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La Vid, cuyo vino alegra a Dios y al hombreLa Atalaya 1979 | 15 de febrero
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“. . . ¿Nunca leyeron en las Escrituras: ‘La piedra que los edificadores rechazaron es la que ha venido a ser la principal piedra angular. De parte de Jehová ha venido a ser esto, y es maravilloso a nuestros ojos’? Es por eso que les digo: El reino de Dios les será quitado a ustedes y será dado a una nación que produzca sus frutos. También, el que caiga sobre esta piedra será hecho pedazos. En cuanto a cualquiera sobre quien ella caiga, lo pulverizará.”—Mat. 21:33-44.
12. ¿Qué fruto no ofrecieron los cultivadores de la viña nacional típica? y, por eso, ¿cómo se aseguraría Dios de recibir la clase correcta de fruto?
12 ¿Qué fruto deberían haber ofrecido los viticultores o cultivadores israelitas de la “viña” nacional de Jehová a su Hijo Jesucristo? Debería haber sido fe en el Hijo como el Mesías verdadero, el prometido, y aceptarlo como el Hijo de Aquel que había plantado la “viña” nacional de Israel y era dueño de ella. Si ellos hubieran entregado aquella clase de fruto al Hijo de Dios, aquello hubiera resultado en que se les hubiera introducido en el verdadero reino mesiánico de Dios. Porque no produjeron el fruto que debería haber caracterizado al reino típico de Dios en Israel, el privilegio de ser el reino de Dios se les quitaría como nación. Por eso, se crearía otra nación de ‘viticultores.’ Esta nueva nación produciría frutos apropiados para el reino de Dios. Aquellos cultivadores presentarían los frutos debidos al Plantador y Dueño Divino de esta viña.
13. (a) ¿Qué pensaron que podían hacer los cultivadores de la “viña” judía por medio de apoderarse de la herencia del Hijo del Dueño? (b) ¿Qué dijo Jesús que le sucedería a la piedra real que los edificadores de una construcción rechazaron?
13 En la determinación que Dios hace de los que deben disfrutar de los privilegios de su reino mesiánico, la cosa importante es los “frutos.” Los cultivadores judíos pensaban que, por retener los frutos que correctamente se esperaban y hasta matar a Jesús el “heredero” del reino de Dios, podían apoderarse de Su herencia. Pensaban que podrían mantenerse en la gobernación del reino típico de Dios, bajo el pacto de la ley mosaica. (Juan 11:47-53) Pero no era así, según la conclusión que se deriva de la parábola de Jesús. (Mat. 21:41) ¿Qué dijo Jesús acerca de la Piedra real que los edificadores de una construcción para Dios habían rechazado precisamente el día anterior, después que Jesús hubo entrado triunfalmente en Jerusalén? A esta Piedra se le haría la piedra principal del ángulo en la nueva construcción real de Dios, el celestial “reino de Dios.”
14. ¿Por qué no pensó Jesús que carecería de significado el que él diera la parábola de la viña y los sarmientos poco antes de que fuera arrestado en Getsemaní?
14 En cuanto a “la vid verdadera” que Jehová había plantado y que estaba cultivando, Jesús sabía que a ésta no se le podría privar de vitalidad, aunque a los cultivadores judíos de la “vid” nacional típica se les permitiera darle muerte a él más tarde en el día de la Pascua. Por eso, aunque fue precisamente antes de que él fuera al jardín de Getsemaní y se le arrestara, Jesús no pensó que carecería de significado el que él diera a sus discípulos la parábola de la vid y los sarmientos.
15. Según Juan 15:1-5, ¿quién es el cultivador de “la vid verdadera,” y qué les hace a los sarmientos según lleven fruto o no?
15 “Yo soy la vid verdadera,” dijo Jesús, “y mi Padre es el cultivador. Todo sarmiento en mí que no lleva fruto él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia, para que lleve más fruto. Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado. Permanezcan en unión conmigo, y yo en unión con ustedes. Así como el sarmiento no puede llevar fruto por sí mismo a menos que permanezca en la vid, así mismo tampoco pueden ustedes, a menos que permanezcan en unión conmigo. Yo soy la vid, ustedes son los sarmientos. El que permanece en unión conmigo, y yo en unión con él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí ustedes no pueden hacer nada.”—Juan 15:1-5.
EL PLANTAR Y CULTIVAR
16, 17. (a) ¿Cuándo plantó Jehová “la vid verdadera,” y cómo? (b) ¿Cómo fue Jesucristo un personaje mayor que el patriarca Jacob, y cuándo se produjeron “sarmientos” en la “vid verdadera”?
16 ¿Cuándo plantó esta vid fructífera el gran Viticultor? Fue en el año 29 E.C., cuando ungió con su espíritu santo a Jesús, que acababa de ser bautizado. (Isa. 61:1, 2) Entonces fue cuando Jehová estableció la cepa o tallo central de la “vid” simbólica del reino mesiánico. Recordamos ahora que el reino típico de Israel fue de la cepa del patriarca Jacob, a quien se dio el sobrenombre de Israel. Él llegó a ser padre de doce hijos, de los cuales brotaron las doce tribus de Israel. (Hech. 7:8-14) Así, Jesucristo correspondió con Jacob.
17 Este Jacob Mayor fue la cepa o tallo central de la vid. Él escogió doce apóstoles, quienes llegaron a ser “sarmientos” en perspectiva de esta “vid” espiritual. (Juan 15:16; 6:70) Por eso, en aquella noche pascual, él los llamó “sarmientos.” Pero 51 días después, en el día del Pentecostés, doce apóstoles fieles fueron ungidos con espíritu santo. De esta manera llegaron a ser doce fundamentos secundarios para la nueva nación del Israel espiritual. Sobre ellos se construye la celestial Nueva Jerusalén. (Rev. 21:14; Efe. 2:20) Sin embargo, en aquel día del Pentecostés los demás de aquel grupo de unos 120 discípulos estuvieron entre los primeros que recibieron el espíritu santo y hablaron en lenguas, y por medio de esto a ellos también se les hizo “sarmientos” en aquella “vid” espiritual, Jesucristo.
18. ¿Qué oportunidad ofrecida en Éxodo 19:6, 7 no aprovechó el Israel natural, y a quiénes aplica Pedro las palabras de esa declaración divina?
18 Allí llegó a existir la nueva nación, el Israel espiritual. El Israel natural como nación no había aprovechado la oportunidad que Jehová le había presentado por medio de su mediador Moisés según Éxodo 19:6, 7. Por eso, las palabras de aquella declaración divina fueron aplicadas por el apóstol Pedro a miembros de la nueva nación del Israel espiritual. ¿Dónde? En su primera carta inspirada, en 1 Pedro 2:9, 10, donde está escrito: “Pero ustedes son ‘una raza escogida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo para posesión especial, para que declaren en público las excelencias’ de aquel que los llamó de la oscuridad a su luz maravillosa. Porque en un tiempo ustedes no eran pueblo, pero ahora son pueblo de Dios; eran aquellos a quienes no se les había mostrado misericordia, pero ahora son aquellos a quienes se les ha mostrado misericordia.”
19. Después de haberse cumplido Isaías 5:5-7, ¿qué le sucedió a la nación del Israel espiritual, y por qué no le dio Jehová menos atención de la que le dio a la “viña” típica de Israel?
19 Felizmente, la nación cristiana del Israel espiritual continuó floreciendo después que Jehová cumplió sus palabras de advertencia dadas en Isaías 5:5-7, en la “viña” simbólica del Israel natural. Como Cultivador de lo que fue plantado por él, él da la atención necesaria a los “sarmientos” de la “vid verdadera,” Jesucristo, no menos atención que la que dio a la “viña” anterior del Israel natural hasta el 33 E.C. Él hace eso con el propósito de mantener un grupo limpio y productivo de “sarmientos” que son discípulos de Jesucristo. No debe haber lugar para vástagos chupones y madera seca entre esos sarmientos ‘limpios.’ Por eso, en su parábola, Jesús dijo a sus apóstoles fieles: “Todo sarmiento en mí que no lleva fruto él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia, para que lleve más fruto. Ustedes ya están limpios a causa de la palabra que les he hablado.”—Juan 15:2, 3.
20. En armonía con el relato de Juan 6:67-69, Jesús podía pronunciar “limpios” a los once apóstoles fieles debido a que ellos aceptaron ¿qué?
20 Judas Iscariote, el apóstol que se hizo traidor, no estuvo presente cuando Jesús dijo esas palabras. Jesús ya lo había despedido de la compañía de ellos al fin de la cena pascual. (Juan 13:26-30) Los otros once apóstoles, los fieles, habían aceptado de todo corazón su palabra o mensaje mesiánico, y por esa razón él los pronunció “limpios.” Por ejemplo, allá en el norte, en Capernaum, cuando Jesús dirigió a aquellos apóstoles la pregunta: “Ustedes no quieren irse también, ¿verdad?” Simón Pedro contestó: “Señor, ¿a quién nos iremos? Tú tienes dichos de vida eterna; y nosotros hemos creído y llegado a conocer que tú eres el Santo de Dios.”—Juan 6:67-69.
21. Por eso, ¿de qué cosas estaban limpios aquellos “sarmientos” apostólicos, y qué efecto deben haber tenido en ellos las palabras que Jesús les habló en privado?
21 Así que no había ramitas muertas de descreencia infructífera con relación a aquellos apóstoles leales. No había, adheridos a ellos, vástagos chupones de judaísmo antibíblico que los distrajeran. Estaban dando su atención indivisa a la causa del “Santo de Dios.” Creían que él era “el Cristo, el Hijo del Dios vivo.” (Mat. 16:16) En una ocasión más, Pedro le dijo: “¡Mira! Nosotros hemos dejado todas las cosas y te hemos seguido; ¿qué habrá para nosotros realmente?” (Mat. 19:27) Ante decisiones de tal índole, las palabras de Jesús, habladas en especial a los apóstoles privadamente, deben haber tenido un efecto purificador, deben haberlos dejado en una condición espiritual que era ‘limpia.’ Todos los “sarmientos” que permanecieran en tal condición de “limpios” podrían dedicarse en compromiso pleno al propósito singular de la “vid verdadera” de Jehová. Esto resultaría en alegría tanto para Dios como para los hombres.
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La clase de fructificación que glorifica a DiosLa Atalaya 1979 | 15 de febrero
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La clase de fructificación que glorifica a Dios
1. Por las palabras de Jehová en Ezequiel 15:1-5, ¿qué indicó él que era el propósito principal de una parra?
¿QUÉ propósito tiene realmente una parra? Hace mucho tiempo el Plantador de la primera parra interrogó acerca de esto a su profeta Ezequiel, así: “Hijo del hombre, ¿de qué manera sucede que el árbol de la vid sea diferente de todo otro árbol, el sarmiento, que ha llegado a estar entre los árboles del bosque? ¿Se toma de él algún palo con el cual hacer algún trabajo? ¿O toma la gente de él una estaca en la cual colgar cualquier clase de utensilio? . . . ¡Mira! Cuando sucede que está intacto, no se usa para ningún trabajo.” (Eze. 15:1-5) Está claro, pues, que el propósito principal de la parra es llevar fruto, las deliciosas uvas que se usan para hacer el vino.—Jue. 9:13.
2. En armonía con ese propósito de la vid, ¿qué dijo Jesús en Juan 15:16 que él pensó al escoger aquellos “sarmientos” apostólicos?
2 El vino tuvo que ver con la celebración de la última Pascua de Jesús con sus apóstoles.
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