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  • Un “cuerpo de ancianos” con presidencia por turno

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  • Un “cuerpo de ancianos” con presidencia por turno
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1972
w72 1/3 págs. 151-157

Un “cuerpo de ancianos” con presidencia por turno

En el discurso de conclusión que se pronunció en cada Asamblea de Distrito “Nombre Divino” de los Testigos de Jehová se dijo mucho acerca de “ancianos,” explayándose en lo impreso en los anteriores artículos de estudio. Esta información se recibió con entusiasmo, y se publica aquí para provecho de todos nuestros lectores:

USTED recordará que en el discurso “La organización teocrática en medio de las democracias y el comunismo” se declaró que el siervo de congregación actúa como presidente de la congregación. A menudo nos referimos a él como el ministro presidente. Según la presentación bíblica que escuchamos, el siervo de congregación es tanto “hombre de mayor edad,” o anciano, como superintendente. También se hizo esta declaración: “Cuando, con el transcurso del tiempo, la presidencia que él ha ocupado se pase por turno a otro miembro del presbiterio o ‘cuerpo de hombres de mayor edad,’ él todavía sigue siendo miembro de ese presbiterio y se le asignan deberes apropiados.”—Página 150, párrafo 21.

Ahora algunos de los hermanos preguntan: ¿Qué quiere decir este pasar por turno? y ¿debería esto estar aconteciendo en la actualidad?

Se nos hizo notar que, según la Biblia, las congregaciones pueden tener varios hombres de mayor edad, todos los cuales son superintendentes. El apóstol Pablo se refiere a un “grupo de hombres de mayor edad [griego, presbyterion].” En 1 Timoteo 4:14 leemos: “No estés descuidando el don que hay en ti, que te fue dado por medio de una predicción y cuando el grupo de hombres de mayor edad [o, ancianos] te impuso las manos.” Aquí había un “grupo de hombres de mayor edad” que tenían responsabilidad. Y a Tito, Pablo le dijo, según se registró en el primer capítulo de Tito 1:5, el versículo quinto: “Por esta razón te dejé en Creta, para que corrigieras las cosas defectuosas e hicieras nombramientos de hombres de mayor edad en ciudad tras ciudad, como te di órdenes.” Según la nota al pie de la página de la New World Translation, edición de 1971, Tito habría de ‘nombrar ancianos.’ Estos hombres fueron nombrados para ser ancianos y superintendentes en la congregación. Ninguno de ellos estaba esforzándose para alcanzar el puesto más importante, responsable, prominente y poderoso en la congregación, ni quería nadie ser esa clase de persona. (1 Tim. 3:1) Todos eran un solo cuerpo o grupo de pastores deseosos de atender a las ovejas, y todos trabajaban y cooperaban juntos como cuerpo o grupo de ancianos.—Hech. 20:17, 28.

Por supuesto, tendría que haber un presidente de este “cuerpo de ancianos” al atender la obra de pastoreo que tenía que hacerse en la congregación. Muy probablemente, en aquellos días primitivos de la congregación cristiana, la presidencia pasaba por turno entre los ancianos.

ALTERNACIÓN ANUAL

Ahora bien, la pregunta que los hermanos se están haciendo es: ¿Cómo va a funcionar eso hoy día? Parecería bueno que el cambio de puestos por turno de ancianos aconteciera anualmente. ¿Quiere decir eso que el siervo de congregación va a ser cambiado cada año? ¡Sí! Todavía será un anciano nombrado, todavía será uno de los superintendentes, pero otro anciano de la congregación llegará a ser ahora el siervo de congregación, o el presidente del “grupo de hombres de mayor edad.” Eso no hace que el nuevo presidente sea el anciano más importante; sencillamente significa que él estará atendiendo más responsabilidades por algún tiempo.

La información que recibimos el viernes por la tarde de la Asamblea de Distrito señaló que pudiera haber cinco hombres diferentes ocupando cinco puestos claves en la congregación, a saber, el siervo de congregación, el siervo auxiliar de congregación, el siervo de estudios bíblicos, el siervo del estudio de La Atalaya y el siervo de la Escuela del Ministerio Teocrático. Todos éstos deben ser “hombres de mayor edad” de la congregación si la congregación tiene ese número de ancianos, y compondrían un “cuerpo de ancianos.” Si cambiaran de puestos por turno, entonces cada año habría un nuevo presidente. Bajo el arreglo de alternación o cambio de puestos por turno, el que estuviera sirviendo de presidente, el siervo de congregación, saldría de su puesto y lógicamente el que estuviera sirviendo de siervo auxiliar de congregación entraría a servir como presidente, o siervo de congregación, por el término del año siguiente.

Parece bien, en armonía con lo que se dijo en el discurso sobre “La organización teocrática,” que, comenzando el 1 de octubre de 1972, pongamos en funcionamiento el método de alternación. Si ésa es la voluntad de Jehová, entonces [este año], el 1 de octubre de 1972, el que sirve de siervo auxiliar de congregación, donde sea dable, pasará a ocupar el puesto del siervo de congregación y todos los otros hombres de mayor edad o ancianos de la congregación cambiarán de puesto. Lógicamente, el siervo de estudios bíblicos llegará a ser el siervo auxiliar de congregación, el siervo del estudio de La Atalaya llegará a ser el siervo de estudios bíblicos y el siervo de la Escuela del Ministerio Teocrático llegará a ser el siervo del estudio de La Atalaya. El anterior siervo de congregación, siendo todavía uno del “cuerpo de ancianos” y todavía estando asignado a pastorear el rebaño de Dios, llenará (si solo hay cinco ancianos) el puesto vacante restante de los superintendentes, que será el puesto de siervo de la Escuela del Ministerio Teocrático. De modo que tendrá ese privilegio de servicio para el año siguiente como parte de su responsabilidad en el pastoreo del rebaño de Dios. Continuará siendo, junto con todo el “cuerpo de ancianos,” uno de los superintendentes. Pero el presidente del “cuerpo de ancianos” será el nuevo siervo de congregación y él se encargará de la supervisión general de la obra. Si hay cinco diferentes ancianos llenando estos cinco diferentes puestos nombrados, entonces todos ellos se moverán, cada uno a un puesto diferente cada año.

Pudiera hacerse la pregunta: ¿Qué hay si algún anciano no desea ocupar el puesto de presidente o, por alguna razón, no puede hacerlo? Entonces le tocaría al “cuerpo de ancianos” hacer la recomendación de que se le permita ser pasado por alto y quizás el siguiente en la línea de alternación serviría de presidente. En esas circunstancias el siervo de estudios bíblicos pudiera entrar en el puesto de siervo de congregación para el año entrante y ser el presidente en presidencia. Pero debería haber un cambio en todos los puestos a menos que sea pequeña la congregación y haya un solo anciano. Esto pudiera suceder en congregaciones recién formadas. Tenemos que recordar que todos los hombres de mayor edad que han sido nombrados ancianos y superintendentes por el cuerpo gobernante en la central asumen un puesto de responsabilidad. Por lo tanto cada uno debería estar dispuesto a cambiar de puesto en su turno y ser el presidente por un año y asumir el puesto de ministro presidente. También, todo anciano que sea pasado por alto porque así lo haya pedido no serviría otro año en el puesto que tuviera entonces, sino que sería cambiado a otro puesto aceptable de responsabilidad.

Es verdad que algunas congregaciones no tienen suficientes ancianos o superintendentes capacitados, y puede que haya algunos hermanos que estén ocupando dos puestos ahora. En esos casos, el “cuerpo de ancianos” tendrá que hacer una recomendación al cuerpo gobernante en cuanto a quién o quiénes podrían llenar dos puestos en el siguiente turno cuando haya un nuevo presidente, o ministro presidente, del “cuerpo de ancianos.”

SATISFACIENDO LOS REQUISITOS PARA SER ANCIANO

¿Qué hay si la congregación no tiene cinco hermanos que satisfagan los requisitos para ser ancianos y los hermanos que satisfacen los requisitos para ser superintendentes no tienen el tiempo necesario para atender el trabajo que está envuelto en más de un puesto de siervo? ¿Qué pasa entonces? En ese caso pudiera utilizarse a un diákonos o siervo ministerial. Pero el solo hecho de que un siervo ministerial, o diákonos, sea empleado para conducir una Escuela del Ministerio Teocrático no significa que automáticamente, por estar en ese puesto, llega a ser miembro del “cuerpo de ancianos.” Tendría que satisfacer los requisitos antes de ser nombrado para ser anciano. Habiendo sido nombrado para formar parte del “cuerpo de ancianos,” sea que haya cinco ancianos o más en la congregación, tomaría su lugar en el cambio de puestos por turno encargándose de los varios puestos para los cuales el “cuerpo de ancianos” lo recomendaría y para los cuales el cuerpo gobernante muy probablemente lo nombrará.

Como señaló la conferencia sobre “La organización teocrática,” cuando una persona llega a ser “hombre de mayor edad” o anciano nombrado por el cuerpo gobernante, ese nombramiento sigue en vigencia, no termina después de solo un año. Por supuesto, no continuaría en el puesto de anciano si fuera puesto bajo prueba o fuera expulsado de la congregación. En tal caso perdería esa excelente posición de ser un pastor del rebaño de Dios. Si, debido a enfermedad o alguna otra razón, no pudiera atender el trabajo de un siervo nombrado por cierto período de tiempo, eso no haría que dejara de ser anciano.

Supongamos que una congregación tuviera seis o hasta siete ancianos. Eso dejaría a dos ancianos sin asignaciones como siervos en los cinco puestos de siervos que alistamos anteriormente. ¿Qué les sucedería al acontecer la transferencia de puestos el 1 de octubre de cada año? Probablemente uno podría encargarse del puesto de siervo de la Escuela del Ministerio Teocrático, y el anterior siervo de congregación ahora sería uno de los dos hombres de mayor edad sin nombramiento a uno de estos cinco puestos de siervos. Pero él todavía sería miembro del “cuerpo de ancianos” y ciertamente estaría interesado en la congregación. Estaría activo en pastorear el rebaño. Con gusto participaría en las reuniones de servicio y sustituiría en cualquier tiempo en cualquier puesto a uno de los otros miembros nombrados oficialmente que estuviera ausente o enfermo.

Sea que se les nombre al puesto de otro siervo o no, los ancianos de la congregación pueden servir muy bien como conductores de estudios de libro de la congregación en hogares escogidos. Y especialmente cuando no están activos en el puesto de otro siervo esto a menudo será posible. Necesitamos buenos hombres en estos puestos, y, como dice la Biblia, el superintendente tiene que estar “capacitado para enseñar.”—1 Tim. 3:2.

No obstante, el solo hecho de que una persona sea nombrada conductor de estudio de libro no la hace un anciano. Quizás no satisfaga los requisitos para ser anciano u “hombre de mayor edad.” En muchos casos quizás le sea necesario al “cuerpo de ancianos” usar a aquellos a quienes se hace referencia en las Escrituras como siervos ministeriales para ser conductores de estudios de libro. (1 Tim. 3:8-10, 12, 13) En otras palabras, el siervo ministerial está ayudando a los ancianos en la enseñanza porque no hay suficientes ancianos en la congregación para atender todos estos estudios de libro de congregación.

Los hermanos nombrados como siervos de revistas y territorio y siervos de literatura y siervos de cuentas deben ser por lo menos siervos ministeriales como se describe en la Biblia. No es necesario que en la congregación haya ancianos nombrados para encargarse de la literatura o revistas, territorio o cuentas. Estos hombres que son siervos ministeriales son auxiliares del “cuerpo de ancianos.”

¿Cómo puede uno llegar a ser alguna vez un anciano? Leemos en 1 Timoteo 3:1: “Si algún hombre está haciendo esfuerzos por obtener un puesto de superintendente, está deseoso de una obra excelente.” Ciertamente un joven que fuera nombrado siervo ministerial y estuviera conduciendo un estudio de libro de congregación o atendiendo otro trabajo bosquejado por el presbiterio está esforzándose por obtener una obra excelente. Debe estar deseoso de ser un “hombre de mayor edad” o superintendente, pero hasta ahora quizás no satisfaga todos los requisitos para pastorear el rebaño de Dios. No obstante, cuando satisfaga los requisitos que se dan en 1 Timoteo 3 y Tito 1, puede ser recomendado al cuerpo gobernante para ser nombrado anciano. Le tocará al “cuerpo de ancianos” recomendar a tal persona como anciano y superintendente en la congregación. Como miembro del “cuerpo de ancianos” entonces emprenderá la obra de pastoreo junto con todos los otros miembros del “cuerpo de ancianos,” y servirá como presidente cuando llegue su turno.

¿Qué hay de las congregaciones en las cuales la mayoría de los publicadores del Reino sean hermanas? ¿Pueden ellas ser ancianas? No, no podrían ser nombradas ancianas ni siervas ministeriales. Pero el cuerpo gobernante podría solicitar que ciertas hermanas maduras y humildes ayudaran a los hermanos de la congregación o sustituyeran atendiendo al trabajo hasta que un hermano capacitado estuviera disponible.

¿Por qué no se requiere que sean ancianos los siervos de cuentas, de literatura y de revistas y territorio? Estos puestos en la congregación envuelven trabajo que en su mayor parte es de naturaleza mecánica o de llevar registros. El “cuerpo de ancianos” tiene que atender el pastoreo del rebaño o el bienestar espiritual de todos los individuos, mientras que los siervos de cuentas, de literatura y de revistas y territorio están atendiendo registros, existencias de literatura y suministros que los hermanos necesitan. Por eso, pues, estos puestos son ocupados por siervos ministeriales o diákonoi. Por supuesto, si hay suficientes hermanos que satisfagan los requisitos de ancianos, no hay objeción a que haya ancianos encargados de estos puestos si sus otros intereses les permiten hacerlo. Pero el simple hecho de que algunos estén haciendo esta obra no significa que sean ancianos.

¿No deberían ser ancianos los conductores de estudios de libro porque son maestros? Sería excelente que hubiera un número suficiente de “hombres de mayor edad” en la congregación para encargarse de todos los puestos de estudio de libro. Pero en la mayoría de las congregaciones no ha resultado así. Por lo tanto, ha sido necesario usar siervos ministeriales hasta el tiempo en que el grupo de ancianos sea lo suficientemente grande como para encargarse de estos puestos. Por eso se declaró que, donde haya suficientes ancianos en la congregación, los ancianos deberían ciertamente ser conductores de los estudios de libro de congregación, porque mucho bien se puede hacer al pastorear esta parte del rebaño que les ha sido asignada. El ser superintendente o anciano lleva consigo una muy pesada responsabilidad, como se muestra en Hechos 20:28: “Presten atención a ustedes mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha nombrado superintendentes, para pastorear la congregación de Dios, que él compró con la sangre del Hijo suyo.” El superintendente debe estar intensamente interesado en el bienestar espiritual de ellos porque, como se señala en el Hech. 20 versículo 29, Pablo también dijo: “Yo sé que después de mi partida entrarán entre ustedes lobos opresivos y no tratarán al rebaño con ternura.” El superintendente o anciano realmente tiene que ser sólido en la verdad, ayudando a las ovejas y estando dispuesto a aceptar responsabilidad.

COMITÉ DE SERVICIO O JUDICIAL

¿Habrá todavía un comité de tres para atender generalmente algunos problemas o actuar como comité judicial de la congregación? Sí, y este comité judicial continuará estando compuesto del presidente o siervo de congregación, el siervo auxiliar de congregación y el siervo de estudios bíblicos. Sin embargo, a veces uno de éstos puede quedar descalificado debido a relación o algún envolvimiento. Entonces, por supuesto, este comité podría seleccionar a cualquiera de los otros ancianos para componer un comité que oiga un caso. Si por alguna razón un hermano no llena los requisitos para servir en un comité judicial, debe hacerse a un lado y dejar que el “cuerpo de ancianos” seleccione a otro anciano o ancianos para que se sienten y escuchen los hechos del caso. No hay necesidad de que todos los ancianos se sienten para oír el caso, pero los hermanos que ocupan estos tres puestos podrían en la mayoría de los casos ser los que se encargaran de los problemas grandes del año, especialmente cuando se necesite un comité judicial.

En cuanto a la posesión y operación de algunos Salones del Reino se ha formado una asociación. A veces es una corporación legal. ¿Aplica el arreglo de cambio de puestos por turno a esas asociaciones? No. Lo que estamos considerando aquí envuelve solo puestos en las congregaciones a los cuales los individuos son nombrados por el cuerpo gobernante en la central.

NOMBRAMIENTOS OFICIALES DE ANCIANOS

Durante los meses venideros antes del 1 de octubre de 1972, ¿cómo se seleccionará al “cuerpo de ancianos” en cada congregación? El cuerpo gobernante por medio de la Sociedad Watch Tower enviará una carta al comité que ahora atiende la actividad de cada congregación pidiendo que se sienten después que se haya publicado más información en las columnas de La Atalaya y se haya digerido espiritualmente, y con oración consideren quién dentro de su congregación realmente satisface los requisitos de anciano o superintendente. Ellos, por supuesto, leerían cuidadosamente 1 Timoteo 3:2-7, Tito 1:5-9 y 1 Pedro 5:1-5. Los que parezcan satisfacer los requisitos serán comparados con estos requisitos de la Palabra de Dios. Entonces se harán recomendaciones al cuerpo gobernante. No obstante, los tres de este comité pudieran conocer a varios hermanos de la congregación que definitivamente llenan los requisitos como ancianos y quizás quieran que se sienten con ellos al considerar a todos los hermanos de la congregación.

Entonces, en vez de ser tres los que decidan quiénes llenan los requisitos de ancianos, que cinco, seis, siete u ocho, si hay tantos hermanos de más edad que ya hayan probado con el transcurso de los años que tienen estos requisitos, se sienten y decidan quiénes entre ellos están capacitados bíblicamente para ocupar el puesto de ancianos. En las congregaciones más grandes pudieran recomendar hasta ocho, nueve o diez ancianos porque estos hermanos llenan los requisitos. Al mismo tiempo tal vez quieran decidir quiénes están capacitados para ser siervos ministeriales. Ciertamente no todos los de la congregación van a llenar los requisitos de anciano o de siervo ministerial, porque hay nuevos que están entrando y hay quienes no están logrando buen progreso. El que uno sea anciano no se determina necesariamente por el número de horas que dedique al servicio del campo. De interés vital son sus capacidades espirituales, su amor a Jehová Dios, su interés en sus colaboradores de la congregación, y su habilidad como maestro y como uno que puede reprender y exhortar. Por supuesto, debe ser entusiástico también por la predicación de las buenas nuevas. Pero principalmente debe ser uno que haya de pastorear a los que ya están en el rebaño de Dios, así como conducirlos en el campo.

Muy probablemente el cuerpo gobernante pedirá (1) la recomendación de la congregación respecto a ancianos, y junto con eso, su recomendación en cuanto a cuál de los recomendados como ancianos debería ocupar el puesto de siervo de congregación o presidente del “cuerpo de ancianos” para el año que empieza el 1 de octubre de 1972, así como quiénes habrían de ocupar los otros puestos claves mencionados, un número de cinco, (2) también, su recomendación de siervos ministeriales, cualesquiera de los cuales pudieran ocupar los puestos de siervos de cuentas, de literatura y de revistas y territorio, como el “cuerpo de ancianos” crea conveniente usarlos. Por supuesto, estos puestos pueden ser ocupados por “hombres de mayor edad” también, pero su obra principal es la de pastores y maestros.

Después que el cuerpo gobernante reciba las recomendaciones de la congregación, entonces se harán los nombramientos debidos. El cuerpo gobernante efectuará el nombramiento de ancianos de cada congregación, y esta información será enviada por el cuerpo gobernante por medio de las varias oficinas de la Sociedad por todo el mundo.

ANCIANOS NOMBRADOS PARA VISITAR A LAS CONGREGACIONES

Entonces, ¿qué hay de los siervos de circuito y de distrito? ¿Habrá cambio de puestos por turno, o alternación, en cuanto a ellos? Sí, la Sociedad espera cambiar a éstos por alternación a nuevas asignaciones cada dos años. A veces puede que siervos de circuito sean hechos siervos de distrito por un período de dos años y entonces, después de haber sido siervos de distrito, puede que sean hechos siervos de circuito, dependiendo de lo que se crea que es lo mejor en el interés de la obra de modo general por todo el país.

Estos hermanos, por supuesto, llenan los requisitos de ancianos; por eso están en estos puestos. Al visitar a las congregaciones cooperarán plenamente con el “cuerpo de ancianos” de cada congregación y participarán con ellos en sus actividades del campo y en edificar espiritualmente a la entera congregación. Pero después que los siervos sean nombrados durante el año o cambien de puestos por turno el año siguiente, no habrá necesidad de que el siervo de circuito recomiende cambio alguno, a menos que el siervo de circuito junto con todo el “cuerpo de ancianos” vea que hay una emergencia que exige un cambio.

¿Tiene un siervo de circuito cuando visita a una congregación más autoridad que los ancianos de la congregación y puede el cambiar las cosas en la congregación, como las horas de las reuniones, el arreglo del salón, o cambiar a los hermanos en los varios puestos de superintendencia? ¡No! El siervo de circuito no tiene esa autoridad. El siervo de circuito es sencillamente un anciano nombrado por la Sociedad para visitar a las congregaciones para edificarlas espiritualmente y llevar la delantera en el servicio del campo. El que sea siervo de circuito no significa que está mejor capacitado que los ancianos locales. A menudo la Sociedad utiliza a siervos de congregación como siervos de circuito en los fines de semana para que sirvan a otras congregaciones en la vecindad. A estos siervos de congregación u otros siervos se les usa porque están capacitados para dar admonición y consejo espiritual. El siervo de circuito o siervo de distrito nunca debe pensar que es superior al “cuerpo de ancianos” de la congregación. Debe considerarse un anciano enviado a la congregación por la Sociedad para dar la ayuda y apoyo que pueda ofrecer y animar a toda la congregación a seguir adelante en su gran obra. El “cuerpo de ancianos” de la congregación debe esperar gustosamente dos veces al año la visita del siervo de circuito, quien es también un anciano, sabiendo que él traerá buen consejo espiritual procedente de la Palabra de Dios y que él mismo llevará una buena delantera en el servicio del campo.

Por supuesto, el cuerpo gobernante dirá mucho más acerca de esto en las publicaciones de la Sociedad a medida que pase el tiempo. Mientras tanto las congregaciones funcionarán exactamente como están con los siervos nombrados, y cuando llegue septiembre de 1972, entonces las congregaciones que hayan recibido sus nombramientos de siervos, comenzarán a transferir el trabajo a los nuevos siervos durante el mes de septiembre, y el 1 de octubre el nuevo ministro presidente de la congregación llegará a ser el presidente del “cuerpo de ancianos” u hombres de mayor edad, cada uno atendiendo su asignación de superintendente. Cada año los hermanos de la congregación irán cambiando por turno sus puestos respectivos y trabajarán juntos como un cuerpo, teniendo presente un solo interés, y ése es el bienestar de la congregación misma, y cooperarán y pastorearán el rebaño de Dios que les ha sido asignado.

Estos ajustes de organización ayudarán a poner la operación de las congregaciones en más estrecha conformidad con la Palabra de Dios, y con seguridad eso resultará en mayores bendiciones de Jehová. Habrá mejor compartimiento de la carga del trabajo en las congregaciones, y esto hará posible que los “hombres de mayor edad” dediquen mayor atención a la enseñanza misma de la Palabra de Dios y a pastorear el rebaño, para ayudar a cada uno a mantenerse fuerte en la fe. Además, a medida que obtenemos una visión más clara del asunto de los superintendentes, esto nos ayuda a enfocar nuestra atención más claramente en Jehová Dios, nuestro Superintendente Principal, y en aquel a quien Jehová ha designado como Cabeza de Su congregación, y ése es el Señor Jesucristo, quien ahora está gobernando activamente como rey. Al hacer esto, será grandemente fortalecido nuestro aprecio por la manera en que Jehová conduce a su pueblo.

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