Preguntas de los lectores
● Con relación a la parábola que relató Jesús acerca del rico y Lázaro, a menudo se le da al rico el nombre “Dives.” ¿De dónde se originó este nombre? ¿No dejó sin nombre Jesús al rico?—A. K., EE. UU.
Es verdad que Jesucristo no dignificó al “rico” de la parábola con un nombre específico sino más bien lo describió a fin de pintar la clase de personas que representa. (Luc. 16:19-22) Aunque la Biblia no da un nombre para el rico, ha llegado a conocerse, a través de los años, como “Dives.” Esto se debe a que dives es la palabra latina que significa “rico,” y esta palabra aparece en la Versión Vulgata latina (“homo quidam erat dives”; “había cierto hombre rico”). De modo que la palabra dives no es estrictamente un nombre propio sino un adjetivo latino. Sin embargo, en la literatura inglesa, tan temprano como en el tiempo de Chaucer, la palabra “Dives” aparece en uso popular como el nombre del rico de la parábola. Más tarde, la literatura teológica adaptó el “nombre,” y ahora su uso está muy difundido. No obstante la popularidad de la palabra “Dives” no contradice el de que Jesús no asignó un nombre verdadero a este rico simbólico.
● Bajo la ley mosaica, ¿cuál era la diferencia entre el año sabático y el año de Jubileo? ¿No cancelaban deudas en ambos años?—E. P., EE. UU.
El año de Jubileo comparte algunos rasgos del sábado regular de cada año séptimo, pero hay diferencias señaladas. En cuanto al año sabático, según Deuteronomio 15:1, 2, había una liberación de deuda: “Al cabo de cada siete años debes efectuar una liberación. Y ésta es la manera de la liberación: habrá una liberación de parte de todo acreedor de la deuda que él deje contraer a su prójimo. No debe apremiar a su prójimo ni a su hermano por el pago, porque tiene que proclamarse una liberación a Jehová.” Se entiende que la expresión “al cabo de cada siete años” significa ‘en el año séptimo.’ Compare con Deuteronomio 14:28.
Este año sabático por lo tanto se le llamaba apropiadamente “el año de la liberación.” (Deu. 15:9; 31:10) Durante ese año, no solo la tierra disfrutaba de un descanso o liberación, yaciendo sin cultivarse (Exo. 23:11), sino que también había un descanso o liberación en lo que respecta a las deudas en que se incurría. (Deu. 15:3) Era una “liberación a Jehová,” en honor de él.
En cuanto al asunto de la liberación de deudas en el año sabático, aunque algunos comentadores lo consideran de manera diferente, evidentemente las deudas no se cancelaban, sino que un acreedor no habría de apremiar a un compañero hebreo a pagar una deuda. Quedaba exento de pagar cualquier deuda ese año. Esta era una provisión amorosa, especialmente puesto que la tierra no se cultivaba durante el año sabático y, sin cosechas, no habría ningún ingreso para el agricultor durante el año.
Este año de liberación de ser apremiado por el pago de deudas no traía liberación a los esclavos, muchos de los cuales estarían en esclavitud debido a estar endeudados. Más bien, el esclavo hebreo era liberado en el año séptimo, de su servidumbre, o en el Jubileo si éste llegaba primero. (Deu. 15:12; Lev. 25:10, 54) Esta disposición reglamentaria se menciona en Éxodo 21:2: “En caso de que compres un esclavo hebreo, será esclavo seis años, pero al séptimo saldrá como uno puesto en libertad sin pagar nada.” Ha de notarse que la libertad del esclavo aquí no necesariamente coincidía con el año sabático.
Sin embargo, en el año de Jubileo todos los que se habían vendido en servidumbre, sea que los seis años de servidumbre se hubieran completado o no, eran puestos en libertad; había libertad. “Tienen que santificar el año cincuenta y proclamar libertad en la tierra a todos sus habitantes. Llegará a ser un Jubileo para ustedes, y ustedes tienen que volver cada uno a su posesión y deben volver cada uno a su familia.”—Lev. 25:10.
En cuanto al año de Jubileo, siete de los períodos de siete años (7 X 7 = 49) habrían de contarse, y el año siguiente, el quincuagésimo, era un año de Jubileo. La tierra otra vez tenía descanso completo. (Lev. 25:11, 12) El Jubileo era en un sentido un entero año de fiesta, un año de libertad. El observarlo demostraba la fe de Israel en su Dios Jehová y era un tiempo de acción de gracias y felicidad en sus provisiones.—Lev. 25:20-22.
El cuerno del Jubileo anunciaba que todas las posesiones de tierra hereditarias que se habían vendido (por lo general debido a reveses financieros) habían de devolverse; y cada hombre regresaba a su familia y a su posesión de sus antepasados. Ninguna familia tenía que hundirse en las profundidades de la pobreza perpetua. Cada familia había de retener su honor y respeto. Aun aquel que malgastaba su hacienda no podía perder para siempre su herencia para su posteridad. Después de todo, la tierra realmente pertenecía a Jehová y los israelitas mismos eran residentes temporarios desde el punto de vista de Jehová.—Lev. 25:9, 23, 24.
En virtud de la ley del Jubileo nada de la tierra se podía vender a perpetuidad. Dios proveyó que, si un hombre vendía algo de tierra de su posesión hereditaria, el precio de venta habría de estimarse según el número de años que quedaban hasta el Jubileo. La misma proporción estaba en vigor cuando la tierra hereditaria la recompraba su dueño. Por lo tanto, una venta de tierra de hecho solo era la venta del uso de la tierra y sus productos por la cantidad de años que quedaban hasta el año de Jubileo. (Lev. 25:15, 16) Esto aplicaba a las casas en las aldeas sin muros, que se consideraban como campo abierto, pero las casas en ciudades muradas no estaban incluidas en la propiedad que se devolvía en el Jubileo. Una excepción a esto era la propiedad de los levitas en las ciudades levitas, cuyas únicas posesiones eran las casas y los terrenos de pasto alrededor de las ciudades levitas; a éstos se les devolvía su propiedad en el Jubileo.—Lev. 25:29-34.
El año sabático de cada siete años traía un descanso o una liberación de sed apremiado por deudas y descanso para la tierra, pero el año de Jubileo traía mucho más... libertad completa de estar endeudado y de servidumbre a cualesquier conciudadanos y la devolución de posesiones hereditarias, y además era otro año de descanso para la tierra.