El Reino de salvación disponible hoy
1. ¿A qué culminación se han movido el tiempo y el desarrollo del propósito de Dios desde que Jesucristo estuvo en la Tierra?
EL TIEMPO no ha detenido su marcha desde que Jesús nació. El tiempo no ha detenido su marcha desde que él murió como sacrificio y fue resucitado y ascendió a la diestra de Dios en los cielos. Igualmente, el desarrollo del propósito de Dios que tiene que ver con Jesucristo no ha detenido su marcha. Su propósito es que Jesucristo como Señor asuma el control absoluto de los habitantes de la Tierra a pesar de los esfuerzos de los gobernantes humanos por retener ese control. El día de la muerte del hombre perfecto Jesucristo como rescate para la humanidad ha pasado ya hace mucho tiempo. Ha llegado el tiempo para que él reine en el puesto de Rey para el cual fue ungido con el espíritu santo de Dios. Él ha esperado por largo tiempo a la diestra de Dios que llegara este tiempo en que habría de ser instalado como Rey reinante. ¡Ahora su período de espera ha pasado!
2. Acerca de esperar el Señor a la diestra de Dios, ¿qué profetizó el rey David, y qué dijo el apóstol Pedro, y finalmente Hebreos 10:12, 13?
2 Hace mucho tiempo el rey David había dicho bajo inspiración: “La expresión de Jehová a mi Señor [es decir, a Cristo el Señor] es: ‘Siéntate a mi diestra hasta que coloque a tus enemigos como banquillo para tus pies.’ La vara de tu fuerza Jehová enviará desde Sion, diciendo: ‘Ve sojuzgando en medio de tus enemigos.’” (Sal. 110:1, 2) En el día de fiesta del Pentecostés en el año 33 E.C., el apóstol cristiano Pedro dijo a miles de personas en Jerusalén: “Sepa con certeza toda la casa de Israel que Dios lo hizo Señor y también Cristo, a este Jesús a quien ustedes fijaron en un madero.” (Hech. 2:36) Años más tarde, a los cristianos hebreos se les escribieron las palabras inspiradas de Hebreos 10:12, 13: “Este hombre ofreció un solo sacrificio por los pecados perpetuamente y se sentó a la diestra de Dios, esperando desde entonces hasta que sus enemigos fuesen colocados como banquillo para sus pies.” Este tiempo de espera terminó hace años.
3. (a) ¿Cuándo terminó el tiempo de espera de Jesús en el cielo? (b) ¿Por qué no trató Jesús de restaurar el trono del rey David a Jerusalén?
3 ¿Cuándo? En nuestro siglo veinte, en el año 1914, al fin de lo que Jesucristo llamó “los tiempos de los gentiles” o “los tiempos señalados de las naciones.” Él profetizó que la ciudad de Jerusalén de su día sería destruida y continuaría siendo pisoteada por las naciones gentiles hasta el fin de aquellos tiempos de los gentiles en los cuales a las naciones se les permitiría efectuar tal pisoteo. (Luc. 21:20-24, Valera [1961]; Traducción del Nuevo Mundo) Aun en los días de Jesús las naciones gentiles según estaban representadas en la Potencia Mundial Romana estaban pisoteando lo que Jerusalén representaba, el reino de Jehová Dios en manos de la casa real de David. Antes del Imperio Romano, el Imperio Babilonio había comenzado el pisoteo por medio de destruir a Jerusalén y su templo allá en el 607 a. de la E.C., y después de eso el Imperio Medo-Persa y luego el Imperio Griego continuaron el pisoteo hasta que la Potencia Mundial Romana se apoderó del control gentil de Jerusalén. De modo que Jesucristo no trató de restaurar el trono terrestre del rey David a Jerusalén. ¿Por qué debería tratar de hacer eso, cuando él mismo predijo la destrucción que le vino a Jerusalén a manos de los romanos en el año 70 E.C.?
4. (a) Durante todos aquellos años de espera, ¿qué hacía Jesús en el cielo, y por qué? (b) Al fin de los Tiempos de los Gentiles, ¿qué podía Jesús esperar recibir?
4 Jesucristo sabía que estaba obligado a esperar para llegar a ser rey reinante en el reino de Dios que él estaba predicando. Puesto que él mismo había hecho surgir el tema de los “tiempos de los gentiles,” sabía que tenía que esperar a la diestra de Dios hasta que terminaran aquellos “tiempos señalados de las naciones” 1.844 años después de la segunda destrucción de Jerusalén en el año 70 E.C. Él no podía cambiar los tiempos fijados por Dios para los asuntos mundiales, y no deseaba hacerlo. Durante todos aquellos años de espera serviría como el Sumo Sacerdote de Jehová y aplicaría los beneficios salvavidas de su sacrificio de rescate a sus fieles discípulos en la Tierra, pues éstos componen su iglesia o congregación. ¿Por qué? Porque éstos serán hechos coherederos o reyes asociados con él en el reino celestial de Dios. (Heb. 3:1; 6:18, 19; 10:10-22; Rom. 8:16, 17) Pero cuando los 2.520 años de los Tiempos de los Gentiles terminaron en 1914, entonces era el tiempo debido para que Jesús esperara recibir el reino mesiánico. ¿Dónde?
5. (a) ¿Dónde habría de recibir Jesucristo el reino mesiánico y ser entronizado? (b) ¿Por quién habría de ser instalado como Rey?
5 No en la Tierra en el lugar de la Jerusalén terrestre, que estaba entonces ocupado por el Imperio Turco. Sino arriba en el cielo, donde al llegar el año 1914 Jesucristo estaba como el Heredero Permanente del reino mesiánico de David. Él no tenía que bajar a la Tierra en forma materializada como hombre y ser entronizado y coronado rey en la Jerusalén terrestre para hacer cesar el pisoteo de Jerusalén por las naciones gentiles. Pues, ¿quién lo instalaría a él como rey allí? No los turcos mahometanos que entonces estaban al borde de la I Guerra Mundial, ni los británicos que les quitaron a los turcos la vieja Jerusalén amurallada el 9 de diciembre de 1917. No, Jesucristo no había de ser rebajado desde la diestra de Dios en el cielo abajo a un trono material terrestre, para ser instalado allí por hombres. Al fin de los Tiempos de los Gentiles alrededor del 4/5 de octubre de 1914, Jesucristo estaba en lo que Hebreos 12:22 llama la “ciudad del Dios vivo . . . Jerusalén celestial,” sobre el monte Sion celestial. Aquél era el sitio donde el glorificado Jesucristo habría de ser instalado como rey, y eso por el único que podía hacerlo, el Dios Altísimo Jehová.
6. (a) ¿Cómo se hizo que cesara el pisoteo de “Jerusalén” en 1914 E.C.? (b) ¿Qué había de empezar entonces en cuanto a las naciones gentiles?
6 En aquel tiempo las naciones gentiles no estaban dispuestas a dejar de pisotear a “Jerusalén,” o lo que Jerusalén representaba. El que en aquel tiempo se envolvieran en la I Guerra Mundial para la dominación mundial probó ese hecho. Pero el Dios Todopoderoso detuvo su pisoteo del derecho a la gobernación que pertenecía al descendiente real del rey David. Él hizo activo aquel derecho mesiánico a la gobernación por medio de instalar a Jesucristo como rey en la “Jerusalén celestial.” Desde entonces en adelante, “Jerusalén,” en su sentido real mesiánico, cesó de ser pisoteada por las naciones gentiles. Ahora había llegado el tiempo para que aquellas naciones gentiles fueran colocadas como banquillo para los pies del Hijo de Dios, Jesucristo. Era el tiempo para que este rey mesiánico ‘fuera sojuzgando en medio de sus enemigos.’—Sal. 2:1-9; 110:1, 2.
7. (a) ¿Con quién están tratando las naciones gentiles, incluso las que celebran la Navidad? (b) ¿Qué pregunta en cuanto a destrucción se plantea ahora, y quién tiene que hacer la selección en cuanto a ello?
7 Las naciones gentiles no están tratando ahora con un nene recién nacido, cuyo cumpleaños las naciones de la cristiandad dan a entender que celebran al tiempo de la Navidad. Están tratando con el Rey Mesiánico de Dios, ahora instalado en el poder real y autorizado para actuar contra todos los opositores de su reinado sobre toda la Tierra. Este reino funcionará para salvar a la raza humana, porque este Rey celestial inmortal puede dar a toda la humanidad un régimen perfecto y justo, mientras que las naciones gentiles han estado funcionando progresivamente para la destrucción, al fin, de la raza humana. De modo que las naciones políticas tienen que ser aniquiladas, porque la situación mundial según se va desarrollando ahora plantea esta pregunta: O la destrucción de las naciones políticas o la destrucción de la raza humana, ¿cuál? Que Dios haga la selección.
8. Cuando Dios instaló a su Rey en la “Jerusalén celestial” en 1914, eso quiso decir que era tiempo para que empezara a cumplirse ¿qué rasgo de la profecía de Daniel (capítulo 2)?
8 El que Dios instalara a su Rey Mesiánico Jesucristo en la “Jerusalén celestial” en 1914 significó el principio del cumplimiento de la profecía de Daniel acerca de una “piedra” que fue cortada de una “montaña” simbólica, dada en estas palabras: “Y en cuanto a la piedra que dio contra la imagen [de potencias mundiales], llegó a ser una gran montaña y llenó toda la tierra. Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos; puesto que contemplaste que de la montaña una piedra fue cortada, no por manos, y que trituró el hierro, el cobre, el barro moldeado, la plata y el oro.”—Dan. 2:35, 44, 45.
9. ¿Qué está por hacer aquella Piedra Mesiánica, y qué significará eso para este sistema de cosas, según la profecía de Jesús?
9 Ahora han pasado casi cincuenta y siete años desde que aquella Piedra Mesiánica real fue cortada de la propia montaña gubernamental de Jehová al fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914 E.C. Esa Piedra Mesiánica, por lo tanto, está ahora muy cerca del tiempo en que dará contra su blanco, todos los gobiernos políticos del entero sistema actual de cosas en la Tierra. Eso significará lo que Daniel 12:1 llama “un tiempo de angustia como el cual no se ha hecho que ocurra uno desde que hubo nación hasta aquel tiempo.” Y Jesucristo, en su profecía sobre la “conclusión del sistema de cosas,” hizo de esto parte de una “tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.” Y para mostrar lo peligroso que sería, pasó a decir: “De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:21, 22.
10. (a) ¿Por qué son buenas nuevas para nuestra raza humana aquellas palabras de Jesús? (b) ¿A quiénes salvará Dios con vida a través de la venidera “tribulación grande”?
10 Ah, pero ¿no son estas últimas palabras de Jesús buenas nuevas hoy para nosotros los que afrontamos este “tiempo de angustia”? El Dios Todopoderoso no dejará que esta “tribulación grande” llegue hasta tal punto y continúe por tanto tiempo que ‘ninguna carne se salve.’ Por causa de sus “escogidos,” que son coherederos con Jesucristo en el reino celestial, Dios acortará los días. Esto permitirá que se salve carne humana. Así la raza humana podrá seguir viviendo sobre la Tierra sin interrupción, sin que jamás haya el tiempo en que no haya ningún miembro de la raza humana vivo en la Tierra. En el día de Noé la raza humana fue casi borrada de la existencia, cuando solo ocho humanos sobrevivieron en el enorme arca que Noé construyó para pasar a través del diluvio global. (Mat. 24:38, 39; 1 Ped. 3:20) Aunque la venidera “tribulación grande” será el mayor cataclismo mundial de todo tiempo hasta la fecha, la raza humana será salvada con vida a través de ella por medio de la conservación de los “hombres de buena voluntad” de Dios, aunque sean comparativamente pocos.
11. (a) ¿Bajo qué llegarán a estar entonces estos que sean salvados? (b) ¿Qué transformación no podrá menos que haber después en la Tierra?
11 ¿Bajo qué llegarán a estar entonces? Los reinos de este mundo, incluso la cristiandad, habrán sido destruidos, triturados por la Piedra del reino mesiánico de Dios. En cumplimiento de la profecía de Daniel, esa Piedra Real, creciendo hasta tener las proporciones de una gran montaña, llenará toda la Tierra. Satanás el Diablo, “el dios de este sistema de cosas,” no tendrá control ni lugar en esta “montaña.” Él y sus demonios serán encadenados así como también encerrados en un abismo durante el reinado de mil años de Cristo. (Rev. 20:1-3, 7) Por consiguiente, los sobrevivientes “hombres de buena voluntad” no pueden hacer otra cosa sino llegar a estar bajo un nuevo gobierno celestial, el reino mesiánico del Heredero Permanente del rey David, Jesucristo, junto con los que son coherederos con él en el reino celestial. Después de eso no puede menos que haber una transformación de las condiciones terrestres. Una nueva sociedad humana justa será plantada en la Tierra, tal como después del Diluvio del día de Noé él y su familia dieron a la raza humana un nuevo principio justo. Es a esto que señaló el apóstol Pedro, diciendo: “Hay nuevos cielos y una nueva tierra que esperamos según su promesa, y en éstos la justicia habrá de morar.”—2 Ped. 3:13.
SALVACIÓN PARA LA ETERNIDAD
12, 13. (a) La Tierra sentirá entonces el efecto pleno de ¿qué proclamación que se ha hecho desde 1914? (b) Los que se ponen de parte del reino mesiánico de Dios adoptan ¿qué palabras de agradecimiento de los que están en el cielo?
12 Así la Tierra sentirá el efecto pleno de la proclamación celestial que se ha hecho desde el fin de los Tiempos de los Gentiles en 1914, a saber: “El reino del mundo ha llegado a ser el reino de nuestro Señor y de su Cristo, y él gobernará como rey para siempre jamás.” (Rev. 11:15) No será en vano que personas de esta generación actual habrán tomado en serio esa proclamación y se habrán puesto de parte del reino mesiánico de Dios, para granjearse la buena voluntad de ese gobierno entrante. Profundamente agradecidos por el hecho de ser salvados completamente a través de la guerra de la ira de Dios contra las naciones terrestres, adoptarán las palabras históricas de los que están en el cielo y dirán:
13 “Te damos gracias, Jehová Dios, el Todopoderoso, el que eres y que eras, porque has tomado tu gran poder y has empezado a gobernar como rey. Pero las naciones se airaron, y vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos fuesen juzgados, y para dar su galardón a tus esclavos los profetas y a los santos y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y para causar la ruina de los que están arruinando la tierra.”—Rev. 11:15-18.
14. (a) ¿De qué manera se sentirán ya ampliamente recompensados esos sobrevivientes de la “tribulación grande”? (b) ¿En qué condición no querrán dejar la Tierra, y por lo tanto cuál será su objetivo?
14 ¡Cuánto se alegrarán entonces los “hombres de buena voluntad” de Dios de que esos arruinadores de la Tierra habrán sido arruinados ellos mismos en destrucción durante la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en Har-Magedón! (Rev. 16:14-16) ¡Cuánto se alegrarán de estar entre los que temen el nombre de Dios y que por lo tanto han servido como testigos cristianos de Jehová! ¡Ya se sentirán en gran medida recompensados por temer Su nombre al ser salvados con vida en la carne a través de la “tribulación grande,” la cual nunca podría haberse sobrevivido en la carne sin la protección de Jehová! No estarán satisfechos con ver esta tierra dejada en algún estado de ruina como resultado del proceder arruinador de las naciones. Desearán ser reparadores de la Tierra. El paraíso en la Tierra será su objetivo, porque saben que ése es el propósito no cambiado de Dios según lo declaró hace mucho tiempo a Adán y Eva en el Jardín de Edén. (Gén. 1:26-28) Estarán muy deseosos de compartir con otros, sí, con muchos otros, ese paraíso que habrá por toda la Tierra. ¿Con quiénes, pues?
15. (a) ¿Con quiénes estarán deseosos de compartir la Tierra Paradisíaca los sobrevivientes de la “tribulación”? (b) Por lo tanto, la salvación por Dios de la raza humana incluirá más que ¿qué acto de salvación que se acerca?
15 Con los que estas palabras de acción de gracias a Jehová Dios sugieren: “Vino tu propia ira, y el tiempo señalado para que los muertos fuesen juzgados.” ¡Ah, “los muertos”! Los “santos” muertos son, por supuesto, levantados a vida celestial para que participen con Jesucristo en su reino sobre la humanidad. Pero aparte de éstos, hay los innumerables muertos humanos, incluso muchos que temían el nombre de Dios, “los pequeños y . . . los grandes.” Para que todos los muertos humanos sean juzgados por un Reino celestial perfecto y justo tienen que ser resucitados de tumbas terrestres del suelo o de tumbas acuosas del mar. Ah, sí, Jesucristo murió como sacrificio humano de rescate para todos ellos. (1 Tim. 2:5, 6) Por consiguiente, el propósito de Dios es salvar a la raza humana por más que solo salvar alguna carne humana con vida a través de toda la “tribulación grande” del mundo y hacer que entre en su sistema de cosas del Reino. Es por medio de una resurrección de todos los muertos humanos para quienes su Hijo Jesucristo murió como sacrificio humano perfecto. Poseyendo todo el mérito o valor de rescate de ese sacrificio, él puede servir en el cielo como el Sumo Sacerdote de Dios y extender a la humanidad resucitada los beneficios de su sacrificio.
16. Entre los que entonces sean resucitados de entre los muertos estará ¿qué individuo, por la promesa que Jesús le hizo?
16 Entre los muertos que serán resucitados estará el malhechor compasivo que murió en un madero al lado de Jesucristo. Recuerde que él le dijo a Jesús, quien tenía sobre su cabeza un cartel que decía: “Éste es el rey de los judíos,” estas palabras de esperanza: “Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu reino.” Y, a pesar de las indicaciones contrarias de aquel día, Jesús le dijo: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.” (Luc. 23:38-43) Entonces cuando Jesús haya entrado en su reino y comenzado a restaurar el Paraíso en la Tierra, él tendrá que cumplir aquellas palabras que dijo al malhechor.
REPRESENTANTES TERRESTRES DEL REINO CELESTIAL
17, 18. (a) ¿Cómo diferirá el nombramiento de representantes humanos visibles del reino mesiánico de la entrada al poder de los gobernantes humanos ahora? (b) La autorización de Jesús para nombrar representantes visibles de su reino entonces se declara en el Salmo 45 ¿en qué palabras?
17 Reyes, emperadores, presidentes, gobernadores y dictadores anteriores, al ser resucitados, no pueden esperar asumir automáticamente el poder y empezar de nuevo a gobernar a los que en otro tiempo fueron sus súbditos o conciudadanos. El viejo sistema de cosas bajo el satánico “dios de este sistema de cosas” ya no funciona. El nuevo sistema de cosas de Dios bajo su reino mesiánico de los cielos está plenamente establecido sobre toda la Tierra. Necesariamente, bajo éste habrá organización de todos los que estén en la Tierra, pero no según las divisiones nacionales, tribuales o raciales de hoy. Todos los súbditos terrestres del Reino serán tratados y organizados como una sola raza humana, una sola familia humana, todos de una sola carne, y todos igualmente rescatados por el un solo sacrificio del Rescatador Jesucristo. Su Reino celestial invisible tendrá representantes visibles humanos en la Tierra, no seleccionados por el pueblo, sino seleccionados y nombrados por él. La obligación y autorización que recibe para hacer esto se declara en el profético Salmo 45:6, 7, 16, en estas palabras:
18 “El cetro de tu gobernación real es un cetro de rectitud. Has amado la justicia y odias la iniquidad. Es por eso que Dios, tu Dios, te ha ungido con el aceite de alborozo más que a tus socios. En lugar de tus antepasados llegará a haber tus hijos, a quienes nombrarás príncipes en toda la tierra.”—Heb. 1:7-9.
19. (a) ¿Qué clase de régimen gobernará entonces? (b) ¿A quiénes tendrán que dar cuenta los representantes visibles por su comportamiento en su cargo?
19 El régimen nacionalista y democrático será una cosa del pasado desengañador y desilusionador. El régimen teocrático gobernará. Esto resultará en un régimen unificado, armonioso, justo y pacífico. Los representantes nombrados no darán cuenta al pueblo por su comportamiento en su cargo, sino al Rey ungido de Dios, Jesucristo. Éste gobernará en expresión fiel de los títulos que se han predicho para él, “Maravilloso Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz,” sustentando su gobierno pacífico “por medio del derecho y por medio de la justicia, desde ahora en adelante y hasta tiempo indefinido.”—Isa. 9:6, 7.
20. ¿Cómo se cumplirá el significado de su título “Padre Eterno”?
20 ¡Cuán significativo es su título, “Padre Eterno”! Esto es una garantía divina de que su gobierno piadoso será uno que impartirá vida —vida eterna— a sus súbditos. Su gobierno es un gobierno paternal, y sus súbditos rescatados llegan a ser sus hijos a quienes él alimenta, cura y sana y eleva a la perfección humana para que demuestren ser dignos de vivir eternamente en el paraíso de la Tierra. Así él puede ser su Padre Eterno y ellos pueden ser sus hijos eternos.
21. (a) Así, ¿hasta qué grado salva Dios a la raza humana? (b) ¿Con qué coronará Dios su proceder de salvar a la raza humana a la manera del Reino?
21 ¡Cómo magnifica todo esto el hecho de que la salvación por Dios de la raza humana a la manera del Reino no es salvar a nuestra raza a una renovación de la vida en la Tierra temporalmente! Es una salvación de la raza humana a una eternidad incesante de vida piadosa feliz en un hogar paradisíaco en la Tierra. Nunca jamás volverá Jehová Dios a permitir que la raza humana se vea amenazada, aparentemente, con destrucción violenta. El hombre está aquí en la Tierra para permanecer en ella, y no para irse de esta Tierra alguna vez. Nunca sufrirá este planeta terrestre la pérdida de la raza humana, entonces elevada a la perfección en un Paraíso terrestre. El Dios Todopoderoso Jehová coronará su manera del Reino para la salvación de la raza humana con buen éxito que jamás se desvanecerá, con buenos resultados imperecederos. Todo esto ciertamente es buenas nuevas desde la fuente más confiable. Cuente estas buenas nuevas por todas partes. Que todos los que lo escuchen y crean echen mano de esta verdadera esperanza y vivan desde entonces en adelante como los “hombres de buena voluntad” de Dios.