Lo que se necesita para mantenerse separado del mundo
NO hay duda de que el comprender exactamente cuán inicuo y corrupto es el mundo de Satanás nos ayudará a mantenernos separados del mundo. Con tal entendimiento nos será fácil obedecer el mandato que se encuentra en Salmo 97:10: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo.” Por más agradables, por más incitantes, que las cosas inicuas puedan parecer a la carne caída, tenemos que odiarlas, como nos ordena el apóstol. (Rom. 12:9) Es más, queremos odiar a los que voluntariosamente demuestran que odian a Jehová, que son odiadores de lo que es bueno. Como lo expresó el David de la antigüedad: “¿No odio yo a los que te están odiando intensamente, oh Jehová, y no me dan asco los que se sublevan contra ti? De veras los odio con un odio completo. Han llegado a ser para mí verdaderos enemigos.” (Sal. 139:21, 22) Expresamos nuestro odio para con éstos, no por medio de querer hacerles daño, ni por desear que les ocurra algún mal, sino por medio de evitarlos como evitaríamos el veneno o una víbora venenosa, pues pueden envenenarnos desde el punto de vista espiritual. Por eso se nos advierte: “No se extravíen. Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.”—1 Cor. 15:33.
Y hay que notar que las personas inicuas con las cuales no debemos contaminarnos no son solamente personas con quienes nos topemos casualmente o con quienes nos veamos obligados a asociarnos en los asuntos diarios de la vida, sino también personas con quienes escojamos asociarnos cuando buscamos entretenimiento. Recuerde que se nos ordena: “Que la fornicación e inmundicia de toda clase o avaricia ni siquiera se mencionen entre ustedes, así como es propio de personas santas; tampoco comportamiento vergonzoso.” (Efe. 5:3, 4) Esto significa que no solo evitamos el hacer de estas cosas el tema de nuestras propias conversaciones, sino que tampoco permitimos que éstas se mencionen en nuestra presencia, como sucedería si viéramos programas de televisión o asistiéramos a películas en las cuales tales cosas son el tema de conversación. Más bien, esforcémonos por cultivar el asociarnos con compañeros de creencia que despliegan devoción total, no solo en la congregación y en el servicio del campo, sino también en las actividades sociales. Sí, para mantenernos separados del mundo tenemos que vigilar nuestras asociaciones; de un lado, evitar las malas asociaciones y, del otro, ser diligentes en asociarnos con los que, como nosotros, no son parte del mundo.
SE NECESITAN FE Y VALOR
El mantenernos separados del mundo también requiere fe y valor. Para edificar nuestra fe tenemos que cultivar un saludable apetito espiritual, por estar conscientes de nuestra necesidad espiritual a todo tiempo. (Mat. 5:3) Eso incluye el hacer un hábito del estudio personal de la Biblia y asistir con regularidad a las reuniones cristianas. Esta es una esfera en la cual muchos del pueblo de Jehová necesitan mejorar. Cada uno de nosotros con regularidad debería separar tiempo para estudiar personalmente la Biblia. Si es necesario, levántese media hora más temprano. Muchos lo hacen, para poder efectuar tal estudio. Queremos apreciar la Palabra de Dios como el salmista que exclamó: “¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día es ella mi interés intenso. Ando alborozado a causa de tu dicho tal como uno hace al hallar mucho despojo.”—Sal. 119:97, 162.
La manera en que contribuye la fe firme a mantenernos separados del mundo puede verse por el ejemplo de hombres fieles de la antigüedad. Con relación a éstos, leemos en el capítulo 11 de Hebreos que “el mundo no era digno de ellos.” Ellos habían cifrado sus esperanzas en el reino de Dios y por lo tanto ‘vieron estas cosas desde lejos y las acogieron y reconocieron que eran forasteros, extranjeros, residentes temporales’ en lo relativo al mundo.
El que valerosamente vayamos de casa en casa con el mensaje de las buenas nuevas del reino de Dios no solo es muestra de nuestra fe y nos ayuda a fortalecerla, sino que también nos ayuda en gran manera a mantenernos separados del mundo. Se nos graba en la mente que existe un gran abismo entre la gente del mundo y los cristianos; y el notar la apatía, la indiferencia, el prejuicio y la franca oposición de muchas de las personas a quienes hablamos nos ayuda a resistir las tentaciones del mundo. Lo mismo es aplicable en lo que toca al testimonio informal. Por hacer esta obra, personas que fueron “hippies” rara vez han tenido dificultad alguna en separarse de las personas con quienes antes se asociaban; éstas se mantienen alejadas de ellos porque no quieren que se les predique.
FIDELIDAD EN LO MÍNIMO
El mantenerse uno separado del mundo también requiere que sea fiel en asuntos pequeños. Como dijo Jesús: “La persona fiel en lo mínimo es fiel también en lo mucho, y la persona injusta en lo mínimo es injusta también en lo mucho.” (Luc. 16:10) Si ejercemos cuidado para no seguir al mundo, para no permitir que éste ejerza su influencia sobre nosotros en asuntos pequeños, como en lo referente a vestirse y arreglarse uno de manera provocativa, el no ser honrado en los asuntos de dinero, el practicar el engaño en cuanto a los impuestos, el ser ocioso en el trabajo, el correr riesgos innecesarios, el conducirse de manera relajada con el sexo opuesto... si evitamos todas estas cosas, nos guardaremos de violar las leyes de Dios en asuntos más serios.
Ese principio se ilustra en el caso de los cuatro hebreos que fueron llevados cautivos a Babilonia, como se registra en el libro de Daniel. Por haber demostrado su fidelidad en el asunto aparentemente insignificante del alimento, pudieron salir victoriosos en asuntos de vida y muerte, en los cuales estaba envuelta la cuestión de obedecer a Dios o a los hombres.—Dan. 1:1-17; 3:1-30; 6:4-23.
HUMILDAD Y GOBIERNO DE UNO MISMO
La humildad es otra cualidad que nos ayuda en gran manera a mantenernos separados del mundo. Envuelve el tener una opinión modesta de nosotros mismos, de modo que nunca pensemos más de nosotros mismos de lo que es necesario pensar. (Rom. 12:3) Los que tienen una opinión demasiado elevada de sí mismos pueden llegar a ser blanco fácil para las personas de habla lisonjera de este mundo. Puede decirse que Satanás empleó un argumento lisonjero para engañar a Eva. (Gén. 3:1-7) El ser humildes nos ayudará a estar contentos con las bendiciones espirituales y materiales que tenemos. Si tenemos devoción piadosa y nos bastamos con lo que tenemos, como a ello se nos exhorta en 1 Timoteo 6:6, no estaremos inquietos y anhelando placeres prohibidos, excitación o fuertes emociones por medio de ver la violencia en la pantalla de cine o televisión; no nos sentiremos tentados a obrar con falta de honradez en nuestras relaciones con otros, ni a hacernos codiciosos de ganancia personal. Si tenemos una opinión modesta de nosotros mismos, estaremos contentos con nuestro propio cónyuge y no estaremos echando miradas codiciosas hacia otras personas que tal vez puedan ofrecernos más encanto, placer o compañerismo.
El mantenerse uno separado del mundo también requiere que uno sepa gobernarse. El tener gobierno de nosotros mismos nos ayudará a tolerar el dolor de modo que no transijamos bajo persecución severa, pues en todo tiempo acudiremos a Jehová Dios para recibir de él la fortaleza necesaria. Es lo mismo con relación a las tentaciones que el mundo de Satanás o las circunstancias puedan ponernos en el camino, es decir, tentaciones para hacernos ceder a las obras de la carne. (Gál. 5:19-21) Si hemos cultivado el fruto del gobierno de nosotros mismos, podremos resistir a todas las tentaciones de esta clase, y hacer lo que el apóstol Pablo dice que él hizo: “Aporreo mi cuerpo y lo conduzco como a esclavo, para que, después de haber predicado a otros, yo mismo no llegue a ser desaprobado de algún modo.”—1 Cor. 9:27.
TEMOR A JEHOVÁ Y AMOR ALTRUISTA
El mantenernos separados del mundo también requiere que temamos a Jehová, lo cual es el principio de la sabiduría. (Sal. 111:10) El temor piadoso respecto a desagradar a nuestro Padre celestial nos mantendrá separados del mundo inicuo. El mundo es muy malo, y el temer a Jehová significa odiar lo que es malo.
Pero, sobre todo, necesitamos amor altruista para mantenernos separados del mundo. El mundo presenta atracción al egoísmo. El que las tentaciones del mundo no tengan ninguna atracción para nosotros depende del grado al que seamos altruistas. Si verdaderamente amamos a Jehová Dios de todo corazón y alma, con toda nuestra mente y fuerza, le seremos leales y no nos asociaremos con sus enemigos. No resultaremos infieles a él. Y si amamos a nuestros hermanos cristianos nos mantendremos separados del mundo, pues, de no hacer eso, pudiéramos causarles tropiezo, dado que nuestras acciones serían mal ejemplo. Si amamos a nuestra propia familia, nos guardaremos de toda forma de incitación mundana que pudiera tentarnos a ser desleales a ella en pensamiento, palabra o acción.
RECOMPENSAS DEL MANTENERNOS SEPARADOS
¿Cuáles son las recompensas que nos vienen por mantenernos separados del mundo? Una es que podemos disfrutar de la amistad pura de Jehová Dios, Jesucristo y nuestros hermanos cristianos. Además, al mantenernos separados del mundo mantendremos una conciencia limpia y evitaremos los malos frutos que son el resultado de las obras de la carne. (Gál. 6:7, 8) Al mantenernos separados de Babilonia la Grande, no participaremos en su culpa ni recibiremos de sus plagas.—Rev. 18:4.
El mantenernos separados de las naciones políticas también tiene sus recompensas. Aunque frecuentemente ha resultado en que los verdaderos cristianos sufran penalidades, sin embargo vez tras vez el que ellos se hayan mantenido separados de los conflictos nacionalistas ha sido para ventaja de ellos. En países como el Líbano y el norte de Irlanda, que están divididos por contiendas, la posición de neutralidad de estos cristianos les ha permitido participar libremente en la obra de testificar y hasta les ha salvado la vida.
Al mantenernos separados del mundo podremos, con beneficio para nosotros mismos, obedecer el mandato que se encuentra en Sofonías 2:3: “Busquen a Jehová, todos ustedes los mansos de la tierra, los que han practicado Su propia decisión judicial. Busquen justicia, busquen mansedumbre. Probablemente sean ocultados en el día de la cólera de Jehová.” Así, tal vez podamos pasar a través de la “grande tribulación” y disfrutar entonces de vida eterna en el nuevo orden de Dios.—Mat. 24:21; 2 Ped. 3:13.
Por lo tanto, que todos los cristianos verdaderamente dedicados tengan siempre presente la necesidad de mantenerse separados del mundo dominado por Satanás el Diablo. Que siempre reconozcan las muchas razones por las cuales deben hacer eso. Y que se muestren diligentes en cultivar las cualidades que se necesitan para mantenerse separados del mundo.
Como se muestra en los siguientes artículos preparados para ser estudiados, nuestra actitud hacia este mundo nos afecta profundamente. De veras, ‘segamos lo que sembramos.’
[Ilustraciones en la página 9]
ODIE Y EVITE LO MALO
VIOLENCIA
VICIOS
EDIFIQUE FE FUERTE EN DIOS
ESTUDIO
ORACIÓN