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  • “Su liberación se acerca”

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  • “Su liberación se acerca”
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1969
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1969
w69 15/2 págs. 101-109

“Su liberación se acerca”

“Mas al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.”—Luc. 21:28.

1-7. (a) ¿Qué significarían para los religiosos de la cristiandad los titulares que anunciaran la destrucción de la Ciudad del Vaticano? (b) ¿Qué significarían para los mahometanos los titulares acerca de la destrucción de las dos prominentes capillas del mundo musulmán?

IMAGINESE leer en el periódico estos titulares:

2 “¡La Ciudad del Vaticano ha sido destruida! ¡El tremendo cráter que se formó en la tierra por el estallido de la bomba nuclear no dejó rasgo alguno de la tumba y huesos supuestos de San Pedro!”

3 ¿Significarían algo tales titulares de los periódicos del mundo para los católicos romanos, o, de hecho, para todas los sectas religiosas de la cristiandad? ¿Señalaría tal acontecimiento el fin de una larga época para ellos, con gran incertidumbre en cuanto a cómo proceder en el futuro? ¡Sí!

4 También: “¡Meca ha sido borrada por proyectiles desde el aire! ¡La sagrada capilla que incorporaba la reverenciada piedra negra ha desaparecido en medio de la explosión!”

5 ¿Significarían tales titulares de la prensa mundial algo para el mundo musulmán? ¿Significaría el fin de una era para éste, dejando un vacío permanente en su punto de vista del futuro? Además:

6 “¡La mezquita ‘Cúpula de la Roca,’ el segundo lugar entre los más santos del dominio musulmán, desaparece en una explosión! ¡La Roca Sagrada del profeta Mahoma destruida!”

7 ¿Aumentarían estos otros titulares la convicción de los musulmanes de que una era había terminado para ellos, dejando un gran vacío religioso? ¡Sí!

8. (a) ¿Qué significó la destrucción de Jerusalén y su templo en 70 E.C. para los que adoraban allí? (b) ¿Cómo se indica que tuvo tal significado para los adoradores?

8 Los visitantes a Roma, Italia, que pasan por el Arco triunfal de Tito en el camino entre el Foro Romano y el Coliseo, ven esculturas que conmemoran la destrucción de una ciudad de renombre mundial y su lugar sagrado de adoración en el año 70 de nuestra era común. Es la ciudad de Jerusalén y su templo que construyó el rey Herodes el Grande, el gobernante nombrado por el senado romano sobre la provincia de Judea. ¿Significó algo la destrucción de esa ciudad famosa y su templo para los millones que adoraban allí? ¿Significó el fin de una época nacional y religiosa para ellos? Sí, de veras, como testifica la historia profana. Cuando se predijo esta mismísima destrucción, con treinta y siete años de anticipación, ¿pensaron los cuatro hombres que oyeron la predicción que significaría tal cosa para su pueblo, para su nación? Evidentemente sí. La pregunta que le hicieron al Profeta inmediatamente después de su pasmosa predicción indica esto.

9. ¿Cómo será señalado de manera semejante el fin de una era importante de la historia humana, y por consiguiente de qué hay necesidad?

9 Así mismo, el fin ya cercano de una era importante de la historia humana será señalado por un pasmoso acontecimiento semejante al del año 70 E.C. La necesidad de que haya liberación se hace muy patente y ahora muy urgente. A centenares de millones de la cristiandad les afectará este acontecimiento venidero, un acontecimiento que en sí será precursor de algo tan universal en sus proporciones que afectará a toda la humanidad. ¡Necesitamos liberación de tal desastre mundial!

10. ¿Por qué es posible la liberación, y qué significará para las personas libradas?

10 Esto es algo en que el mundo no repara; de otra manera razonablemente esperaríamos que hiciera algo en cuanto a ello. Pero usted, lector, puede hacer algo en cuanto a ello, si verdaderamente desea disfrutar de la liberación que es posible de acuerdo con una promesa inquebrantable que proviene de la autoridad más elevada. La más grande dificultad mundial de toda la experiencia humana viene en marcha hacia nosotros, pero la liberación también está en marcha para los que no solo la anhelan sino que también dan los pasos correctos y prescritos para alcanzarla. ¡De año en año siguen multiplicándose en torno de nosotros las señales que indican que la liberación se acerca! Su llegada significará que las personas libradas quedarán bajo un gobierno mundial superior al del hombre, y perfectamente capaz de bendecir a toda la humanidad en vez de condenarla a la destrucción.

11. ¿Por qué no debe haber razón para dudar que estamos acercándonos al fin de una época? ¿Hay alguna esperanza de que venga un mejor orden de parte del hombre después?

11 ¿Qué persona observadora en la actualidad puede dudar que estamos acercándonos al fin de una época? Esta era de violencia en la que el mundo de la humanidad fue lanzado súbitamente por la I Guerra Mundial en el año 1914 no puede dejar de alcanzar su grandiosa culminación en desastre, a menos que sea detenido antes que eso por poder sobrehumano. Las pruebas repetidas de que los hombres y las naciones no pueden regirse ciertamente darán lugar a una condición de frustración y perplejidad mundiales de tal índole que la humanidad no tendrá salida humana del caos que provenga. El fermento existente en todos los campos principales del interés humano, en la política, en la educación, en la vida moral y social, en las relaciones raciales y en la religión, seguirá leyes psicológicas y corromperá cabalmente el sentido del hombre de los verdaderos valores humanos y deformará el modelo anterior de las cosas. Ya no se respetarán, ni se reconocerán ni se seguirán normas humanas. La aceleración en el movimiento de las cosas aumenta, apresurando la precipitación del fin de esta época en todos sus rasgos. ¿Qué hay, entonces? ¿Hay alguna razón para creer que el hombre puede esperar que algún nuevo y mejor orden milagroso venga del hombre, que surja de las cenizas de su viejo orden quemado? ¡No!

12. (a) ¿De dónde tiene que venir esta liberación? (b) ¿Quién señaló esta fuente, y con qué efecto en sus oyentes?

12 Prescindiendo de cuánta aversión le tengan a la idea las personas antirreligiosas, la ayuda para nuestra raza simplemente tiene que provenir de una fuente superior al hombre, de una fuente celestial amigable más bien que de una fuente celestial diabólica. Tiene que provenir de la única fuente que señaló el gran Profeta, que habló acerca de la liberación a cuatro de sus seguidores cuando estaban sentados en el monte de los Olivos teniendo a plena vista la ciudad de Jerusalén y su templo. El Profeta tenía allí en Jerusalén a sus enemigos, los cuales estaban empeñados en matarlo, así como tiene sus enemigos en la actualidad. ¡Cada lector puede determinar por sí mismo si también es enemigo o no por la manera en que reacciona al mencionarse el nombre Jesucristo! Sus cuatro seguidores, sus amigos, que oyeron sus palabras animadoras en cuanto a la liberación, eran cuatro pescadores de la provincia romana de Galilea, a saber, Pedro y su hermano Andrés, y Santiago y su hermano Juan. ¿Por qué era la liberación un pensamiento grato para ellos? ¿A qué se debió que ellos hablaran al Profeta acerca del fin de una época, de “la conclusión del sistema de cosas”? Tres historiadores confiables muestran la razón, y al hacerlo nos dan a nosotros hoy mucho en que pensar.

13, 14. (a) ¿Por qué se hallaban Jesús y sus cuatro seguidores entonces en aquella vecindad? (b) ¿Qué dijo Jesús acerca del templo herodiano a quienes lo admiraban?

13 Solo faltaban tres días para la fiesta primaveral que conmemoraba el que la nación hubiera sido librada de seguir bajo la opresión de parte de la poderosa potencia mundial que era el Egipto de los faraones, en el año 1513 antes de nuestra era común. Centenares de miles de peregrinos fluían hacia Jerusalén, a una sección que desde entonces ha venido a ser sagrada también para los árabes y todo el dominio islámico o musulmán. El Profeta Jesús y aquellos cuatro discípulos pescadores se hallaban entre aquellos peregrinos. De modo que el martes, el undécimo día del mes lunar primaveral de Nisán, Jesús y sus discípulos visitaron el templo que el rey Herodes el Grande había edificado en el lugar donde ahora se encuentra la mezquita mahometana la Cúpula de la Roca. El templo era tan magnífico que algunos de los discípulos no pudieron menos que comentar en cuanto a las piedras preciosas que lo adornaban. Parecía que aquel templo herodiano estaba destinado a subsistir allí en su gloria por siglos para honra del Dios que se adoraba allí. Pero los hechos de la historia demuestran que Jesús fue un profeta verdadero cuando dijo a los que admiraban el templo:

14 “¿No contemplan todas estas cosas? En verdad les digo: De ningún modo se dejará aquí piedra sobre piedra que no sea derribada.”—Relato de Mateo, capítulo 24, versículos 1 al 3.

15. (a) ¿Qué profecía dada antes fue seguida de esta profecía como consecuencia lógica? (b) ¿Qué estaba incluido en las piedras de aquella profecía más temprana?

15 Tan solemne profecía seguiría como consecuencia lógica de la terrible profecía que había pronunciado precisamente dos días antes de esto. Al cabalgar en medio de una multitud jubilosa que venía descendiendo del monte de los Olivos hacia Jerusalén, se detuvo y lloró, diciéndole: “Si tú, aun tú, hubieras discernido en este día las cosas que tienen que ver con la paz..., pero ahora han sido escondidas de tus ojos. Porque vendrán días sobre ti en que tus enemigos edificarán en derredor de ti una fortificación de estacas puntiagudas y te rodearán y te afligirán de todos lados, y te arrojarán al suelo a ti y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, porque no discerniste el tiempo en que se te inspeccionaba.” (Luc. 19:41-44) La frase “en ti piedra sobre piedra” incluiría las piedras del templo. El general romano Tito, que fue usado para cumplir esta profecía horrenda, ni siquiera podría lograr que se preservara el sagrado templo herodiano. Las palabras proféticas de Jesús tenían que cumplirse.

16. ¿Debido a qué experiencia anterior de Jerusalén podrían razonar aquellos discípulos que su venidera destrucción significaba el fin de una era?

16 ¡Destrucción total para la ciudad santa de Jerusalén y su templo! ¿Qué podría significar eso para aquellos cuatro discípulos de Jesús a no ser el fin de una era para su nación? Esa sería la segunda vez que Jerusalén y su templo fueran destruidos por ejércitos paganos. Los discípulos se acordaban de la primera destrucción de Jerusalén y su templo por los ejércitos de Babilonia bajo el rey Nabucodonosor, en el año 607 a. de la E.C., y que esto había significado el fin de su nación como reino teocrático independiente bajo la gobernación de los descendientes reales del rey David el hijo de Jesé de Belén. Entonces Jerusalén había quedado desolada por setenta años, circunstancias bajo las cuales Jerusalén ciertamente comenzó a ser pisoteada por las naciones gentiles paganas. Aunque al fin de los setenta años un adorador resto de la nación regresó de su exilio en Babilonia y volvió a ocupar la tierra de Judá, no se restableció ningún reino en manos de un descendiente real de David. Solo un gobernador, Zorobabel, fue nombrado por la nueva potencia mundial de Persia para administrar la tierra de Judá. El reino davídico con el trono en Jerusalén siguió siendo pisoteado por los gentiles.

17. (a) ¿Por qué no fue el reino macabeo una interrupción del pisoteo del reino davídico? (b) ¿Qué quiso decir para muchas personas humildes de la tierra la procalmación: “El reino de los cielos se ha acercado”?

17 Es verdad que en el segundo siglo a. de la E.C. la nación sí consiguió cierta independencia de los gentiles y estableció un reino, pero éste estuvo en manos de los macabeos. Estos reyes macabeos eran de la tribu de Leví y eran sacerdotes; no eran de la tribu de Judá ni de la familia real de David. En el año 63 a. de la E.C. este reino levítico macabeo terminó, cuando los romanos bajo el general Pompeyo se hicieron cargo de la gobernación del país. De modo que ahora el ser liberados del dominio de la potencia mundial de Roma vino a ser el deseo de la gente oprimida de Judá. Cuando Juan el Bautista y después Jesús vinieron proclamando: “El reino de los cielos se ha acercado,” ésta fue nueva grata para muchas personas humildes de la tierra de Galilea y de Judea. (Mat. 3:1-4; 4:12-17) Para muchos del pueblo oprimido esto significaba liberación del yugo romano y la restauración del reino teocrático en manos de un heredero legítimo del rey David en Jerusalén.—Hech. 1:6.

LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES TENÍAN QUE CONTINUAR HASTA SU FIN

18, 19. (a) ¿Qué quiso decir Jesús con el mensaje: “El reino de los cielos se ha acercado,” y qué no quiso decir? (b) Por eso, ¿qué le dijo Jesús al pueblo acerca de la “casa” de ellos?

18 Sin embargo, Jesús no prometió liberación del yugo romano. Al contrario, predijo la ruina de la nación por la potencia mundial romana y que continuaría siendo pisoteada la dinastía de reyes davídicos de Jerusalén por las potencias mundiales gentiles. Habiendo nacido en la familia humana como miembro de la casa real de David, Jesús era el heredero legítimo del reino teocrático de David. Por eso, debido a que había sido ungido con espíritu de Dios y estaba presente entre el pueblo oprimido, se había acercado el “reino de los cielos,” el “reino de Dios.” (Luc. 17:20, 21) Jesús no quiso decir que el reino celestial de Dios para librar a toda la humanidad de las potencias mundiales opresoras se había acercado entonces. Más bien, los Tiempos de los Gentiles para pisotear los derechos del reino de Dios en manos de los descendientes del rey David tenían que seguir hasta su fin señalado. Jerusalén y su casa santa de adoración religiosa no serían eximidas. En consecuencia, Jesús le dijo al pueblo:

19 “¡Miren! Su casa se les deja abandonada a ustedes. Porque les digo: No me verán de ningún modo de aquí en adelante hasta que digan: ‘¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!’”—Mat. 23:37-39.

20. (a) ¿Cuándo se habían usado esas mismísimas palabras citadas del Salmo 118:26 en cuanto a Jesús? (b) ¿Cuándo y por quién volverían a usarse esas palabras?

20 Dos días antes, cuando la muchedumbre jubilosa acompañaba a Jesús en su entrada regia en Jerusalén, ésta dijo esas mismísimas palabras del profético Salmo 118:26, pero los caudillos religiosos de Jerusalén no se sentían como se sentía la gente ni creían que Jesús fuera el predicho “Bendito” que venía en el nombre de Jehová. (Mat. 21:1-9; Mar. 11:1-11; Luc. 19:28-40; Juan 12:12-19) Por lo tanto, ¡no sorprende el hecho de que Jesús no volvería a presentarse en la carne a ellos como el legítimo heredero ungido del reino de David en Jerusalén! Se iría y éstos no lo volverían a ver en la carne. No obstante, vendría el día en que él entraría en posesión del reino y se sentaría en el trono a la diestra de Jehová Dios. Entonces los que discernieran la evidencia que mostrara que él había entrado en su reino y estaba presente en el trono lo verían con los ojos de la fe. Discernirían que era el debido tiempo para decir: “¡Bendito es el que viene en el nombre de Jehová!” (Sal. 110:1-6; Hech. 2:34-36) Estarían dispuestos a llamarlo “bendito,” porque su entrada en posesión de su reino significaría para ellos el ser librados de sus enemigos.

21. Según el relato de Mateo, aquellas profecías de Jesús movieron a sus cuatro discípulos a hacer ¿qué pregunta?

21 Al oír sus palabras acerca de venir de nuevo en el nombre de Jehová, y al oír poco después su profecía acerca del derribo de las piedras del templo de Jerusalén, los cuatro discípulos pescadores de Jesús le preguntaron: “Dinos: ¿Cuándo serán estas cosas, y qué será la señal de tu presencia y de la conclusión del sistema de cosas?”—Mat. 23:38 a 24:3.

22, 23. ¿A qué se refirieron las palabras de los discípulos “estas cosas,” y cómo muestra que esto es correcto la respuesta de Jesús?

22 Las palabras de los discípulos, “estas cosas,” innegablemente incluyeron la predicha destrucción de Jerusalén, que en aquel entonces estaba a la vista de los discípulos sentados en el monte de los Olivos. En el curso de la profecía que entonces dio Jesús en respuesta a la pregunta de ellos, él definidamente habló de la destrucción venidera de aquella Jerusalén por las legiones romanas en el año 70 E.C., que entonces solo estaba treinta y siete años en el futuro. (Mat. 24:15-20) En su relato de la profecía de Jesús el Dr. Lucas habla detalladamente de la destrucción de Jerusalén (Luc. 21:20-24) y dice:

23 “Además, cuando vean a Jerusalén cercada de ejércitos acampados, entonces sepan que la desolación de ella se ha acercado. Entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas, y los que estén en medio de Jerusalén retírense, y los que estén en los lugares rurales no entren en ella; porque éstos son días para hacer justicia, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. ¡Ay de las mujeres que estén encintas y de las que den de mamar en aquellos días! Porque habrá gran necesidad sobre la tierra e ira sobre este pueblo; y caerán a filo de espada y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones.”

24, 25. (a) Antes de que esa profecía se cumpliera, ¿por qué estaban los cristianos judíos de Jerusalén y Judea equipados para obrar obedientemente? (b) ¿Cómo obraron, y qué significó esto para ellos?

24 Antes de que esta profecía se cumpliera en 70 E.C. y aun antes de que los judíos se sublevaran en el año 66 E.C. y ocasionaran la segunda destrucción de Jerusalén, los discípulos Lucas, Mateo y Marcos habían escrito sus relatos de la profecía de Jesús. De modo que los registros inspirados se encontraban allí de modo que cualesquier cristianos judíos de Jerusalén y Judea pudieran consultarlos y luego actuar en armonía con ellos después de haber tratado el general romano Cestio Galo de atender rápidamente la sublevación pero de súbito haber levantado el sitio y haberse retirado después de rodear a Jerusalén con sus ejércitos acampados en los recintos santos alrededor de la ciudad.a

25 Antes de que pudieran regresar los ejércitos romanos bajo el nuevo general, Tito, los cristianos judíos fieles huyeron de la Jerusalén condenada a la destrucción y de la provincia de Judea. En su mayor parte se refugiaron en la ribera oriental del río Jordán en la provincia de Perea. Su acción en obediencia significó liberación para ellos cuando más tarde los ejércitos romanos destruyeron a Jerusalén y luego arrasaron la provincia de Judea, destruyendo ciudades y matando a judíos por decenas de millares y llevándose al fin a 97.000 judíos sobrevivientes al cautiverio y a la esclavitud.

26. ¿Cuán severa fue la venganza de aquellos días, o el hacer justicia divina?

26 En 73 E.C., con la caída de la fortaleza de Masada que estaba aproximadamente a la mitad del lado oeste del mar Muerto los ejércitos romanos subyugaron la entera provincia de Judea y eliminaron de ella a todos los rebeldes. En el sitio de Jerusalén que duró cinco meses, del 14 de Nisán hasta el 6 de Elul (6 de septiembre, calendario gregoriano), cuando el general Tito tomó la ciudad, el historiador Flavio Josefo calcula que murieron 1.100.000 judíos. Si los días más tempranos de la primera destrucción de Jerusalén por los babilonios en 607 a. de la E.C. fueron días de venganza divina, los días de esta segunda destrucción de Jerusalén así mismo fueron días de venganza divina, “días para hacer justicia” desde el cielo, tal como Jesús había predicho tres días antes de haber sido asesinado fuera de los muros de la Jerusalén culpable de derramamiento homicida de sangre.

27. ¿Qué pregunta surge ahora en cuanto al alcance de la aplicación de la profecía de Jesús?

27 Ciertamente, con estos acontecimientos llegó a una conclusión el sistema judío de cosas de entonces con su patria y ciudad capital y templo de adoración. (1 Cor. 10:11; Heb. 9:26-28) Pero ¿era la desolación de Jerusalén y Judea el punto más lejano en la historia al cual se extendía y tenía aplicación la profecía de Jesús según se registra en Mateo 24:3 a 25:46; Marcos 13:3-37 y Lucas 21:7-36?

28. ¿Había venido liberación por el reino de Dios al cumplirse la profecía de Jesús en Jerusalén y Judea literales?

28 Bueno, cuando Jerusalén y su templo fueron destruidos en 70 E.C. y toda Judea fue sojuzgada para el año 73 E.C., ¿tuvieron los cristianos judíos sobrevivientes razón para creer que había venido el reino de Dios? ¡No! ¿Vieron por fe a Jesús en su reino mesiánico y dijeron: “Bendito es el que viene en el nombre de Jehová”? ¡No! ¿Había venido la “liberación” prometida, más en particular liberación de estar bajo la potencia mundial romana, la desoladora de Jerusalén y Judea? ¡No! Pues en ese tiempo los cristianos todavía se hallaban en gran parte dentro del territorio del Imperio Romano, aunque había cristianos fuera del imperio en Partos, India, Escitia, Etiopía y otros lugares. Pues, por más de dos siglos después de los desastres judíos de 70-73 E.C., los cristianos sufrieron terribles persecuciones a manos del Imperio Romano, sí, aun después de los días del emperador Constantino.

29. (a) ¿Cuándo había comenzado a ser pisoteada Jerusalén por las naciones gentiles? (b) Entonces, tocante a esto, ¿qué profetizó Jesús que muestra que su profecía se extendía más allá de 70 E.C.?

29 El Imperio Romano era la cuarta potencia mundial gentil que había pisoteado el reino de Jerusalén en manos del heredero real del rey David; la primera fue Babilonia; la segunda, Medopersia; la tercera, Grecia (Macedonia); y la cuarta, la Roma imperial. Tan completa fue la desolación de la provincia romana de Judea que el emperador romano Vespasiano vendió terrenos de allí como bienes raíces a compradores gentiles. Por consiguiente, las palabras de Jesús dichas en el monte de los Olivos en 33 E.C., tenían que extenderse mucho más allá de la destrucción de Jerusalén y su templo en 70 E.C., porque, cuando habló de su sitio y caída, Jesús predijo: “Y Jerusalén será pisoteada por las naciones [gentiles], hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones [gentiles].” (Luc. 21:24) Aun después que el Imperio Romano perdió el control del Oriente Medio, la tierra donde el rey David y sus sucesores reales antes reinaban continuó bajo el dominio de las potencias políticas gentiles. No podía entrar en el poder el reino mesiánico en manos de un heredero legítimo del rey David hasta que terminaran aquellos “tiempos señalados de las naciones [gentiles]” al propio tiempo de Dios que él ya tenía fijado.

“TRIBULACIÓN GRANDE”

30, 31. ¿Qué indica la manera en que Jesús describió la “tribulación grande” inmediatamente después de hablar del sitio y caída de Jerusalén?

30 El sitio y destrucción de Jerusalén y la subyugación de toda Judea por las legiones romanas realmente fue un tiempo de “tribulación grande” para el pueblo judío. Pero ciertamente esto no alcanzó las proporciones de la tribulación que Jesús predijo más adelante en su profecía de la “señal” de su presencia y de la “conclusión del sistema de cosas.” Aunque su predicción de la “tribulación grande” vino inmediatamente después de su descripción del sitio de la antigua Jerusalén, no obstante el lenguaje que usó parece hacer que aplique a algo mucho mayor que la destrucción de Jerusalén, a algo parecido a ello pero más en el futuro. En el relato de Mateo de la profecía de Jesús su lenguaje dice: “Porque habrá entonces tribulación grande como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder. De hecho, a menos que se acortaran aquellos días, ninguna carne se salvaría; mas por causa de los escogidos serán acortados aquellos días.”—Mat. 24:21, 22.

31 El relato de Juan Marcos del lenguaje profético de Jesús dice: “Porque aquellos días serán días de una tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio de la creación que Dios creó hasta aquel tiempo, y no volverá a suceder. De hecho, a menos que Jehová hubiese acortado los días, ninguna carne se salvaría. Mas por causa de los escogidos que él ha escogido él ha acortado los días.”—Mar. 13:19, 20.

32. A causa del lenguaje que se usó en conexión con la “tribulación grande,” ¿qué preguntas hacemos apropiadamente acerca de tribulaciones?

32 Más tarde en su profecía Jesús habló de Noé y del diluvio del día de Noé, y por eso preguntamos: ¿Fue la destrucción de Jerusalén en 70 E.C. una tribulación mayor que la del Diluvio de 1.656 años después de la creación del hombre? ¿Fue la destrucción de Jerusalén por los ejércitos romanos la peor tribulación que ocurrió hasta entonces desde el principio de la creación de la humanidad por Dios, sin siquiera excluir el diluvio del día de Noé? En los 1.898 años desde la destrucción de Jerusalén ¿no ha ocurrido ningún desastre que la iguale ni la sobrepase? ¿No ha vuelto a suceder ninguna “tribulación grande” desde 70-73 E.C. que se compare al desastre judío de aquellos años o que lo exceda por mucho? ¿Qué hay de la destrucción de vida humana y ciudades en la I Guerra Mundial de 1914-1918 y en la II Guerra Mundial de 1939-1945? La desolación de Jerusalén y Judea en el primer siglo solo fue asunto en escala pequeña en comparación con aquellos conflictos globales. Bueno, pues, ¿se equivocó Jesús al calcular las proporciones desastrosas del desastre judío de 70-73 E.C.? Eso no podría ser cierto de Jesús. Por eso, ¿cómo hemos de entender su lenguaje?

33, 34. ¿Qué partes adicionales de la profecía impedirían que Jesús usara lenguaje extravagante tocante a la devastación de Jerusalén y Judea?

33 Jesús no estaba exagerando aquí el alcance de la devastación de Jerusalén y Judea. El sabía de antemano y predijo que los Tiempos de los Gentiles para pisotear los derechos del reino davídico continuarían después de la destrucción de Jerusalén. El comparó los días de su vuelta y presencia con los días de Noé en los cuales el diluvio global destruyó a toda la humanidad salvo a la familia de Noé que estaba dentro del arca, sugiriendo así algo mucho peor que la destrucción de Jerusalén. Habló de “todas las tribus de la tierra,” no simplemente de las doce tribus de Israel, que se golpearían en lamento por lo que ven venir. (Mat. 24:30) Todo esto en aquella misma profecía sobre la “señal” de su presencia y la “conclusión del sistema de cosas.”

34 Además, en la Revelación que dio a su apóstol Juan veintiséis años después de la destrucción de Jerusalén Jesús habló de los “reyes de toda la tierra habitada” y los describió reunidos a la “guerra del gran día de Dios el Todopoderoso” en el Armagedón, y después de eso describió la enorme matanza que se efectuará en esa guerra del Armagedón. (Rev. 16:13-16; 19:11-21) Esto impediría que Jesús usara lenguaje extravagante.

35. Evidentemente, entonces, Jesús estaba hablando de Jerusalén ¿desde qué puntos de vista?

35 Por lo tanto es evidente que aquí Jesús estaba usando la destrucción de Jerusalén como una ilustración profética, hablando de ella no solo de manera literal sino también de manera típica, como típica de algo mucho mayor. De modo que tuvo presente una Jerusalén infiel mayor condenada a la destrucción, y de hecho estuvo profetizando acerca de la destrucción de la Jerusalén infiel mayor y del desastre mundial del cual ella será la parte inicial. Estaba profetizando acerca del antitipo de Jerusalén y Judea, a saber, la cristiandad, cuyos miembros, según las estadísticas actuales, ascienden a cerca de mil millones por todo el mundo.

36. ¿Por qué puede decirse que la cristiandad es el antitipo de las infieles Jerusalén y Judea?

36 La cristiandad afirma ser el Israel espiritual que está en el nuevo pacto con Dios por mediación de Jesucristo. Afirma ser la Sion o Jerusalén espiritual, a quien pertenecen o aplican las promesas de Dios. Al papa de la cristiandad en la Ciudad del Vaticano se le reverencia por considerársele el vicegerente o vicario del Jesucristo celestial que es “el león de la tribu de Judá.” (Apo. 5:5, TA) El que llegaría a existir la cristiandad se indicó en la parábola de Jesús del trigo y la mala hierba, y en esa misma parábola él predijo la destrucción de la cristiandad y sus cristianos semejantes a mala hierba, el antitipo de las infieles Jerusalén y Judea.—Mat. 13:24-30, 36-43.

ANGUSTIA MUNDIAL DESDE EL FIN DE LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES

37. ¿Cómo podemos ver que la profecía de Jesús se extiende hasta ahora en relación con la cristiandad y aun más allá de este año presente?

37 Considerándose las palabras proféticas de Jesús en Mateo 24:21, 22 y Marcos 13:19, 20 desde este punto de vista, podemos ver que su profecía aplica aquí en estos últimos días del antitipo de las infieles Jerusalén y Judea, la cristiandad. La profecía de Jesús acerca de las cosas que habrían de acontecer ciertamente se extendió hasta el año 1914 E.C. y más allá de 1914, aun más allá de este año actual. ¿Cómo? Por el hecho de que Jesús dijo: “Y Jerusalén será pisoteada por las naciones, hasta que se cumplan los tiempos señalados de las naciones,” y luego agregó más. (Luc. 21:24) No nos es preciso repetir aquí la prueba de que los Tiempos de los Gentiles, “los tiempos señalados de las naciones,” terminaron alrededor del 1 de octubre de 1914. ¡La historia lo demuestra!

38, 39. (a) ¿Desde qué año se han cumplido particularmente en la cristiandad las palabras anteriores de la profecía de Jesús? (b) ¿Qué indicó para la cristiandad aquel “principio de dolores de aflicción”?

38 Desde ese año señalado de 1914 se han cumplido en la cristiandad junto con el resto del mundo de la humanidad las palabras que Jesús pronunció cerca del principio de su profecía, a saber: “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá grandes terremotos, y en un lugar tras otro pestes y escaseces de alimento; y habrá escenas espantosas y del cielo grandes señales.”—Luc. 21:10, 11.

39 El relato paralelo de Mateo dice: “Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino, y habrá escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro. Todas estas cosas son principio de dolores de aflicción.” (Mat. 24:7, 8) Cuando nación se levantó contra nación y reino contra reino en 1914-1918, veinticuatro de las veintiocho naciones envueltas eran naciones de la cristiandad, el antitipo de las infieles Jerusalén y Judea. Inevitablemente, entonces, para la cristiandad en especial, la primera guerra mundial y las notables escaseces de alimento, pestes y terremotos significaron un “principio de dolores de aflicción.” Aquellos “dolores de aflicción,” tan serios como los de una mujer que está de parto, no significaron que la cristiandad estaba a punto de dar a luz un nuevo orden cristiano, un mundo convertido al cristianismo, sino que quisieron decir que ella se acercaba a su muerte dolorosa. Pero, ¡los cristianos verdaderos se acercaban a la liberación!

[Nota]

a Sobre el primer ataque a Jerusalén en 66 E.C. por Cestio Galo, el relato más completo se halla en Wars of the Jews, de Josefo, en el Libro II, capítulo XIX de la “Standard Edition” de William Whiston. En la sección 1 dice que Cestio Galo se acercó hasta estar “a cincuenta estadios” de Jerusalén al tiempo de la celebración de la fiesta de los tabernáculos (15-21 de Etanim [o Tisri]) que en aquel año debe haber sido aproximadamente del 22 al 28 de octubre (calendario gregoriano). Los judíos atacaron y causaron algún daño a los romanos; entonces, después de mencionar una espera de “tres días,” Josefo dice que Cestio Galo trajo su ejército a Jerusalén y que el día treinta de Tisri (como el 7 de noviembre) metió su ejército en la ciudad. (sec. 4) En la sección 5 dice que los romanos arremetieron contra el muro del templo por cinco días y al sexto día socavaron el muro. Luego, sin motivo alguno, se retiró de la ciudad y fue perseguido por los judíos. (secs. 6, 7) Según The Interpreter’s Dictionary of the Bible, tomo 2, pág. 866, Vespasiano llegó a Palestina a principios de 67 E.C. y primero se esmeró por controlar al resto del país. Llegó a ser emperador en 69 E.C. y dejó al cargo de su hijo Tito el ataque a Jerusalén.

[Ilustración de la página 105]

Los cristianos de Jerusalén huyeron a lugar seguro antes de que fuera destruida en 70 E.C.

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