Ponderando las noticias
La iglesia española dividida
● La Iglesia Católica Romana en España está muy dividida. Declara el “Times” de Nueva York: “Varios obispos y sacerdotes derechistas defienden la herencia de Franco. Un extenso grupo político conservador y centrista se inclina a diversas tendencias de democracia cristiana según el molde italiano. Y a la izquierda los sacerdotes con inclinación independiente están activos en partidos socialistas y comunistas.” La población católica está dividida de manera similar.
El sacerdote Bernandino Hernando, redactor del semanario católico influyente “Vida Nueva,” ha reconocido que el problema grande de la iglesia en España es la fuerte división que existe entre los católicos mismos, y que si se consideran las divisiones de los partidos políticos, es la misma que se ve en la Iglesia Católica.
El “Times” también declara: “Tan dividida está la iglesia española hoy día que a veces da la impresión de ser varias iglesias.” En muchos otros países, la situación es igual. Y un resultado de esto ha sido que muchas personas y clérigos están abandonando esa iglesia, disgustados.
Jesucristo advirtió: “Si una casa llega a estar dividida contra sí misma, esa casa no podrá estar en pie.” Precisamente una división como ésa existe en la Iglesia Católica Romana. Es una consecuencia de que el clero haya pasado por alto el consejo que Jesús dio cuando mandó a sus seguidores que no fueran “parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.”—Mar. 3:25; Juan 17:14, 16.
El valor de una respuesta apacible
● “Súbitamente, inesperadamente, uno se enfrenta a una persona que lo amenaza o lo injuria, en la calle o hasta en su propia casa.” Así principia un artículo en el periódico “Press” de Cleveland. Situaciones tales que habían ocurrido allí y que habían terminado en muertes trágicas habían planteado la cuestión: ¿Cuál es la mejor manera en que alguien puede enfrentarse a tales situaciones peligrosas?
Puede ser que muchos hombres opinen que se le está presentando un desafío a su masculinidad y que tienen que responder físicamente, según un psiquiatra de Cleveland a quien se consultó. “Algunos quizás opinen que es admirable el ser heroico,” dijo él, “pero, pensándolo bien, eso no resulta muy razonable. En general, yo sería sumamente cortés con alguien que fuera muy hostil.”
El artículo hace notar que el jefe del programa de entrenamiento de la Academia de la Policía de Cleveland aboga por “evitar un careo... hallar una salida que no desafíe a la persona perturbada.”
Hace siglos, ya estaba disponible la sabiduría de esta manera de tratar con las personas potencialmente peligrosas, mucho antes de la experiencia psiquiátrica y policíaca moderna. “Una respuesta, cuando es apacible, aparta la furia,” dice el Proverbio bíblico (Pro. 15:1), “pero una palabra que causa dolor hace subir la cólera.”—Compare con Proverbios 23:9.
El vino como medicina
● Mencionando lo que llamó “el más antiguo registro conocido del uso medicinal del vino,” “The Journal of the American Medical Association” recientemente habló de una tablilla sumeria de Nippur que da descripciones de drogas que se preparaban con vino. “Posteriormente,” comenta la revista, “el vino estuvo entre las principales medicinas de Grecia. . . . Hipócrates de Cos (460-370 a. de la E.C.) . . . dio extenso uso al vino; lo recetó como curador de heridas, como agente refrescante para las fiebres, como purgante y como diurético.”
Estas declaraciones quizás sorprendan a lectores modernos. Sin embargo, las Escrituras reconocen el valor medicinal del vino. Jesucristo, aludiendo a las propiedades antisépticas y desinfectantes del vino, dijo que el buen samaritano, al ayudar a un viajero que había sido golpeado y vendar sus heridas, ‘echó en ellas aceite y vino.’ (Luc. 10:30-34) Además, el apóstol Pablo indicó que el vino tiene valor curativo en ciertos casos de trastorno intestinal. Por eso le dijo a su colaborador Timoteo: “Ya no bebas agua, sino usa un poco de vino a causa de tu estómago y de tus frecuentes casos de enfermedad.”—1 Tim. 5:23.