Haciendo frente al desafío de traducir la Biblia
PARA principios de 1974 la Santa Biblia se había traducido total o parcialmente en 1.526 lenguajes y dialectos. No solo se está traduciendo en más lenguajes cada año, sino que se están haciendo cada vez más traducciones en los mismos lenguajes. Un caso a propósito es el lenguaje inglés, en el cual parece que últimamente se han hecho nuevas traducciones casi todos los años.
En cuanto al arte de traducir, un profesor de lenguajes declaró en una ocasión que “los problemas que surgen con el traducir son infinitos.” El traducir la Biblia presenta el mayor desafío de todos. Bien se ha dicho: “La traducción bíblica es un proceso interminable.” En ello está incluido el traducir de lenguajes antiguos modismos que ya no están en uso común. Y envuelve religión, y la religión siempre tiene asociados con ella fuertes sentimientos, que a veces sirven de obstáculo para el juicio del traductor. Siendo la Biblia la inspirada Palabra de Dios, se debe traducir con el mayor cuidado y la mayor habilidad. A menos que uno acepte la alegación de la Biblia de que es la inspirada Palabra de Dios uno no puede traducirla bien. La traducción de la Biblia debe ser una labor de amor, así como un arte y una ciencia.
EXACTITUD
Entre los muchos desafíos que plantea la traducción de la Biblia está el de exactitud. ¿Es la traducción tan explícita como es el original? ¿Transmite bien el sabor así como las palabras del original? A menudo las traducciones no logran hacer esto. Sucede, pues, que hay dos palabras griegas que la mayoría de las traducciones vierten “ungir,” a saber, aleipho y khrío. Cuando quiera que aparece aleipho siempre se refiere al uso de aceite o ungüento aplicado al cuerpo, como después de un baño, o en enfermedad o en la muerte. (Mat. 6:17; Mar. 6:13; 16:1; Luc. 7:38, 46; Sant. 5:14) Pero khrío solo se usa en un sentido espiritual, sagrado y figurado o simbólico y por lo tanto merece la palabra “ungir,” como en Lucas 4:18, donde leemos: “El espíritu de Jehová está sobre mí, porque me ungió para declarar buenas nuevas a los pobres.” Aparte de la Traducción del Nuevo Mundo (NM), son pocas las traducciones, si acaso hay algunas, que establecen distinción uniforme entre estas dos palabras griegas.
Otro desafío en cuanto a exactitud tiene que ver con lo que se conoce como el “imperativo presente” en griego.a Éste denota acción continua o repetida. Los traductores de la Biblia pasan por alto, de una manera general, su carácter distintivo. Por ejemplo, en Lucas 11:9, 10 casi todas dicen como la New English Bible (NEB): “De modo que yo les digo, pidan, y recibirán; busquen, y hallarán; toquen, y se abrirá la puerta. Porque todo el que pide recibe, el que busca halla, y al que toca, se le abrirá la puerta.”
Pero ese modo de verter pasa por alto el entero punto de la ilustración de Jesús. En ésta habla de un hombre cuyos visitantes llegan a medianoche el cual va a su vecino por pan. Al principio el vecino rehúsa porque está acostado con sus hijos. Pero finalmente el vecino sí se levanta y le da pan, no porque el que pide sea amigo sino debido a su “persistencia atrevida.” Y por eso lo que Jesús dijo al aplicar la lección de la parábola fue: “Sigan pidiendo, y se les dará; sigan buscando, y hallarán; sigan tocando, y se les abrirá. Porque todo el que pide recibe, y todo el que busca halla, y a todo el que toca se le abrirá.”—NM.
GUARDÁNDOSE DE PREJUICIO
También hay el asunto de fidelidad al original. A veces los traductores de la Biblia dejan que su prejuicio religioso se revele en su modo de verter. Por ejemplo, parece que los traductores modernos al inglés tienen aversión a usar un equivalente para el Tetragrámaton hebreo: YHWH o JHVH. Algunos ponen reparos a usar el nombre “Jehovah” como equivalente. Pero si “Yahweh” se acerca más a lo correcto, ¿por qué será que más de ellos no usan esa forma? Desde la traducción de Rotherham (1897) evidentemente The Jerusalem Bible es la única Biblia en inglés que ha usado “Yahweh.” Obviamente el Tetragrámaton es un nombre propio y por eso no se puede traducir correctamente usando nombres comunes como “Señor” o “Dios.” Cierto, en algunas traducciones en inglés estos nombres comunes están impresos en mayúsculas, pero eso no los hace verdaderamente distintivos. Además, cuando los textos bíblicos se leen en voz alta el oyente no sabe que hay mayúsculas, ¿verdad?
Por otra parte, Juan 2:3, 4 en la Catholic Confraternity Version (1941) dice: “Habiéndose terminado el vino, la madre de Jesús le dijo: ‘No tienen vino.’ Y Jesús le dijo a ella: ‘¿Qué quisieses que yo hiciera, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.’” Esto es diametralmente lo contrario de la manera en que Jesús realmente le habló a su madre, tal como se indica por llamar él a María “mujer” en vez de “madre.” Lo que él realmente dijo fue: “Mujer, ¿por qué te diriges a mí? Todavía no ha llegado mi hora.” (The Jerusalem Bible) Una nota al pie de la página dice: “Semitismo bastante frecuente en el A[ntiguo] T[estamento]. . . . Se emplea para desaprobar enérgicamente una intervención o, más fuertemente, para rechazar proposiciones de toda clase.” Jesús estaba poniendo en su lugar a María; no la consideró como si estuviera en un pedestal.—Luc. 11:27, 28.
Suministra ejemplos similares de prejuicio religioso The Children’s Living Bible por K. N. Taylor. Esta Biblia que es especialmente para niños dice en 2 Timoteo 2:8: “Jamás olvides el maravilloso hecho de que Jesucristo fue un Hombre, que nació en la familia del rey David; y que fue Dios, como se indica por el hecho de que se levantó nuevamente de entre los muertos.” Pero el original no dice nada en cuanto a que Jesús era Dios, como se puede ver de la manera en que la New English Bible vierte este 2 Tim. 2 versículo 8: “Acuérdate de Jesucristo, levantado de entre los muertos, que nació de la línea de David.”
Además, la traducción de Taylor dice en Mateo 7:13: “¡Solo se puede entrar al cielo por la puerta angosta! La vía al infierno es ancha, y su puerta es lo suficientemente ancha para todas las multitudes que escogen su camino fácil.” Pero el original no dice nada en cuanto al Hades o Gehena, las dos palabras griegas que a menudo se traducen “infierno.” En cambio, contrasta “vida” con “destrucción.”
DEJANDO QUE LA PALABRA DE DIOS MISMO DIRIJA
Cuando hay que escoger entre alternativas, como cuando la puntuación viene a ser vital, es preciso dejar que lo que la Biblia misma dice dirija. (Cuando se escribió originalmente la Biblia, no había tal cosa como puntuación.) Pero casi invariablemente se vierte Lucas 23:43 como si Jesús hubiera dicho: “Verdaderamente te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso.” (The Bible in Living English, Byington) Sin embargo, otras, como la Traducción del Nuevo Mundo y Rotherham, ponen los dos puntos después de “hoy”: “Verdaderamente te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso.” ¿Cuál de los dos modos es el correcto?
Simplemente hay que preguntar: ¿Merecía ese malhechor ir al cielo después de una vida de crimen solo porque se condolió de Jesús y le pidió que se acordara de él? ¿‘Obró su salvación con temor y temblor’? (Luc. 13:24; Fili. 2:12) Además, la Biblia no dice nada en cuanto a que Jesús haya ido a un Paraíso celestial ese día. Al contrario, Pedro dijo que Jesús fue al Hades cuando murió y fue enterrado, y de éste fue resucitado. Jesús mismo dijo que, tal como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de un pez, así él estaría —no en el cielo sino— “en el corazón de la tierra tres días.” Además, después de haber sido levantado de entre los muertos, Jesús le dijo a María que todavía no había ascendido a su Dios y al Dios de ella. (Mat. 12:40; Juan 20:17; Hech. 2:22-33) De modo que en vista de estos hechos, ¿a qué otra conclusión puede llegar el traductor objetivo de la Biblia sino a la de que Jesús no debe haber dicho, “Hoy estarás conmigo en el Paraíso,” sino, más bien: “Te digo hoy: Estarás conmigo en el Paraíso,” es decir, en algún tiempo futuro?
El mismo principio aplica a principiar nombres con mayúscula; queda del traductor el uso que haga de éstas. Por lo tanto los que creen que el espíritu santo es la tercera persona de una Trinidad, por supuesto, pondrán mayúsculas a “Espíritu Santo,” como en Hechos 1:8, que dice (NEB): “Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes.” Pero en el relato efectivo cuando se cumplieron las palabras de Jesús, ¿qué leemos? “Esto sucederá en los últimos días: Derramaré sobre cada uno una porción de mi espíritu.”b (Hech. 2:17, NEB) ¿Dónde está la mayúscula? ¡No aparece! ¿Por qué no? Porque Dios no podía derramar una porción de un Dios coigual; “espíritu,” como se usa aquí, claramente no podía referirse a una persona. Puesto que este texto se refiere a la mismísima cosa que Jesús predijo en Hechos 1:8, síguese que no tenía presente una persona cuando dijo que sus apóstoles recibirían espíritu santo, y por eso en Hechos 1:8 tampoco debía haberse escrito con mayúscula.
Todo esto está en armonía con las palabras de Juan el Bautista de que, aunque él bautizaba con agua, El que viene “los bautizará con espíritu santo.” (Mar. 1:8) Uno no puede estar bautizando con otra persona pero uno puede bautizar a otros con agua o con fuerza activa, y esto es lo que el espíritu santo de Dios es. Sí, los traductores tienen que dejar que el resto de la Palabra de Dios dirija cuando hay una selección entre modos de verter.
También sirven para ilustrar este principio las palabras de Jesús en Mateo 24:3-8. Por lo tanto después que Jesús habla de guerras, hambres y terremotos, la New English Bible hace que Jesús diga: “Con todas estas cosas principian los dolores de parto de la nueva era.” Pero esto no es así. Más bien, estas cosas marcan los dolores de muerte de un viejo orden. Los dolores de parto que llevan al nuevo sistema de cosas se describen en el capítulo 12 de Revelación que cuenta acerca del nacimiento del reino mesiánico de Dios seguido de una guerra en el cielo, entre Miguel y el gran dragón, Satanás el Diablo.
LO IDEAL ES COMUNICAR
Bien se podría decir que ninguna traducción es superior en todo caso. Aunque algunas traducciones más libres quizás yerren en cuanto a exactitud, a veces las más literales quizás no comuniquen tan bien como otras. De consiguiente, vez tras vez, leemos de que algunos son ‘reducidos a silencio.’ (Isa. 6:5; Jer. 49:26) El pensamiento efectivo es el ser reducidos al ‘silencio de la muerte.’ (Jer. 49:26, NEB) Así mismo la expresión de desdén, “cualquiera que orina contra una pared” (1 Rey. 14:10; 21:21; 2 Rey. 9:8), es idiomática, refiriéndose únicamente a los varones, y por eso algunas traductores simplemente vierten la expresión “todo hijo de madre.” (NEB) Pero en otros casos la New English Bible no comunica tan bien como otras traducciones, como, por ejemplo, cuando dice: “Batirán sus espadas en espiochas,” y “tu vara y tu cachava son mi consuelo.” No todo el que lea está familiarizado con una “espiocha,” ni sabe que una “cachava” se refiere al cayado de un pastor.—Isa. 2:4; Sal. 23:4.
Verdaderamente, el traducir la Biblia de una manera digna presenta un verdadero desafío. De veras es una bendición el que se hayan producido tantas diferentes traducciones. Sin embargo, de los ejemplos susodichos bien se puede decir que, como traducción exacta, la Traducción del Nuevo Mundo tiene mucho que la recomienda.
[Notas]
a Vea A Manual Grammar of the Greek New Testament, Dana & Mantey, págs. 300-303.
b Vea también The New American Bible.