La vida óptima... pronto vendrá
‘¿Y QUÉ si la Biblia promete la vida óptima para el futuro cercano? No se puede creer todo lo que se lee en ese libro.’ Así piensan muchos. Para ellos, solamente un milagro increíble pudiera cambiar en otra cosa su vida llena de problemas.
Un hombre que confiaba en la Biblia fue objeto de la siguiente mofa: “Ciertamente un hombre sensato como tú no puede creer en los milagros que la Biblia relata. Por ejemplo, no puedes creer que el Jesús en que crees haya convertido agua en vino.” El hombre sencillamente contestó: “El que haya convertido o no el agua en vino no lo sé; pero en mi propia casa he visto que él ha convertido cerveza en muebles.”
Pues resulta que este hombre había sido un borrachín y gastaba todo el dinero de la familia en la bebida. La Biblia le ayudó a cambiar. Personas que han visto lo mucho que ha mejorado su vida por haber seguido las pautas bíblicas están convencidas de que la Biblia es veraz. Esperan la realización de las promesas que da acerca del futuro... a pesar de que su cumplimiento parezca muy remoto. Pero, ¿qué promete la Biblia?
‘Rescate’ de un conflicto interno
“¡Hombre desdichado que soy!” suspiró un escritor de la Biblia debido a una lucha interna que tenía entre los deseos de la carne y su mente educada por la Biblia. “¿Quién me librará del cuerpo que está padeciendo esta muerte?” La Biblia muestra cómo Dios nos ayuda a salir de esta condición exasperante. Aunque él nos da mucha ayuda ahora para que podamos resistir los malos deseos, en el futuro cercano él quitará completamente todas estas malas tendencias. La humanidad obediente será llevada a la perfección y se le concederá vida eterna en condiciones paradisíacas en una Tierra purificada. —Rom. 7:21-25; 5:21; Luc. 23:43; 2 Ped. 3:13.
¡Imagínese qué alivio! Jamás se tendrá que luchar para hacer lo correcto. El hacer lo que es correcto será entonces lo natural. Nunca más tendrá uno la constante preocupación de tener que controlar la lengua o el genio. Nunca tendrá que sentir remordimiento por haber perdido el dominio de sí mismo.
Los impulsos hacia el robar, mentir, engañar y el cometer inmoralidad serán reemplazados para siempre por la honradez perfecta, la lealtad, la bondad y el amor.
La enfermedad y los males desaparecerán
Dios dará plena atención a los habitantes de la Tierra. Él “residirá” con la humanidad, por decirlo así, y “limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado.”—Rev. 21:3, 4.
Nunca más sentirá la gente dolores de espalda, dolores de cabeza ni ningún otro dolor de los que se deben a la imperfección. Temibles males mortíferos como el cáncer, las enfermedades cardíacas y la bilharziasis (esquistosomiasis) serán eliminados para siempre. ¡Imagínese lo agradable que será el que uno pueda levantarse cada mañana sintiéndose refrescado y físicamente capacitado para hacer lo óptimo en cualquier tarea que emprenda!
Se quita el mal ambiente
¿Recuerda usted alguna vez haberse sentido tan aturdido debido a los ruidos que lo rodeaban o cosas que le molestaban en el ambiente que, antes que usted se diera cuenta de ello, había tratado a alguien con rudeza? El ambiente puede afectar profundamente nuestro modo de pensar y obrar. El estar viviendo en un ambiente de pobreza, delito, condiciones atestadas, inseguridad y enemistad puede ocasionarnos frustración y hacer que reaccionemos de maneras que pudieran diferir mucho de lo que haríamos si las condiciones fueran diferentes.
Dios sabe esto, y por eso nos promete en la Biblia: “Porque los rectos son los que residirán en la tierra y los exentos de culpa son los que quedarán en ella. En cuanto a los inicuos, ellos serán cortados de la mismísima tierra; y en cuanto a los traicioneros, ellos serán arrancados de ella.”—Pro. 2:21, 22.
Esta acción divina eliminará inmediatamente el temor al delito y la violencia. Los sobrevivientes morarán en la Tierra en un ambiente de seguridad y agradabilidad. Tendrán trabajo significativo que contribuirá a su felicidad y que poco a poco hará de la Tierra un bello parque con suficiente espacio como para que todos los habitantes puedan vivir cómodamente.
Imagínese lo que será vivir en un mundo donde todos le mostrarán amor genuino; donde el delito, la injusticia, la opresión, la pobreza y la soledad ya no existirán; donde cada día usted podrá hacer frente a desafíos satisfacientes con aptitudes perfectas; donde ni siquiera la muerte acortará sus actividades ni lo separará de sus amados. Verdaderamente, Dios cumplirá a cabalidad su promesa de que ‘dará las peticiones del corazón.’ Imagínese: ¡Que se le dé ‘el deseo de su corazón’! ¿Qué mejor promesa pudiera darnos Jehová Dios que ésa? ¡Será la vida óptima!—Sal. 37:3, 4; compare con Isaías 65:17, 21-25.
¿Pero cuán pronto?
La gente ha estado a la expectativa de esta “vida óptima” por milenios. ¿Por qué decimos que vendrá pronto? Porque la Biblia contiene profecías detalladas que señalan con exactitud la generación de personas que vería el cumplimiento de estas promesas preciosas.
El comienzo de esta “señal” estaría marcado por un cambio dramático en lo referente a la guerra. El libro de Revelación (6:4), un libro sumamente simbólico, predijo que un jinete simbólico iba a “quitar de la tierra la paz.” El resultado sería que ‘nación se levantaría contra nación.’ El quitar la paz, no meramente de unas cuantas naciones, sino de la Tierra entera, significaría guerra mundial.—Mat. 24:7.
De repente, sin que se hubiera previsto la atrocidad que alcanzaría finalmente, la I Guerra Mundial destrozó la “época dorada” que llevó hasta su comienzo en 1914. Aquella fue “La guerra que cambió al mundo.” Este conflicto, el “conflicto más sangriento y más costoso de la historia del género humano” hasta aquella fecha “envolvió a todo gran estado, y toda parte del globo terráqueo estuvo representada en él,” según ciertas autoridades. Ciertamente cumplió la descripción profética bíblica de una guerra mundial.
Esa misma “generación” vio la II Guerra Mundial, además del cumplimiento de veintenas de otras partes de la “señal” de los últimos días. (Note la tabla al final de este artículo.) “Esta generación,” dijo Jesús, “no pasará de ningún modo hasta que sucedan todas las cosas.” Puesto que vemos que se están cumpliendo estas profecías, podemos hacer lo que Jesús recomendó: “Al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.” ¡Sí, la vida óptima vendrá pronto!—Luc. 21:10, 11, 28-32.
Puesto que estas bendiciones están verdaderamente cerca, ¿por qué no acepta usted la ayuda gratuita que le ofrecen los testigos de Jehová, para que pueda familiarizarse mejor con la Biblia? Escriba a los publicadores de esta revista, o vaya al Salón del Reino de su vecindad y pida que se le visite en su hogar para considerar la Biblia gratuitamente. Ese es el primer paso que usted puede dar hacia una vida mejor ahora y la vida óptima en el futuro cercano.
[Recuadro en la página 11]
SEÑAL DE LOS ÚLTIMOS DÍAS
“SE LEVANTARÁ NACIÓN CONTRA NACIÓN”—Mat. 24:7
“La Gran Guerra llegó a ser un momento central en la historia moderna de Occidente. Hizo más que diezmar a una generación; cambió al mundo.” (“Globe” dominical de Boston, 1978) Tras ésta vino la II Guerra Mundial, que costó 55 millones de vidas y 4 billones de dólares (E.U.A.). Desde entonces hasta 1978, se han peleado 150 guerras, y ha habido solamente 26 DÍAS sin guerrear.
“HABRÁ ESCASECES DE ALIMENTO”—Mat. 24:7
¡La escasez de alimento “ahora aflige a mil millones de personas”! “Siempre ha habido hambres, pero hoy la escala y la ubiquidad del hambre ha alcanzado un nivel totalmente nuevo. . . . hasta 400 millones de personas están constantemente a punto de morir de hambre.”—“Times” de Londres (1980).
“TERREMOTOS EN UN LUGAR TRAS OTRO”—Mat. 24:7
“Durante un período de 1.059 años (desde 856 hasta 1914) fuentes confiables alistan solo 24 grandes terremotos que causaron 1.973.000 muertes. Sin embargo . . . descubrimos que 1.600.000 personas han muerto en solo 63 años, como resultado de 43 terremotos que ocurrieron desde 1915 hasta 1978. . . . Nuestra generación es desafortunada.”—Publicación italiana “Il Piccolo” (1978).
“AUMENTO DEL DESAFUERO”—Mat. 24:12
Estamos experimentando lo que algunos llaman una “epidemia de violencia” y una “ola mundial de terrorismo.” Walter Laquer, una autoridad en estos asuntos, dice: “Hoy el terrorismo se efectúa sin hacer distinción... y es mucho más brutal que en el pasado. Los terroristas dejan una bomba en un supermercado sin importarles quiénes mueran. Hay que darse cuenta de que, por la mayor parte, la época que precedió a la I Guerra Mundial fue menos cruel. Me pesa decirlo, pero en nuestra época la vida humana se ha convertido en una cosa de menos valor.”
“EN UN LUGAR TRAS OTRO PESTES”—Luc. 21:11
“La epidemia de gripe española de 1918 se esparció rápidamente por toda la Tierra, segó 21 millones de vidas, y se desvaneció,” informa “Science Digest” (1977). Agrega: “Jamás en la historia había habido azote mortal tan fuerte y rápido . . . si la epidemia hubiese seguido esparciéndose al mismo paso acelerado, la humanidad podría haber desaparecido de la faz de la Tierra en cuestión de meses.” Aun desde ese entonces el cáncer, las enfermedades cardíacas, las enfermedades venéreas, la bilharziasis, la ceguera de los ríos (oncocerciasis) están a nivel epidémico; estas enfermedades tullen y matan a veintenas de millones de personas.