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  • A la manera del hombre o a la manera de Dios... ¿Cuál?

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  • A la manera del hombre o a la manera de Dios... ¿Cuál?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1968
w68 1/6 págs. 335-343

A la manera del hombre o a la manera de Dios... ¿Cuál?

1. El quebrantar la ley sagrada de Dios con la alegación de salvar la vida pone a la vida humana en ¿qué nivel?

A NADIE se le puede excusar o justificar por quebrantar la ley sagrada de Dios con la alegación de que está salvando vida humana o prolongándola. Con la excepción de algunos miembros individuales concienzudos las asociaciones médicas tratan la ley de Dios como un mito de la Biblia o como algo que ya no tiene vigor. Ellos ponen la vida de hombres imperfectos, condenados y moribundos por encima de la ley de Dios y la quebrantan afirmando que están tratando de salvar una vida humana, no para la eternidad, sino para el corto e incierto período de tiempo de la vida presente. Esto ha resultado en una epidemia de transfusiones de sangre que ellos afirman que son salvavidas.

2. ¿Cómo han violado algunos médicos recientemente los derechos fundamentales de una criatura humana libre, y cómo tratan de protegerse al hacer esto?

2 Convencidos en su propia mente de su obligación de salvar vidas humanas de esta manera, ellos van aun tan lejos como hasta imponer contra la voluntad transfusiones en cristianos dedicados que por conciencia objetan a quebrantar la ley de Dios para tratar de conservar su vida. Ellos tratan de tener una exhibición de autoridad legal para hacer esto, aunque ello le niega al paciente no solo su derecho dado por Dios sino también sus derechos nacionales constitucionales según una Carta de Derechos establecida en ciertos países. Para protegerse debido a esto los médicos apelan a jueces y cuerpos legislativos del país para que los autoricen a ir por encima de la libertad de religión con su derecho de adorar al Dios vivo y verdadero Jehová según los dictados de la conciencia. En este caso, según esos puntos de vista médicos, la religión es una amenaza a la vida y debe ser echada a un lado para que se efectúe una violación atea de la ley de Dios sobre la santidad de la sangre.

3. (a) Al actuar de esta manera, ¿qué idea tienen los médicos? (b) En consistencia con la decisión del Tribunal Supremo de los Estados Unidos de Norteamérica con respecto a un otorgamiento de vida, ¿qué no tienen derecho a hacer los médicos aun a personas que actúan por conciencia?

3 ¡Salvar la vida de manera contraria a los deseos religiosos del paciente y evitar que escoja morir! es la idea médica. Pero aun el Tribunal Supremo de los Estados Unidos de Norteamérica ha dado el fallo de que una persona con libre albedrío tiene el derecho de escoger morir más bien que aprovecharse de ciertas provisiones jurídicas que le perdonen o le conserven la vida, ¿sobre qué base? La de si la persona no puede aceptar los términos o condiciones según los cuales su vida le sería perdonada o conservada.a Entonces, si el tribunal superior del país no tiene derecho a imponerle la vida a una persona en términos que ella no pueda aceptar, la profesión médica no tiene derecho, legal o ético, para imponer sus métodos antibíblicos de salvar la vida en un paciente que preferiría morir a violar su conciencia quebrantando la ley santa de Dios.

4. ¿Qué dicen los médicos al alegar que la transfusión no quebranta la ley de Dios contra usar la sangre como alimento, pero qué sucede realmente?

4 No obstante, justificando más su proceder, ¿qué alegan los médicos? Esto, que la transfusión no es alimentar con sangre a un paciente y por lo tanto no es una violación de la ley de Dios. Pero en realidad esto es razonamiento anticientífico. Por la mismísima razón de que la materia transfundida no se toma directamente por la boca para que pase por los procesos normales de digestión del cuerpo, el método de transfusión llega a ser la manera más rápida y directa de alimentar el cuerpo con lo que está prohibido por la ley de Dios declarada a Noé y reafirmada por el Concilio Cristiano de Jerusalén.

5. ¿Qué argumento presentan los médicos en cuanto a que la sangre transfundida no es alimento, sino meramente un vehículo? ¿Resulta eso verdaderamente así?

5 Argumentando más a favor de la transfusión, se alega que lo que se transfunde es meramente un vehículo para transportar alimento directamente al cuerpo humano, y que el cuerpo no se alimenta del vehículo mismo. Por lo tanto hacemos la pregunta: Después que la sangre vehicular transfundida ha liberado su oxígeno y elementos alimenticios a los tejidos del cuerpo del paciente, ¿se saca esta sangre vehicular del cuerpo del paciente y se transfunde de regreso en el cuerpo del donante de la sangre? Esto sería muy embarazoso e imposible, especialmente en los casos en que no se conoce al donante o a los donantes de la sangre o si la sangre ha sido tomada de un cadáver reciente. De modo que la materia vehicular transfundida se deja en el cuerpo del paciente. ¿Entonces qué? Bueno, al transcurrir los años durante los cuales el cuerpo humano se renueva hasta ser un cuerpo nuevo, esta sangre vehicular es usada o consumida por el cuerpo del paciente, lo mismo que en cualquier otro trasplante de un órgano. ¿De qué manera, entonces, difiere este resultado esencialmente de alimentar de la sangre transfundida? Los resultados son los mismos: el cuerpo del paciente sí se sostiene por lo transfundido.

6. Si Lucas estuviera aquí en la Tierra hoy día, ¿qué haría él en cuanto a transfusiones de sangre, y por qué?

6 Si el discípulo cristiano Lucas estuviera de nuevo aquí en la Tierra por una resurrección de los muertos, ¿qué haría? Lucas acompañó a Pablo, quien lo llamó “Lucas el médico amado.” ¿Se uniría él a los médicos de hoy día y daría transfusiones? La respuesta bíblica tiene que ser: ¡No! Este mismo Lucas fue el escritor que nos dio el informe del decreto del Concilio Cristiano de Jerusalén, citando de él tres veces.

7. En el decreto del Concilio de Jerusalén, ¿qué excepciones, si algunas, se hicieron en cuanto a mantenerse libres de sangre?

7 Este decreto, según lo informó Lucas, dijo a los cristianos no judíos ‘que se abstuvieran de sangre.’ Este no hizo excepciones para el médico Lucas o doctores de medicina. No dijo: Absténganse de sangre excepto en el caso de una transfusión administrada por un doctor de medicina competente; o excepto por las órdenes de un cuerpo legislativo o de un juez legal que eche a un lado el requerido “debido proceso de ley” y se haga una ley él mismo y arbitrariamente declare un estado de emergencia y ordene al doctor que apela el dar una transfusión por encima de las objeciones religiosas del paciente. ¡El Concilio Apostólico Cristiano prohibió “sangre,” sin diferenciar sangre humana de sangre animal, sin distinción!

8, 9. (a) Como sin duda observó Lucas, ¿por qué bebían sangre los griegos antiguos, y con qué efecto? (b) Allá en 1909, ¿qué dijo The Watch Tower acerca de las razones que tenía Dios para prohibirles a los judíos comer sangre?

8 El doctor Lucas, quien viajó con el apóstol Pablo por la antigua Grecia, sin duda sabía que los griegos bebían sangre para tener relación de sangre con los demonios para aprender lo que el futuro tenía para ellos. El doctor Lucas tiene que haber observado que el beber sangre animal servía para dar al bebedor cualidades bestiales como las de los donantes animales. Pero mejor que el doctor Lucas, Jehová Dios sabía los efectos de tomar la sangre de otra criatura en el cuerpo de uno, fuera comiéndola o bebiéndola o transfundiéndola. El sin duda la prohibió por más razones que las de que la vida está en la sangre y de que el quitar sangre significa quitar vida hasta por lo menos algún grado. Esto lo sugirió la revista Watch Tower hace mucho tiempo. Su artículo “Resolviendo diferencias doctrinales,” bajo fecha del 15 de abril de 1909, en la página 117, dijo acerca del decreto del Concilio de Jerusalén acerca de la sangre:

9 “A los judíos se les prohibió, y bajo Su pacto fue hecha un símbolo de vida... participar de ella envolvería responsabilidad por la vida quitada. Además, en las ceremonias típicas de la Ley la sangre prohibida se usaba como símbolo que representaba la ofrenda por el pecado; porque por la sangre se efectuaba expiación por los pecados. Para dar énfasis a estas lecciones bíblicas, a los judíos se les había prohibido usar sangre. Y quizás haya otras razones, sanitarias, conectadas con el asunto, que todavía son desconocidas para nosotros.”b

10. Entre tales razones que ahora se están llegando a conocer, ¿qué resultados dañinos hay, en un solo país, por las transfusiones de sangre, y sin embargo qué se proponen hacer los hombres en cuanto a ello?

10 Hoy, cincuenta y nueve años desde entonces, esas razones están haciéndose cada vez más conocidas debido a las experiencias médicas con el uso extenso de las transfusiones. Ahora, ¿qué pensaría usted de una práctica moderna de la medicina que, en un solo año, mata directamente a 16.000 personas en un país, y deja a otros miles de personas infectados con enfermedades mortíferas, mientras que al mismo tiempo otros miles sobreviven el proceso? Eso es lo que sucede con la práctica de la transfusión de sangre.c Pero, ¿la pronuncia el gobierno nacional algo venenoso, peligroso, y la prohíbe? ¿La trata el gobierno como trata con una droga o píldora o medicina que resulta en un gran número de muertes y la quita del mercado como demasiado arriesgada? No, sino que, al contrario, los hombres sugieren e intentan dar pasos para hacer obligatorio por ley que una persona, por imposición contraria a su voluntad, se someta a la transfusión a pesar de su objeción cristiana por conciencia a ella. ¿Por qué ocurre esta inconsistencia de parte del gobierno?

11. ¿Qué contraste hay en el asunto de la conciencia según se presentó contra los criminales de guerra nazis que estaban siendo enjuiciados y el que los cristianos objeten a las transfusiones?

11 ¿Por qué es que, cuando criminales de guerra nazis alegaron que no eran responsables por la matanza en masa que ejecutaron, porque meramente estaban obedeciendo las órdenes de superiores, el tribunal del proceso les recordó que ellos deberían haber obedecido los dictados de la conciencia contra el matar a personas inocentes?d Y sin embargo hoy, cuando cristianos inteligentes, dedicados y bautizados ejercen su conciencia en armonía con la Biblia, legisladores, jueces y hombres de la medicina atropellan su conciencia y les obligan a la fuerza a tomar transfusiones de la sangre que representa la vida de una o más personas.

RÍOS DE SANGRE MALGASTADOS

12. En vista de que la sangre es preciosa a Dios, ¿debería malgastarse? Sin embargo, ¿qué uso de ella en los Estados Unidos de Norteamérica permite gran malgasto?

12 La sangre debe tratarse como sagrada, porque representa la vida. Es preciosa a Dios, más la de una criatura humana que la de un animal. Por la “epidemia de transfusiones” durante la II Guerra Mundial y desde entonces, ¡qué malgasto ha habido de esta preciosa corriente de vida humana! El Times Magazine de Nueva York del 29 de marzo de 1964, en la página 38, bajo el título “3.000.000 de litros de sangre no bastan” dijo lo siguiente: “Cada año un pequeño río de sangre —de dos y medio o tres millones de litros— se hace correr a las venas de los enfermos en los Estados Unidos; en solamente la ciudad de Nueva York se consumen 500 litros al día. Por las transfusiones de sangre decenas de millares de vidas se salvan.” Pero el artículo no menciona cuántos millares de vidas humanas se matan. ¿Por qué tal silencio, tal informe parcial?

13. En cuanto a valor en vida, ¿qué representa un “pequeño río” de 3.000.000 de litros? ¿“Salvan” las transfusiones ese mismo número de vidas?

13 Medido en valor de vida, ¿qué representa un “pequeño río” de tres millones de litros? Bueno, calcúlelo sobre la base de que el adulto promedio tiene de seis a seis y medio litros de sangre cruzando por unos 96.560 kilómetros de arterias, venas y capilares para rendir servicio a los tejidos de su cuerpo. Asignando seis y medio litros a un cuerpo, este “pequeño río” de tres millones de litros representaría 461.538 vidas humanas adultas. Pero no se “salva” ese número de vidas o, dicho más correctamente, no sobrevive la transfusión de sangre con cuerpos regularmente normales ese número de vidas.

14. ¿Qué malgasto de líquido precioso hay cuando el que recibe la transfusión muere a pesar de ella?

14 Piense en el malgasto de la preciosa corriente de vida que acompaña al uso de esos millones de litros de ella, tan solo en los Estados Unidos. Meramente medio litro de ella le es innecesario a una persona. Tiene que ser por lo menos uno y medio o dos litros de ella, y en algunos casos hasta de diez a quince litros, o hasta veinte litros de ella. Sin embargo, después de recibir tantos litros de ella el paciente puede morir, como en el caso del soldado estadounidense herido que estuvo en un hospital portátil en el Vietnam del Sur, cuya vida los doctores se esforzaron por “salvar.” El Times de Nueva York del 25 de febrero de 1967 informa: “El montón de sacos de sangre vacíos siguió creciendo. Para cuando la operación terminó, el soldado había recibido catorce litros.” ¡Y sin embargo murió! ¡Qué malgasto de precioso líquido! Es cierto que se trató de una transfusión con buenas intenciones, pero malgastando el equivalente de más de dos vidas humanas adultas. ¡No dio resultados!

15. ¿Qué otro malgasto de sangre resulta por efectos adversos de las transfusiones?

15 Piense, también, en el malgasto de centenares de miles de litros de la vital corriente de vida en los casos en que las transfusiones de sangre matan directamente. ¡Un horrible malgasto, puesto que se produjo exactamente lo opuesto de lo que se intentaba con las transfusiones! ¡Piense en el malgasto de otros centenares de miles de litros en los casos en que las transfusiones han producido efectos posteriores fatales que tarde o temprano han producido la muerte! Y si la transfusión deja a la persona con una enfermedad que le tulle o inhabilita el cuerpo, ¿se ha malgastado o no la cantidad de líquido que se transfundió?

16. ¿Qué otro malgasto hay en conexión con los bancos de sangre?

16 Finalmente, piense en el malgasto que ocurre en los bancos que tratan en sangre, comprándola barata o recibiéndola gratis y entonces vendiéndola a una proporción de diez a sesenta dólares por unidad. En estos bancos la sangre no se conserva indefinidamente. Tiende a dañarse. Se hace anticuada. En algunos bancos el daño por anticuarse ha alcanzado hasta el 10 por ciento de toda la cantidad que hay en el banco. ¡Todo esto no se usó para el propósito que se intentaba! ¡Qué malgasto de precioso fluido de vida significa esto!e

17. ¿Le agrada a Dios este malgasto, o pedirá él cuentas a los hombres, y por qué?

17 ¿Es este terrible malgasto de precioso fluido humano agradable al Gran Creador, quien lo puso en el cuerpo humano para sustentar la vida? ¿Justifica el motivo médico para transfundirla tan gran malgasto delante de Dios? Positivamente no, según su Palabra, la Biblia. ¿Considerará Dios responsables a los hombres de derramar sangre de este modo en tiempo de paz o en tiempo de guerra, al derramarla, no al pie del altar de Dios como la sangre de víctimas sacrificatorias, sino en un experimento médico contrario a la ley suprema de Dios? Evidentemente sí, especialmente si tomamos como patrón o modelo el hecho de que en el antiguo Israel la persona que violara voluntariosamente la prohibición divina sobre la sangre había de ser cortada de entre el pueblo de Dios con muerte. Realmente no hay excusa válida para esas crasas violaciones modernas en vista del hecho de que hay varios sustitutos eficaces para la sangre hoy día. Hasta operaciones delicadas, tales como cirugía de corazón abierto, se pueden ejecutar con buen éxito si los doctores solo quieren hacer el esfuerzo y tomarse el tiempo y usar su habilidad, sin transfusión de sangre.

18. Puesto que la ley de Dios contra el asesinato todavía está en vigor, eso quiere decir que ¿qué otra ley dada a Noé está en vigor, y a quiénes tenían que enseñar esa ley los de la familia de Noé?

18 La ley de Dios a Noé después del diluvio, prohibiendo usar la sangre como alimento, fue acompañada por la ley de Dios contra el asesinar: “Cualquiera que derrame la sangre del hombre, por el hombre será derramada su propia sangre, porque a la imagen de Dios hizo él al hombre.” (Gén. 9:4-6) Tan ciertamente como que la ley de Dios contra el asesinato está todavía en vigor hoy día, así también su prohibición contra el ingerir en el cuerpo de uno la sangre de otras criaturas todavía está en vigor en este siglo veinte y debe ser respetada para el propio bien de uno. La familia de Noé estuvo obligada a enseñar esa ley de prohibición a sus descendientes.

19. ¿Qué obligación le debían a la siguiente generación con respecto a la ley de Dios contra la sangre los israelitas que estaban bajo la ley mosaica?

19 En la ley de Dios a la nación de Israel por medio de Moisés, Dios dio instrucciones acerca de los sacrificios de animales y dijo: “Toda la grasa le pertenece a Jehová. Es un estatuto hasta tiempo indefinido para las generaciones de ustedes, en todos los lugares donde moren: No deben comer grasa alguna ni sangre alguna.” (Lev. 3:16, 17) Esto obligaba a una generación de israelitas a enseñar a la siguiente generación que no comiera sangre. El padre estaba obligado a enseñar a sus hijos que era contra la ley de Dios el comer sangre, y, en consistencia con esto, él se encargaría de que sus hijos menores no la comieran y que no se comiera de ella dentro de su hogar, del cual él era el amo, superintendente y guardián.—Deu. 6:6, 7; Sal. 78:5, 6.

20. ¿Qué obligación similar descansa sobre el Israel cristiano, y qué hacen acerca de ello los testigos de Jehová de hoy día?

20 Hoy día Jehová Dios tiene un Israel espiritual, un Israel cristiano. (Gál. 6:16) Tal como los israelitas naturales, carnales, eran testigos de Jehová, así estos israelitas espirituales cristianos son Sus testigos. Mientras que la ley mosaica con sus estipulaciones acerca de la grasa fue abolida cuando Cristo murió como sacrificio, el Concilio Apostólico Cristiano de Jerusalén reafirmó la ley de Dios a Noé y la aplicó a la verdadera congregación cristiana. Los padres cristianos están obligados a enseñar esta ley y ponerla en vigor en lo que concierne a sus hijos menores, porque por la ley de Dios los padres son los guardianes espirituales y religiosos además de cuidadores paternales domésticos de sus hijos menores de edad. Los testigos cristianos de Jehová hoy día reconocen ese hecho y siguen la regla divina de conducta. Se esfuerzan por evitar que sus hijos violen la ley de Dios a Noé y también el decreto del Concilio de Jerusalén. (Efe. 6:4) Correctamente tratan de proteger a sus hijos de ingerir sangre extraña.

21. ¿Quiénes hoy día niegan que los padres tengan ese derecho, y qué argumentos presentan para apoderarse de los niños afectados?

21 ¿Tienen realmente el derecho de hacer esto los padres que son testigos de Jehová? Ciertos doctores, jueces y legisladores se ciegan a la ley de Dios y a la libertad religiosa y a la conciencia cristiana y dicen: ¡No! Estos transgresores de la ley de Dios que aplica a los cristianos afirman que, cuando los testigos de Jehová rehúsan dejar que sus hijos tengan una transfusión de sangre al ordenarlo un mero doctor humano, los testigos de Jehová son padres peligrosos para estar sobre hijos y que pierden su derecho de ser guardianes de sus propios hijos de carne y sangre. Tales hijos por lo tanto tienen que llegar a estar bajo la custodia del Estado político, aun en Estados donde hay una separación de Iglesia y Estado.

22. Por consiguiente, ¿qué vergonzoso procedimiento ha resultado, con aprobación judicial?

22 Así ha sucedido que ciertos jueces han hecho que los hijos hayan sido quitados a sus propios padres cristianos y hayan sido colocados en las manos de guardianes nombrados que creen en las transfusiones. Estos han hecho que los cuerpos de estos niños de que se han apoderado sean asaltados con una transfusión en vergonzosa falta de respeto a la ley de Dios y a las objeciones de conciencia de los padres cristianos. Si un niño sobrevive tal transfusión forzada, tales violadores se alivian la conciencia por haber “salvado una vida.”

¿TIENE USTED DERECHO A SU PROPIO CUERPO?

23. Con relación a esto, ¿qué pregunta hizo un escritor de columnas periodísticas, y con qué comentario de conclusión?

23 En conexión con esto mismo una seria pregunta ha surgido: “¿A quién pertenece el cuerpo?” Esa pregunta encabezó un artículo por un escritor de columnas periodísticas a quien irritó el que se obligara a una señora encinta, una testigo de Jehová, a recibir una transfusión, por orden del Tribunal. El artículo concluye diciendo: “Algún día . . . quizás . . . concluiremos, como el Beadle de Dickens, que muy frecuentemente la ley es ‘un idiota, un asno,’... y haremos algo en cuanto a ello.”f

24. ¿Qué hizo recientemente que se levantara la misma pregunta en Israel, y qué súplica hicieron los judíos estadounidenses?

24 ¿A quién pertenece el cuerpo? Esa misma pregunta fue planteada en un caso algo relacionado por israelitas circuncisos naturales debido al gran aumento en el número de autopsias de cadáveres de judíos en Israel, a pesar de repetidas protestas. En el país de Israel “los doctores han estado interpretando la ley de una manera que no se proponían los legisladores” de Israel.g Finalmente, el 7 de abril de 1967, el Comité Estadounidense para Salvaguardar la Dignidad Humana en Israel publicó “Una súplica al gobierno de Israel: ¡No se profane a los muertos!” Al considerar “La dignidad humana y la tradición judía” la súplica decía (en parte): “Con respeto a estas actitudes reverenciadas y universalmente aceptadas y con consideración a los derechos sagrados del hombre para determinar el destino de su propio cuerpo, los gobiernos por todo el mundo (los Estados Unidos inclusive) legalmente exigen el consentimiento escrito del difunto y/o del pariente próximo antes de que se ejecute una autopsia. En Israel, desafortunadamente, la situación es drásticamente diferente.”

25. ¿Por qué razón de conciencia han rehusado entrar en hospitales para tratamiento los judíos de Israel, y qué dijo la Súplica acerca de disponer del cuerpo?

25 Comentando sobre la trágica situación, la súplica seguía diciendo: “De consiguiente, muchos judíos de la Tierra Santa, tendrían que rehusar entrar a hospitales para tratamiento necesario por temor de que al hacerlo sus cuerpos serían mutilados. . . . Estos son asuntos de fuerte convicción religiosa para los judíos... y ellos están acostumbrados a dar su vida por su fe. Pero, ¿tiene que ser esto así? ¿Ha de rehusarse tratamiento de hospital a un hombre porque se le pide que pague un precio más grande que el que le puede permitir su conciencia? La ley de autopsia existente en Israel es una amenaza no solo a los muertos sino también a los vivos. . . . Parece que ciertos elementos de Israel están tan obsesionados con su antipatía a todo lo que sepa a religión, que no vacilan en ir hasta el extremo de pisotear los derechos de los muertos. . . . En juego no está solo un asunto religioso, sino lo que todos los países civilizados reconocen como un derecho humano fundamental: el que los deseos del difunto y/o de su pariente próximo —y no del Estado— determine cómo se dispondrá de su cuerpo.”h

26. ¿Qué justificación para la Súplica de los judíos hay en la ley de Dios, y qué pregunta deben hacer los cristianos con respecto a sus cuerpos?

26 En esta protesta contra prácticas arrogantes por miembros de la profesión médica se expresa el temor de que, no solo cuerpos muertos, sino también cuerpos humanos vivos sean mutilados presuntuosamente a favor del progreso de la ciencia médica. La ley de Dios está contra la mutilación innecesaria del cuerpo humano dado por Dios. (Lev. 19:28; 21:5; Deu. 14:1; 1 Sam. 31:4) Puesto que nuestros cuerpos son dados por Dios, ese principio debe respetarse, y mucho más si hemos dedicado nuestra vida a Dios por medio de Jesucristo y hemos simbolizado esta dedicación por medio de bautismo en agua. Entonces, ¿pertenecen nuestros cuerpos a nosotros, o a Dios, o a la ciencia moderna?—Rom. 12:1.

27. En el caso de transfusiones de sangre impuestas a niños, ¿qué clase de cuerpos están envueltos, y a quiénes asigna la Palabra de Dios el cuidado de los niños menores de edad?

27 Judíos ultrajados están haciendo petición a favor, especialmente, de cuerpos muertos, pero, en el caso de las transfusiones de sangre, lo que está envuelto es el cuerpo vivo. Y cuando el cuerpo de un niño menor de edad es violado por una transfusión obligada con la ayuda de un guardián señalado por el Tribunal contra las protestas religiosas y constitucionales de los padres naturales, el asunto se hace gravemente serio: ¿A quién pertenece el cuerpo del niño... al Estado político o a los padres de sangre y carne? La ley de Dios coloca la responsabilidad por el cuidado de los niños menores de edad y su crianza religiosa sobre los padres cristianos. A éstos se les ha encargado la crianza de sus hijos en la misma fe y prácticas religiosas que los padres siguen, obedecer a Dios como gobernante más bien que al hombre o al Estado en este respecto.—Efe. 6:4; Tito 1:5, 6; contraste con Mateo 2:13-21.

LA MANERA EN QUE DIOS USA LA SANGRE PARA VIDA SIN FIN

28. (a) ¿De qué manera sostienen los testigos de Jehová la salvación del mundo por medio de sangre? (b) Al beber de la copa en la Cena del Señor, ¿qué estaban haciendo e indicando los apóstoles?

28 Nosotros, como testigos de Jehová, estamos a favor de la salvación del mundo de la humanidad por sangre, no por medio de transfusiones de sangre médicas, sino por la manera en que Dios la usa para dar vida sin fin. Cuando su Hijo, Jesucristo, estableció la Cena del Señor, poco antes de derramar su sangre en el madero de muerte hace diecinueve siglos, él bendijo una copa de vino y la entregó a sus apóstoles fieles, y dijo: “Beban de ella, todos ustedes; porque esto es mi ‘sangre del pacto,’ que ha de ser derramada a favor de muchos para perdón de pecados.” (Mat. 26:27, 28, margen [edición en inglés de 1950]) Jesús no cambió allí el vino en sangre; y al beber de aquella copa los apóstoles no bebieron sangre humana, al estilo de caníbales. Las palabras de Jesús significaron meramente que el vino representaba su sangre. Al beber el vino que tenía aquel significado simbólico los apóstoles representaron que por fe en Cristo ellos absorberían, se apropiarían, asimilarían los beneficios de su sangre derramada. El derramamiento de la sangre de Jesús significó derramar su sangre humana a favor del mundo de la humanidad.

29, 30. (a) ¿Cómo y por qué hizo Dios que su Hijo participara de sangre y carne? (b) ¿Cómo retuvo Jesús todavía el valor de su vida humana en su resurrección?

29 Puesto que la vida está en la sangre, la sangre de Jesús tenía un valor. Era sangre perfecta, sin enfermedades, porque Jesús había nacido como humano perfecto, por medio de una madre virgen. El que él derramara su sangre fue en realidad el que diera su vida humana perfecta como sacrificio a Dios a favor de toda la humanidad pecaminosa. (1 Juan 2:1, 2) Jehová Dios primero transfirió la vida perfecta de su Hijo celestial desde el cielo a la Tierra para que él participara de sangre y carne y pudiera proveer un sacrificio humano perfecto. (Gál. 4:4; Heb. 2:14, 15) Porque Jesús murió como un hombre inocente fiel a Dios, Jehová Dios lo levantó de entre los muertos al tercer día. Por ser levantado como Hijo espiritual de Dios, Jesús todavía retuvo el valor de su vida humana sacrificada. Por lo tanto, en Hebreos 13:20, leemos:

30 “El Dios de paz . . . hizo subir de entre los muertos al gran pastor de las ovejas con la sangre de un pacto eterno, a nuestro Señor Jesús.”

31, 32. (a) Por lo tanto, ¿con qué apareció Jesucristo en la presencia celestial de Dios? (b) ¿Por qué fue más efectivo el que Jesús actuara como Sumo Sacerdote de Dios que el que lo hiciera el sumo sacerdote de Israel?

31 Con el equivalente de su sangre humana perfecta, es decir, con el valor de su vida humana, Jesucristo ascendió al cielo y compareció en la presencia de Jehová Dios.—Heb. 9:24.

32 Arriba en el cielo Jesús le presentó a Dios el valor de su vida humana sacrificada. El actuó así como el Sumo Sacerdote de Dios, tal como está escrito: “Él entró, no, no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre, una vez para siempre en el lugar santo y obtuvo liberación eterna para nosotros. Porque si la sangre de machos cabríos y de toros . . . santifica al grado de limpieza de la carne, ¿cuánto más la sangre del Cristo, que por un espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin tacha a Dios, limpiará nuestra conciencia de obras muertas para que rindamos servicio sagrado al Dios vivo?”—Heb. 9:11-14.

33. (a) ¿Cómo dio Dios una santidad especial a la sangre de animales en Israel? (b) ¿Cómo ha dado Dios una santidad especial a la sangre humana, y qué significa el uso médico de ésta?

33 Dios especialmente santificó la sangre de criaturas animales haciendo que la sangre de ellas se aplicara a su altar en una expiación por los pecados del antiguo Israel. Igualmente, el que Dios acepte la sangre que derramó en sacrificio su Hijo como hombre perfecto da una santidad especial a la sangre humana, además del hecho de que la vida de la humanidad está en su sangre. (Lev. 17:11, 12, 14) Por esa razón el usar este fluido de la vida en transfusiones de sangre médicas bajo el pretexto de salvar vidas es profanar la sangre. Aparta la atención del hombre del hecho, sí, le quita importancia al hecho, de que Dios el Creador salvará al mundo de la humanidad por medio de la sangre sacrificatoria de su perfecto y fiel Sumo Sacerdote, Jesucristo.

34. El que sepamos estas verdades nos pone bajo ¿qué obligación? ¿Y en qué cifrarán esperanza los cristianos que tienen la expectativa de perfección humana en un paraíso terrenal?

34 Conociendo estas vitales verdades bíblicas, estamos bajo obligación de tratar la sangre de humanos, así como la de animales, como algo sagrado. La sangre humana transfundida nunca nos puede dar vida eterna perfecta en una Tierra paradisíaca. Hasta registros médicos prueban que tales transfusiones pueden matarnos y matar a nuestros hijos menores de edad. Para salvación eterna a perfección humana, los cristianos obedientes, que esperan un paraíso terrenal bajo el reino de Dios, cifrarán esperanza en la sangre derramada de Jesucristo, administrada de la manera sagrada de Dios.

[Notas]

a Vea el caso de Los Estados Unidos contra Jorge Wilson, que surgió debido a que este hombre rehusó aceptar el perdón presidencial que otorgó el presidente Andrés Jackson el 14 de junio de 1830. El fallo del Tribunal Supremo insistió “En que el tribunal no puede dar al prisionero el beneficio del perdón, a menos que él reclame ese beneficio, y se apoye en él por solicitud o moción. La forma en que él lo pida no es importante para esta pesquisa; pero tiene que haber el reclamo de alguna forma por parte de él. Es un otorgamiento a él; es su propiedad; y él puede aceptarlo o no, según desee. . . . Se puede otorgar un perdón con una condición precedente o subsecuente, y el individuo permanece expuesto al castigo si la condición no se ejecuta. . . . ¿Suponiendo que un perdón se otorgue bajo condiciones, que el prisionero no quiera aceptar? ¿Suponiendo que la condición sea destierro, y él piense que la sentencia es un castigo más liviano? ¿Suponiendo que él piense que es su interés recibir el castigo, para hacer la paz con el público por una ofensa cometida en tentación súbita? . . . ”

b El Sr. Marshall, presidente de sala, expresó la opinión del Tribunal Supremo, recordando al gobierno de los Estados Unidos que “Un perdón puede ser condicional; y la condición quizás sea más objetable que el castigo infligido por el [continúa en la columna derecha]

c [continuación de la columna izquierda] juicio. . . . Este tribunal opina que el perdón en los procesos mencionados, no habiendo sido traído judicialmente ante el tribunal por súplica, moción o de otro modo, no puede ser notado por los jueces. . . . ”

d Por lo tanto no se permitió que el perdón que le hubiera permitido seguir viviendo a Jorge Wilson afectara el juicio de la ley contra él.—Vea 32 U.S. (7 Peters), página 150 y siguientes.

e Compare esto con el artículo “The Apostolic Council,” (El Concilio Apostólico) en el número del 15 de noviembre de 1892 de The Watch Tower, página 350.

f El que las transfusiones de sangre son peligrosas y pueden matar lo señala un artículo publicado en el Times de Nueva York con fecha del 11 de septiembre de 1962, por Haraldo M. Schmeck, h., bajo el encabezamiento “Se dice que las transfusiones causan más muertes que la apendicitis.”

g En cuanto al proceso de Nuremberg (Alemania) contra criminales de guerra nazis después de la II Guerra Mundial, la Ley de Nuremberg que se siguió fue ésta: “La obediencia patriótica en el crimen no establece la inocencia.”

h En cuanto a lo que se necesita para compensar por la sangre que se pierde, cada minuto mueren unos 180 millones de glóbulos rojos. Los huesos del cuerpo tienen que reemplazar éstos con células nuevas y saludables, o la persona afrontará muerte por anemia. Se necesitan de seis a ocho semanas para que el tuétano de los huesos restaure los glóbulos rojos después que se ha sacado medio litro de sangre, como en el caso de un donante de sangre.—Vea ¡Despertad! del 8 de junio de 1963, página 16, bajo el título “La maravillosa construcción que es usted.”

Vea el Journal-American de Nueva York del 20 de junio de 1964, página 19. El “Beadle” era un personaje de una novela por Carlos Dickens de Inglaterra.

Vea el Times de Nueva York del 23 de septiembre de 1966, bajo el encabezamiento “Groups in Israel Fight Autopsies” (Grupos de Israel combaten las autopsias).

La Súplica añade: “Exigimos que a cualquiera, sea por convicción religiosa o sentimientos humanitarios, se le permita legalmente insistir en que no se ejecute ninguna autopsia o disección en su cuerpo —o el de su pariente— después de la muerte (con las excepciones que se practican en los Estados Unidos, tales como en casos de muerte sospechosa o epidemias peligrosas.)”

El 4 de mayo de 1967 el Times de Nueva York publicó, en la página 6, un artículo intitulado “Rabinos estadounidenses en Israel piden protección de los EE. UU. sobre autopsias,” teniendo el artículo la fecha “TEL AVIV, Israel, 3 de mayo.”

Vea también el libro del Dr. (Rabino) Emmanuel Jocobovits intitulado “Jewish Medical Ethics,” edición de 1967, páginas 97, 98, sobre el tema de “mutilación,” que menciona también el rito de la circuncisión y de perforar la oreja de un esclavo fiel.

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