Lo correcto que es expulsarlos
1. ¿Es correcto echar a algunos fuera de la congregación, y qué dice Tito 3:10, 11?
¿ES CORRECTO expulsar a algunos de la congregación? Sí, porque como vimos en el artículo anterior, Dios expulsó de su congregación a los que se opusieron a él y que estaban corruptos. Los rechazó. Se deshizo de ellos, y él nos aconseja que hagamos igual con tales personas. En Tito 3:10, 11 (NM) leemos: “En cuanto al hombre que promueve una secta, recházalo después de la primera y la segunda amonestación, sabiendo que ese hombre ha sido desviado del camino y está pecando, siendo condenado por sí mismo.” De modo que hay autoridad en las Escrituras griegas para que cualquier persona que comienza sectas o divisiones sea rechazada después de habérsele hablado la primera y segunda vez y cuando a pesar de eso no cambia su manera de proceder.
2. (a) ¿Qué autoridad se nos da para hacerlo en Romanos 16:17, 18? (b) De acuerdo con Apocalipsis 3:16, ¿debido a qué desecha a alguien Jesús?
2 También tenemos otra autoridad, en Romanos 16:17, 18 (NM): “Ahora los exhorto, hermanos, que vigilen a los que crean divisiones y motivos para hacer tropezar contrario a la enseñanza que ustedes han aprendido, y evítenlos. Porque hombres de esa clase son esclavos, no de nuestro Señor Cristo, sino de su propio vientre, y con palabras melosas y habla lisonjera seducen el corazón de los cándidos.” Aquí tenemos una declaración clara de la Palabra de Dios manifestando que debemos librarnos de esas personas que ocasionan ofensa y divisiones dentro de Su congregación. Tenemos la autoridad, tenemos el derecho, y es correcto librarnos de ellas. No hay lugar para ellas en la congregación de Dios. Cristo Jesús hasta desecha a algunos por motivos que nosotros probablemente pudiéramos considerar como razones más débiles que todas las descritas antes. Simplemente porque una persona es tibia, y no es ni caliente ni fría, Cristo Jesús la vomita. También declara, en Apocalipsis 3:16 (NM): “Así, por cuanto eres tibio y no caliente ni frío, voy a vomitarte de mi boca.” Pues, eso es echarlo de la congregación. Cristo Jesús no va a tener ninguna persona tibia permanentemente en su organización. Usted está de parte de él o en contra de él. Usted vendrá a la congregación del Señor Dios y será su ministro o con el tiempo saldrá a la organización del Diablo. Usted no puede andar temeroso de declararse. No puede ser tibio. No puede ser pasivo. Tiene que estar positivamente de parte del Señor Dios.
3. ¿Cómo expulsó Dios a Jerusalén y al Israel natural?
3 Dios ha usado la expulsión, también. Hemos visto tal cosa en los ejemplos dados antes, pero recordamos que en Mateo 23:38 (NM) Jesús, hablándole a Jerusalén, dijo: “¡Miren! su casa se les deja a ustedes.” Él había tratado con los judíos por un largo período de tiempo, y ahora el tiempo había llegado para abandonarlos, a ellos y su casa o templo. ¿Por qué? Porque los había criado y cuidado como una gallina a sus polluelos, pero ellos no prestaron ninguna atención a su Padre en los cielos, y ahora el tiempo había llegado para que Dios abandonara todo ese arreglo ya que sólo habían proporcionado un resto fiel y él se vió obligado a sacar de las naciones gentiles un pueblo para su nombre.
4. Para tener compañerismo con Dios, ¿cómo tiene que obrar su pueblo para con el mundo y para con aquellos de entre ellos que se vuelven a las tinieblas?
4 En 2 Corintios 6:14-18 (NM) el apóstol Pablo dijo: “¿Qué compañerismo tiene la luz con las tinieblas? . . . Y ¿qué acuerdo tiene el templo de Dios con los ídolos? Porque nosotros somos el templo del Dios viviente; así como dijo Dios: ‘Yo habitaré entre ellos y andaré entre ellos, y seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.’ ‘“Por tanto salgan de entre ellos, y sepárense,” dice Jehová, “y ya no toquen la cosa inmunda,”’ ‘“y yo los recibiré.”’ ‘“Y yo seré un padre a ustedes, y ustedes serán mis hijos e hijas,” dice Jehová el Todopoderoso.’” Sí, Jehová privará del compañerismo cristiano a los que se hagan licenciosos y vuelvan a las tinieblas y erijan ídolos. Él expulsará esas personas de su organización. Si usted desea ser de la organización del Señor, manténgase separado del mundo del Diablo. Si usted no quiere ser de ella, entonces sálgase de ella. Los que son impuros, inmorales, no son aptos espiritualmente para la organización de Dios. Si tales transigentes o apóstatas tibios no se salen voluntariamente de su organización, entonces, bajo su dirección, la organización misma los expulsará.
PROCEDIMIENTO
5. ¿Cuál es el procedimiento correcto para expulsar a alguien y cómo lo ilustró Pablo?
5 Hay un procedimiento correcto que debe seguirse en este respecto. Tiene que ser un acto oficial. Alguien con autoridad tiene que hacer la decisión, y luego la persona es echada fuera. En 1 Timoteo 1:19, 20 (NM) se encuentra un ejemplo de la autoridad usada por Pablo, porque él dijo: “Reteniendo la fe y una buena conciencia, la cual algunos han echado a un lado, y han experimentado naufragio respecto a su fe. Himeneo y Alejandro pertenecen a éstos, y los he entregado a Satanás para que sean enseñados mediante la disciplina a no blasfemar.” Fueron expulsados de la congregación por un siervo autorizado. Pablo hizo lo mismo en el caso registrado en 1 Corintios 5:1-13, cuando se deshizo del cristiano profeso que tuvo relación sexual con la esposa de su padre. Pablo obró en esa ocasión porque los que estaban encargados de la congregación no lo habían hecho. Él tenía la autoridad. Un siervo de Jehová actuó. Hoy día tenemos congregaciones o compañías de testigos de Jehová y tenemos siervos en nuestras compañías. Estos siervos deben desempeñar la responsabilidad que acompaña al puesto de siervo de mantener la congregación limpia, y tienen que tomar la acción pertinente. Han de ser buenos pastores y pastorear la manada.
6. Por eso ¿qué debe presentarse contra el interesado, y antes de que pueda aceptarse, qué tiene que hacerse?
6 De modo que primero debe hacerse una acusación, por alguien de la congregación o por algún hermano maduro interesado, acerca de la persona que ha hecho mal. Pero únicamente porque se le haya imputado algo, no quiere decir que podemos expulsarlo. Las Escrituras manifiestan que deben presentarse testigos. Ningún cargo puede aceptarse a menos que haya dos o tres testigos que confirmen el hecho. Eso quiere decir hacer una investigación. El siervo de compañía, el siervo auxiliar de compañía, el siervo de estudios bíblicos, y quizás algunos otros hermanos maduros de la compañía deben reunirse para tener una audiencia, y los que estén acusados y los testigos deben estar presentes y el asunto debe ser discutido. No pueden llegar a la conclusión de que esta persona debería de ser expulsada de la congregación basándose en mero rumor o chisme. Debe haber dos o tres testigos oculares que sepan que tal y tal cosa aconteció o fué dicha. No puede hacerse una decisión basada en conjetura. Es posible que por un sentimiento o sensación que tengamos creamos que la persona no es buena, pero quizás no podamos probarlo. Mientras no podamos probarlo de la boca de dos o tres testigos, esa persona no puede ser rechazada correctamente. De otra manera es posible que ustedes le hagan un gran daño a esa persona.
7. ¿Cómo, pues, se hace una decisión, qué se hace con ella, y cuál es el deber de la compañía en cuanto a ella?
7 Por tanto, cuando tenemos nuestros testigos, efectuamos nuestra reunión con estas personas que son desordenadas o andan por malos caminos o no viven de acuerdo con la ley de Dios. Les proporcionamos una audiencia imparcial, discutimos el asunto, tratamos de ayudarlos. Pero debe existir prueba de inmundicia, moral o espiritual, antes de que algo se haga respecto a ellos en lo que toca a expulsarlos de la congregación. Seguramente los siervos tienen que ser hermanos maduros y anuentes a aceptar la plena responsabilidad al hacer su decisión. Luego su decisión es presentada a la compañía. No para que la compañía vote. No, pues el siervo de compañía, el siervo auxiliar de compañía y el siervo de estudios bíblicos tienen que aceptar toda la responsabilidad por el curso de acción que ha de adoptarse. Si están completamente convencidos en la mente de que ese individuo está obrando mal y debe ser expulsado de la compañía y la persona no ha dado ningún paso para arrepentirse, entonces ellos le dicen a la compañía, en forma de una resolución, lo que han acordado. Ellos no le piden a la compañía que dé su voto para esa resolución diciendo, “Aprobamos su decisión.” No, los siervos de la compañía tienen la responsabilidad de pastorear la manada y de mantener la congregación limpia. Por eso los siervos le dicen a la compañía la decisión a que se ha llegado y que el individuo ofensor ya no es miembro de esta congregación. Entonces la congregación debe cooperar plenamente con el consejo dado por los que cuidan sus intereses, los siervos de la organización.
8. ¿Quiénes amonestan al desordenado, y qué debe de efectuarse si no escucha la amonestación?
8 En 1 Tesalonicenses 5:14 (NM) Pablo dice: “Los exhortamos, hermanos, amonesten a los desordenados, hablen alentadoramente a las almas deprimidas, den su apoyo a los débiles, sean sufridos para con todos.” Es la responsabilidad de los siervos de Dios el cuidar los intereses de la congregación. Ellos amonestan al desordenado, pero éste no acepta la amonestación. Todavía quiere hacer su propia voluntad. Cuando no quiere arrepentirse, cuando no quiere cambiar su curso de acción, entonces tiene que ser desechado, debe ser evitado.
9. ¿Por quiénes debe determinarse la separación, y cómo ilustró esto Pablo en Éfeso?
9 Hechos 19:9 (NM) dice respecto de Pablo en Éfeso en el Asia Menor: “Pero cuando algunos continuaron endureciéndose y no creyendo, hablando perjudicialmente acerca del Camino delante de la multitud, él se apartó de ellos y separó de ellos a los discípulos, dando discursos diariamente en el auditorio escolar de Tirano.” Pablo estaba interesado en aquellos a quienes él estaba enseñando allí en la sinagoga judía, y cuando vió un grupo de asistentes a la sinagoga tratando de apartar los discípulos que él hizo, entonces separó a sus seguidores verdaderos de su compañía. Él no iba a permitir que se contaminaran asociándose con aquellos que estaban enseñando doctrinas falsas y abusando de la verdad. Del mismo modo, hoy los siervos que llevan la responsabilidad de la compañía establecen la norma de acuerdo con la Palabra de Dios. La congregación acepta esa norma por parte de los siervos.
10. ¿Qué instruyó Pablo en 1 Corintios 5:11; y cómo apoya la congregación a sus siervos en cuanto a esto?
10 En 1 Corintios 5:11 (NM) Pablo le dijo a la congregación cristiana: “Pero ahora les estoy escribiendo que dejen de mezclarse en la compañía de cualquiera que se llame hermano y que sea fornicador o persona avarienta o idólatra o injuriador o borracho o defraudador; ni siquiera coman con tal persona.” Absolutamente ninguna comunión con estas personas que son expulsadas de la congregación. ¿Por qué? Porque esta congregación de Dios tiene que permanecer limpia, incontaminada, preservada para la adoración pura del Altísimo. En consecuencia, cuando esa medida de excomunión se adopta, realmente echa fuera a la persona. Está afuera. Por lo tanto, toda la congregación, todos los que han dedicado su vida a Dios, deben obrar de acuerdo con la recomendación o la resolución por parte de los siervos. Deben apoyarlos.
11. Para el bien de la Sociedad y otras compañías, ¿qué hace la compañía que expulsa a alguien, y por qué?
11 Bueno, y ahora, ¿qué hay acerca de esta persona expulsada? Primero que todo, la compañía debe de informar a la Sociedad del asunto, brevemente declarando los hechos, diciéndole a la Sociedad quién es él y por qué fué desechado, para que ésta esté informada. Ahora bien, si este individuo, el expulsado, sale de la comunidad y se dirige a alguna otra compañía y la compañía que le expulsó sabe esto, entonces de la bondad de su corazón y para la protección de la otra compañía, ésta debe ser informada de las medidas que se han tomado. No para que esa compañía tome acción para expulsarlo. Eso ya fué hecho por la primera congregación para el bien y protección de todo el pueblo de Jehová. La expulsión se efectúa en la compañía donde se cometió el mal, y él queda privado del compañerismo cristiano en esa compañía y en todas las demás compañías. Ellas saben que si este poco de levadura permanece en cualquier lugar del pan, corromperá todo el pan. Necesariamente, pues, debe de darse aviso a la otra compañía, adonde este individuo ha ido, igual como Pablo notificó a Timoteo de Figelo y Hermógenes y de Himeneo y Fileto. (2 Tim.1:15; 2:17, NM) Por eso es que ellas se lo notifican a la Sociedad, para que esté informada del hecho.
12. ¿Contra quiénes amonesta Judas a las compañías, y por qué debemos ser cuidadosos acerca de escribir cartas?
12 Judas habla de hombres que se introducían furtivamente en la organización para corromperla moralmente. Tales hombres ciertamente deben ser denunciados a cualquier compañía con la cual están asociados, porque éstos se cuelan buscando ocasión para conducta relajada. Para la seguridad de todos nuestros hermanos y hermanas en las congregaciones circundantes, deben ser denunciados. Eso no quiere decir que individualmente usted debe escribir un montón de cartas y decir un montón de cosas malas acerca de ellos, o de lo que han estado haciendo. El hecho debe de darse a conocer de que este hombre en un tiempo estaba con nosotros, pero debido a su curso de acción ha sido expulsado, y las razones por tal cosa deben darse brevemente. De otro modo, es posible que hoy día usted sea acusado de difamación o calumnia y pudiera meterse en dificultad. Pero a nuestros hermanos puede avisárseles acerca de ese individuo. Ya no se le permite ser uno de nosotros, porque queremos proteger la organización, la congregación del Señor Dios.
RESTRICCIÓN DE PRIVILEGIOS
13. ¿Qué curso adoptan algunos expulsados para con el servicio del campo, pero qué hecho no debe de permitirse que esto oculte?
13 Ahora, algunas personas creen que pueden permanecer en la verdad, pero no quieren obrar según las normas de Dios. De modo que continúan saliendo al servicio del campo, van de puerta en puerta, distribuyen libros, tienen estudios bíblicos; sin embargo han sido expulsados de la congregación. Aun después de que son expulsados, a veces dedican muchas más horas que cuando estaban con la congregación. ¿Qué va a hacer ahora la congregación con tal individuo? Debemos tener presente que esta persona ha sido expulsada y no es miembro de nuestra compañía. Queremos evitarla, no deseamos tener nada que ver con ella.
14, 15. (a) ¿Hasta qué grado alcanzan los privilegios del expulsado en cuanto a reuniones? (b) ¿Qué hay de sus privilegios de actividad en el campo?
14 Ahora bien, puede asistir a las reuniones que están abiertas para el público mientras se porte bien y obre ordenadamente. Si ese individuo entra a una reunión pública, digamos a un discurso público en un auditorio público, o Salón del Reino, o parque municipal, o a un estudio de La Atalaya o reunión de servicio, es público, las puertas están abiertas, y puede ser admitido. Si entra a esa reunión y se sienta, mientras sea ordenado, mientras se ocupe de lo suyo, no tenemos nada que decirle. Los que estén enterados de la situación en la congregación nunca deben de decirle “¿Qué tal?” o “Adiós”. Él no es bienvenido en nuestro medio, lo evitamos. Si este individuo estuviera sentado en un estudio de La Atalaya y quisiera comentar, el conductor nunca debe de reconocerlo o permitirle hacer un comentario. Él no es uno de nosotros. No es miembro reconocido de la congregación de Dios. Aquellos que están informados y conocen al individuo ciertamente deben evitarlo, no deben tener nada que decirle. No tiene ningún privilegio de servicio en la congregación. Pudiera ir al almacén y obtener literatura a las cuotas de público regulares, pero la compañía nunca debe de proporcionarle libros o revistas a cuotas de compañía, porque él no es uno de nosotros. Lo que haríamos para el público, para los que están en la organización del Diablo, podemos hacerlo para él.
15 Si este individuo sale al servicio del campo, quizás obteniendo los libros en el almacén a las cuotas regulares en vez de cuotas de compañía o de precursor, y va de puerta en puerta, no podemos impedirlo. Él tiene tanto derecho para ir de casa en casa como todo el mundo, si quiere hacerlo, pero esta congregación no le dará ningún territorio. No aceptará sus informes. Aunque se reciban sus informes, él no estará incluído en la lista como publicador de esa compañía. Él pudiera poner su informe en la caja de informes, pero nosotros lo rompemos y lo desechamos. Él no es uno de nosotros. Es un representante de la organización del Diablo tratando de corromper, de perturbar. No es limpio, y hasta que ese individuo se arrepienta y cambie su curso de acción, jamás puede regresar y ser uno del pueblo del Señor.
16. ¿Cómo lo trata la compañía en cuanto a no ser publicador reconocido?
16 Así que la compañía tiene cuidado en cuanto a él. Quita su tarjeta del archivo de los publicadores del Reino reconocidos. Nunca se le da un Informador impreso mensualmente. Puede quedarse con su folleto de Consejo si lo desea, porque éste, si él lo lee, quizás le manifieste el curso de acción que debería adoptar. Si lee La Atalaya, si lee los libros de la Sociedad, le manifiestan el curso que debe adoptar; pero mientras no adopte ese curso no es bienvenido en la congregación.
17. ¿Bajo qué condición puede estar presente en reuniones públicas, y por qué?
17 Si este individuo se hace ruidoso o estrepitoso no debe permitírsele estar en el Salón del Reino y reuniones públicas. Ese es el perfecto derecho de la compañía. De otro modo, si asiste a las reuniones públicas y calladamente oye la amonestación y el consejo dado en los estudios, es posible que despierte, se avergüence y se arrepienta.
18. ¿Qué hay acerca de permitirle concurrir a reuniones en casas particulares, y por qué?
18 Ahora bien, ¿qué hay acerca de reuniones en casas particulares? Bajo ninguna circunstancia debe dársele la bienvenida o permitírsele entrar en una casa privada, porque las Escrituras son muy precisas sobre ese punto. Por lo tanto en nuestros estudios bíblicos de casa, o sea “estudios de área”, la persona de la casa, que es de la congregación de Dios, no debe permitirle la entrada. Porque 2 Juan 9, 10 (NM) declara: “Todo el que se adelanta y no permanece en la enseñanza del Cristo no tiene a Dios. El que sí permanece en esta enseñanza es el que tiene al Padre y también al Hijo. Si alguno viene a ustedes y no trae esta enseñanza, nunca lo reciban en casa, ni le digan adiós.” Así pues, en su propia casa usted nunca le abriría la puerta y permitiría que entrara tal individuo. Usted nunca le extendería la mano en compañerismo a tal individuo. Recuerde, ese individuo en un tiempo dejó la organización del Diablo. Fué lavado por la sangre de Cristo, se dedicó a Dios y Dios le consagró para servicio. Era ministro. Ahora se ha corrompido porque él quiere hacerlo así. Está pecando en contra del espíritu santo. Está luchando en contra de Dios. No podemos tener nada que ver con él. Dios es el que lo está juzgando, y está usando sus siervos en la tierra para señalarlo para la protección de los demás de la congregación.
RESTABLECIMIENTO
19. ¿Por tomar qué curso personal puede una persona que ha sido expulsada ser restablecida?
19 ¿Puede la persona que ha sido expulsada de la congregación ser restablecida, regresar a la organización? Sí puede, si se arrepiente. Pero tiene que hacer algo más que esto. Debe de ser convertida. Debe de cambiar su curso de acción completamente. No sólo es asunto de decir: “Siento el haberlo hecho; estaba equivocado.” Tiene que probar que está anuente a adoptar un curso de vida completamente diferente al que había adoptado. Debe de hacer una confesión franca de sus pecados y pedir perdón del comité que hizo la resolución en cuanto a su expulsión. Debe de dirigirse a las personas interesadas, confesar que hizo mal, e indicarles lo que está haciendo y lo que va a hacer a fin de ser restablecido.
20. En 2 Corintios 2:6-11 ¿qué dijo Pablo acerca de restablecimiento, y qué cosa manifestó él que debe antecederlo?
20 En 2 Corintios 2:6-11 (NM) tenemos un relato de cómo Pablo trajo a un pecador de vuelta a la congregación. Él dijo: “Esta reprimenda dada por la mayoría es suficiente para tal hombre, de tal suerte que, por lo contrario ahora, ustedes deben de perdonarle bondadosamente y consolarle, para que de un modo u otro tal hombre no sea absorbido por estar sumamente triste. Por lo tanto, les exhorto a que confirmen su amor para con él. Porque con este fin también les escribo, para determinar qué prueban ser ustedes, si son obedientes en todas las cosas. Todo lo que ustedes bondadosamente le perdonen a cualquiera, yo también se lo perdono. En realidad, en lo que toca a mí, cualquier cosa que he perdonado bondadosamente, si he perdonado bondadosamente algo, ha sido por el bien de ustedes a la vista de Cristo, para que no seamos alcanzados por Satanás, porque no desconocemos sus intenciones.” Quizás este relato se refiera al hombre que tomó a la esposa de su padre y cometió fornicación y ahora se arrepintió. Si es así, entonces Pablo dice, ‘Bueno, tráiganlo de vuelta; no hay razón para que esté sumamente triste pensando que nunca podrá volver a la organización de Dios y obtener vida en el nuevo mundo.’ ¿A qué otro lugar podría ir una persona si peca contra Dios y verdaderamente se arrepiente? No queremos decir que puede descaradamente regresar y decir, “Bueno, lo siento. Arréglenme el asunto, muchachos, quiero regresar a la congregación.” No, tiene que haber una herida del corazón. Tiene que haber una profunda conmoción mental. Tiene que demostrar arrepentimiento. Tiene que estar triste acerca de ello y cambiar su curso.
21. ¿Cómo se debe proceder con el expulsado por un tiempo antes de restablecerlo, y por qué?
21 Su restablecimiento en la congregación de Dios es un asunto muy serio, para él y para la congregación. Los siervos asignados pueden ponerlo a prueba si desean hacerlo. Tendrá que probar a los siervos que se va a portar bien en el futuro y que va a obrar correctamente como siervo de Jehová. Pueden probar su sinceridad. No deben de restablecerlo muy rápidamente, aun después que se arrepiente y les dice lo que va a hacer, y hace una confesión franca. ¿Por qué no? Por la opinión pública. (2 Ped. 2:2, NM) Su curso de acción puede haber sido uno de adulterio y posiblemente haya tenido publicidad extensa en los diarios. Quizás fué encarcelado por robo. Quizás era muy rebelde. Quizás se salió y comenzó una organización nueva y ahora está tratando de regresar. Bien, toda la gente alrededor del lugar sabe que esa persona era obstinada, desordenada, y no era buena compañía. Por eso debemos de ser prudentes en cuanto a cuán prestamente recibimos de vuelta a esa persona en la congregación, debido a lo que la “gente de afuera” dirá. (1 Tim. 3:7, NM) Si una persona comete adulterio y anda con hombres y mujeres que son de conducta relajada, y todo el mundo lo sabe, y decimos, “¡Oh! regrese, usted es bienvenido,” la gente de afuera dirá: “Pues, su entera congregación es del mismo tipo.” Por eso tiene que ser puesto a prueba. Su sinceridad debe ser probada antes de que abierta y plenamente aceptemos su arrepentimiento.
22, 23. ¿En qué resulta la violación del estar bajo prueba, cómo se manifestó por Simei?
22 Recuerde el caso de Simei, que fué puesto a prueba. En un tiempo maldijo a David, y cuando Salomón llegó a ser rey como sucesor de David, ciertas restricciones se le impusieron. Salomón le dijo: ‘Deberías haber sido muerto desde hace mucho. Por eso, ahora debes de permanecer en la ciudad de Jerusalén. Pero tan pronto salgas de esta ciudad y cruces el torrente Cedrón vas a ser ejecutado.’ Ahora bien, Simei pudo haber disfrutado de la vida y el favor que se le manifestó permaneciendo allí en la ciudad de Jerusalén. Tenía sus esclavos, los siervos, y hogar. Tres años después de que esta orden fué dada, dos de sus esclavos se fugaron. Simei dijo: ‘¡Oh! sólo voy a encontrar esos individuos y traerlos de vuelta.’ De modo que emprendió la búsqueda, cruzó el Cedrón, encontró sus esclavos y los trajo de vuelta. Entonces se le informó a Salomón que había salido de la ciudad, y éste le mandó ajusticiar. Únicamente por querer hacer regresar a dos esclavos este hombre se arriesgó a perder la vida.
23 Entonces, si una persona expulsada quiere vivir en el nuevo mundo y si los hermanos responsables de la compañía le imponen ciertos límites o restricciones, ¿no es mucho mejor permanecer dentro de estos límites y vivir, que salirse de esos límites y manifestar que es rebelde y obra contrario a la ley de Dios? Simei perdió la vida porque no fué obediente a un arreglo muy bondadoso por parte del rey Salomón.
24. ¿Quiénes deciden para efectuar el restablecimiento, quiénes cooperan, y por qué?
24 De modo que los siervos son quienes decidirán si han de recibir a ese hermano con el tiempo. Los siervos que lo expulsaron tienen que hacer el anuncio a la congregación, diciendo que, dado que éste se ha arrepentido y puesto que ellos ahora están completamente satisfechos en cuanto a su curso de acción reformado, “le recibimos de nuevo.” Entonces la congregación debe de obrar según la decisión de los siervos que están asignados en la compañía. Tampoco vota la compañía esta vez para decidir si le aceptarán de nuevo o no, porque tiene confianza en que sus siervos han hecho la investigación correcta y la decisión correcta.
25. ¿Qué debe hacer el que va a ser restablecido, de acuerdo con Colosenses 3:5,10, y por qué?
25 En Colosenses 3:5-10 (NM) se dice: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia, que es idolatría. Por causa de esas cosas la ira de Dios viene. En esas mismas cosas ustedes, también, en un tiempo anduvieron cuando acostumbraban vivir en ellas. Pero ahora en verdad deséchenlas todas de ustedes, ira, enojo, injuria habla insultante y habla obscena de su boca. No se mientan el uno al otro. Desnúdense de la vieja personalidad con sus prácticas, y vístanse con la nueva personalidad la cual por medio de conocimiento acertado está siendo renovada.” Naturalmente, esa instrucción aplica a los que originalmente salieron de la organización del Diablo y han venido a ser el pueblo de Jehová, por eso también debe de aplicar a una persona expulsada que se arrepiente y regresa. Ahora tiene que vestirse con esa nueva personalidad, debe rehacer su mente, debe pensar los pensamientos de Dios y ponerlos en práctica si es que va a obtener la vida en el nuevo mundo.
26. ¿Qué hay del hermano que se arrepiente y lo da a conocer antes que se den pasos para expulsarlo?
26 Bueno, ¿qué hay si un hermano se arrepiente antes de ser expulsado? Quizás comprenda que ha hecho mal y sepa que la noticia de su curso de acción está llegando a los siervos. O es posible que sienta su propia vergüenza mientras nadie conozca todavía lo que le aconteció, y se dirija a uno de los hermanos maduros de la compañía, quizás al siervo de compañía, y confiese todo su pecado. ¿Debería este individuo ser puesto de manifiesto a la congregación y expulsado debido a que el siervo de compañía conoce su curso de acción? No si esa persona se ha arrepentido verdaderamente. Si ha pedido perdón, y confesado su maldad, y está cambiando su curso de acción, no hay razón para que el hermano que ha sido notificado de esto revele el secreto del hermano a otro. Su condición de corazón es justa, y por esto debe manifestársele misericordia, amor y bondad a esta persona.
27. Aunque no efectúe una expulsión, ¿qué puede hacer la Sociedad o instruir que se haga acerca de tal pecador arrepentido?
27 Los que son tercos, empedernidos, los que quieren todas las cosas a su modo, y eso además de estar en la congregación de Dios, éstos son los que deben ser expulsados y repudiados, porque van a hacer a la congregación inmunda. Pero a aquel que viene con corazón contrito y confiesa su iniquidad a un hermano, no hay razón para azotarle más. Ha abierto su corazón, ha dejado que usted lo vea y quiere ayuda. Si la Sociedad le quita a uno el nombramiento de precursor debido a alguna falta, y la Sociedad es la única agencia que sabe acerca del mal del individuo, entonces no hay razón para que la Sociedad notifique a la compañía para que la compañía prive a esa persona del compañerismo cristiano, no si esa persona ha confesado su pecado y ha pedido perdón a la Sociedad. Entonces ese individuo puede proseguir su camino. La Sociedad probablemente le imponga restricciones o limitaciones a tal individuo debido al curso de acción que ha adoptado. Por vía de castigo es posible que lo quite de la lista de precursores por seis meses o quizás un año, según lo que ese individuo haya hecho que traiga reproche al nombre de Dios. Pero ya que el tal ha confesado su pecado y pedido perdón, entonces la Sociedad puede ayudarlo a regresar al camino recto y continuar siendo un siervo del Señor. Si la acción no afecta a una compañía o a otro individuo en ella, no hay razón para hacer una notificación o anuncio público de ella.
28. ¿Qué tan liberales podemos ser al permitir que el pecador regrese, y por qué?
28 Lo que debemos tener presente es esto: Podemos manifestar misericordia a los que son de corazón contrito, y podemos ayudarlos si lo queremos hacer. Pero ¿qué tan liberales podemos ser al permitir que estas personas regresen a la organización del Señor? ¿Hasta dónde es permisible quitar las restricciones? No podemos quitárselas a los que no se reforman. Debemos recordar siempre que la organización tiene que permanecer limpia para la adoración incontaminada del Altísimo. Debemos recordar siempre la vindicación de la soberanía y nombre de Jehová y la vindicación de su Palabra. Debemos recordar siempre la vida de Cristo y que andamos en sus pisadas, y la norma que él estableció. Debemos de recordar siempre nuestra posición como testigos de Jehová. El individuo expulsado no siempre recordó estas cosas, y por eso fué removido de la congregación. Por eso es que fué expulsado. Pero ahora si comprende que la adoración pura, incontaminada y limpia es la cosa importante, que la vindicación del nombre de Dios es más importante que hacer las cosas a su modo, cuando ve que todo esto es necesario y que debe vivir en conformidad con ello, entonces podemos aceptarlo de nuevo en la congregación.
Ya vosotros estáis limpios por medio de la palabra que os he hablado. Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como no puede el sarmiento llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid, así tampoco vosotros, si no permaneciereis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos: el que mora en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separadas de mí nada podéis hacer. Si alguno no permaneciere en mí, será echado fuera. . . . Si moráis en mí, y mis palabras moran en vosotros, pediréis cuanto quisiereis, y os será hecho.—Juan 15:3-7.