Acepte la ayuda de Dios para vencer faltas secretas
“Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder.” (FILIPENSES 4:13.)
1. ¿Qué pidió cierto padre preocupado?
EL MUCHACHO era epilépticoa. Espumajeaba, tenía convulsiones, y a veces caía en el agua o en el fuego. Su preocupado padre buscó a un hombre que tenía la fama de curar a los enfermos. Cuando parecía que había falta de confianza en cuanto a la habilidad de aquel hombre, el padre clamó: “¡Tengo fe! ¡Ayúdame donde necesite fe!”.
2. ¿Cómo podemos estar seguros de que Dios quiere ayudarnos a vencer nuestras faltas?
2 Podemos aprender algo de este padre que buscó la ayuda de Jesús. El hombre reconocía que su fe pudiera ser deficiente; también estaba seguro de que Jesús quería ayudar. Así puede ser en nuestro caso, a medida que nos encaramos a nuestras propias faltas —incluso a las secretas— y nos esforzamos por vencerlas. Podemos confiar en que Jehová Dios quiere ayudarnos, tal como él ha ayudado a otras personas en el pasado. (Compárese con Marcos 1:40-42.) Por ejemplo, él ayudó al apóstol Pablo a hacer frente a faltas que se pueden derivar de tener abundancia o estar en necesidad. El pobre pudiera ansiar riquezas; la flaqueza del rico pudiera ser el confiar con presunción en el éxito y mirar despectivamente a los que tienen menos que él en sentido material (Job 31:24, 25, 28). ¿Cómo venció o evitó Pablo tales faltas? Él dice: “Para todas las cosas tengo la fuerza en virtud de aquel que me imparte poder”. (Filipenses 4:11-13.)
3. ¿Por qué es sabio que tratemos de vencer nuestras debilidades?
3 Mientras recurrimos al poder de Dios, es sabio que nos esforcemos por vencer nuestras faltas y no hagamos caso omiso de ellas solo porque éstas quizás sean actualmente secretas. El salmista dijo acerca de Jehová: “Él está enterado de los secretos del corazón” (Salmo 44:21). Si no vencemos nuestras faltas, puede que éstas salgan a la luz para mayor perjuicio nuestro. A esto aplica el siguiente principio: “Los pecados de algunos hombres son públicamente manifiestos, conduciendo directamente al juicio, mas en cuanto a otros hombres sus pecados también se hacen manifiestos más tarde” (1 Timoteo 5:24). Examinemos dos faltas comunes que merecen la atención de los cristianos que desean agradar a Jehová.
Falta secreta relacionada con el deseo sexual
4, 5. a) ¿Qué punto de vista equilibrado tocante al deseo sexual presenta la Biblia? b) ¿Qué advertencias hallamos en las Escrituras respecto al deseo sexual?
4 Uno de los dones más agradables que Dios nos ha dado es el matrimonio, junto con la facultad y el deseo de reproducirnos (Génesis 1:28). El deseo sexual que se expresa en las relaciones maritales es natural y limpio. La Biblia recomienda el disfrutar de las relaciones sexuales con el cónyuge de uno (Proverbios 5:15-19). Sin embargo, no se puede dar rienda suelta al apetito sexual. A modo de comparación, considere nuestro deseo de alimento. El que nuestro apetito vuelva a aparecer a intervalos no significa que debamos cultivar un anhelo inmoderado de alimento, o que no necesitemos controlar cuándo, dónde y cómo comemos. (Proverbios 25:16, 27.)
5 Puede que Pablo haya estado casado alguna vez, y sabía que las expresiones sexuales normales entre cónyuges eran apropiadas (1 Corintios 7:1-5). Así que tenía que estar refiriéndose a algo diferente cuando escribió: “Amortigüen, por lo tanto, los miembros de su cuerpo que están sobre la tierra en lo que toca a fornicación, inmundicia, apetito sexual, deseo perjudicial y codicia” (Colosenses 3:5). Él tiene que haber querido decir expresiones sexuales más allá del arreglo marital y los medios maritales apropiados. El apóstol también dijo: “Cada uno de ustedes sepa tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra, no en codicioso apetito sexual” (1 Tesalonicenses 4:4, 5). Este franco consejo inspirado es provechoso tanto para los cristianos casados como para los solteros.
6. ¿Por qué es correcto que los cristianos eviten la masturbación?
6 Un modo como a menudo se manifiesta esa “pasión libidinosa [lujuriosa, lasciva]” (1 Tesalonicenses 4:5, Torres Amat, 1925) es mediante la persona estimular sus propios órganos sexuales por el placer que la acción produce. Esto se conoce como masturbación. Es muy común entre los muchachos y las muchachas solteros. Pero también participan en ello muchas personas casadas. El hecho de que es una práctica común lleva a muchos doctores a afirmar que es normal y hasta provechosa. No obstante, esta práctica está en oposición al consejo de Dios contra el “codicioso apetito sexual”. Podemos entender mejor el porqué, y por qué deberían vencer tal hábito los cristianos, al considerar cierto consejo que Jesús dio.
7. ¿Cómo provee Mateo 5:28 otra razón para abstenerse de la masturbación?
7 Jesús dijo: “Todo el que sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido adulterio con ella en su corazón” (Mateo 5:28). Él sabía que los pensamientos apasionados en cuanto al adulterio frecuentemente preceden los actos inmorales. Sin embargo, hasta los que excusan la masturbación reconocen que ésta generalmente abarca fantasías sexuales. Después de hablar sobre la “atención consciente [que prestan los jóvenes] al placer que la masturbación puede producir”, el libro Talking With Your Teenager añade: “Tal vez se imaginen que están en situaciones de desenfreno sexual o con compañeros del mismo sexo o con personas mayores, como maestros, parientes, hasta [padres]. Quizás tengan fantasías con relación a la violencia sexual. Todo esto es absolutamente normal”. Pero ¿lo es? ¿Cómo podrían los cristianos considerar que tales fantasías y la masturbación son ‘normales’ a la luz de la advertencia de Jesús acerca del ‘adulterio en el corazón’ o el consejo de Pablo contra el “codicioso apetito sexual”? No, tales fantasías y la masturbación —sea por parte de un joven o de un adulto, de una persona soltera o de una casada— hay que vencerlas.
Cómo vencer esta falta reservada
8, 9. ¿Qué hechos tiene que comprender la persona, lo cual la puede ayudar a dejar el hábito de la masturbación?
8 Si un cristiano tiene esta falta secreta, ¿qué podría hacer para vencerla, para “tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra”? (1 Tesalonicenses 4:4.) Dios, mediante su Palabra, suministra ayuda valiosa.
9 Primero es importante reconocer que Jehová sí tiene normas. Él expresa claramente lo incorrecto de las relaciones sexuales extramaritales, tanto en el caso de la fornicación como en el del adulterio (Hebreos 13:4). Por consiguiente, si creemos que Sus caminos son los mejores, procuraremos galardones satisfacientes de la expresión sexual solo dentro del matrimonio (Salmo 25:4, 5). El libro Adolescence, de E. Atwater, señala que, respecto a la masturbación, los jóvenes comúnmente manifiestan ‘reserva, vergüenza y recelos’. Una razón que se da es que ‘en la masturbación falta la intimidad de una relación amorosa que acompaña al coito sexual’. Sí, es provechoso controlar el deseo sexual hasta que éste se pueda expresar mediante amorosas relaciones maritales.
10. ¿Cuáles son algunas medidas que la persona puede tomar para ayudarse a sí misma a vencer la práctica?
10 La Palabra de Dios suministra ayuda adicional al aconsejar: ‘Cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean de buena reputación y cualquier virtud que haya, continúen considerando estas cosas’ (Filipenses 4:8). Está claro que las películas eróticas y las novelas inmorales no son ‘castas ni de buena reputación o virtuosas’. No obstante, de estas cosas se alimentan frecuentemente los que practican la masturbación. Cualquier persona que tome la resolución de vencer esta falta tiene, pues, que evitar completamente tales medios eróticos. La experiencia ha demostrado que si los deseos de una persona comienzan a inclinarse a lo erótico de una manera que anteriormente resultó en la masturbación, el concentrarse de modo resuelto en lo que es justo y casto puede enfriar dichos deseos. Esto es especialmente importante si la persona está a solas o en la oscuridad, cuando la falta secreta de la masturbación es más comúnb. (Romanos 13:12-14.)
11. Describa otras cosas que han resultado provechosas para los que se enfrentan con esta falta.
11 Una ayuda relacionada con lo susodicho es mantenerse activo o activa, en armonía con la amonestación: “Vigilen estrechamente que su manera de andar no sea como imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda, porque los días son inicuos” (Efesios 5:15, 16). Pida a un confidente cristiano maduro sugerencias en cuanto a medidas positivas que usted pueda tomar (Isaías 32:2). Muchas personas que han vencido esta falta reconocen que el saber que un cristiano interesado en su bienestar les preguntaría sobre su progreso les ayudó a desarrollar gobierno de sí mismas. Por supuesto, el que debería ser nuestro confidente más íntimo es Jehová. De modo que es vital acudir a él en oración y buscar su ayuda (Filipenses 4:6, 7). Si alguien que haya luchado contra esta falta por algún tiempo “tropieza”, puede pedir a Dios poder, entonces puede reanudar sus esfuerzos y probablemente tener éxito de nuevo, por un período aun más largo. (Hebreos 12:12, 13; Salmo 103:13, 14.)
La lucha contra el mal uso de las bebidas alcohólicas
12. ¿Cuál es el punto de vista cristiano acerca de las bebidas alcohólicas?
12 ‘El vino regocija a Dios y a hombres’, dice cierto versículo bíblico (Jueces 9:13). Tal vez usted concuerde con esto, pues las bebidas alcohólicas han sido una ayuda para la relajación y una fuente de placer para muchas personas (Salmo 104:15). Sin embargo, pocas negarían que el uso de las bebidas alcohólicas puede plantear peligros físicos y morales. Un problema grave es la borrachera absoluta. Esta falta es tan grave que Dios advierte que los borrachos pueden ser expulsados de la congregación y excluidos del Reino (1 Corintios 5:11-13; Gálatas 5:19-21). Los cristianos están conscientes de esto y concordarían en que tienen que evitar emborracharse. Pero, aparte de la borrachera, ¿cómo pudiera el uso de las bebidas alcohólicas convertirse en una falta secreta?
13. Ilustre cómo podría desarrollarse el depender del alcohol.
13 Un cristiano pudiera beber solamente con moderación y, no obstante, todavía tener una falta grave. Considere la experiencia de un hombre a quien llamaremos Heinz.
Él, su esposa e hijos llegaron a ser cristianos verdaderos y estaban muy activos en la congregación de la localidad. Con el tiempo Heinz fue nombrado anciano y llegó a ser considerado una ‘columna’ entre las congregaciones de la ciudad (Gálatas 2:9). Es comprensible que él se encarara a presiones relacionadas con criar a su familia y a cierto grado de inquietud al cuidar del rebaño (2 Corintios 11:28). Sin embargo, su empleo le ocasionó gran tensión porque la compañía para la cual trabajaba estaba creciendo, y su jefe quería que él se encargara de numerosos problemas y decisiones.
Muchas noches Heinz estaba bastante tenso. Descubrió que una copa o dos lo ayudaban a relajarse. Claro, por ser un cristiano maduro, evitaba cuidadosamente beber en exceso o emborracharse. Aunque sí tomaba algunas copas para relajarse de noche, no necesitaba bebidas alcohólicas durante el día, y ni siquiera tomaba durante la mayoría de las comidas. No se le conocía como alguien ‘dado a mucho vino’. (1 Timoteo 3:8.)
Inesperadamente Heinz fue hospitalizado para ser sometido a una operación corriente. Surgieron algunos síntomas extraños. ¿Cuál era la causa? Al personal médico no le tomó mucho tiempo determinar que Heinz estaba experimentando síndrome de abstinencia. Sí, su cuerpo había llegado a depender del alcohol. Esto fue una sorpresa para la familia, pero sus familiares se unieron a él y lo apoyaron en su resolución de evitar las bebidas alcohólicas por completo.
14. ¿Qué podría llevar a que las bebidas alcohólicas pusieran a uno en ridículo?
14 Algunas personas perciben que las bebidas alcohólicas han adquirido un papel desacostumbrado en su vida, así que tratan de ocultar su hábito de beber, pues no quieren que su familia ni sus amigos se den cuenta de cuánto beben ellas o cuán a menudo lo hacen. Otras tal vez no crean que dependen del alcohol; sin embargo, la bebida se ha convertido en un punto focal de su día. Las personas que están en cualquiera de estas categorías están en gran peligro de beber en exceso en alguna ocasión o de ser alcohólicos ocultos. Considere este proverbio: “El vino es burlador, el licor embriagante es alborotador, y todo el que se extravía por él no es sabio” (Proverbios 20:1). El punto es que el beber demasiado puede hacer que la persona obre de modo alborotador y quede en ridículo. No obstante, el vino pudiera poner en ridículo a alguien en otro sentido. La persona merece quedar en ridículo si piensa que su hábito de beber está oculto de Dios.
15. ¿Qué relación hay entre las palabras de Pablo en 1 Corintios 9:24-27 y el uso que el cristiano hace de las bebidas alcohólicas?
15 Uno de los frutos del espíritu de Dios es el gobierno de uno mismo, y necesitamos esta cualidad en todos los aspectos de la vida (Gálatas 5:22, 23). Pablo asemejó el cristiano a un corredor. En una carrera normal, el corredor “ejerce gobierno de sí mismo en todas las cosas” simplemente para “obtener una corona corruptible”. De igual manera, el cristiano tiene que desplegar “gobierno de sí mismo en todas las cosas” para alcanzar un premio de mucho más valor... LA VIDA. Pablo recalcó que tenemos que ‘conducir nuestro cuerpo como a esclavo’ para asegurarnos de ‘que, después de haber predicado a otros, nosotros no lleguemos a ser desaprobados de algún modo’, tal como por una falta secreta relacionada con las bebidas alcohólicas. (1 Corintios 9:24-27.)
16. ¿Cómo puede determinar una persona si, en su caso, las bebidas alcohólicas se han convertido en una falta?
16 ¿Qué puede ayudar al cristiano a enfrentarse con esta falta? Es útil entender que, aunque el bebedor quizás oculte su proceder de otros humanos, no lo está escondiendo de Dios (1 Corintios 4:5). Así, sinceramente —a la vista de Dios—, la persona debería reflexionar sobre sus hábitos de beber. (Nos referimos a beber por el placer o el efecto que produce, y no simplemente a tomar una pequeña cantidad como bebida común con las comidas.) Sin embargo, algunas personas tal vez digan: ‘Pero yo no tengo que beber. Sencillamente disfruto de ello; la bebida me relaja. Podría abstenerme si quisiera’. Pues bien, en vista de los peligros potenciales de beber en exceso o depender del alcohol, ¿por qué no hace precisamente eso por un mes o dos? O, puesto que hay una tendencia muy fuerte a negar que haya algún problema, resuélvase a abstenerse de las bebidas alcohólicas por un mes en todo momento en que el tomarse una copa sea normal. Por ejemplo, la persona que generalmente se tome una copa después del trabajo, antes de acostarse o en una reunión social pudiera evitar hacerlo. Así puede comprobar cómo se siente. Si se le hace difícil, o ‘sencillamente no puede relajarse’, tiene una falta grave.
17. ¿Por qué tiene que esforzarse por vencer su debilidad el cristiano que tiene una falta oculta relacionada con las bebidas alcohólicas?
17 Una vez que el cristiano sincero comprenda ante Dios que tiene una falta con relación a las bebidas alcohólicas, será más fácil vencerla. Puede que ya sepa que la Biblia dice que ‘la persona de estupidez’ es quien razona ‘que las aguas hurtadas son dulces, y el pan [o la bebida alcohólica] que se consume en secreto... es agradable’. No obstante, tales personas, dice Proverbios, acabarán impotentes en la muerte. En contraste, el sabio ama la censura, y felizmente ‘deja a los inexpertos y sigue viviendo al andar directamente en el camino del entendimiento’ (Proverbios 9:1, 6, 8, 13-18). Sí, Dios suministra ayuda adicional para que venzamos faltas secretas al permitirnos saber lo que hay adelante, cuáles serán los resultados finales.
Dios recompensa las acciones privadas
18. A medida que vencemos nuestras faltas secretas, ¿de qué podemos estar seguros? (Proverbios 24:12; 2 Samuel 22:25-27.)
18 Algunas personas viven en temor de que otros o Dios descubran los malos caminos de ellas. Que esto no suceda en nuestro caso. En vez de eso, vivamos con el conocimiento de que no podemos ocultar de Él los asuntos, “porque el Dios verdadero mismo traerá toda clase de obra a juicio con relación a toda cosa escondida, en cuanto a si es buena o es mala” (Eclesiastés 12:14). Aceptemos la ayuda de Jehová para vencer nuestras faltas, incluso las ocultas. Entonces podemos esperar con anhelo el tiempo en que “las cosas secretas de la oscuridad” se saquen a la luz y “los consejos de los corazones” se pongan de manifiesto. “Entonces a cada uno le vendrá su alabanza procedente de Dios.” (1 Corintios 4:5; Romanos 2:6, 7, 16.)
[Notas a pie de página]
a Mateo 17:14-18, Marcos 9:17-24 y Lucas 9:38-43 muestran que la posesión demoníaca causaba tal estado. La Biblia hace una distinción entre este tipo de epilepsia y la que se atribuye a causas naturales. (Mateo 4:24.)
b A veces durante el sueño, el cuerpo experimenta una emisión sexual involuntaria, suceso natural que no es lo mismo que la masturbación, un acto consciente.
¿Recuerda usted?
◻ ¿Cuál es el parecer de Dios acerca de las faltas secretas que tal vez estemos esforzándonos por vencer?
◻ ¿Qué consejo bíblico indica que se debe evitar la masturbación?
◻ ¿Cómo puede un cristiano vencer el hábito de la masturbación?
◻ Puesto que la Biblia no lo condena, ¿cómo podría convertirse en una falta secreta el uso de bebidas alcohólicas?
◻ ¿Qué medidas prudentes pueden tomarse al enfrentarse con una falta privada que se relacione con las bebidas alcohólicas?
[Recuadro en la página 17]
Venció la masturbación
DE JOVEN, C—— tenía sentimientos sexuales normales, pero también tenía un problema. Desde la edad de 13 años tenía el hábito de masturbarse, generalmente en lo secreto de su habitación. Estaba un poco avergonzado por ello, pero opinaba que no estaba haciendo daño a nadie más.
Para cuando tenía 19 años de edad, la práctica estaba arraigada. De vez en cuando C—— la confesaba a su sacerdote, pero éste le decía que, aunque tal práctica era incorrecta, no era demasiado grave. Cuando C—— se alistó en el ejército, no tuvo mucha oportunidad de estar a solas. Por lo tanto, rara vez recurrió a la masturbación, lo cual, dicho sea de paso, muestra que su hábito pasado no era el resultado de una pasión incontrolable.
Al salir del ejército, C—— regresó a casa. Comenzó a comprar revistas pornográficas y, excitado por éstas, volvió pronto a sus costumbres anteriores. Cuando comenzó a vivir solo, era fácil conseguir material que lo estimulara en sentido sexual. A menudo se masturbaba varias veces al día.
Luego comenzó a estudiar la Biblia con un ministro de los testigos de Jehová. A medida que fue aprendiendo el punto de vista de Dios acerca de la inmoralidad, C—— se sintió avergonzado de comprar literatura pornográfica, y quiso dejar el hábito de la masturbación. Trataba de dejarlo. Pero después de una semana o dos sentía tensión sexual, se detenía ante algún quiosco de periódicos, y llegaba a excitarse por el material inmoral que veía. De vuelta en casa, le parecía que, puesto que ya había fallado, daba igual que fuera un paso más allá. Después tenía remordimientos. ¿Acaso nunca podría dejar este mal hábito?
Finalmente C—— habló con un anciano, en sentido espiritual, de la congregación. Este ministro fue comprensivo y lo ayudó a buscar información basada en la Biblia que lo ayudara a cultivar más gobierno de sí mismo. El ministro también explicó:
‘Imagínese que el deseo es como una cadena. El primer eslabón es pequeño y débil. Pero cada eslabón sucesivo es más grande y más fuerte. Lo mismo sucede con los vivos deseos que llevan a la masturbación. Así que usted tiene que detener el impulso tan pronto como pueda. Mientras más tiempo pase, más intenso se hace el deseo. Finalmente se hará casi incontenible. Sí, trate de romper la cadena por el primer eslabón. Tan pronto como sienta el impulso, ¡HAGA ALGO! Levántese y cambie de posición, limpie sus zapatos, vacíe el cubo de la basura... haga cualquier cosa para romper el eslabón. Pudiera comenzar a leer algo en voz alta, como la Biblia o una publicación cristiana, que encauce sus pensamientos de acuerdo con ideas limpias’.
Este ministro preguntaba a C—— en las reuniones cómo le iba, y lo encomiaba y animaba con regularidad en cuanto a la resolución que había tomado. Por siete semanas C—— tuvo éxito. Luego, cuando se sintió frustrado y desanimado por otro problema, sucumbió de nuevo y compró alguna literatura erótica. Esto lo llevó a reincidir. Tales episodios fueron reveses, pero el ministro lo instó a continuar la lucha. Poco a poco los intervalos se alargaron a 9 semanas, luego 17 semanas, después hasta más tiempo. Lentamente fue aumentando su confianza en que podría dominar el problema secreto.
Por último, C—— se encaró al hecho de que Jehová sabía todo lo que él estaba haciendo. Por eso, si quería servir a Dios con una conciencia completamente limpia, tendría que librar totalmente su vida de esta práctica. ¡Lo hizo! Ahora ni siquiera puede recordar cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que se masturbó. Como cristiano ejemplar, C—— ha recibido cierta responsabilidad en la congregación, y está haciendo planes para aumentar su servicio para la alabanza de Dios. Es una persona distinta.