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  • Manteniendo la integridad ante persecución brutal

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  • Manteniendo la integridad ante persecución brutal
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1963
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  • LO QUE QUIERE SATANÁS
  • ACTITUD BAJO PERSECUCIÓN
  • RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL
  • QUÉ HACER CUANDO ESTE SIENDO PERSEGUIDO
  • PREPÁRESE ANTES QUE VENGA LA PERSECUCIÓN
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1963
w63 1/10 págs. 597-600

Manteniendo la integridad ante persecución brutal

CADA año crece la evidencia que manifiesta que las instituciones de este mundo están desmoronándose. Aumenta el crimen en proporciones vertiginosas, las insurrecciones políticas son la orden del día, crecen los problemas matrimoniales, disminuye la autoridad paternal sobre los jóvenes, y se perfeccionan armas diabólicas que podrían aniquilar al género humano.

Todo esto cumple con precisión la profecía bíblica. Muestra que sin duda vivimos en los años finales de este sistema de cosas. Acerca de nuestro tiempo Revelación 12:12 dice: “Ay de la tierra y del mar, porque el Diablo ha descendido a ustedes, teniendo gran cólera, sabiendo que tiene un corto período de tiempo.” Debido a que su tiempo está a punto de caducar, este adversario de Dios “anda en derredor como león rugiente, procurando devorar a alguien.”—1 Ped. 5:8.

En este tiempo del fin la furia de Satanás se dirige especialmente hacia aquellos que se niegan a someterse al control de él, los adoradores del Soberano Universal, Jehová Dios. Debido a que rehúsan cooperar con Satanás y su organización visible en su oposición a Dios, Satanás trae presión sobre ellos para obligarles a transigir en cuanto a su fe.

Por lo tanto, uno que ha puesto su suerte en las manos de Jehová Dios y de su Hijo, Jesucristo, será blanco de persecución inspirada por fuerzas demoníacas. Jesús informó a los cristianos que el seguir en sus pisadas significaría pruebas en la carne. Dijo: “En el mundo tendrán tribulación.” (Juan 16:33) Su apóstol Pablo también declaró: “De hecho, todos los que desean vivir con devoción piadosa en asociación con Cristo Jesús también serán perseguidos.”—2 Tim. 3:12.

El que esta persecución es injusta puede verse del significado del vocablo. Persecución significa principalmente la imposición de daño como castigo por la adherencia a alguna opinión o proceder que no puedan considerarse propiamente como criminales, como por ejemplo una manera de adorar. El apóstol Pedro mostró que los cristianos ‘sufrirían por hacer el bien,’ y no por iniquidad alguna de su parte.—1 Ped. 3:17.

No toda la persecución es de la misma índole. Algunos son perseguidos porque su familia o sus amigos se vuelven en contra de ellos. Otros son arrojados en la cárcel. Algunos han sido sometidos a severas presiones mentales como por ejemplo el “lavado de cerebros.” Muchos hay que son sometidos a brutal persecución física, en la que se dirigen contra ellos golpes de puños o armas y puede que sean privados de alimento, agua y facilidades sanitarias. Algunos son ejecutados a causa de su fe. Tal persecución brutal ha sucedido durante nuestra vida en Rusia, Alemania, los Estados Unidos de la América del Norte y otras partes del mundo.

POR QUÉ LO PERMITE DIOS

Es vital que los que sirven a Dios aprecien cabalmente por qué el todopoderoso Jehová permite que la persecución venga sobre aquellos a quienes él ama. No cabe duda alguna de que él podría impedir esto. Pero no escoge hacerlo, por motivos importantísimos.

En estos días Dios está llamando aparte a un pueblo para su nombre. El junta a éstos en un solo rebaño con el propósito de edificar su fe para que puedan adorarle correctamente. También, Dios está educando a su pueblo para vida en su nuevo mundo. Él no quiere a ninguno que sea desleal a él en ese nuevo mundo. De modo que él determinará ahora, antes del fin de este viejo mundo, quiénes mantendrán su integridad a él y serán dignos de vivir en su nuevo mundo. Dios no quiere que ninguno que no esté en armonía con él perturbe la maravillosa paz que él establecerá en ese paraíso restaurado. Por lo tanto, aunque Dios no causa la persecución, él permite que venga sobre los que afirman amarlo para probar la lealtad de ellos. Los que no tienen amor verdadero hacia Dios serán sacudidos fuera de su organización.—Mat. 25:31-33; 2 Cor. 13:5.

Sin embargo, la más grande razón por la cual se permite la persecución esta relacionada con el punto en disputa de la soberanía universal levantado por Satanás. La integridad del hombre cuando estuviera bajo prueba ha sido puesta en tela de juicio por Satanás. El desafió a Dios, sosteniendo que ningún humano permanecería fiel si se le permitiera a él, Satanás, poner a prueba al hombre. De modo que Dios permite que esta prueba venga. Cada persona que mantiene la integridad bajo prueba suministra prueba de que el Diablo es mentiroso y manifiesta que ella apoya el lado de Dios en este punto en disputa y que apoya el derecho de Dios de gobernar nuestro universo.—Job, capítulos 1 y 2.

La persecución no solo probará al pueblo de Dios en cuanto a su integridad, sino que también lo fortalecerá, porque cada prueba que se aguanta con fidelidad trae al cristiano una victoria que fortalece su resolución y habilidad para resistir pruebas adicionales. Así como dijo el apóstol cristiano Pedro: “Pónganse en contra de [el Diablo], sólidos en la fe, sabiendo que las mismas cosas en cuanto a sufrimientos van realizándose en toda la asociación de sus hermanos en el mundo. Pero, después que ustedes hayan sufrido por un poco de tiempo, el Dios de toda bondad inmerecida . . . terminará él mismo el entrenamiento de ustedes, él los hará firmes, él los hará fuertes.”—1 Ped. 5:9, 10.

LO QUE QUIERE SATANÁS

Satanás quiere que el cristiano transija en cuanto a su fe en Dios, de ese modo apoyando el lado de Satanás en el desafío. Cuando probó a Jesús dijo: “Todas estas cosas te las daré si caes y me rindes un acto de adoración.” (Mat. 4:9) Satanás sabía que un acto de adoración por Jesús sería transigir en cuanto a la fe y apoyaría su desafío de que el hombre no permanecería fiel bajo prueba.

El cristiano no debería engañarse y creer que lo más importante es ser librado de la persecución para que pueda continuar predicando las buenas nuevas del Reino, y por lo tanto transigir para efectuar su liberación. Cualquier transigencia constituye una hendedura en la integridad del cristiano que podría dar comienzo a su ruina. Cuando esa transigencia consta de “un acto de adoración” a Satanás o a cualquier parte de su organización, la persona que de ese modo haya quebrantado su integridad a Dios ya no puede representar los intereses del Reino de Jehová en la Tierra.—Éxo. 20:5; Mat. 4:10.

Algunos señalan al hecho de que Pedro negó a Cristo y preguntan cómo se le pudo perdonar tan rápidamente esta negligencia culpable. Deberíamos tener presente que, aunque negó que conociera a Cristo, Pedro no participó en ningún acto de idolatría. Él no se inclinó ante una imagen, fuese en la forma de un ídolo mudo o en cualquier otra forma. El no negó a Dios, sino que fue temporalmente vencido por la debilidad humana, de la cual se recobró rápidamente. La situación hubiera sido diferente si Pedro hubiese participado en un acto de idolatría.—Mat. 26:69-75; Juan 21:15-17.

ACTITUD BAJO PERSECUCIÓN

La persecución nunca es agradable, pero el cristiano puede soportarla y ser fortalecido por ella si mantiene la actitud correcta. Pedro dijo: “Aun si sufrieran por causa de la justicia, son felices,” y, “Pero si sufre como cristiano, no se avergüence, sino siga glorificando a Dios.”—1 Ped. 3:14; 4:16.

¿Por qué debería estar feliz el cristiano cuando estuviera bajo persecución? Porque sabe que está haciendo lo correcto, que está manteniendo la integridad, que está complaciendo a Dios y apoyando Su lado en el punto en disputa. ¡Cómo han de regocijarse Dios y sus fuerzas angelicales fieles cuando ven a humanos imperfectos permanecer firmes y mantener la integridad bajo persecución brutal!

Esta actitud mental correcta ayudó grandemente a los cristianos primitivos en sus pruebas. En una ocasión los apóstoles fueron flagelados y se les ordenó que dejaran de hablar sobre la base del nombre de Jesús. ¿Cuál fue la actitud de ellos? Hechos 5:41 nos dice: “Estos, por lo tanto, se fueron de delante del Sanedrín, regocijándose porque se les había considerado dignos de sufrir deshonra a favor de su nombre.”

En otra ocasión Pablo y Silas fueron arrojados en la cárcel, en la prisión interior, y sus pies fueron puestos en cepos. ¿Cuál fue la actitud de ellos? “Como a la mitad de la noche, Pablo y Silas estaban orando y alabando a Dios con canción; sí, los presos los oían.” (Hech. 16:25) Con la actitud mental correcta, apreciando por qué se les perseguía, ¡pudieron cantar alabanzas a Jehová!

RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL

El proceder de un cristiano puede influir en otros. Si transige en cuanto a su fe, puede afectar adversamente a otros. Al transigente no le pasaría por la mente obtener un arma de fuego y disparar contra sus hermanos cristianos. Pero el resultado es peor cuando por medio de su proceder de transigencia él hace que otro quebrante su integridad, resultando en que éste pierda oportunidades de vida eterna en el nuevo mundo de Dios.

Un proceder de transigencia quizás signifique el aligeramiento de dificultades momentáneamente, pero ¿en realidad gana algo que valga la pena? No, porque aunque uno tal vez obtenga alivio temporal, quizás sacrifique la vida eterna en el paraíso restaurado de Dios. También, la persona que transige no adquiere paz, porque ahora su conciencia se atormentará, especialmente si ha hecho que otro haya tropezado. Aun más importante, al escoger la amistad con el mundo, el transigente se atrae la enemistad de Dios.—Sant. 4:4.

Uno debería acudir a los que permanecen firmes entre el pueblo de Jehová, como por ejemplo a superintendentes leales de la organización visible de Dios. Pero aun si capitulara algún superintendente, eso no debería disuadir al cristiano de mantener su integridad. Debería permanecer, no porque lo hace algún otro, sino a causa de su amor intenso para con Dios y hacia lo correcto, tal como los levitas mantuvieron la integridad cuando los otros israelitas hicieron el becerro de oro, y tal como los once apóstoles de Jesús permanecieron en el servicio de Dios después de transigir Judas.—Heb. 13:7; Éxo. 32:26; Hech. 1:13-17.

En el caso de los superintendentes, descansa en ellos una responsabilidad más pesada. Puesto que su proceder puede afectar a muchos otros, su culpabilidad de sangre será mayor si se debilitan y caen. Sin embargo, si permanecen fieles bajo la prueba, entonces para sus hermanos cristianos darán pruebas de ser como “un escondite contra el viento y un lugar de encubrimiento contra el aguacero, como corrientes de agua en campiña sin agua.”—Isa. 32:2.

QUÉ HACER CUANDO ESTE SIENDO PERSEGUIDO

Cuando viene la persecución, especialmente persecución física brutal, ¿qué debería hacer el cristiano? En primer lugar debería recordar por qué viene tal persecución. Luego debería guardarse de hacerse demasiado confiado en su propia fuerza o en la fuerza de otras personas. Donde la persecución física está implicada, la fuerza física de uno mismo puede agotarse rápidamente.

La defensa más fuerte del cristiano es su amor a Dios y su confianza completa en El. Aun después que sus propios recursos físicos se hayan agotado, sus recursos mentales no se agotarán si confía en Jehová. Dios le dará fuerzas más allá de su propia capacidad en tiempos de prueba. El Salmo 46:1, 2 promete: “Para nosotros Dios es refugio y fuerza, una ayuda que habrá de hallarse prontamente durante angustias. Por eso no temeremos.”

Medite continuamente en Dios y en sus propósitos. Reflexione en su Palabra en su mente, aunque toda Biblia y literatura bíblica le fueren quitadas. Mantenga la visión del nuevo mundo de Dios siempre delante de sus ojos. Lo más importante de todo: ‘Ore incesantemente.’ (1 Tes. 5:17) Esta comunicación con Dios es indispensable, de otra suerte uno pudiera pensar en la incomodidad del momento y ceder a las inclinaciones de la carne. Si su corazón es correcto, Jehová le ayudará a resistir esta persecución, porque “Dios es fiel, y no dejará que sean tentados más allá de lo que pueden soportar, sino que junto con la tentación él también dispondrá la salida para que puedan aguantarla.”—1 Cor. 10:13.

PREPÁRESE ANTES QUE VENGA LA PERSECUCIÓN

Es preciso prepararse con anticipación para la persecución. Es bueno pensar ahora acerca del porqué se permite la persecución y cuál debería ser nuestro curso de acción, para que cuando viniere estemos preparados mentalmente para ella.

Es preciso que edifiquemos nuestra fe, valor e integridad día por día. Aguantaremos en proporción con nuestra fe. La fe estará en proporción con nuestro amor a Dios, el cual, a su vez, crece con el conocimiento. Se necesita convicción fuerte basada en la lectura de la Biblia, estudio, y asociación con otros cristianos. Además, tenemos que vivir la verdad. Tiene que llegar a ser parte de nuestra vida. De esta manera estaremos colocados en el camino de pruebas menores día por día. A medida que las venzamos estaremos fortalecidos para aguantar las más severas que pudieran venir más tarde. Sin embargo, si nos retraemos de hacer la voluntad de Dios en nuestra vida diaria ahora, entonces no estaremos preparados para soportar las pruebas más difíciles más tarde.

Aprenda todo cuanto pueda acerca de Dios y sus propósitos ahora. Deje que ese conocimiento penetre en su corazón y motive todo su curso de vida. Recuerde, la persona que mejor conozca a Dios será la que más confiará en él en tiempos de prueba.

Hemos llegado al tiempo de la mayor crisis de la historia del mundo, tiempo de sacudimiento y de pruebas para el pueblo de Dios. Pronto, Satanás el Diablo hará su ataque total final contra los adoradores de Jehová. Con seguridad y confianza completas en Dios, los cristianos harán frente a esta persecución brutal y saldrán victoriosos. Mantendrán la integridad, para honra y gloria de Dios y para su propia salvación. “Espera en Jehová y guarda su camino, y él te ensalzará para que tomes posesión de la tierra. Cuando los inicuos sean arrasados, tú lo verás.” (Sal. 37:34) ¡Qué gran aliento es esto para quienes mantengan la integridad ante la persecución brutal!

Jehová llegará a ser altura segura para cualquier oprimido, altura segura en tiempo de angustia. Y los que conocen tu nombre confiarán en ti, porque ciertamente no dejarás a los que te buscan, oh Jehová.—Sal. 9:9, 10.

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