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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1974 | 1 de enero
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por eso que los hermanos dejan de asociarse con ellos salvo en las ocasiones necesarias, como en las reuniones cristianas.
Este ‘señalar’ no significa que estamos ‘juzgando’ a nuestros hermanos... excluyéndolos como si no fueran cristianos o condiscípulos o hermanos. Tampoco estamos juzgándolos en cosas que solo son asuntos de conciencia individual. (Rom. 14:10) Nos oponemos a un hábito o derrotero en particular que claramente es contrario a los principios bíblicos. Si estas personas lo vencen nos da gusto considerar que ya no es necesario tenerlas señaladas y nos da gusto poder asociarnos libremente con ellas.
Entonces, no debemos usar este mandamiento apostólico como razón para despreciar o tratar con frialdad a alguna persona que no se eleve a la altura exacta de lo que personalmente consideremos como un derrotero o ejemplo “ideal.” Algunas personas son nuevas en la fe y tienen mucho que aprender. Se les ha de tratar con consideración y paciencia. (Rom. 14:1-4; 15:1) Por eso, uno puede hacerse la pregunta: “¿Es la persona verdaderamente ‘desordenada’ en un asunto de suficiente consecuencia para merecer que se le señale?” Una falta leve de vez en cuando en la conducta no es lo mismo que seguir constantemente un derrotero que está fuera de armonía con el claro consejo bíblico. También sería preciso mostrar consideración cuando el individuo está combatiendo a conciencia una debilidad y sinceramente quiere mejorar. Queremos proteger nuestra salud espiritual y la de nuestros hermanos. Sin embargo, también queremos ‘esforzarnos por alcanzar las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que sirven para edificar los unos a los otros,’ mostrando amor verdadero los unos a los otros así como interés sincero.—Rom. 14:19.
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¿Ha empezado a titubear su fe?La Atalaya 1974 | 1 de enero
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