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  • Jehová no es un concepto primitivo
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1954
w54 1/1 págs. 3-4

Jehová no es un concepto primitivo

SEGÚN uno de los más prominentes teólogos de los Estados Unidos, Hárry Emerson Fósdick, la Biblia revela un desarrollo gradual del concepto del hombre de lo que es Dios. Escribiendo en el New Outlook de mayo de 1953, entre otras cosas, él dijo lo siguiente:

“El problema principal en la apologética cristiana es . . . lograr un concepto de Dios que requiera un mínimo de argumento porque su inteligibilidad, racionalidad, y pertinencia a la necesidad humana lleven una autoridad que por sí misma se haga ver auténtica. El problema no es nuevo. Es viejo, y data desde el hombre primitivo, desde que el hombre aprendió a pensar. Siempre la pregunta fué: en vista de lo que ahora sabemos, ¿cómo pensaremos acerca de Dios?

“La Biblia misma es una ilustración principal. ¡Qué contraste entre las ideas de Dios en sus comienzos primitivos y en su fin! Del grito temprano de batalla, ‘Yavé es un hombre de guerra: Yavé es su nombre,’ a la bienaventuranza de Jesús, ‘Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados los hijos de Dios’—¡qué profundización del concepto de la naturaleza divina! ¡Qué expansión en la comprensión del hombre de lo que es Dios!

“Los escritores de las Escrituras viajaron por un camino ascendente con vistas que se ensanchaban, y debido a que cualquier Dios de este universo tiene que ser infinito, ese proceso jamás puede parar. Críticamente nos hace frente hoy.”

El Sr. Fósdick de esta manera nos haría creer que el hombre de sí mismo ascendió gradualmente de un concepto de Yavé o Jehová como un Dios de guerra al de un Dios que bendice a los pacificadores; y que la Biblia, lejos de ser una revelación divina hecha al hombre, sólo es el registro de los esfuerzos del hombre por adquirir un concepto adecuado de Dios. (Éxo. 15:3, NM; Mat. 5:9) Sea esa clase de apologética la que sea, ciertamente no es cristiana, porque Cristo Jesús jamás enseñó tales cosas. Él dijo: “Tu palabra es la verdad.”—Juan 17:17, NM.

Un examen humilde y honrado de la Biblia revelará que los comentarios del Sr. Fósdick no están en armonía con lo que la Palabra de Jehová dice. Ella muestra que aunque los requisitos de Jehová para sus criaturas difieren según sus propósitos y el tiempo en que ellas viven, sus cuatro atributos cardinales siempre son los mismos, a saber, justicia, poder, sabiduría y amor. ¿No leemos en el primerísimo libro de la Biblia acerca de la apelación de Abrahán a la justicia de Dios? “¿El Juez de toda la tierra no ha de hacer justicia?” Y ¿no recalcaron el Fundador del cristianismo y sus apóstoles el hecho de que Jehová es un Dios justo y recto?—Gén. 18:25; Luc. 18:7; Rom. 9:14.

Y el mensajero angelical enviado a Abrahán, ¿no reveló a Jehová como el Todopoderoso cuando preguntó: “¿Hay cosa alguna demasiado difícil para Jehová?” Un concepto idéntico al que Cristo Jesús dió cuando dijo: “Con Dios todo es posible.” (Gén. 18:14; Mat. 19:26, NM) Ningún cambio en concepto de Dios tocante a su justicia y poder durante un periodo de dos mil años, ¿verdad?

Además, ¿no testifica el relato de la creación dado por el Génesis a la sabiduría de Jehová, y no expresó repetidamente Moisés que Dios es la fuente de la sabiduría y que él la imparte a sus siervos? (Génesis, capítulos 1 y 2; Éxo. 28:3; 36:1, 2) Y ¿no testificaron lo mismo Cristo y sus seguidores inmediatos?—Luc. 11:49; Rom. 11:33; Sant. 1:5.

Y finalmente, en lo que toca a que Jehová es un Dios de amor, misericordia y paz, aquí tampoco hallamos diferencia entre el Dios de Moisés y el Dios de Cristo Jesús. Note cómo Jehová se reveló cuando Moisés pidió ver su gloria: “¡Jehová, Jehová, Dios compasivo y clemente, lento en iras y grande en misericordia y en fidelidad; que usa de misericordia hasta la milésima generación; que perdona la iniquidad, la transgresión y el pecado!”—Éxo. 34:6, 7.

Pero quizás alguien dirá: ¿Qué hay del resto de esa cita que dice: “Que de ningún modo tendrá por inocente al rebelde; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos, y sobre los hijos de los hijos hasta la tercera y hasta la cuarta generación”? Aunque esas palabras parecen contradecir lo que las antecede, un poco de razonamiento lo aclara todo. ¿No es verdad que cuando un pueblo o nación, tal como Israel, rechazó la adoración de Jehová y se dirigió a la religión pagana Dios permitió que cayera en cautiverio y que los resultados se sintieran no solo por el pueblo mismo sino también por sus descendientes aun hasta la tercera y cuarta generaciones? ¿No es sencillamente una ley inexorable el que por la misma naturaleza de las cosas los padres por su manera de proceder acarreen sobre sus hijos bien o mal; no es un asunto de ‘lo que usted siembra, eso cosechara’?

Cristo Jesús enseñó exactamente lo mismo que Moisés en este respecto, un hecho que a los clérigos modernistas les gusta pasar por alto. Note su amonestación a los líderes religiosos de su día: “Estén dando testimonio contra ustedes mismos de que son hijos de los que asesinaron a los profetas. Bien, entonces, colmen la medida de sus antepasados. Serpientes, descendientes de víboras, ¿cómo habrán de huir del juicio de Gehena? Por esta razón, aquí estoy enviándoles a ustedes profetas y sabios e instructores públicos. A algunos de ellos ustedes los mataran y empalaran, y a algunos de ellos los azotarán en sus sinagogas y los perseguirán de ciudad en ciudad; para que venga sobre ustedes toda la sangre justa derramada sobre la tierra desde la sangre del justo Abel hasta la sangre de Zacarías hijo de Baraquías, a quien ustedes asesinaron entre el santuario y el altar. Verdaderamente les digo: Todas estas cosas vendrán sobre esta generación.” (Mat. 23:31-36, NM) Esas palabras se cumplieron con la destrucción completa de Jerusalén en 70 d. de J.C. Esa destrucción fué justa y estuvo en armonía con el hecho de que Jehová es un Dios de guerra.

Sí, la Biblia es la revelación divina y no simplemente un registro de los conceptos del hombre de lo que es su Dios. Desde el principio hasta el fin revela a Jehová como Dios de amor, sabiduría, justicia y poder. Primero él se muestra como Dios de amor, otorgando sus bendiciones sobre sus criaturas. Pero cuando éstas desprecian los dones de Dios, se rebelan y se dirigen a la iniquidad, entonces él no tiene otra alternativa que mostrarse como Dios de guerra. ¿Pasan por alto las Escrituras hebreas las cualidades amorosas, tiernas y compasivas de Jehová? “Desde lejos Jehová me apareció, y dijo: Con amor eterno te he amado, por tanto te he extendido mi misericordia.” (Jer. 31:3) ¿Pasan por alto las Escrituras cristianas griegas la justicia e indignación justa de Jehová? “Mía es la venganza, yo recompensaré, dice Jehová.” “Porque nuestro Dios es también un fuego consumidor.” (Rom. 12:19; Heb. 12:29, NM) Jehová no es un concepto primitivo de lo que es Dios.

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