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Una “cosa repugnante” no trae la pazLa Atalaya 1985 | 1 de octubre
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Una “cosa repugnante” no trae la paz
“Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados [...] entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas.” (LUCAS 21:20, 21.)
1, 2. a) ¿Por qué nunca traerá la paz el hombre mediante organizaciones como las Naciones Unidas? b) ¿Cómo traerá Dios la paz a la Tierra?
POR más que los hombres traten de traer paz y seguridad mediante instituciones como las Naciones Unidas, nunca lo lograrán. ¿Por qué? Porque la humanidad hoy día no está en paz con Dios, y la seguridad duradera solo se puede basar en que el hombre esté en paz con su Creador. (Salmo 46:1-9; 127:1; Isaías 11:9; 57:21.) ¿Cómo se puede resolver este problema? Felizmente, Jehová ya está encargándose del asunto. La Tierra finalmente tendrá paz y seguridad mediante el Reino de Dios por medio de su Hijo Jesús, en cuyo nacimiento los ángeles cantaron: “Gloria en las supremas alturas a Dios, y sobre la tierra paz entre los hombres de buena voluntad”. (Lucas 2:14; Salmo 72:7.)
2 En el primer siglo, Jesús anunció el Reino de Dios y ofreció a las personas pacíficas la oportunidad de llegar a ser hijos de Dios y cogobernantes con él en dicho Reino. (Mateo 4:23; 5:9; Lucas 12:32.) Los sucesos que siguieron a esto fueron muy parecidos a los sucesos de nuestro propio siglo. El examinarlos nos enseñará mucho acerca del derrotero futuro de la organización humana para “paz y seguridad”, las Naciones Unidas.
Los judíos escogen
3. ¿Quién estaba tratando de mantener la paz y seguridad internacional en los días de Jesús, y por qué no podía esto tener éxito por completo?
3 En los días de Jesús, el Imperio Romano regía gran parte de la Tierra y tenía sus propias ideas en cuanto a la paz y la seguridad. Mediante sus legiones, había puesto en vigor la Pax Romana (paz romana) por todo el mundo que se conocía entonces. Pero la Pax Romana nunca hubiera podido ser una paz permanente, porque la Roma pagana y sus legiones jamás hubieran podido efectuar una reconciliación entre el hombre y Dios. Por eso, el Reino que Jesús anunció era muy superior.
4. ¿Cómo reaccionó la mayor parte de los judíos a la predicación de Jesús? Sin embargo, ¿qué se desarrolló gradualmente en el primer siglo?
4 No obstante, la mayor parte de los coterráneos de Jesús rechazaron el Reino de Dios. (Juan 1:11; 7:47, 48; 9:22.) Sus gobernantes, quienes consideraban a Jesús como una amenaza a la seguridad nacional, lo entregaron para que fuera ejecutado, y dijeron con insistencia: “No tenemos más rey que César”. (Juan 11:48; 19:14, 15.) Sin embargo, algunos judíos, y luego muchos gentiles, reconocieron con gozo a Jesús como el Rey escogido por Dios. (Colosenses 1:13-20.) Predicaron acerca de él en muchas tierras, y Jerusalén llegó a ser el centro de una asociación internacional de cristianos. (Hechos 15:2; 1 Pedro 5:9.)
5, 6. a) ¿Cómo se desenvolvió la relación entre los judíos y Roma? b) ¿Qué advertencia dio Jesús, y cómo salvó esta la vida de los cristianos en 70 E.C.?
5 A pesar del hecho de que los judíos habían escogido a César más bien que a Cristo, las relaciones entre Jerusalén y Roma pronto se deterioraron. Zelotes judíos llevaron a cabo campañas de guerrillas contra el imperio hasta que finalmente, en 66 E.C., estalló la guerra de lleno. Las tropas romanas procuraron restaurar la Pax Romana, y dentro de poco Jerusalén estuvo bajo estado de sitio. Para los cristianos esto fue algo significativo. Muchos años antes, Jesús había advertido: “Cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense”. (Lucas 21:20, 21.) Jerusalén ahora estaba rodeada, y los cristianos esperaron la oportunidad para huir.
6 Aquella oportunidad llegó pronto. Los romanos estaban socavando el muro del templo y muchos judíos estaban listos para rendirse cuando el comandante romano, Cestio Galo, inesperadamente retiró sus tropas y se fue. Los zelotes aprovecharon la oportunidad para reorganizar sus defensas, pero los cristianos abandonaron la ciudad condenada a destrucción. En 70 E.C. las legiones romanas regresaron y acamparon alrededor de los muros de Jerusalén, y esta vez la ciudad sucumbió. ¿Cómo nos afecta a nosotros aquella tragedia histórica? De la siguiente manera: la advertencia de Jesús que salvó la vida de sus seguidores tiene significado para nosotros hoy día también.
Más de un cumplimiento
7-9. a) ¿Cómo sabemos que la profecía de Jesús acerca de los ejércitos que rodearían a Jerusalén tendría más de un cumplimiento? b) ¿Cómo apoya esto el leer el libro de Daniel con entendimiento?
7 Aquella advertencia fue parte de una larga profecía pronunciada por Jesús en respuesta a una pregunta importante. Sus seguidores le habían preguntado: “¿Cuándo [será la destrucción del templo judío], y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”. En respuesta, Jesús dio una señal compuesta de muchos rasgos, incluso el sitio de Jerusalén. (Mateo 24; Marcos 13; Lucas 21.) En los años que siguieron a la muerte de Jesús, se cumplieron muchos de los rasgos de esa profecía, que culminó en la destrucción de Jerusalén y el sistema de cosas judío en 70 E.C. (Mateo 24:7, 14; Hechos 11:28; Colosenses 1:23.)
8 No obstante, los discípulos también habían preguntado a Jesús acerca de su “presencia”, que la Biblia asocia con el fin del entero sistema de cosas mundial. (Daniel 2:44; Mateo 24:3, 21.) Puesto que la presencia espiritual de Jesús y el fin del sistema de cosas mundial no acontecieron en el primer siglo, se podía esperar un cumplimiento mayor de la profecía de Jesús en el futuro, de modo que los sucesos del primer siglo proporcionarían un patrón para el cumplimiento en una escala mayor. Esto incluiría un cumplimiento mayor de la advertencia de Jesús acerca de la destrucción de Jerusalén.
9 Esto se hace más evidente si examinamos cómo se registra esta advertencia en los otros dos libros de la Biblia donde aparece. En Mateo se describe a las tropas que efectúan el sitio como “la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo”. (Mateo 24:15.) En el relato de Marcos “la cosa repugnante” está de pie “donde no debe”. (Marcos 13:14.) El relato de Mateo dice que “la cosa repugnante” también se menciona en el libro de Daniel. De hecho, la expresión “cosa repugnante” aparece tres veces en este libro: una vez (en el plural) en Daniel 9:27, donde forma parte de una profecía que se cumplió cuando Jerusalén fue destruida en 70 E.C., y después, en Daniel 11:31 y Daniel 12:11. De acuerdo con estos últimos dos textos bíblicos, una “cosa repugnante” había de ser puesta en su lugar durante el “tiempo señalado” o “el tiempo del fin”. (Daniel 11:29; 12:9.) Hemos estado viviendo en “el tiempo del fin” desde 1914; por eso la advertencia de Jesús aplica hoy día también. (Mateo 24:15.)
Lo que la cristiandad ha escogido
10, 11. ¿Cómo se asemejan los sucesos actuales a los del primer siglo?
10 En nuestro siglo, los sucesos han seguido un patrón parecido al del primer siglo. Hoy, como entonces, hay un imperio que domina la escena mundial. El imperio moderno es la potencia mundial angloamericana, que se esfuerza arduamente por imponer en la humanidad sus propias ideas sobre la paz y la seguridad. En el primer siglo, el Israel carnal rechazó a Jesús como el Rey ungido de Dios. En 1914 empezó la “presencia” de Jesús como Rey entronizado de Jehová. (Salmo 2:6; Revelación 11:15-18.) Pero las naciones, incluso las de la cristiandad, rehusaron reconocerlo. (Salmo 2:2, 3, 10, 11.) De hecho, se vieron envueltas en una horrible guerra mundial por la soberanía internacional. Los líderes religiosos de la cristiandad —al igual que los líderes judíos— han tomado la delantera en rechazar a Jesús. Desde 1914, de manera consecuente, han estado activos en la arena política y se han opuesto a la predicación de las buenas nuevas del Reino. (Marcos 13:9.)
11 Sin embargo, como en el día de Jesús, muchas personas hoy gustosamente han reconocido al Rey de Jehová y han esparcido las buenas nuevas de su Reino alrededor del mundo. (Mateo 24:14.) Más de dos millones y medio de testigos de Jehová expresan ahora lealtad para con el Reino de Dios. (Revelación 7:9, 10.) Se mantienen neutrales respecto a la política del mundo y tienen plena fe en los arreglos de Jehová para traer paz y seguridad. (Juan 17:15, 16; Efesios 1:10.)
“La cosa repugnante” hoy
12. ¿Qué es la “cosa repugnante” del día actual?
12 ¿Qué, entonces, es la “cosa repugnante que causa desolación” en tiempos modernos? En el primer siglo se trataba de las tropas romanas que habían sido enviadas para volver a imponer la Pax Romana en Jerusalén. Pero en tiempos modernos las naciones que lucharon en la I Guerra Mundial llegaron a sentirse desilusionadas respecto a la utilidad de una guerra general para imponer la paz y experimentaron con algo nuevo: una organización internacional para preservar la paz mundial. Esta empezó a funcionar en 1919 como la Sociedad de Naciones, y aún existe como las Naciones Unidas. He aquí la “cosa repugnante que causa desolación” del día actual.
13, 14. a) ¿Qué declaraciones halagüeñas ha hecho la cristiandad acerca de “la cosa repugnante”? b) ¿Por qué es esto idolatría, y dónde coloca esto a “la cosa repugnante”?
13 Es interesante que la palabra hebrea que se traduce “cosa repugnante” en Daniel es shiq·qutsʹ. En la Biblia, esta palabra se usa principalmente con relación a ídolos y a la idolatría. (1 Reyes 11:5, 7.) Teniendo esto presente, lea algunos comentarios que han hecho ciertos líderes religiosos respecto a la Sociedad de Naciones:
“¿Qué es esta visión de una federación mundial de la humanidad [...] si no es el Reino de Dios?” “La Sociedad de Naciones tiene sus raíces en el Evangelio” (Concilio Federal de las Iglesias de Cristo de América). “Puede afirmarse que cada uno de los objetivos [de la Sociedad de Naciones] y cada una de sus actividades cumplen la voluntad de Dios que se revela en la enseñanza de Jesucristo” (Obispos de la Iglesia de Inglaterra). “La reunión, por lo tanto, recomienda que todo cristiano apoye a la Sociedad de Naciones y ore por esta como el único instrumento disponible para alcanzar [la paz en la Tierra]” (Cuerpo general de bautistas, congregacionalistas y presbiterianos de Gran Bretaña). “[La Sociedad de Naciones] es el único esfuerzo organizado que se ha hecho para llevar a cabo los repetidos deseos de la Santa Sede.” (Cardenal Bourne, arzobispo de Westminster.)
14 Cuando las naciones no solo rechazaron el Reino de Dios, sino que también establecieron su propia organización para traer paz, ese fue un acto de rebelión. Cuando los líderes religiosos de la cristiandad identificaron a esa organización con el Reino de Dios y el Evangelio, proclamando que era “el único instrumento disponible” para traer paz, ese fue un acto de idolatría. Estaban poniendo a dicha organización en la posición del Reino de Dios, “en un lugar santo”. Ciertamente estaba ‘de pie donde no debía’. (Mateo 24:15; Marcos 13:14.) Además, los líderes religiosos siguen apoyando a la sucesora de la Sociedad de Naciones, las Naciones Unidas, en vez de dirigir a la humanidad al Reino establecido de Dios.
El peligro para la cristiandad
15, 16. ¿Cómo están desarrollándose las relaciones entre la cristiandad y las naciones que apoyan a “la cosa repugnante”?
15 Aunque las religiones de la cristiandad escogieron a la Sociedad de Naciones y a su sucesora en vez del Reino de Dios, sus relaciones con las naciones miembros de estas organizaciones se han deteriorado. Esto se asemeja a lo que sucedió entre los judíos y Roma. Desde 1945 las Naciones Unidas han incluido entre sus miembros a cada vez más países que o no son cristianos o son anticristianos, y esto no augura nada bueno para la cristiandad.
16 Además, en muchos países hay fricción entre las religiones de la cristiandad y el Estado. En Polonia la Iglesia Católica se considera como opositora del régimen local. En el norte de Irlanda y en el Líbano, las religiones de la cristiandad han empeorado los problemas relacionados con la paz y la seguridad. Además, las religiones de la cristiandad han producido algunas personas que, al igual que los zelotes judíos, fomentan la violencia. Por eso, el Concilio Mundial de Iglesias Protestantes ha hecho donaciones a organizaciones terroristas, mientras que sacerdotes católicos luchan en las selvas como guerrilleros y sirven en gobiernos revolucionarios.
17. a) ¿Qué es la Jerusalén del día moderno? b) ¿Qué le sucederá finalmente?
17 Solo el tiempo revelará hasta qué punto se deteriorarán las relaciones entre las religiones de la cristiandad y las naciones, pero los sucesos del primer siglo ya han prefigurado en qué irá a parar todo esto. Como previó Jesús, en el primer siglo los ejércitos romanos finalmente destruyeron a Jerusalén y causaron mucha tribulación. En conformidad con el patrón profético, las naciones junto con las Naciones Unidas atacarán y destruirán a “Jerusalén”, es decir, a la estructura religiosa de la cristiandad. (Lucas 21:20, 23.)
Huyan a las montañas
18. ¿Qué deberían hacer las personas de corazón humilde al discernir que “la cosa repugnante” está en su lugar?
18 En el primer siglo, después que apareció “la cosa repugnante”, los cristianos tuvieron la oportunidad de huir. Jesús les aconsejó que lo hicieran inmediatamente porque no sabían cuánto tiempo duraría dicha oportunidad. (Marcos 13:15, 16.) De la misma manera, cuando las personas de corazón humilde hoy disciernen que existe “la cosa repugnante”, deberían huir inmediatamente del dominio religioso de la cristiandad. Cada segundo que permanecen allí está en peligro su vida en sentido espiritual, y ¿quién sabe por cuánto tiempo estará disponible la oportunidad de huir?
19, 20. a) ¿Qué hicieron los cristianos del primer siglo cuando vieron que Jerusalén estaba rodeada de los ejércitos romanos? b) ¿Qué representan hoy día “las montañas”, y qué debería impulsar a las personas de corazón humilde a huir allí?
19 El evangelio de Lucas advirtió a los cristianos de aquel día que huyeran al ver a “Jerusalén rodeada de ejércitos acampados”. Como ya se ha notado, aquellos ejércitos llegaron en 66 E.C., y la oportunidad de huir surgió ese mismo año cuando Cestio Galo retiró sus tropas. Después que los cristianos huyeron, la guerra entre los judíos y los romanos continuó... aunque no en los alrededores de Jerusalén. El emperador Nerón envió a Vespasiano a Palestina y se llevaron a cabo campañas de éxito en 67 y 68. Entonces Nerón murió y Vespasiano se vio envuelto en la sucesión imperial. Pero después que él fue hecho emperador en 69 E.C., él envió a su hijo Tito para que terminara la guerra judía. En 70 E.C. Jerusalén fue destruida.
20 Pero los cristianos no esperaron en Jerusalén para ver todo aquello. Tan pronto como vieron los ejércitos sitiadores, comprendieron que la ciudad estaba en peligro de destrucción. De igual manera hoy, ya ha aparecido el instrumento que destruirá a la cristiandad. Por eso, tan pronto como discernamos el peligro en el cual se encuentra la cristiandad, debemos ‘huir a las montañas’, el lugar de refugio de Jehová junto con su organización teocrática. Otras profecías no dan base alguna para creer que haya un lapso entre el ataque inicial y la desolación final de la cristiandad. En realidad, no habrá necesidad de tal pausa en las hostilidades. Las personas de corazón humilde muestran sabiduría al huir de la cristiandad ahora.
Jerusalén y la cristiandad
21. ¿Por qué apareció “la cosa repugnante” a fines del tiempo del fin de Jerusalén, mientras que en este siglo apareció a principios del fin de este sistema?
21 ¿Deberíamos sorprendernos de que en el primer siglo “la cosa repugnante” haya aparecido justamente antes de la destrucción de Jerusalén, mientras que hoy haya aparecido al mismísimo principio del tiempo del fin de este mundo? No. En cada caso, “la cosa repugnante” apareció al momento en que Jehová quería que su pueblo huyera. En el primer siglo, los cristianos tuvieron que permanecer por algún tiempo en Jerusalén a fin de predicar allí. (Hechos 1:8.) Solo en 66 E.C., cuando la destrucción era inminente, apareció una “cosa repugnante” que les sirvió de advertencia para que huyeran. Pero el estar “en” la Jerusalén del día moderno significa ser parte del dominio religioso de la cristiandada. Es imposible servir a Jehová de modo aceptable en un ambiente tan corrupto y apóstata. Por eso, a principios del tiempo del fin de este mundo “la cosa repugnante” apareció para advertir a los cristianos que huyeran. El huir de la cristiandad está llevándose a cabo, y cada persona recibe la advertencia de huir tan pronto como discierne que “la cosa repugnante” está en su lugar.
22. ¿Qué preguntas tienen que contestarse aún?
22 Pero podemos preguntar: ¿Qué conduce a este hecho sumamente inesperado, a saber, la destrucción de la cristiandad a manos de elementos militarizados que forman parte de las Naciones Unidas? ¿Cuándo ocurrirá esto? Y ¿cómo puede esto contribuir a la paz y la seguridad en la Tierra? Consideraremos estas preguntas en el próximo artículo.
[Nota a pie de página]
a Se puede hacer una comparación similar entre la ciudad de Babilonia, de la cual huyeron los judíos en 537 a. de la E.C., y Babilonia la Grande de tiempos modernos, de la cual los cristianos huyen hoy. (Isaías 52:11; Jeremías 51:45; Revelación 18:4.)
¿Recuerda usted?
◻ ¿Por qué tiene que tener un cumplimiento moderno la profecía de Jesús acerca de “la cosa repugnante”?
◻ ¿Qué es “la cosa repugnante” hoy, y desde cuándo ha estado en su lugar?
◻ ¿Qué es la Jerusalén del día moderno de la profecía de Jesús?
◻ ¿Cómo nos ayuda Lucas 21:20, 21 a ver la urgencia de huir?
◻ ¿Qué son “las montañas” a las cuales deben huir las personas de corazón humilde?
[Comentario en la página 11]
Cuando los líderes religiosos de la cristiandad identificaron a las Naciones Unidas con el Reino de Dios y el Evangelio, ese fue un acto de idolatría
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La paz, la seguridad y la ‘imagen de la bestia’La Atalaya 1985 | 1 de octubre
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La paz, la seguridad y la ‘imagen de la bestia’
“Y me llevó en el poder del espíritu a un desierto. Y alcancé a ver a una mujer sentada sobre una bestia salvaje de color escarlata que estaba llena de nombres blasfemos y que tenía siete cabezas y diez cuernos.” (REVELACIÓN 17:3.)
1. ¿Por qué nos interesa la visión de Juan acerca de una bestia de siete cabezas y diez cuernos?
EL APÓSTOL Juan vio esta espantosa bestia en una visión inspirada por Dios. Pero Juan no es el único que la ha visto. Con toda probabilidad, usted, también, la ha visto, o por lo menos ha leído acerca de ella en los diarios. ¿La reconoció usted?
2, 3. ¿Qué serie de criaturas vio Juan en su visión?
2 Por supuesto, cuando vemos esta bestia hoy día, no tiene la apariencia que Juan describió. Lo que Juan vio fue simbólico de algo que existiría en la Tierra “en el día del Señor”. (Revelación 1:10.) Hoy día vemos el cumplimiento de esta. La forma repulsiva de la bestia que Juan vio refleja el punto de vista de Jehová sobre lo que ella representa... ¡que es repugnante a la vista de Él! Juan ya había presenciado en su visión el arrojamiento de Satanás a la Tierra y que este
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