Cuando usted ve que naciones que poseen arsenales tan espantosos se envuelven en conflictos en los cuales sus intereses vitales están seriamente amenazados, ¿no se siente incómodo al pensar en que una de ellas pudiera usar la potencia de fuego nuclear sin que le importen las consecuencias? No estaría solo al sentirse así.

Conferencias alarmantes

Durante varios días del mes de mayo de 1978, 30 científicos, militares y consejeros gubernamentales de 10 países se reunieron en sesiones privadas en Toronto, Canadá, para dar consideración seria al tema: “El peligro de una guerra nuclear para el año 2000.” “Lo más impresionante en cuanto a esta conferencia,” declaró el presidente de la conferencia, John Polanyi, “era que todos parecían estar de acuerdo en que el peligro de una guerra nuclear va aumentando.” Desde entonces, otras reuniones de expertos, entre éstas “la primera conferencia sobre la guerra nuclear,” celebrada en los Estados Unidos con más de 300 participantes, han llegado a la misma conclusión.

Hasta un “confidente íntimo” del presidente soviético Brezhnev reveló que le preocupaba el futuro cercano, pues informó: “En la Unión Soviética se opina que es necesario tomar medidas urgentes, pues, si no, puede ser que haya guerra.” (El énfasis es nuestro.)

De un ángulo completamente diferente viene un sorprendente número de personas religiosas que igualmente creen que se aproxima una guerra nuclear. Sin embargo, éstas dicen que sus conclusiones están basadas en la Biblia. Por ejemplo, un profesor de religión, comentando sobre un versículo de la Biblia que dice que ‘la tierra actual está guardada para fuego,’ declaró: “Las reservas de artefactos atómicos que existen actualmente dan un toque de realismo a este pasaje.”—2 Ped. 3:7.

Un fin nuclear para la Tierra... ¿lo predice la Biblia?

¡De ninguna manera! Al contrario, la Biblia dice que Dios “fundó la tierra sobre sus cimientos; no será jamás removida,” y: “La tierra siempre permanece.”—Sal. 104:5; Ecl. 1:4, Versión Valera, Revisión de 1977. Sírvase ver también Salmo 119:90.

‘Pero, ¿no habla la Biblia del “fin del mundo” y dice que la Tierra será destruida por “fuego”?’ preguntan algunas personas que señalan a Mateo 24:3 (Versión Popular) y 2 Pedro 3:7. Jesús, en el mismo capítulo donde menciona el “fin del mundo,” muestra lo que esto significará. Él asocia el “fin del mundo” con su regreso y dice: “Porque así como era en los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. . . . [Las personas] no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.”—Mat. 24:37, 39.