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  • ¿Qué es el reino de Dios?
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1971
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1971
w71 1/3 págs. 131-133

¿Qué es el reino de Dios?

HAGA usted esta pregunta a cualquier hombre o mujer que pase por la calle y obtendrá una gran variedad de respuestas.

Algunos dicen que el reino de Dios está “en sus corazones.” Otros insisten en que es una región espiritual a la que se llega solo después de que uno muere. Muchas personas hasta se mofan de la pregunta, alegando que toda la idea de un reino de Dios es quimérica, impráctica, que el hombre, de hecho, está en completo control de su propio destino.

Pero, ¿cuál sería la respuesta de usted?

Quizás usted diga: “Bueno, ¿qué importa, de todos modos? Dejaré que los teólogos arguyan acerca de eso. Lo que me interesa es que hoy casi me da miedo enviar a mis hijos a la escuela o dejar a mi esposa andar sola por la calle. Me tiene preocupado la inestabilidad de la economía, el problema de la contaminación, y otra docena de cosas. Pero ‘el reino de Dios’... bueno, después que se arreglen estos problemas inmediatos, entonces pensaré acerca de eso.”

Pero en realidad, por esas mismísimas razones usted debería desear saber acerca del reino de Dios. Sí, el mismísimo hecho de que a usted le preocupan el crimen y la violencia que hay en las escuelas y en las calles, la economía inestable, la amenaza de que se extiendan las guerras, los peligros de la contaminación, debería hacer que la información verídica acerca del reino de Dios fuese de gran interés para usted. ¿Por qué?

Porque —cuando uno despeja su mente de propaganda política, echa fuera nociones preconcebidas y prejuicios, y honradamente se enfrenta a lo que el hombre ha estado haciendo o dejando de hacer con la vida en la Tierra, no solo en años recientes, sino por décadas, hasta por siglos— se puede apreciar que el reino de Dios es la única solución práctica y apegada a la realidad para los problemas de la humanidad.

Esto se debe a que el reino de Dios no es simplemente un sentimiento en el corazón de la gente, no es algo que solo beneficia a las personas después de la muerte, sino un gobierno. Y es un gobierno con poder y propósito, especialmente adecuado para corregir las condiciones malas que ahora mismo privan a la vida humana de tanto de su gozo.

¿Parece raro el que nos refiramos al reino de Dios como a un gobierno? Quizás sí, sin embargo eso es lo que enseña la Biblia. La mismísima palabra “reino” significa un gobierno regido por un rey. La Biblia habla de los reinos de Babilonia, Persia, Grecia y otros reinos antiguos. ¿Qué eran? Gobiernos regidos por reyes. El segundo capítulo de la profecía de Daniel 2 trata de esos reinos nacionales y de su dominio y fuerza y entonces dice:

“Y en los días de aquellos reyes el Dios del cielo establecerá un reino que nunca será reducido a ruinas. Y el reino mismo no será pasado a ningún otro pueblo. Triturará y pondrá fin a todos estos reinos, y él mismo subsistirá hasta tiempos indefinidos.”—Dan. 2:37-44.

De modo que el reino de Dios también es un gobierno y con poder muy superior a cualquiera de los gobiernos y a todos los gobiernos que los hombres han producido. Según la profecía, va a acabar con todos esos gobiernos y reemplazarlos permanentemente.

Los discípulos de Jesús entendieron que el reino acerca del cual les enseñaba era un gobierno. (Hech. 1:6) De hecho, antes del nacimiento de Jesús la promesa profética era: “Éste será grande y será llamado Hijo del Altísimo; y Jehová Dios le dará el trono de David su padre, y gobernará como rey sobre la casa de Jacob para siempre, y de su reino no habrá fin.” (Luc. 1:32, 33) Es un hecho histórico que el reino de David fue un gobierno. El reino de Cristo Jesús, quien descendió de David, también es un gobierno, aunque mucho mayor que el de David. Esto se debe a que es un gobierno celestial.—Hech. 2:29-36.

Más de treinta veces se llama al “reino de Dios” el “reino de los cielos” en una frase paralela. (Luc. 8:1; Mat. 10:7) ¿Significa eso que para disfrutar de sus beneficios hay que ir al cielo? No, pues Cristo Jesús dijo que las personas deben orar: “Venga tu reino. Efectúese tu voluntad, como en el cielo, también sobre la tierra.” (Mat. 6:10) Es cierto, la Biblia sí enseña que algunas personas son escogidas para reinar con Cristo Jesús en su gobierno celestial. Pero, ¿qué dice Revelación 5:10 acerca de la gobernación de éstos? Declara que son constituidos en “un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y gobernarán como reyes sobre la tierra.”

Sin embargo, algunos quizás digan que el hablar de la Tierra regida por un gobierno fundado en el cielo, y por eso invisible a los hombres, no es ser “práctico,” no es obrar con “apego a la realidad.” Sin embargo, hoy casi todas las personas viven a cierta distancia, y a menudo a centenares de kilómetros, de las oficinas del poder ejecutivo del gobierno que las rige. La mayoría jamás ha conocido personalmente al ejecutivo principal. No obstante, tienen que reconocer que su gobierno tiene fuerza y efecto en su vida cotidiana.

No es menos cierto esto respecto al reino de Dios. Su asiento de autoridad en las cortes celestiales no le resta de ninguna manera a la eficacia de su administración. En realidad, en un tiempo en que los hombres han recibido mensajes difundidos desde la superficie de la Luna, ¿debería considerarse el espacio como un obstáculo a la comunicación por el reino de Dios? Hoy gobernantes políticos pragmáticos de las grandes potencias del mundo están dispuestos a gastar enormes sumas de dinero en esfuerzos espaciales. ¿Por qué? Porque disciernen que hay ventajas definitivas en poder inspeccionar la superficie de la Tierra desde alturas mayores que sus capitolios. Su interés en las “plataformas espaciales” o hasta en las “estaciones en la Luna” ciertamente no es “meramente científico.” Allá en 1958, cuando Lyndon B. Johnson era senador del Congreso de los Estados Unidos dijo:

“Hay algo más importante que cualquier arma culminante. Es la posición culminante... la posición desde la cual dominar totalmente a esta Tierra se encuentra allá en el espacio. Ese es el futuro, el futuro distante, aunque no tan distante como quizás hayamos pensado. El que consigue esa posición culminante consigue el dominio, el dominio total, de la Tierra, para fines tiránicos o para el servicio de la libertad.”—Times de Nueva York del 8 de enero de 1958.

La Biblia muestra que, a pesar de los recientes éxitos espaciales, ningún gobierno político jamás conseguirá esa “posición culminante.” Ya la tiene ocupada el reino de Dios en manos de Cristo Jesús. Y ese gobierno está utilizando ahora mismo dicha posición culminante para provecho de las personas que verdaderamente aman lo correcto. Su promesa es que, ni los tiranos, ni los orgullosos, ni los violentos ni los voraces, sino “los de genio apacible . . . heredarán la tierra.”—Mat. 5:5.

¿Cuál diría usted que es el mayor problema que hoy tienen que afrontar los gobiernos? Quizás usted piense en la guerra, el crimen, la corrupción, la contaminación, la inestabilidad económica u otros problemas semejantes. Pero, ¿qué es lo que causa estas cosas? ¿Simplemente suceden... o hay algo que lleva a ellas, que las motiva? Quizás la respuesta parezca sencilla, pero nadie honradamente puede negar que el egoísmo es la causa básica, una falta de respeto, de consideración, sí, de amor al prójimo.

Aunque muchos reconocen que esto es verdad, posiblemente digan: “Es cierto, pero ¿qué se puede hacer en cuanto a ello? ¿Cómo podrían hacerse cumplir leyes que exigieran que los hombres amaran a su prójimo? Para hacer eso un gobierno tendría que poder leer los corazones de los hombres.”

Exactamente. Y es por eso que el reino de Dios es el único gobierno práctico que puede resolver los problemas de la Tierra. Su rey, Cristo Jesús, demostró que podía leer los corazones de los hombres cuando estuvo en la Tierra, y sus análisis consistentemente resultaron correctos. Sírvase tomar tiempo para leer lo que él dijo e hizo según se registra en la Biblia y usted verá que realmente “conocía lo que había en el hombre.” (Juan 2:25) En realidad, puede que usted mismo se encuentre escudriñado de lo que lea.

Sin embargo, más que esto, el gobierno del reino de Dios está solemnemente comprometido a limpiar esta Tierra eliminando de ella a toda persona que prefiera vivir en el egoísmo, y tiene poder para hacerlo. (2 Tes. 1:6-8) Emprende esta acción porque, como declararon los discípulos de Jesús: “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto.” (1 Juan 4:20) Sí, el reino por Cristo Jesús coloca la más elevada importancia en amar a Dios y amar al prójimo. Es por eso que solo el Reino tiene la clave para la eliminación de los problemas de la Tierra.

¿Sinceramente quiere usted ver la Tierra libre de motines, huelgas, pobreza, opresión, crimen y violencia? Entonces comience ahora a aprender acerca del gobierno justo de Dios. ¿Por qué no escribe a los publicadores de esta revista pidiendo más información? Ellos gustosamente se encargarán de que usted reciba ayuda para aprender lo que dice su Biblia acerca del reino de Dios, la verdadera solución para los problemas de la humanidad.

[Ilustración de la página 133]

El reino de Dios librará para siempre a la Tierra de crimen, afición a las drogas, contaminación y toda forma de corrupción

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