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La vida en la antigua ÉfesoLa Atalaya 1977 | 1 de noviembre
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Más tarde, desde Mileto el apóstol mandó llamar a los superintendentes de la congregación de Éfeso. Entre otras cosas, pudo señalar el hecho de que “noche y día” no había cesado “de amonestar a cada uno con lágrimas” por “tres años,” evidentemente utilizando una cifra redonda para el tiempo que pasó en Éfeso.—Hech. 20:1, 17-38; compare con Hechos 19:8-10.
Es interesante el hecho de que el apóstol Pablo les preguntara a los cristianos de Corinto: “Si yo, lo mismo que los hombres, he peleado con bestias salvajes en Éfeso, ¿de qué me sirve?” (1 Cor. 15:32) Pablo pudo haberse referido a conflictos con hombres brutales que se opusieron a su obra de predicación en aquella ciudad. Pero si sus palabras son para tomarse literalmente, quizás tuvo que defenderse de animales salvajes literales y Jehová lo libró milagrosamente en el mismísimo estadio que ha sido desenterrado en la antigua Éfeso.—Compare con 1 Corintios 4:9; 2 Corintios 1:8-10; 11:23-27.
LOS AÑOS POSTERIORES DE LA CIUDAD
Alrededor de 60-61 E.C., mientras Pablo estuvo encarcelado en Roma, escribió una carta por inspiración divina a los cristianos efesios. En ella el apóstol recalcó la importancia de las riquezas espirituales, y dio consejo muy provechoso para las personas que vivían en esta ciudad fabulosamente acaudalada. (Efe. 1:7, 15-18; 2:6, 7; 3:8, 14-16) Éfeso era famosa también por su inmoralidad. Por eso Pablo advirtió apropiadamente contra el deleitarse en considerar la fornicación y participar en bromear obsceno. (Efe. 5:3-5) Puesto que las prácticas demoníacas cundían en la ciudad, Pablo dio excelente consejo sobre resistir las inicuas fuerzas espirituales. (Efe. 6:10-20) Naturalmente, la admonición piadosa del apóstol beneficia a los que la aplican en la vida hoy día, especialmente si viven en un ambiente como el de la antigua Éfeso.
Con el lento transcurso de los años, los cristianos de Éfeso aguantaron fielmente mucho sufrimiento por causa de la justicia. Pero el glorificado Jesucristo halló que para fines del primer siglo E.C. algunos miembros de la congregación de allí habían perdido el amor consumidor que en otro tiempo le habían tenido a Jehová Dios.—Rev. 2:1-6.
Durante el gobierno de Antonino Pío (138-161 E.C.) se reedificó una gran parte de Éfeso. Sin embargo, para 262 E.C. los godos asolaron la ciudad, y el gran templo de Artemis fue destruido. Habiendo desaparecido el significado histórico de la ciudad, poco se puede decir acerca de Éfeso en tiempos posteriores, salvo que con frecuencia cambió de manos. Por ejemplo, los turcos la tomaron en 1308 y edificaron una población en Ayassoluc cerca de allí. Ambas cayeron a los Caballeros de San Juan de Jerusalén durante el siglo catorce. Poco a poco, la ciudad en otro tiempo resplandeciente —la “deseable” Éfeso— fue abandonada, dejando en sus ruinas solo una insinuación de la grandeza anterior de la ciudad.
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El hombre espiritual... por qué no es “examinado por ningún hombre”La Atalaya 1977 | 1 de noviembre
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El hombre espiritual... por qué no es “examinado por ningún hombre”
◇ El apóstol Pablo escribió a cristianos de Corinto: “El hombre espiritual examina de hecho todas las cosas, mas él mismo no es examinado por ningún hombre.” (1 Cor. 2:15) ¿Cómo sucede esto? Con la ayuda del espíritu de Dios, el hombre espiritual puede evaluar apropiadamente los asuntos. Él mismo, sin embargo, no puede ser examinado o valorado correctamente por los que no tienen discernimiento espiritual. Procediendo con el fundamento incorrecto, las personas no espirituales llegan a conclusiones incorrectas acerca de él. Esto lo hicieron en el caso de Cristo Jesús, como lo predijo Isaías 53:3, 4. Por lo tanto, el hombre espiritual sencillamente no puede ser “examinado por ningún hombre,” es decir, por ningún hombre no espiritual.
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