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  • Cómo sabemos que el gobierno de Dios asumirá el control pronto

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  • Cómo sabemos que el gobierno de Dios asumirá el control pronto
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
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  • POR QUÉ CONFIAR
  • UNA PROFECÍA IMPORTANTE
  • LA SEÑAL QUE JESÚS DIO
  • LOS MUCHOS RASGOS DE “LA SEÑAL”
  • “NACIÓN CONTRA NACIÓN”
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  • “PESTES”
  • “GRANDES TERREMOTOS”
  • ¿SE ESTÁN CUMPLIENDO OTROS RASGOS?
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
w76 1/4 págs. 216-219

Cómo sabemos que el gobierno de Dios asumirá el control pronto

¿DIRÍA usted que verdaderamente se necesita un gobierno justo, un gobierno que pueda resolver los problemas que causan tanta angustia mundial? ¿Cree que esta necesidad será satisfecha alguna vez?

Tenemos toda razón para creer que será satisfecha. ¿Por qué podemos estar tan seguros?

POR QUÉ CONFIAR

Eso se debe a que el gran Creador de la humanidad también reconoce la necesidad de que haya un gobierno justo, y es su propósito declarado establecer uno. Pero ¿debería sorprender el que Él haga esto? Si usted pudiera hacerlo, ¿no querría establecer un gobierno que trajera bendiciones a todos? ¡Por supuesto que sí! ¿No deberíamos, entonces, esperar que nuestro Creador hiciera lo mismo?

Jesucristo conocía el propósito de Dios, y por eso, cuando estuvo en la Tierra, enseñó a sus seguidores a orar por el gobierno de Dios. Usted, también, quizás haya orado por éste, diciéndole a Dios: “Venga tu reino. Sea hecha tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.” (Mat. 6:9, 10, Versión Valera) ¿Se da usted cuenta de cómo vendrá este gobierno del Reino?

Esto se nos explica en una profecía de la Biblia, que dice: “El Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. . . . Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.” (Dan. 2:44) Sí, el gobierno de Dios vendrá con fuerza destructiva para borrar de la Tierra a todos los gobiernos humanos presentes. Esto significará el fin de este mundo injusto, lo cual abrirá paso para un solo mundo, un solo gobierno... el gobierno del Reino de Dios.—2 Ped. 3:5-7; 1 Juan 2:17.

¿Tenemos razón para creer que esto haya de suceder pronto, dentro de nuestra vida? Esto hace pensar en una importante profecía que dio Jesucristo.

UNA PROFECÍA IMPORTANTE

En el discurso bíblico extensamente anunciado que se presentó el año pasado a una concurrencia combinada que ascendía a 1.700.000 personas para octubre de ese año,a se hace la declaración: “¡El cumplimiento de la profecía que Jesucristo dio acerca de la ‘conclusión del sistema de cosas’ muestra que el aplastamiento del sistema se ha acercado!” Esa profecía de Jesús está registrada en la Biblia, principalmente en Mateo, capítulo 24; Marcos 13 y Lucas 21.

¿Qué predijo allí Jesús? ¿Están aconteciendo en realidad estas cosas en nuestro día? Es vital que lo sepamos. ¿Por qué? Porque del tiempo en el cual se cumpliría esta profecía Jesús dijo: “De ningún modo pasará esta generación hasta que sucedan todas estas cosas.” (Mat. 24:34) De modo que, si la profecía de Jesús se está cumpliendo ahora, eso significa que estamos viviendo en la “generación” que verá al gobierno de Dios desmenuzar a todos los gobiernos humanos de la actualidad y asumir el control de los asuntos de la Tierra. ¿Hay una manera de cerciorarse de que esto haya de suceder pronto?

LA SEÑAL QUE JESÚS DIO

Jesús dio su profecía como respuesta cuando cuatro de sus apóstoles le pidieron una señal. Estos hombres evidentemente se estaban haciendo preguntas en cuanto a lo que Jesús había dicho tocante a la destrucción de Jerusalén y su templo. (Mat. 23:37-24:2) De modo que hicieron esta pregunta: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”—Mat. 24:3.

Aunque los apóstoles querían saber cuándo vendría la destrucción de Jerusalén y su templo, su pregunta sondeó más profundamente. Y la respuesta de Jesús, también, incluyó más que la destrucción de Jerusalén y su templo. Pues les dio una señal que significaría más que el fin del sistema de cosas judío allá en el primer siglo E.C. La señal que Jesús dio también señalaría su “presencia” en poder del Reino y la inminencia del fin de todo este sistema de cosas. Una razón por la cual sabemos esto es que Jesús dijo: “Cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios.”—Luc. 21:31.

Sí, esta profecía se suministró para que la gente pudiera saber cuándo asumiría el control el gobierno del Reino de Dios. Dirijámonos a la Biblia y examinémosla más cuidadosamente.

LOS MUCHOS RASGOS DE “LA SEÑAL”

Notamos que Jesús no singularizó solo dos o tres cosas que hubieran de servir de “la señal.” Más bien, mencionó muchas cosas que estarían aconteciendo durante ‘su presencia y la conclusión del sistema de cosas.’ (Mat. 24:3) Considere, por ejemplo, algunos de los rasgos de “la señal” que Jesús dio:

Dijo que habría guerras e informes de guerras, y que nación se levantaría contra nación y reino contra reino. A raíz de esto habría pestes y escaseces de alimento y terremotos en muchos lugares. Además, dijo que sus seguidores serían odiados por todas las naciones, perseguidos, y que a algunos se les daría muerte. Aumentaría el desafuero, y se enfriaría el amor de muchos. Las buenas nuevas del reino de Dios se predicarían en toda la Tierra. Y durante estos acontecimientos habría “angustia de naciones, no conociendo la salida . . . mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.”—Luc. 21:7-28; Mat. 24:3-14.

Como culminación, dijo Jesús: “Habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” (Mat. 24:21) ¡Una tribulación que en su devastación sería todavía más destructiva que el diluvio del día de Noé! De hecho, Jesús la comparó con ese Diluvio, diciendo: “Así como eran los días de Noé, así será la presencia del Hijo del hombre. . . . no hicieron caso hasta que vino el diluvio y los barrió a todos, así será la presencia del Hijo del hombre.”—Mat. 24:37-39.

Bueno, ¿qué piensa usted? ¿Hemos visto en evidencia hoy día los diversos rasgos de “la señal” que Jesús dio? Si así es, una “grande tribulación,” sí, una destrucción mundial, se ha acercado. Ciertamente, pues, es vital que estemos alerta a los acontecimientos mundiales, verificando cuidadosamente si están cumpliendo “la señal” o no. ¿Qué muestra la evidencia?

“NACIÓN CONTRA NACIÓN”

El analista militar H. W. Baldwin, en el libro World War I, señala: “La I Guerra Mundial introdujo el siglo de la Guerra Total, de —en el primer sentido pleno del término— guerra global. . . . Nunca había sido tan abarcadora y promiscua la matanza.” (1962, págs. 1, 2) Según un estudio, se alegó que la I Guerra Mundial fue siete veces mayor que todas las 901 guerras principales de los anteriores 2.400 años.—Colliers, 29 de septiembre de 1945.

Pero esa guerra fue solo el principio de lo que un libro sobre historia moderna llama la “Era de la Violencia.” Veintiún años después, la II Guerra Mundial resultó mayor en alcance y destrucción. “Se ha calculado que el total de los muertos civiles y militares alcanzó a 55 millones.”—The World Book Encyclopedia (1973), tomo 21, pág. 410.

Y las guerras han continuado. Richard Nixon, ex-presidente de los EE. UU., dijo que desde la II Guerra Mundial se han peleado cien o más guerras. Y durante este tiempo, más de 10 millones de personas han sido muertas por armas de guerra, según un editorial del Times de Nueva York del 27 de enero de 1975. ¡Tan solo en Indochina, los Estados Unidos arrojaron 7.733.518 toneladas de bombas, más del triple de las 2.075.244 toneladas que se arrojaron en la II Guerra Mundial! Y se informa que en 1973 las naciones gastaron casi 250.000.000.000 de dólares en armamentos, aproximadamente 60 dólares por cada hombre, cada mujer y cada niño que hay en la Tierra.

¿No diría usted que en nuestro día ha habido “guerras e informes de guerras” y ‘nación levantándose contra nación,’ de modo que se ha cumplido así este rasgo de “la señal”?

“ESCASECES DE ALIMENTO”

Las peores escaseces de alimento de la historia humana vinieron pisándole los talones a la I Guerra Mundial. (The Nation, 7 de junio de 1919) Pero las escaseces fueron aun peores después de la II Guerra Mundial. En aquel tiempo la revista Look dio este informe: “Una cuarta parte del mundo se está muriendo de hambre hoy. . . . El hambre en la mayor parte del mundo ahora es más terrible de lo que la mayoría de nosotros se puede imaginar.”—11 de junio de 1946.

Con el veloz aumento en la población del mundo, las escaseces de alimento se han hecho todavía mayores. El Times de Nueva York del 29 de diciembre de 1967 informó: “Cada 8,6 segundos alguien muere en un país subdesarrollado como resultado de enfermedad causada por la desnutrición. . . . 10.000 diariamente. Más de 3.500.000 anualmente.”

Hoy se calcula que quinientos millones de personas están al borde de la inanición. Naciones enteras se encaran al hambre; de hecho, según algunos científicos, la inanición en masa es inevitable. ¡Ciertamente las “escaseces de alimento” son un rasgo de “la señal” que se está cumpliendo de manera aterradora!

“PESTES”

Después de la I Guerra Mundial rabió la influenza española. The Saturday Evening Post del 26 de septiembre de 1959 informó: “Ninguna peste registrada antes o desde entonces ha igualado en números totales la cantidad de muertes que se registró de 1918 a 1919. Según cálculos, en esos dos años 21.000.000 de personas murieron de influenza-pulmonía por todo el mundo, muriendo unas 850.000 personas tan solo en los Estados Unidos.”

Las epidemias continúan haciendo estragos. “Nos encontramos en una nueva era de pandemias,” informa The New York Times Encyclopedic Almanac 1970, “puesto que casi la mitad de los hombres de los países occidentales (y una proporción aumentante de las mujeres) se están muriendo de una sola enfermedad . . . la catástrofe coronaria.” Hasta muchos jóvenes caen muertos de ataques cardíacos; tan solo en los Estados Unidos unas 750.000 personas mueren al año de enfermedades del corazón.

El cáncer, también, es epidémico ahora, pues mata a unos 350.000 estadounidenses anualmente. Las enfermedades venéreas también están causando estragos. Y cuando se considera que la malaria, la esquistosomiasis y otras enfermedades les abrevian la vida a millones, queda manifiesto que este rasgo de “la señal” también ha estado cumpliéndose.

“GRANDES TERREMOTOS”

En 1920 un gran terremoto mató a 180.000 personas en la China; uno en el Japón destruyó 143.000 vidas en 1923, y otro mató a 60.000 en la India en 1935. Pero en años recientes los terremotos se han presentado con mayor frecuencia.

Managua, Nicaragua, fue devastada en 1972, y 12.000 personas murieron. Un gran temblor en aquel mismo año mató a unas 4.000 en Irán. En 1970, el Perú experimentó tan intensa sacudida que 70.000 personas murieron en lo que se llama “el peor desastre natural que se ha registrado en el hemisferio occidental.” Menos de dos años antes de eso, un temblor en Irán mató hasta 30.000 personas. ¡Más de 100.000 personas han muerto en “grandes terremotos” solo desde 1968!—Luc. 21:11.

¿No diría usted que este rasgo de “la señal” también se está cumpliendo?

¿SE ESTÁN CUMPLIENDO OTROS RASGOS?

Jesús también predijo un “aumento del desafuero.” ¿Se está cumpliendo este rasgo distintivo de “la señal”? El Times de Nueva York del 6 de junio de 1968 dijo: “Una plaga de desafuero y violencia . . . barre ahora al globo terráqueo.” Y está empeorando. El presidente Ford, de los EE. UU., dijo recientemente que la violencia y la delincuencia “obsesionan a los Estados Unidos día y noche.” La delincuencia entre empleados “de distinción” y la inmoralidad sexual, también, se han hecho comunes en casi todas partes.

¿Y no ha tenido este tremendo “aumento del desafuero” el efecto que también predijo Jesús, a saber, un ‘enfriamiento del amor de la mayor parte’? (Mat. 24:12) ¿No ha notado usted un creciente espíritu de egoísmo, que hace que la gente se esté interesando menos en otros?

¿Qué efecto han tenido en la gente estas condiciones... las guerras aterradoras y las amenazas de guerras nucleares, las escaseces de alimento, las pestes, el desafuero y el egoísmo? ¿No ha sido “angustia de naciones,” y que la gente esté ‘desmayando por el temor’ debido a las cosas que ven venir? (Luc. 21:25, 26) “La más grande emoción aislada que domina nuestra vida es el temor,” escribió el difunto redactor de U.S. News & World Report, David Lawrence.

En este ambiente mundial de desafuero y temor, los seguidores de Jesús han sufrido mucha persecución, como lo que él también profetizó. Sin embargo, a pesar de esto, estos testigos cristianos han estado activos en 210 países predicando las “buenas nuevas del reino,” cumpliendo así de manera notable otro rasgo de la profecía de Jesús.—Mat. 24:9, 14.

En realidad, ¿no muestra un examen honrado de “la señal” que, de hecho, se está cumpliendo en nuestro día? Nunca antes de 1914 E.C. ha experimentado la humanidad estas cosas que Jesús predijo en todas partes de la Tierra durante una sola generación.

COMPRENDA EL SIGNIFICADO DE LA SEÑAL

¿Qué significa, entonces, todo esto? Jesús lo explicó con una ilustración, diciendo: “Noten la higuera y todos los otros árboles: Cuando echan ya brotes, al observarlo conocen por ustedes mismos que ya se acerca el verano. Así también ustedes, cuando vean suceder estas cosas, conozcan que está cerca el reino de Dios.”—Luc. 21:29-31.

Sí, el cumplimiento actual de “la señal” significa que ya pronto el gobierno del Reino de Dios le pondrá fin a este injusto sistema de cosas, abriendo paso así para el establecimiento de un nuevo orden justo. (2 Ped. 3:7, 13) PRONTO significa dentro de esta generación, pues recuerde que Jesús dijo: “En verdad les digo: Esta generación no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas.”—Luc. 21:32.

Por eso, ¿cómo debe afectarnos esto? Deberíamos alegrarnos, y al mismo tiempo ser sobrios y vigilantes, tal como amonestó Jesús: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca. Manténganse despiertos, pues, en todo tiempo haciendo ruego para que logren escapar de todas estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del hombre.”—Luc. 21:28, 36.

[Nota]

a Esta conferencia también se ha reimpreso en esta revista en las páginas 195 a 207.

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