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  • ¡Despertad! 1979
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¡Despertad! 1979
g79 8/1 págs. 21-23

¿Piensa visitar a Grecia este año?

Por el corresponsal de “¡Despertad!” en Grecia

ESTE año Grecia, el país mediterráneo situado en el extremo de la península de los Balcanes, espera dar acogida más de 5.000.000 de turistas. El año pasado centenares de testigos de Jehová asistieron a las asambleas internacionales que se celebraron en Atenas y Tesalónica del 28 de junio al 2 de julio y del 12 al 16 de julio.

Este país, con un área de 137.269 kilómetros cuadrados y aproximadamente 10.000.000 de habitantes, es un punto focal para el turismo del mundo. Los que están de vacaciones afluyen a Grecia deseosos de ver los sitios históricos y los tesoros de arte que revelan mucho acerca del desarrollo de las civilizaciones antigua y moderna. Los que son estudiantes de la Biblia se interesan especialmente en lugares como Filipos, Tesalónica, Berea, Atenas y Corinto.

Otro rasgo que hace muy atractiva una visita a este lugar es el deleitoso clima. En los aeropuertos y desembarcaderos se ve el lema: “Bienvenido a la tierra del Sol.” El Sol adorna los cielos griegos unos 290 días al año. A los visitantes se les hace difícil resistir la natación en las aguas de azul celeste y claras como el cristal, o el juguetear en las playas bañadas por el Sol. Las hermosas islas del mar Egeo son un deleite en sí mismos. Y al visitar a Grecia hallará que la vida allí no es demasiado costosa. Se puede conseguir alojamiento limpio y cómodo en los hoteles a un precio razonable, e incluido en esto está un desayuno sencillo.

El “Ágora” de Atenas

Una visita a Grecia puede ser significativa de muchas maneras. Considere, por ejemplo, la ciudad de Atenas. Hasta los romanos que conquistaron a Grecia adoptaron la cultura ateniense. Como centro educativo para cosas como la escultura, la oratoria y la ciencia lingüística, Atenas no tenía igual en el mundo antiguo.

Los estudiantes de la Biblia recuerdan que el apóstol Pablo visitó Atenas durante su segunda gira misional en el año 50 E.C. Las Escrituras dicen que Pablo “se puso a razonar . . . todos los días en la plaza de mercado con los que se hallaban por casualidad allí.” (Hech. 17:17) En este versículo la palabra griega para “plaza de mercado” es ágora, el nombre que todavía se usa para designar esta sección de Atenas.

Se podía llegar al Ágora entrando en Atenas desde el noroeste por la puerta Dipylon. De allí un camino ancho iba al Ágora, que era el lugar donde se reunían los residentes de la localidad para la vida social de Atenas. Aquí estaban los tribunales, las oficinas cívicas, los pórticos de educación, los edificios parlamentarios, las bibliotecas y tiendas de toda descripción. En el justo medio de esta plaza de mercado estaban los centros del drama y música y espacio para los concursos atléticos. Toda el área estaba llena de templos, grandes y pequeños. También había lugares sagrados así como también centenares de estatuas dedicadas a toda clase de dioses y héroes. Suministraba un registro bastante extenso de la historia y logros antiguos de Grecia.

La primera vista del Ágora ciertamente debe haber impresionado a los visitantes. Había pórticos ornados a ambos lados de la calle central de Panatenea, que recibió su nombre de las antiguas procesiones. Cada año, en medio de mucha ceremonia, se llevaba el velo de la diosa Atenea por este camino desde la Casa de la Procesión, próxima a la puerta de la ciudad, hasta el Partenón, un templo de Atenea situado en la Acrópolis, al sudeste del Ágora.

Lo que el apóstol Pablo vio al entrar en el Ágora debe haber ofendido sus sensibilidades. Había tantas estatuas fálicas del dios mitológico Hermes que se necesitaba un pórtico entero para alojarlas. Las prendas de vestir que Hermes lleva en otras imágenes pintadas despliegan numerosos ejemplos de svásticas... símbolo de la fecundidad y vida. También había una estatua de Venus Genitrix, la diosa del amor sexual, y una de Dionisio que llevaba varias cruces fálicas. Para señalar lo “sagrado” del Ágora había un hito junto con un surtidor de agua “bendita” para la purificación de todo el que entraba.

La subida a la Acrópolis

Siguiendo hacia el suroeste por la calle de Panatenea, uno llega por fin a la Acrópolis. Este término viene de palabras griegas que quieren decir “ciudad más alta.” La Acrópolis de Atenas está situada unos 61 metros más alta que el resto de la ciudad. Aquí se hallan los restos de estructuras religiosas del siglo quinto a. de la E.C. Por ejemplo, al lado occidental de la Acrópolis está el templo de Atenea Nike, que quiere decir “Atenea, Portadora de Victoria.” Esta estructura destaca un friso o faja en la parte superior de sus columnas en el que se representa la batalla de Platea, en la cual los griegos consiguieron la victoria contra los persas en 479 a. de la E.C. En la orilla occidental de la Acrópolis hay un pórtico grande que se llama los Propileos, otro ejemplo impresionante de belleza clásica.

Después de subir por otro camino tortuoso, se puede conseguir una vista del Partenón. En la opinión de muchos, esta estructura es la más excelente que se edificó en la antigua Grecia. Hubo tiempo en que el Partenón, hecho de mármol blanco, fue un templo que abrigaba una estatua de Atenea hecha de oro y marfil. Los arquitectos del siglo quinto a. de la E.C. diseñaron este edificio en conformidad con principios que ni siquiera los técnicos modernos pueden comprender cabalmente.

Al noroeste de la Acrópolis, separado de ella por un valle poco profundo, está el Areópago, o colina de Marte. Este cerro pelado de caliza fue el sitio del tribunal supremo a cielo abierto ante el cual el apóstol Pablo hizo una brillante presentación de la verdad cristiana.—Hech. 17:19-34.

Los turistas admiran muchas ruinas de la antigua Grecia por su valor como objetos de arte. Pero, allá en el primer siglo de la era común, estos objetos les servían a los habitantes de Grecia para llevar a cabo su adoración idólatra. Una visita a Atenas lo ayuda a uno a entender por qué las Escrituras declaran: “Ahora bien, mientras Pablo los esperaba en Atenas, se irritó su espíritu dentro de él al contemplar que la ciudad estaba llena de ídolos.”—Hech. 17:16.

Estos puntos breves pero importantes solo tocan unas cuantas de las cosas que se pueden ver con deleite en este país. A pesar de su brevedad, esperamos que basten para despertar su interés y curiosidad en caso de que visite a Grecia este año.

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