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El servicio de tiempo cabal produce riquezas verdaderasLa Atalaya 1967 | 1 de marzo
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y de altos explosivos caían casi todas las noches en Londres. Pero lo asombroso fue que los Testigos de Londres nunca cesaron en su obra de predicación. En cambio, ¡la aumentaron! Visitaban a la gente con las “buenas nuevas del reino,” trayendo consuelo a muchos. Bajo estas circunstancias difíciles estábamos aprendiendo en cuanto a las verdaderas riquezas del cuidado de Jehová para suministrar protección a su pueblo.—Mat. 24:14.
MÁS RIQUEZAS
En 1946 la Sociedad me invitó, con la hermana Guiver, a efectuar el trabajo de siervo de circuito. Después de vivir con la familia Betel, el trabajo de siervo de circuito fue uno de los privilegios más preciosos y espiritualmente remuneradores de los que uno puede disfrutar. Así es como me pareció. Se requiere gran amor y mucha benignidad para con los jóvenes y para con los ancianos. Pero hay un gozo especial al servir a los hermanos y al llevar a los nuevos a la obra de predicar. Así pasaron dieciséis años, hasta 1962.
Entonces mi esposa y yo fuimos agregados a la lista de precursores especiales, para servir en la costa meridional de Inglaterra, donde es más conveniente para nuestra salud. ¡Pero no hay jubilación! Los días se ocupan sirviendo en la congregación local y en la obra de predicación de tiempo cabal.
Meditando después de más de cincuenta años de actividad en una variedad de maneras desde que hice mi carrera del servicio de tiempo cabal, recuerdo lo que muchos dijeron cuando decidí este modo de vivir: “¿Qué harás cuando te hagas viejo?” Honradamente puedo decir que jamás me ha faltado algo de lo que verdaderamente he necesitado. Las cosas esenciales siempre las he tenido, como prometió Jesús cuando dijo: “Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.” (Mat. 6:33) Verdaderamente, lo que hemos obtenido de manera espiritual desde que hicimos nuestra carrera del servicio de tiempo cabal son riquezas durables que jamás pueden fallar.—Mat. 6:20.
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Preguntas de los lectoresLa Atalaya 1967 | 1 de marzo
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Preguntas de los lectores
● Efesios 5:3 dice: ‘Que la fornicación . . . ni siquiera se mencione entre ustedes.’ Por lo tanto, ¿no es pecaminoso el discutir la fornicación o publicar algo sobre este tema?—M. N., EE. UU.
En Efesios 5:1-5, el apóstol Pablo dio esta exhortación inspirada: “Que la fornicación e inmundicia de todo género o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas; tampoco comportamiento vergonzoso, ni habla necia, ni bromear obsceno, cosas que no son decorosas, sino más bien el dar gracias. Porque ustedes saben esto, reconociéndolo ustedes mismos, que ningún fornicador, ni inmundo, ni avariento —que significa ser idólatra— tiene herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios.” Por supuesto, aun en este caso el apóstol mencionó la fornicación, recalcando el punto poderoso de que un fornicador no tiene “herencia alguna en el reino del Cristo y de Dios.” Por eso, hay veces cuando no es pecaminoso en absoluto mencionar o discutir la fornicación.
Pablo estaba instando a los efesios a vigilar su conducta, habla y pensamientos. Habrían de llegar a ser imitadores de Dios, que es perfecto, limpio y recto en todo sentido. Ciertamente, entonces, la fornicación no habría de ser tema de conversación regular entre ellos. No deberían describir lascivamente los hechos inmorales ni discutir la fornicación con el propósito de obtener placer sensual de alguna manera de tal conversación.
Sin embargo, si uno asumiera la posición de que siempre es pecado considerar algo sobre la fornicación, tendría que suprimir de su material de lectura ciertas porciones de la Biblia. Esto no le agradaría a Dios, porque no debe haber tal corrección personal de las Escrituras.
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