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Variedad de remedios¡Despertad! 1980 | 22 de junio
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Pero a medida que pasa el tiempo uno va perdiendo peso gradualmente... y ésa es la mejor manera de hacerlo.
El enfocar la situación de esta manera está en armonía con el consejo bíblico de ‘comer y beber con regocijo,’ pero evitar el “comer con exceso y beber con exceso” debido a los efectos adversos que tales abusos producen, no solo físicamente, sino en el modo en que la persona responde a asuntos espirituales importantes en la vida.—Ecl. 9:7; Luc. 21:34.
Ahora sería útil considerar algunas sugerencias que han resultado útiles en algunos casos. Coma solo cuando tenga hambre. El tomar una merienda ligera en vez de una cena completa de vez en cuando no causa ningún daño. Evite el “picar” mientras ve programas de televisión o lee o simplemente charla con amigos. El tomar algo media hora antes de la cena templará el apetito, y el tomar un poquito con las comidas le ayudará a sentirse satisfecho con menos alimento. El masticar completamente los alimentos le traerá más satisfacción al comer, y al hacer eso usted también comerá menos. Hay que darse tiempo para disfrutar de las comidas. El comer despacio puede ayudar a eliminar el exceso de grasa. El Dr. Theodore Van Itallie, especialista en obesidad, dijo en una entrevista que se publicó en Psychology Today: “El paso al que se come puede ser un factor. Hay personas que se tragan apresuradamente el alimento. Algunos investigadores creen que si uno se traga el alimento puede ser que las señales de saciedad que le avisan a uno que ya es tiempo de dejar de comer quizás no tengan tiempo para entrar en acción.”
Para progreso en el esfuerzo por reducir de peso, es esencial la resolución y el gobierno de uno mismo. El leer o consultar a los médicos sobre este problema no es sustituto válido del esfuerzo personal.
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Los indeseados refugiados a flote de Asia¡Despertad! 1980 | 22 de junio
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Los indeseados refugiados a flote de Asia
Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Hong Kong
ES APENAS una manchita oscura en el horizonte cuando primeramente se divisa. Pero a medida que se acerca, los agentes de la policía marítima pueden ver con claridad que es lo que esperaban. Es la repetición de una asombrosa escena que han presenciado centenares de veces. Ven que se acerca a Hong Kong una estrecha embarcación, de 18 metros, deteriorada por la intemperie, que es una decrépita semejanza de un bote, atestada con 180 personas indeseadas que, con escasas raciones, quizás hayan estado a bordo por un período de dos semanas a más de un mes. Con apenas espacio para sentarse, han cruzado desde Vietnam unos 1.000 kilómetros del mar de la China meridional.
Con mucho cuidado, la inestable embarcación es remolcada hasta el ancladero para cuarentena, donde sus ocupantes esperan el turno para pisar tierra en el astillero del gobierno. Estos indeseados refugiados
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