes del punto de vista de los que difieran considerablemente en edad y quizás hasta comiencen a excluir a los tales de su amistad. Esto de nuevo puede evitarse compartiendo experiencias del campo y tratando de encontrar ocasión de trabajar juntos en el servicio. Santiago resume el asunto diciendo: “Porque allí donde hay celos y espíritu de contradicción, hay desorden y toda cosa vil. Pero la sabiduría que es de arriba ante todo es casta, después pacífica, razonable, lista para obedecer, llena de misericordia y buenos frutos, sin hacer distinciones parciales, ni ser hipócrita.”—Sant. 3:16, 17, NM.
15. ¿Qué actitud y relación deben existir entre patrón y empleado?
15 Ahora pudiera surgir la pregunta en cuanto a la relación adecuada entre un empleado y su patrón, especialmente si éste es un hermano que está en la verdad. ¿Debe el empleado esperar o demandar que su hermano le conceda ciertos derechos o inmunidades que no se dan a otros trabajadores mientras él está en el empleo? O ¿debe el patrón esperar que la relación de patrón y empleado se mantenga en las reuniones de congregación? La respuesta bíblica es: Ninguna de las dos cosas es correcta. “Que cuantos sean esclavos bajo un yugo sigan considerando a sus dueños dignos de pleno honor, para que nunca se hable perjudicialmente del nombre de Dios y de la enseñanza. Además, que los que tienen dueños creyentes no los desprecien, porque son hermanos. Al contrario, que sean esclavos de más buena gana, por que los que reciben el beneficio de su buen servicio son creyentes y amados.” (1 Tim. 6:1, 2, NM) El consejo de Pablo dado aquí no se contradice por sus palabras habladas en otra ocasión cuando dijo: “No hay ni judío ni griego, no hay ni esclavo ni libre, no hay ni varón ni hembra; porque todos ustedes son uno en unión con Cristo Jesús.” (Gál. 3:28, NM) Más bien, aquí él estaba manifestando la correcta relación de unos con otros.
16. ¿Qué actitud adoptan los cristianos verdaderos en cuanto a las distinciones de clases que se hacen observar mediante ley en las naciones?
16 Aunque a la vista de Dios, y según sus tratos con sus hijos ungidos, todos tienen una igualdad de relación en el cuerpo de Cristo, no obstante en el presente inicuo sistema de cosas se reconoce que ciertas distinciones y divisiones de clases se hacen y a menudo se hacen observar mediante leyes del país. El aceptar dichas normas legales no significa que el cristiano está transigiendo la ley de Dios. Más bien él está prestando atención a la exhortación adicional de Pablo: “Ustedes, esclavos, sean obedientes a los que son sus amos en un sentido carnal, con temor y temblor en la sinceridad de su corazón, como al Cristo, no a manera de servicio al ojo como complacedores de hombres, sino como esclavos de Cristo, haciendo la voluntad de Dios de todo corazón. Sean esclavos con buenas inclinaciones, como a Jehová, y no a los hombres, porque ustedes saben que cada uno, cualquier bien que haga, recibirá esto de vuelta de Jehová, ya sea esclavo o libre. Ustedes, los amos, también, sigan haciéndoles las mismas cosas a ellos, cesando de las amenazas, porque ustedes saben que el Amo tanto de ellos como de ustedes está en los cielos, y no hay parcialidad con él.”—Efe. 6:5-9, NM.
17. ¿Qué punto en cuestión sobre que disputar rechazarán los testigos de Jehová y qué continuarán apoyando?
17 Por eso, prescindiendo de cualesquier restricciones de actividad o parcialidad que sean impuestas por los gobiernos mundanos, los testigos de Jehová no harán de ello asunto de disputa, sabiendo que ellos no tienen la comisión de corregir los males sociales. Pero mientras esperan en Jehová para su liberación continuarán manteniendo en alto el estandarte de Dios, estandarte de libertad en un nuevo mundo que pronto será introducido, y continuarán insistiendo en que dentro del núcleo de esta sociedad que ya está siendo formada se ponga un ejemplo para todas las personas sinceras del mundo. “Ahora los exhorto, hermanos, que vigilen a los que crean divisiones y motivos para hacer tropezar contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y evítenlos. Porque hombres de esa clase son esclavos, no de nuestro Señor Cristo, sino de su propio vientre, y con palabras melosas y habla lisonjera seducen el corazón de los cándidos. Por su parte, el Dios que da paz aplastará a Satanás bajo los pies de ustedes en breve.” (Rom. 16:17, 18, 20, NM) Únicamente entonces existirán por toda la tierra la justicia y la imparcialidad verdaderas y la unidad que ahora es una realidad dentro de la familia de Dios.