Superintendentes del ministerio
“Si algún hombre se está esforzando por tener un puesto de superintendente, está deseoso de un trabajo de la clase correcta.”—1 Tim. 3:1, NM.
1, 2. (a) ¿Es bíblicamente correcto desear un nombramiento como superintendente? (b) ¿Qué requisito básico hay que llenar?
LOS publicadores del Reino que entienden debidamente su ministerio tienen un punto de vista progresivo. No están satisfechos con permanecer estancados. Quieren llegar a ser siervos maduros y bien capacitados de Jehová y usar plenamente cualesquier aptitudes que tienen para adelantar los intereses del nuevo mundo.
2 Cuando un hermano está deseoso de tener más privilegios de servicio, es bíblicamente correcto el que trate de adelantar su ministerio hacia la meta de llegar a ser un superintendente o siervo en la congregación. “Esa declaración es fidedigna,” como leemos en 1 Timoteo 3:1 (NM). “Si algún hombre se está esforzando por tener un puesto de superintendente, está deseoso de un trabajo de la clase correcta.” Por lo tanto, un individuo no haraganea en la organización de Jehová por años sin dar pasos progresivos. Quiere crecer espiritualmente y asumir más privilegios de servicio. Tan pronto como es posible, entendiendo correctamente el asunto, él da el paso importantísimo de simbolizar su dedicación a Jehová mediante bautismo en agua, sabiendo que éste es un requisito básico para el que espera vivir en el nuevo mundo. Pero no se detiene allí. Él usa cualesquier aptitudes que tenga en un esfuerzo por extender y ensanchar sus privilegios ministeriales.
3. ¿Cómo se usan las habilidades naturales?, y al ser nombrado, ¿qué costoso error debe evitar uno?
3 Hace buen uso teocrático de sus habilidades naturales. Ya no está interesado en utilizar todo su tiempo y habilidad para lograr la meta de ser lo que se considera o se llama un éxito en el mundo. Eso sería insensatez, y él lo sabe, porque la Biblia dice con toda claridad que absolutamente no hay ningún porvenir en este viejo sistema de cosas. Lo único que vale la pena y es duradero es el nuevo mundo. Sabiamente, entonces, se provee lo que necesita básicamente para la vida y usa todo lo demás de su tiempo, esfuerzo y habilidad para adelantar los intereses del nuevo mundo. Los que son discretos arreglan sus asuntos con cuidado y buscando la aprobación de Dios, y evitan el cometer el costoso error de algunos que, después de llenar los requisitos y haber sido nombrado siervos, más tarde se han dejado abrumar “buscando sus propios intereses, no los de Cristo,” hasta tal grado que han perdido el favor de Jehová y han sido removidos de todo nombramiento dentro del arreglo del nuevo mundo. (Fili. 2:21; 1 Tim. 6:6-10, NM) Los siervos apreciativos no permitirán que los intereses del viejo mundo, que en breve terminarán, pongan en peligro su carrera interminable con el nuevo mundo de Jehová. Se aplican, no buscando ‘sus propios intereses, sino los de Cristo,’ lo cual resulta en que sean una bendición para los hermanos, para las personas de buena voluntad, y, sobre todo, un honor y alabanza a Jehová, quien los llamó de las aspiraciones del viejo mundo para predicar.
4. Mencione los requisitos bíblicos que debe llenar el superintendente.
4 Además de ser impelido por un deseo apropiado y hacer el esfuerzo por tener el puesto de superintendente, otras cosas son necesarias para que una persona llene los requisitos. Ese texto sigue diciendo: “El superintendente por lo tanto debe ser irreprensible, el esposo de una sola mujer, moderado en los hábitos, de juicio sano, ordenado, amador de los extraños, capacitado para enseñar, no un pendenciero ebrio, no un golpeador, sino razonable, no belicoso, no amador del dinero, un hombre que gobierne a su propia casa de una manera correcta, teniendo sus hijos en sujeción con toda seriedad; (si algún hombre no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la congregación de Dios?) no un hombre recientemente convertido, por temor de que se hinche con orgullo y caiga en el juicio pronunciado contra el Diablo. Además, también debe tener un testimonio favorable de personas de afuera, para que no caiga en vituperio y en una trampa del Diablo.”—1 Tim. 3:2-7, NM.
5. ¿Quiénes, entonces, llenan los requisitos, y cuánto tiempo se requiere?
5 Bíblicamente, entonces, sólo publicadores de congregación y precursores dedicados, maduros, bien equilibrados, de pensamiento progresivo y activos que ven el ministerio del modo debido llenan los requisitos para ser superintendentes en la congregación. Exactamente, ¿cuánto tiempo ha de pasar antes de que una persona pueda ser superintendente? Algunos se aplican tan diligentemente que al completar un año entero de servicio ministerial, después de simbolizar su dedicación por bautismo en agua, han alcanzado la madurez y han progresado hasta tal grado que son nombrados superintendentes por la Sociedad. Sin embargo, en cada congregación los ministros más maduros, más capaces y más celosos son nombrados superintendentes, en armonía con el consejo bíblico de no usar “un hombre recientemente convertido.”
6. (a) ¿Pueden ser nombradas las mujeres? (b) ¿Qué debe hacer una hermana que tiene la responsabilidad de presidir las reuniones?
6 Pero, ¿qué sucede si no hay suficientes hombres dedicados en una congregación? ¿Pueden las mujeres ser nombradas para que rindan servicios? Sí, en dichos casos se nombran a hermanas capacitadas y éstas se encargan de los deberes que se señalan sucintamente. Si no hay superintendentes varones nombrados, las hermanas tienen la responsabilidad de presidir las reuniones. En reconocimiento de la jefatura teocrática del hombre y comprendiendo que ella está sirviendo temporal o circunstancialmente en la congregación en lugar de un hombre que debe llenar ese puesto, es correcto que mientras sirva así la hermana se cubra la cabeza. Cuando se muda un hermano a esa sección u hombres locales aprenden la verdad, llenan los requisitos y son nombrados superintendentes, ésa es una ocasión de felicidad para dichas hermanas. Gozosamente ceden su puesto al hermano en reconocimiento del arreglo teocrático de Jehová.—Efe. 5:24-32, NM. (Vea “Esto significa vida eterna”, páginas 154-163, para más información respecto a “Privilegios de la mujer en la congregación.”)
7. (a) ¿Cómo aprecia su nombramiento un siervo? (b) Si es fiel, ¿terminará su asignación en el Armagedón?
7 Al llenar los diversos y necesarios requisitos y ser nombrado superintendente o siervo por la Sociedad, un publicador de congregación, precursor o misionero que ve del modo debido su ministerio estima su nombramiento como un gran tesoro, un tesoro tal que no puede ser comprado con todo el dinero del mundo. Se da cuenta de que el nombramiento de siervo es una prenda del favor de Jehová por servicio fiel. Correctamente él aprecia su nombramiento más que cualquier puesto que pudiera tener o posiblemente lograr en el viejo mundo. Él sabe bien que todo lo del viejo mundo pronto va a desaparecer. ¡Dentro de esta generación será una cosa del pasado! Sí, se irá de una vez por todas, mientras que la sociedad del nuevo mundo ha llegado para quedarse. Por medio de fielmente cumplir su asignación él sabe que será su buen placer el declarar en público las excelencias de Jehová entre ahora y el Armagedón y servir y ayudar a sus hermanos a pasar a través de la batalla del Armagedón y a continuar en el nuevo mundo, donde por mil años él tendrá además el privilegio de participar en el desarrollo del nuevo mundo de Dios. Teniendo este punto de vista claro como el cristal, con razón un siervo nombrado sirve a sus hermanos tan bien y es diligente en cumplir su asignación “de toda alma como para Jehová.”—Col. 3:22-24, NM.
8. ¿Por qué tienen que conocer los superintendentes sus deberes específicos y estar familiarizados con los deberes de otros siervos?
8 Para desempeñar sus obligaciones es vitalmente importante que cada siervo conozca lo que se requiere de él. Él tiene que saber cuáles son sus deberes y cómo cumplirlos. Esto lo aprende de un estudio cuidadoso de Predicando juntos en unidad, Qualified to Be Ministers, el Ministerio del Reino y otras publicaciones de la Sociedad. No sólo se familiariza con sus propios deberes, sino que también conoce los deberes de los otros siervos y coordina su actividad con la de los otros superintendentes nombrados, lo cual resulta en que todos los superintendentes sirvan a sus hermanos amorosa y unidamente. Entendiendo cada siervo sus deberes asignados y cumpliéndolos, el cuerpo de siervos es un grupo coordinado y unificado que trabaja en estrecha unión, velando bien por los intereses de la congregación.—1 Ped. 5:1-5, NM.
9. ¿Tienen que practicar los superintendentes lo que predican?
9 Viendo su nombramiento del modo debido, un siervo no lo es únicamente de nombre. Es un siervo de palabra y de hecho. Continúa siendo un ministro bueno y celoso, comprendiendo que parte de su responsabilidad delante de Jehová y para con sus hermanos es tomar la delantera en el servicio del campo. Por lo tanto, él no es una persona que sube a la plataforma de oratoria y pronuncia excelentes discursos animando a sus hermanos a mejorar en el ministerio del campo y luego no se presenta en el lugar donde se reúnen los hermanos para salir al servicio. No, él practica lo que predica. Él mismo está en el lugar donde se reúnen los hermanos con ese propósito, regularmente y a tiempo, con arreglos bien planeados y pensados para que el grupo prosiga al territorio y empiece puntualmente a ministrar sin pérdida de tiempo. Mucho depende de su diligencia, entusiasmo y ejemplo, que no puede ser descuidado sin que resulte en perjudicar a la congregación. Él tiene presente que las ovejas son guiadas, no arreadas, y en armonía con el consejo e instrucciones de la Sociedad él lleva una delantera vigorosa en el trabajo de predicación.
10, 11. (a) ¿Qué responsabilidades les impone Hechos 20:28 a los superintendentes? (b) ¿De qué manera se hace esto?
10 Los siervos que ven el ministerio del modo debido no sólo están interesados en su propio servicio ministerial, sino también en prestar ayuda a otros. Un siervo verdadero comprende su responsabilidad de llevar a cabo lo que indica Hechos 20:28 (NM), donde se declara: “Presten atención a ustedes mismos y a todo el rebaño, entre quienes el espíritu santo los ha nombrado como superintendentes, para apacentar a la congregación de Dios.” Exactamente, ¿qué significa esto? Pues, ¿qué se precisa para tener vida en el nuevo mundo? ¿Conocer la verdad? ¿Asistir a las reuniones? ¿Simbolizar la dedicación de uno por bautismo en agua? ¡Esas son necesidades básicas, sí, pero algo más se requiere también! La importantísima y vital predicación, “porque si tú declaras públicamente aquella ‘palabra en tu boca’, que Jesús es el Señor, y si ejerces fe en tu corazón en que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se ejerce fe para justicia, pero con la boca se hace declaración pública para salvación.”—Rom. 10:9, 10, NM.
11 Por lo tanto, para cumplir con Hechos 20:28, los superintendentes tienen la responsabilidad de ayudar a todos los que se asocian con la congregación a ser alabadores activos de Jehová. Esta ayuda se presta de una manera amorosa y considerada por los superintendentes, no de un modo frío, de mala gana y poco amistoso, ni de un modo que abochorne. El superintendente considera las dificultades de un publicador, que a veces son más imaginarias que reales, y se esfuerza por ayudar a cada uno a vencer sus dificultades que lo atrasan dándole estímulo regularmente y haciendo arreglos definidos para que el que necesite ayuda participe regularmente en el servicio ministerial. Los que están siendo ayudados deben estar sumamente agradecidos a estos superintendentes incansables, comprendiendo que los esfuerzos de éstos se están dando a favor de ellos para su propio bienestar. Los publicadores apreciativos cooperan gozosamente con sus superintendentes.
12. (a) ¿Por qué hay que mantener limpia la congregación y de quién es esta responsabilidad? (b) ¿Deben manejar las hermanas casos de expulsión o de poner a alguien a prueba?
12 Para que alguna congregación tenga la bendición y favor de Jehová es preciso que provenga de ella adoración limpia, aceptable. (1 Cor. 5:6-13, NM) Si alguna persona de la congregación violara los mandamientos de Jehová para el modo de vivir limpio, es responsabilidad del publicador que sabe de la violación llamar ese asunto a la atención del comité de congregación, el cual bíblicamente tiene la responsabilidad de mantener limpia la organización. El comité investigará el asunto plenamente y luego dará los pasos que sean necesarios, expulsando al ofensor o poniéndolo a prueba por un período de tiempo, y haciendo un anuncio apropiado a la congregación. En congregaciones donde las hermanas sirven en el comité ellas no deben manejar un problema que implique posible expulsión o prueba. Cuando el comité se compone sólo de dos hermanos, ellos juzgarán el asunto. Si hubiera una diferencia de opinión entre los dos hermanos en cuanto a la decisión que debe hacerse, entonces un hermano maduro de otra congregación puede ser invitado a tomar parte en la consideración del caso, o si el siervo de circuito ha de visitar la congregación dentro de poco tiempo él puede completar el comité. Si no hubiera ningún hermano para servir en el comité, o sólo uno, entonces el asunto se guardará hasta la visita del siervo de circuito, o se invitará a hermanos de una congregación cercana a considerar el caso.
13. ¿Cómo deben pensar los superintendentes acerca de los asuntos de la congregación?
13 Los superintendentes que ven de la manera debida las responsabilidades de la congregación piensan en ellas noche y día. ¿Dónde pueden hacerse mejoramientos? ¿Cómo puede darse más ayuda a los publicadores? Además de hacer más eficaz el servicio de fin de semana, ¿pueden hacerse arreglos para tener testificación a mediados de semana y mejorar ésta? ¿Qué ajustes se necesitan para mantener al día el programa de entrenamiento, para que la congregación pueda progresar y disfrutar de aumento? ¿Cómo pueden ser mejoradas las reuniones, y darse más ayuda para el bien de los que asisten? Y, a medida que la congregación se ensancha, se asignan siervos auxiliares, de modo que cuando llega el tiempo para que se forme otra congregación hay hermanos bien capacitados y entrenados que pueden superentender la obra del Reino. Así como un hombre en el mundo de los negocios tiene que pensar y planear sus actividades si ha de tener un negocio próspero, aún más los superintendentes tienen que pensar y dar consideración y atención sin fin a las necesidades y actividades de la congregación.
14. ¿Qué punto de vista correcto tienen los publicadores en cuanto a los superintendentes nombrados?
14 El superintendente devoto tiene el amor y respeto teocráticos de todos los publicadores. Ellos lo aman como siervo de Jehová, y están deseosos de cooperar y trabajar con él. Sienten que pueden venir a él y explicarle problemas y recibir su ayuda y guía amorosa. Reconocen que todos los nombramientos de siervos provienen de Jehová por medio de su organización teocrática y consideran un privilegio el cooperar con los superintendentes a quienes Jehová se complace en usar. Si un superintendente se hace negligente en sus deberes, saben que Jehová, a su debido tiempo y a su manera, efectuará los cambios necesarios. Ellos aguardan a que él actúe por medio de su organización. Así manifiestan que tienen confianza plena y completa en que Jehová está dirigiendo su organización teocrática.
15, 16. ¿Qué resultará de ver el ministerio del modo debido?
15 Cuando los publicadores de compañía, precursores y superintendentes ven su ministerio del modo debido, la unidad y la paz reinan. Trabajan en estrecha unión, adorando a Jehová en la hermosura de la santidad al proclamar en todo su territorio asignado Su glorioso nombre, y propósitos. A medida que se hace esto, se halla a las otras ovejas, se les alimenta y se les conduce en el camino que lleva a la vida en el nuevo mundo. En poco tiempo, estas personas recién interesadas también ven su responsabilidad desde el punto de vista de Jehová. Llegan a apreciar que han sido llamadas de la oscuridad del mundo con el fin de predicar. Y sí predicarán—en tiempo favorable y en tiempo dificultoso, junto con los otros publicadores capacitados del Reino que ven el ministerio del modo debido.
16 Con seguridad, las piedras no tendrán que clamar declarando la gloria y majestad de Jehová en el territorio de ninguna congregación. No, porque los publicadores que ven el ministerio del modo debido están predicando y continuarán predicando estas buenas nuevas del Reino y recogiendo a las otras ovejas y trayéndolas a la sociedad del nuevo mundo hasta que Jehová mismo diga que la obra de predicación ha concluído.
[Ilustración de la página 439]
“Digan de día en día las buenas nuevas de salvación por él”—Sal. 96:2, NM.