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¿Realmente resolverá la ciencia los problemas de usted?La Atalaya 1975 | 15 de julio
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nuevo. Pero Dios hizo el corazón humano. ¿No está él en la mejor posición para saber quiénes tienen que ser removidos de la sociedad humana, si es necesario, a fin de que otros vivan sin ser molestados?
De modo que es por esta razón que Él puede asegurarnos positivamente que cuando este presente sistema de cosas haya desaparecido y Su nuevo sistema llegue, no estará plagado de crimen: “No harán ningún daño ni causarán ninguna ruina en toda mi santa montaña.”—Isa. 11:9.
La sabiduría que proviene de Dios puede mostrar a los hombres la manera de usar acertadamente su erudición y ciencia. Con un estudio de la Biblia usted hallará que ésta le muestra la manera de resolver o enfrentarse mejor a los problemas verdaderos que arrostra diariamente. También, le ofrece una esperanza confiable para el futuro ¿No son éstas las cosas que usted quiere? Indudablemente. Consulte a los testigos de Jehová; ellos le ayudarán gozosamente a aprender más acerca de esta sabiduría divina verdadera.
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Un vistazo a los samaritanos antiguosLa Atalaya 1975 | 15 de julio
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Un vistazo a los samaritanos antiguos
EL MÁS grande maestro que jamás ha andado en la Tierra, Jesucristo, relató en una ocasión una ilustración agradablemente conmovedora en cuanto a ser amigable como buen vecino. Habló de un hombre bondadoso y compasivo, uno que estuvo anuente a gastarse a favor de alguien que le era completamente desconocido. Tanto un sacerdote como un levita pasaron por alto la situación de este forastero que había sido golpeado por asaltantes y dejado medio muerto en el camino de Jerusalén a Jericó. Pero el hombre compasivo atendió las necesidades inmediatas del forastero y pagó el equivalente del salario de dos días para que lo cuidaran. Hasta se obligó a pagar cualquier gasto en que se incurriera en exceso de esa cantidad. (Luc. 10:30-35) El hombre compasivo de la ilustración de Jesús era samaritano. ¿Qué quiso decir eso? ¿Quiénes eran los samaritanos?
Otras declaraciones que hizo Jesucristo acerca de los samaritanos revelan que tenían una herencia que era en parte extranjera, no judía. Los excluyó específicamente cuando mandó a sus apóstoles que concentraran sus esfuerzos en las “ovejas perdidas de la casa de Israel.” (Mat. 10:5, 6) En otra ocasión se refirió a un samaritano como un “hombre de otra nación” o “raza.”—Luc. 17:16-18, Kingdom Interlinear Translation.
Pero ¿cómo sucedió que un pueblo que no era de la “casa de Israel” llegó a vivir en una sección grande del territorio israelita? Esto sucedió después que el reino de diez tribus de Israel cayó a los asirios en el siglo ocho a. de la E.C. Los asirios se llevaron a muchos israelitas al exilio, y después los reemplazaron con pueblos extranjeros.—2 Rey. 17:22-24; Esd. 4:1, 2.
Con el tiempo estos pueblos extranjeros llegaron a compartir ciertas creencias religiosas de los israelitas. ¿Cómo sucedió esto? Debido a que la conquista asiria devastó mucho territorio israelita, los leones aumentaron en el país y empezaron a vagar más cerca de las poblaciones y las aldeas. (Compare con Éxodo 23:29.) Evidentemente por esta razón muchos extranjeros caían presa de leones. Los nuevos pobladores razonaron que esto estaba sucediendo porque no adoraban al Dios del país, y le notificaron eso al rey de Asiria.
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