Ponderando las noticias
Fe “oscura”
“¿Hay alguien que realmente sepa por qué es cristiano?”, preguntó el periódico alemán Die Welt en un artículo sobre las Pascuas. La pregunta se planteó debido a que “se ha desarrollado una generación que tal vez pertenezca formalmente a la iglesia, pague los impuestos de la iglesia y más o menos se valga de sus servicios —dice el artículo— pero ni siquiera sabe las cosas más elementales acerca de su fe”. De hecho, su fe es “tan vaga —agrega el artículo— que cualquier cosa que satisfaga el capricho de una persona puede ahora pasar por cristianismo”.
Así también, una nueva encuesta Gallup que se llevó a cabo durante las Pascuas y que se publicó en el periódico The New York Times reveló que “la idea que los estadounidenses tienen de Jesucristo es hasta cierto grado oscura”. De acuerdo con el Times, la encuesta hace notar que por un lado hay “una devoción general a Jesús” y por otro “imperan creencias poco ortodoxas”. Para ilustrar el “bajo nivel de conocimiento bíblico” entre los que participaron en la encuesta, se indicó que 43 por 100 de los entrevistados ni siquiera podían dar el nombre de uno de los cuatro Evangelios, y casi 60 por 100 de los entrevistados no sabían que Jesús pronunció el Sermón del Monte.
¡Qué contraste existe entre dicha fe “vaga” y “oscura” y la verdadera fe cristiana! En Hebreos 11:1 el apóstol Pablo describió ésta como sigue: “Fe es la expectativa segura de cosas esperadas, la demostración evidente de realidades aunque no se contemplan”. Pablo explicó que, en vez de ser “cualquier cosa que satisfaga el capricho de una persona”, “la fe sigue a lo oído. A su vez lo oído es por medio de la palabra acerca de Cristo” (Romanos 10:17). Por medio de diligentemente adquirir conocimiento exacto de la Palabra de Dios, la Biblia, podemos tener la clase de fe que lleva a vida eterna. (Juan 17:3.)
‘Epidemias incontrolables’
“Después que se vencieron la difteria, la viruela y el polio”, dice el periódico The Washington Post, la gente en general “creía que la medicina moderna había vencido las enfermedades contagiosas. Se estaban produciendo más antibióticos y vacunas, y se creía que era inminente el que hubiera mayores éxitos”.
¿Ha resultado veraz dicha creencia? El artículo dice a continuación: “Hoy están haciendo estragos nuevas epidemias, una tras otra, de enfermedades que la mayor parte de las personas ni siquiera conocen por nombre. Cada año, los CDC [siglas en inglés para Centros para el Control de las Enfermedades, ubicado en Atlanta, Georgia] investigan más de 1.000 nuevas enfermedades, como el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), la enfermedad de los legionarios y el síndrome de ‘shock’ tóxico”.
De acuerdo con el artículo, el hombre tiene la culpa de muchas de estas enfermedades. “Adelantos tecnológicos tan diversos como el aire acondicionado y los tapones higiénicos han creado el ambiente ideal para criar microbios que habían estado en existencia por milenios. El transporte moderno ha transmitido microbios extraños a nuevas poblaciones.” El vivir de manera inmoral ha resultado en que enfermedades como el SIDA se esparzan y se agraven.
La paradoja de las ‘epidemias incontrolables’ de hoy, en vista de los adelantos médicos, es única. Esto, junto con las guerras, las hambres y el aumento en el crimen, contribuye a la prueba innegable de que actualmente está cumpliéndose la gran profecía de Jesucristo acerca de “la conclusión del sistema de cosas”. Él específicamente dijo que, como parte de dicha prueba, habría pestilencias “en un lugar tras otro”. (Mateo 24:3; Lucas 21:10, 11.)
El temor se apodera de los niños
“Sobre la tierra [habrá] angustia de naciones, no conociendo la salida [...], mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada.” Ésta fue otra parte de la “señal” que Jesucristo dio en su profecía acerca de “la conclusión del sistema de cosas”. (Lucas 21:25, 26; Mateo 24:3.)
Hoy dicho temor está afectando no solo a los adultos, sino también a los niños. La Dra. Ruth Formanek, sicóloga de niños y profesora de pedagogía en la Universidad de Hofstra, en el estado de Nueva York, señala cómo el temor se apodera hoy de los pequeñuelos. Al informar acerca de los hallazgos de ella, el Liverpool Daily Post dice: “En un estudio en el que participaron 400 niños en 1935, los temores que más frecuentemente se mencionaron fueron aquellos relacionados con animales, cuartos oscuros, lugares altos, personas extrañas”. Ahora, la Dra. Formanek dice que “los niños aún temen esas cosas, pero a ellas se han añadido muchas más”. Se preocupan de que sus padres se vayan a divorciar, de que al padre le dé cáncer, de que la madre se envicie en drogas y de que tal vez haya una guerra nuclear. Entonces ella agrega: “Quedo asombrada al ver lo deprimidos que pueden ponerse los niños. ¡Tienen tantas preocupaciones hoy!”.