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  • Concienzudos en hacer lo bueno para con todos
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1973
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1973
w73 15/11 págs. 697-699

Concienzudos en hacer lo bueno para con todos

SI USTED trabajara en una carnicería, ¿vendería un pedazo de carne pasada? ¿O dirigiría usted a un transeúnte de noche por una calle que usted supiera que lo llevaría por una zona de elevada criminalidad, muy peligrosa?

No es probable que usted hiciera estas cosas. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque su conciencia —su sentido interno de lo correcto y lo incorrecto— le dice que estas acciones son incorrectas.

Sin embargo, puede que una persona, debido a su entrenamiento y ambiente, haga cosas que son incorrectas según la ley de Dios sin que esto le moleste su conciencia. Pero el cristiano apropiadamente debe hacer ajustes al enterarse de cómo Dios considera los asuntos. Su sentido interno de lo que es correcto y lo que es incorrecto debe moverlo a hacer lo que le agrada a Dios. ¿Lo mueve a hacer esto la conciencia de usted? ¿Es usted concienzudo en hacer lo bueno para con todos?—Gál. 6:10.

CULTIVANDO TABACO

En años recientes se ha publicado mucho tocante al tabaco y se ha mostrado que es perjudicial a la salud. De hecho, el Colegio Real de Médicos en la Gran Bretaña dijo esto acerca de ello: “Hoy el fumar cigarrillos es tan importante causa de la muerte como lo fueron las grandes enfermedades epidémicas como la tifoidea, el cólera y la tuberculosis que afectaron a generaciones anteriores en este país.” Además, el que continúa fumando no está viviendo en armonía con la admonición bíblica de ‘limpiarse de toda contaminación de la carne y del espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.’—2 Cor. 7:1.

Tomando en cuenta esto, ¿le agrada a Dios el que una persona cultive el tabaco que se usa, y el cual, de hecho, envenena lentamente a la gente y perjudica su salud?

Muchos cristianos en meses y años recientes han llegado a la conclusión de que no pueden por conciencia cultivar tabaco. Escribe un siervo ministerial de la congregación Harrodsburg, Kentucky, de los testigos de Jehová:

“Por veintiún años el tabaco había sido nuestra principal fuente de ingresos. Después de obtener un conocimiento de la verdad bíblica en años recientes, nos pareció que el cultivar tabaco no era correcto, puesto que el fumar está en contra de los principios bíblicos. Sin embargo, no fue sino hasta abril de 1971 que nos resolvimos a ya no cultivar tabaco. Al año siguiente, 1972, alquilamos nuestra base de tabaco, que es una asignación o derecho de parte del gobierno para cultivar cierta cantidad de tabaco.

“Pero ahora nuestras conciencias no nos permiten hacer eso, puesto que todavía estaríamos ganando dinero del tabaco. De modo que decidimos renunciar totalmente a nuestro derecho a esta base de tabaco.”

Si usted cultivara tabaco, ¿tomaría una decisión similar? Los testigos de Jehová no han intentado establecer un reglamento en cuanto a lo que una persona puede o no puede hacer en estos asuntos de empleo. Pero en varios casos las conciencias de los individuos los han movido a sufrir pérdida material más bien que estar envueltos de manera alguna en el cultivo del tabaco. Un anciano de la congregación Stanford, Kentucky, explica lo que llegó a ser su opinión acerca de participar de modo alguno en el cultivo de tabaco:

“Durante los pasados trece años he alquilado mi base de tabaco, y he recibido la mitad de los ingresos. Sin embargo, ya no me parece que sea correcto recibir ingresos de un producto que se ha demostrado que es perjudicial a la salud. Ni siquiera puedo por conciencia alquilar mi base de tabaco a otro agricultor... ni siquiera si concordara en no recibir nada en pago. No voy a tener absolutamente nada que ver con el tabaco de manera alguna.”

También, un testigo de Jehová en Brooks, Kentucky, escribe: “Tan pronto vi la ilustración en La Atalaya del hombre y la pila de tabaco con la pregunta: ‘¿Es consistente hablar de amor al prójimo y al mismo tiempo producir tabaco que puede arruinar la salud del prójimo?’ hice mi decisión. Sembré alfalfa en el terreno para tabaco. No más tabaco de ninguna forma para mí.”

UNA PRUEBA DE FE

Sin embargo, a algunas personas no les es fácil hacer ajustes de esta clase. Toda su subsistencia ha dependido del tabaco. Por lo tanto ha requerido verdadera fe de parte de ellos para mantener una conciencia limpia. Esto se patentiza por el ejemplo del anciano cristiano de Wilmore, Kentucky, que escribe:

“Estoy dejando la granja después de muchos años. Hemos estado criando ganado y cultivando grano y tabaco. Puesto que nuestro trabajo era sobre una base de arriendo, el dueño de la tierra todavía quiere que se cultive tabaco. Después de considerar cuidadosamente La Atalaya sobre la conciencia, ya no podemos cultivar tabaco puesto que podemos ver que esto no estaría en armonía con el que mostráramos amor a nuestro semejante.

“No puedo físicamente ocupar un trabajo público. Nos proponemos salir pronto de la granja, sabiendo que con la ayuda de Jehová mi esposa y yo podremos cuidar de nosotros mismos en el corto tiempo que le queda a este viejo sistema de cosas.”

Si su conciencia respondiera así bajo circunstancias similares, ¿tendría la fe para hacer semejante ajuste en su empleo? ¿Qué hay si tuviera una familia grande que sostener? Un testigo de Jehová de la congregación Williamstown, Kentucky, explica por qué tomó esta decisión personal:

“Mi esposa y yo y seis hijos por años vivimos en una granja en Owen County, Kentucky. Mi trabajo envolvía el plantar y cultivar tres acres de tabaco además de trabajar en la granja de carpintero, siendo gran parte del trabajo el remodelar las trojes para el tabaco. Se me suministró una casa para mi esposa e hijos como parte de la paga de mi patrón, y esto hacía que nos sintiéramos seguros y sin trabas.

“Sin embargo, cuando leí el artículo en The Watchtower del 1 de octubre de 1972 [La Atalaya del 15 de marzo de 1973] sobre la conciencia supe que no podría continuar cultivando una siembra de tabaco ni trabajar en las trojes para el tabaco y todavía tener una buena conciencia delante de Jehová. De modo que a la primera oportunidad le expliqué al administrador de la granja que no podría cultivar otra siembra de tabaco ni trabajar en las trojes para el tabaco por razones de conciencia, y él aceptó esto.

“Me doy cuenta plenamente de que esto significa mudarme de la casa en la granja provista por mi patrón y que tendré que hallar una nueva clase de trabajo seglar a fin de proveer lo necesario para mi familia. No tengo ninguna duda ni temor en cuanto a hacer este ajuste porque sé que Jehová verdaderamente cuida de los que están dispuestos a obedecerle.”

En otros casos, sentimientos personales de conciencia han impelido a varios testigos de Jehová a renunciar a trabajos con compañías de cigarrillos y puros. Una de ellas, empleada durante dieciséis años en la General Cigar Company de Kingston, Pensilvania, explicó sus sentimientos personales de esta manera: “El hacer puros no era vivir en armonía con el mandato de Jesús de ‘amar a tu prójimo como a ti mismo.’”

JUEGO DE AZAR Y LA CONCIENCIA

¿Qué hay del juego de azar? ¿Podría compararse el fomentarlo, de hecho, con dirigir a una persona a una zona donde su vida estaría en grave peligro?

Un “tallador” de naipes empleado por largo tiempo en Las Vegas que avanzó hasta ser superintendente encargado de varios “talladores,” hace notar: “El juego de azar enciende la codicia. He visto a ‘talladores’ hurtar de unos a otros y del casino. Hombres pierden hogares, familias y todo pundonor, por una partida de dados.”

Este supervisor de Las Vegas estaba ganado $25.000 (dólares) al año. Pero luego empezó a estudiar la Biblia con los testigos de Jehová y se enteró del punto de vista de Dios sobre los asuntos. Se dio cuenta de que jamás podría llegar a ser verdadero seguidor de Jesucristo mientras hacía trabajo que estaba conectado directamente con el juego de azar. Como paso hacia obtener una conciencia limpia, renunció a su posición y encontró otro empleo. Hay muchas experiencias similares. Un residente de Reno, Nevada, escribe:

“Mi esposa y yo éramos ‘talladores’ de naipes en el Harold’s Club, bien establecidos en los caminos del mundo. No era raro que un ‘tallador’ amigable se llevara a casa varios centenares de dólares después de un turno de ‘tallar.’ Un cálculo conservador de nuestros ingresos combinados era de $40.000 (dólares) al año.

“Entonces, en 1968, tuvimos el privilegio de aprender las verdades de la Palabra de Dios. Después de varios estudios bíblicos nos dimos cuenta de que teníamos que efectuar un cambio en nuestra ocupación. Puesto que no tenía entrenamiento ni habilidad, al principio me fue difícil hallar empleo satisfactorio, pero después de perseverar en mis esfuerzos y en oraciones a Jehová, vine a ser camionero y ahora puedo sostener adecuadamente a mi familia.”

¿Cuán concienzudo es usted en hacer lo bueno para con todos? ¿Estaría usted dispuesto a renunciar a una posición bien remunerada para evitar hacer trabajo que contribuye directamente a estimular codicia e inmoralidad?

MOSTRANDO RESPETO A LA VIDA

¿Es compatible el fabricar armas para destrucción con el hacer lo bueno para con todos? ¿Le permitiría su conciencia participar en producir armas?

Un hombre empleado por una empresa de los Estados Unidos dedicada a producir componentes de armas estaba perturbado por esta pregunta cuando comenzó a estudiar la Biblia. “A medida que continuaba estudiando,” explicó, “seguía pensando que si alguien me preguntara dónde trabajaba yo, ¿cómo podría decirle que yo amaba a mi prójimo cuando participo en producir cosas para lastimar a otros?” De modo que renunció a su trabajo bien remunerado, y halló otro empleo.

Muchos otros han obrado de modo similar. Un supervisor de mantenimiento en una instalación militar de Albany, Georgia, halló otro trabajo porque comprendió que si quería ser seguidor de Jesucristo, el Príncipe de Paz, ya no podía estar asociado con preparativos de guerra. (Isa. 2:2-4; 9:6, 7) Y un hombre en la Base de la Fuerza Aérea Robbins también renunció por razones semejantes. “Ahora hago trabajo de mantenimiento en otra parte y recibo aproximadamente la mitad de lo que solía ganar,” hace notar.

Una persona se enfrenta a muchas decisiones que envuelven su conducta y selección de empleo. Hay cosas que se condenan específicamente en la Biblia, como el hurtar y el mentir. (Efe. 4:28; Col. 3:9) Y hay principios bíblicos que muestran que es incorrecto contaminar nuestro cuerpo, lo cual claramente indica que el contaminar el cuerpo con productos perjudiciales como el tabaco es incorrecto.—2 Cor. 7:1.

Sin embargo, en algunas zonas, los asuntos no son tan claros y nos es preciso individualmente ser dirigidos por nuestra conciencia en cuanto a lo que haremos. Cuando nuestra conciencia nos molesta por las cosas que estamos haciendo, ¿cómo responderemos? ¿Cuánto afectará nuestro amor al prójimo las decisiones que tomemos? ¿Estamos dispuestos a hacer sacrificios a fin de hacer lo que le agrada a Dios y mantener una conciencia limpia? Jehová Dios bendecirá eternamente en su justo nuevo sistema a los que obran a fin de tener una conciencia limpia delante de él.—1 Juan 2:17; 2 Ped. 3:13.

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