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  • ¿Qué le sucedió al nombre de Dios?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
w78 15/9 págs. 4-5

¿Qué le sucedió al nombre de Dios?

LA JOVEN mencionada en la página anterior estaba acostumbrada a Biblias que decían “SEÑOR” Y “Dios” en muchos de los lugares donde ahora encontraba “Jehová.”

Cuando, bondadosamente, el ministro razonó con ella y le mostró que SEÑOR es un título, no un nombre personal, ella concordó. Entonces él se refirió a Isaías 42:8, que en muchas Biblias dice: “Yo soy el Señor, éste es mi nombre, no cedo mi gloria a nadie.” (Nueva Biblia Española) Ella comentó que SEÑOR obviamente significaba el Creador, pero reconoció que ese término no es un nombre. Puesto que este versículo habla sobre el “nombre” de Dios, ¿cuál es ese nombre?

Para comprender la respuesta, es necesario que examinemos brevemente algunos hechos acerca de la Biblia, que originalmente fue escrita en hebreo y griego. Aun si usted por lo general no se interesa en estos detalles, considere brevemente lo que sigue, porque tiene que ver con nuestra consideración posterior del nombre de Dios y el suyo.

En el hebreo original, en Isaías 42:8 usted hallará, en vez de una palabra para el título “Señor,” estas cuatro letras hebreas que son el nombre de Dios יהוה (hebreo de estilo moderno). Con frecuencia se llama a estas letras el Tetragrámaton (que quiere decir: “cuatro letras”) y éstas están representadas en español por YHVH o JHVH. Las pronunciaciones más comunes en español para el Tetragrámaton son “Jehová” y “Ya[h]vé[h].” (Diremos más acerca de esto después.)

El antiguo pueblo hebreo de Dios estimaba mucho Su nombre y lo usaba. Recibió prominencia en la Biblia, donde apareció más de 6.900 veces. ¿Puede usted ver lo que eso significa? El nombre de Dios estaba constantemente ante los adoradores verdaderos mientras ellos leían la “palabra” de Dios u oían su lectura. (Jos. 1:8; 8:34, 35) Por ejemplo, Moisés mandó al pueblo que se reuniera con regularidad para escuchar la lectura de la ley en Deuteronomio, y eso quería decir oír el nombre de Dios más de 500 veces. (Deu. 31:10-12) Además, parece que cada familia cantaba los Salmos 113 a 118 en cada Pascua. En tan solo los 29 versículos del Salmo 118, el nombre personal de Dios se cantaba 22 veces.—Compare con Mateo 26:30.

¿POR QUÉ DEJARON DE USAR SU NOMBRE?

Los adoradores hebreos tenían muchísimas razones para dar uso al nombre de Dios. La Biblia los exhortaba a ‘invocar su nombre,’ y ‘amar su nombre.’ (Isa. 12:4; Sal. 69:36) A pesar de eso, en algún tiempo bastante posterior, supersticiosamente los judíos empezaron a evitar la pronunciación de ese nombre sagrado. Cuando leían la Biblia, al llegar a él, decían Adonay (Señor) o Elohim (Dios). Pero ¿por qué?

Algunos dicen que esto se debió a que temían usar mal el nombre sagrado de Dios. Es verdad que los Diez Mandamientos decían que su nombre no había de tomarse de manera indigna o vana. (Éxo. 20:7) Esto claramente excluía todo uso irrespetuoso o fraudulento del nombre. Y Levítico 24:16 mandaba que se diera muerte a todo el que abusara del nombre de Dios, fuera hebreo nativo o residente forastero. Pero eso significaba evitar el abuso de él, no evitar el uso de él. Así, pues, la evidencia indica que durante gran parte del período bíblico los hebreos ordinarios sí usaron el nombre de Dios, tanto en las actividades religiosas como, respetuosamente, en los aspectos cotidianos de la vida.

Por ejemplo, en 1961 se descubrió una antigua cueva para entierros a 32 kilómetros al sudoeste de Jerusalén. Parece que la cueva es del tiempo del rey Ezequías (745-716 a. de la E.C.) En sus paredes había inscripciones hebreas en las cuales se usaba el Tetragrámaton, como “Jehová es el Dios de toda la tierra.” Y, en 1966, se publicó un informe acerca de tiestos o fragmentos de vasijas de barro con escritura que se encontraron en Arad, en la parte sur de Israel. Uno de ellos, que usted puede ver aquí, era una carta privada, en hebreo, de un subordinado a Eliasib. La carta empieza así: “A mi señor Eliasib, pregunte Yavé por tu paz. Y ahora . . .”—Israel Exploration Journal (Publicación sobre exploraciones en Israel), vol. 13, núm. 2, págs. 74-92; vol. 16, núm. 1, págs. 1-7.

En vista del hecho de que muchos hebreos antiguos hasta usaban el nombre divino en medio de actividades que no eran exclusivamente religiosas, uno se pudiera preguntar cuándo empezó a evitarse supersticiosamente el nombre divino. En realidad, nadie puede estar seguro de eso. Hay quienes han dicho, fundándose en escritos rabínicos judíos, que el nombre no se usaba en el primer siglo, cuando Jesús estuvo en la Tierra. Pero si en aquel tiempo se esparcía la costumbre supersticiosa de evitar el nombre, eso no quiere decir que el nombre personal de Dios nunca se usaba. A este respecto, el Dr. M. Reisel escribió: “El sumo sacerdote debe haber pronunciado el Tetragrámaton hasta la destrucción del Segundo Templo en 70 E.C.”

Pero usted quizás se pregunte en cuanto a Jesús y sus apóstoles. ¿Hubieran usado ellos el nombre de Dios al escribir, hablar o al leer las Escrituras? Por ejemplo, ¿qué hay de la ocasión en la cual Jesús se puso de pie en la sinagoga de Nazaret y leyó Isaías 61:1? El Tetragrámaton aparece en el texto hebreo, que empieza así: “El espíritu del Señor Yahvéh está sobre mí, . . .” (Biblia de Jerusalén) ¿Cree usted que, hasta si algunos judíos supersticiosos optaban por no pronunciar el nombre divino, Jesús lo evitaría intencionalmente? Recuerde que él dijo: “He puesto tu nombre de manifiesto a los hombres que me diste del mundo.”—Juan 17:6.

El relato de lo que Jesús dijo cuando leyó Isaías 61:1 se encuentra en Lucas 4:18, 19. Si usted busca estos versículos en cualquier versión española de extensa distribución, aparte de la Traducción del Nuevo Mundo, no verá en ellos el nombre personal de Dios. En vez de eso, hallará que se presenta a Jesús dando esta lectura: “El Espíritu del Señor está sobre mí . . .”—Versión Moderna.

¿Se imagina usted que eso fue lo que Jesús dijo? ¿A qué se debe que la mayoría de las Biblias digan “el Señor” aquí en vez de usar el nombre personal de Dios? La respuesta se relaciona con una investigación reciente que encierra todo el interés y la emoción de una novela policial. Lo invitamos a seguir la pista y notar algunas de las sorprendentes claves que se han descubierto.

[Ilustración de la página 5]

El Tetragrámaton en una carta antigua en un tiesto

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