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  • Nunca luchando ilegalmente o cesado de predicar por todo el mundo

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  • Nunca luchando ilegalmente o cesado de predicar por todo el mundo
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1955
w55 15/5 págs. 307-314

Nunca luchando ilegalmente o cesado de predicar por todo el mundo

1. ¿Qué haremos y qué no haremos en nuestra lucha por libertad para predicar?

LOS testigos de Jehová nunca recurren a algún medio ilegal o ilícito en la lucha por libertad para predicar por todo el mundo. ¿Tomamos nosotros, Sus testigos, la ley en nuestras propias manos? ¡No! Nosotros no obramos de concierto contra los funcionarios gubernamentales. ¡No entramos por fuerza a través de la Cortina de Hierro! No perjudicamos a funcionarios, y no nos armamos para oponernos a ellos. No abogamos por derrocamientos de gobiernos mediante la fuerza o violencia ya sea por hombres o grupos de hombres. Esto es cierto aun cuando ese gobierno oprima nuestra obra dada por Dios de predicar las buenas nuevas del Reino. Sólo usamos los instrumentos de combate que se pueden usar conforme a la ley de determinado país. Supongamos que la ley de un país no tenga ningún procedimiento judicial con el cual podamos pelear legalmente. Entonces no procuramos rehacer al gobierno o cambiarlo o rebelarnos contra él.

2. ¿Qué manera de proceder puede adoptarse en ciertos países, por qué, y quién decide tal plan de acción?

2 En algunos países los gobiernos son tan inestables, o la oposición a la verdad es tan grande, que es imprudente predicar pública o abiertamente. En dichos países no se puede recurrir a los tribunales y los funcionarios no protegerán nuestros derechos. Sabemos que si hay conmoción o dificultad allí puede resultar en una proscripción veloz. La razón es que existe dominio católico o gobierno totalitario. En algunos países sólo es por el favor de los funcionarios que se permite hacer la obra de casa en casa. La predicación en las calles se prohibe. En dicha situación no se insiste en el derecho de predicar en las calles. La Sociedad decide esto. Este plan de acción nunca se establece por los hermanos locales. El demandar el derecho de hacer la obra en las calles en dichos lugares resultaría inevitablemente en la imposición veloz de una proscripción. Puede hacer que los funcionarios paren la predicación de puerta en puerta de las buenas nuevas. En tales países oramos “respecto a reyes y a todos los que están en puestos encumbrados, para que podamos continuar llevando una vida tranquila y sosegada con plena devoción piadosa y seriedad.”—1 Tim. 2:1, 2, NM.

3, 4. (a) En los lugares donde no es legal ir de casa en casa, ¿cómo se lleva a cabo la obra de predicar? (b) ¿Qué razones y apoyo bíblico tenemos para proceder de tal manera?

3 En algunos países no es legal trabajar abiertamente de casa en casa con la literatura. A fin de evitar contienda con las autoridades y proscripción total, puede que la Sociedad dirija que la testificación se limite a la predicación oral con la Biblia. Así se hace posible identificar o marcar a las personas de buena voluntad. Después se vuelve a visitar a estas personas y se les da la oportunidad de recibir las publicaciones en que se revela la Palabra de Dios. Esto se hace a un tiempo conveniente. Esto se hace en la soledad de sus hogares y fuera de la vista del enemigo. ¿No es mucho más prudente evitar la distribución pública de literatura en algunos países, especialmente cuando el insistir en la distribución abierta significa un fin veloz de la libertad para hacer la obra? ¡El hacer la pregunta manifiesta una respuesta afirmativa a ella!

4 Hay sanas razones bíblicas para modificar los métodos de trabajo en diferentes países. No somos enviados al mundo para ir a la cárcel. No optamos por ser mártires muertos. Nuestro propósito es lograr la predicación del evangelio. Para que se haga tenemos que estar libres y vivos. (Ecl. 9:10) Para que el evangelio se predique en todo el mundo, por lo tanto, debemos recordar que Jesús dijo que éramos “ovejas en medio de lobos.” Es evidente que no podemos predicar en España o Argentina como ahora predicamos en los Estados Unidos. Por lo tanto, tenemos que ejercer extremado tino teocrático, mostrando que somos “cautos como serpientes y sin embargo inocentes como palomas.” (Mat. 10:16, NM) El espíritu de una mente sana dicta que el hacer otra cosa sería insensatez. El proverbio dice: “El cauto ve el mal y se esconde, los simples pasan adelante y sufren las consecuencias.” (Pro. 27:12, BC) Una expresión común es apropiada: “Los tontos entran precipitadamente adonde los ángeles temen pisar.” ¿De qué serviría pelear una batalla inútil en algunos países para poder predicar abiertamente? Supongamos que, como resultado de la pelea, no se permitiera absolutamente ninguna obra de testificación. Que todo fuera proscrito. Entonces ¿qué? Eso no mantendría activa a la obra. ¿No podemos lograr más obrando un poco menos visiblemente en la predicación del evangelio en dichas naciones? (2 Tim. 1:7) Dicho proceder mantendrá la obra activa en esos países. Eso es lo que queremos, mantener la obra abierta para que a nuestros hermanos y las personas de buena voluntad se les pueda proveer el alimento espiritual procedente de la oficina principal de la Sociedad y se les alimente con éste.

5. ¿Qué manera de proceder adoptan los testigos de Jehová cuando una nación proscribe su obra por completo?

5 ¿Qué sucede cuando una nación proscribe nuestra obra por completo? ¡El conducto directo de abastecimiento de alimento espiritual procedente de la oficina principal terrestre queda roto! Pero—los testigos de Jehová todavía están en el país. No pueden cesar de predicar. (Jer. 26:14, 15) La proscripción sólo impide su predicación pública o abierta. No pueden llevar a cabo su obra abiertamente con legalidad. En consecuencia por decretos opresivos se hallan obligados a ocultarse para hacer su predicación. Siguen el mismo proceder que adoptaron los cristianos en Roma. Allí ellos y su predicación fueron forzados a las catacumbas.

PREDICACIÓN INTRÉPIDA A PESAR DE OPOSICIÓN

6. ¿Qué revelan los hechos respecto al efecto de las proscripciones contra la obra de predicar, y por qué es así?

6 Los hechos registrados revelan que las proscripciones no detienen la predicación. Más bien manifiestan que, a veces, la predicación oculta florece mejor que la abierta. Mientras más ardiente es la persecución más prontamente germinan las semillas de verdad donde hay “tierra buena.” Crecen rápidamente y se esparcen extensivamente en tales climas cálidos. Es tan imposible prohibir que surjan las personas de buena voluntad y entren en la verdad como lo es tratar de eficazmente mandar a la hierba que no brote del suelo. ¡No puede hacerse! Nuestros hermanos, en los países donde hay proscripciones, no salen de allí ni cesan como Urías, el infiel profeta que huyó. (Jer. 26:21) Ellos son como Jeremías. Él estaba bajo una proscripción y se enfrentó a amenazas de muerte. (Jer. 26:8) Rehusó huir del país. Fué arrojado a una cisterna. (Jer. 38:6) Jehová lo libró. (Jer. 38:10-13) Como en el caso de Jeremías, la verdad es como fuego en los huesos de los testigos modernos en tales países. (Jer. 20:9) ¿Puede ser detenida? ¡No! ¡No puede ser sofocada! ¡Simplemente tiene que salir! A pesar de cuáles sean las consecuencias de una proscripción ellos no pueden dejar de predicar. Está ordenado por Jehová Dios. El predicar significa vida. El cesar significa muerte.

7. ¿En vista de qué promesas quién es el único a quien debemos temer?

7 Todos tenemos la promesa de Jehová. ¡Él la cumplirá! La promesa de Jehová es que Él continuará cubriéndonos a todos bajo la sombra de su mano y alas. (Isa. 51:16; Sal. 17:8) Esta promesa se cumple tanto en tierras comunistas como en naciones democráticas. Él librará a todo el que invoque el nombre de Jehová. (Joel 2:32; Pro. 18:10) Por lo tanto, ¿hay necesidad de que temamos a dictadores comunistas o politicazos o los gobernantes de alguna nación? La respuesta es: ¡No! ¡Jamás! Temamos sólo a Jehová el Altísimo Dios. “No llaméis conspiración a todo lo que llama este pueblo conspiración, ni participéis en su temor, ni os amedrentéis. Santificad a Jehová de los Ejércitos; y sea él vuestro temor, y sea él vuestro pavor.” (Isa. 8:12, 13) Podemos contar con seguridad al ser obedientes a este mandato de Dios, sea liberal u opresivo el gobierno del país en que vivamos.

8. ¿A qué estamos resueltos debido a qué cosa que se nos asegura?

8 No desistiremos de nuestra lucha por libertad para predicar, aun ante la muerte. Confiaremos en Jehová Dios a todo tiempo. No hay ningún peligro o dificultad tan grande que él no pueda protegernos o librarnos de él. Conocemos su registro. Recordamos lo que Jehová, el Todopoderoso Dios, nuestro Padre, dice: “No temas; porque yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pasares por las aguas, estaré yo contigo, y si por los ríos, no te anegarán; cuando anduvieres por en medio del fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti: porque yo soy Jehová tu Dios, el Santo de Israel, Salvador tuyo: yo dí a Egipto por tu rescate, y a Etiopía y a Sabá en lugar de ti. Desde que fuiste precioso en mi vista, has sido honorable, y yo te he amado; por tanto daré hombres en lugar de ti, y pueblos por tu vida. ¡No temas; porque contigo estoy yo! . . . ¡vosotros pues sois mis testigos, dice Jehová, y yo soy Dios! Y desde que el día existe, yo soy; y no hay quien libre de mi mano: yo haré, y ¿quién lo estorbará?”—Isa. 43:1-5, 12, 13.

9. ¿En qué ciframos nuestra confianza, según lo demuestra qué drama profético?

9 ¿Tenemos nosotros como cristianos, seguidores de Cristo Jesús, una armada, un ejército o un almacenamiento de bombas atómicas? ¡No! ¡No queremos ninguno! ¡No necesitamos ninguno! Nuestra protección la declara Sofonías, que escribió: “¡Jehová tu Dios está en medio de ti; el que es poderoso te salvará: se regocijará sobre ti con alegría, descansará en su amor, y saltará de gozo sobre ti, cantando!” (Sof. 3:17) Todo lo que necesitamos hacer para nuestra protección es sencillo de declarar. Es hacer lo que hicieron los fieles israelitas de la antigüedad en algunas de sus batallas. Sólo cantaron las alabanzas de Jehová. No usaron ninguna arma de combate. Cuando las poderosamente armadas fuerzas aliadas de Moab, Ammón y monte Seir vinieron contra Judá, Jehová hizo que Josafat colocara cantantes delante del ejército para dar alabanza en la hermosura de la santidad. ¿No sabe usted cuál fué el resultado? ¡Seguro que sí! ¡Fué una de las mayores derrotas militares de la historia! (2 Crónicas 20) Jehová también peleó la batalla a favor del rey Asa. Él, no los israelitas, destruyó el ejército etíope de un millón de soldados. (2 Cró. 14:9-15) No fué la fuerza superior de Gedeón lo que derrotó a Madián. El pequeño puñado de trescientos hombres estaba excedido en número muchas veces. Al seguir las instrucciones de Jehová, hicieron que se llenara de terror la hueste de Madián. Todo lo que hicieron fué quebrar sus cántaros y dejar brillar su luz, tocar sus trompetas, y gritar: “¡Por Jehová y por Gedeón!”—Jueces 7.

10. ¿Por qué puede decirse que la Palabra de Dios es poderosa?

10 Nosotros cantamos la canción diciendo las alabanzas de Jehová. Al predicar abrimos de par en par la puerta de la libertad para que la gente de buena voluntad fluya a las ciudades de refugio. (Jos. 21:13, 21, 32, 38; Isa. 26:2) La Palabra de Jehová contiene esperanza de libertad y liberación para los que lo conocen. “Y sucederá que todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el Monte de Sión y en Jerusalem habrá algunos que se salven, conforme ha dicho Jehová, y entre el resto que llamare Jehová.” (Joel 2:32) La Palabra de Jehová que declaramos es poderosa. Edifica lo que debe ser edificado, pero derriba lo que debe ser derribado. Pablo dijo: “Porque las armas de nuestra guerra no son carnales, sino poderosas por parte de Dios para trastornar cosas fuertemente atrincheradas.” (2 Cor. 10:4, NM) Recuerde que fué la Palabra de Jehová la que trajo el diluvio del día de Noé. Es la misma Palabra la que traerá la destrucción del presente mundo malo en la batalla del Armagedón. Es también la misma Palabra la que trae a la existencia los nuevos cielos y nueva tierra en los cuales “la justicia habrá de morar.” (2 Ped. 3:5-7, 13, NM) Fué mediante la Palabra de Dios que se hizo la predicación por Noé. Así como el cataclismo del Armagedón se efectúa por la Palabra de Dios, también la predicación, la cual tiene que terminarse antes que empiece la batalla, será hecha por la Palabra de Dios. (2 Ped. 3:9, 10; Mat. 24:14) Por eso, también, por la Palabra de Dios nosotros, sus testigos, fielmente perseveraremos en nuestra asignación de proclamar libertad a los cautivos.—Isa. 61:1, 2.

PROCLAMANDO LIBERTAD

11, 12. ¿Qué pertinencia tuvo Levítico 25:10 en la antigüedad, en los Estados Unidos en 1776, y cuál ahora en nuestro día?

11 Cuando los Estados Unidos en 1776 declararon su independencia del Imperio Británico la campana en la torre del capitolio de Filadelfia en la colonia británica de Pensilvania tañó por libertad. El toque de esa campana se oyó alrededor de la tierra por medio de los acontecimientos que siguieron. En esa campana se forjaron las palabras: “Proclamar libertad en toda la tierra, para todos sus habitantes.” Estas palabras históricas se citaron del más grande libro de libertad, la Palabra de Dios, la Biblia. Jehová Dios usó estas palabras en su ley para Israel cuando hizo provisión para el año del jubileo. Ese era el año en que todo hombre habría de ser devuelto a su casa y librado de deuda. Ese era un año santificado de libertad. La nación había de “proclamar libertad en toda la tierra para todos sus habitantes.”—Lev. 25:10, VA.

12 Las esperanzas que nacieron en el corazón de los que oyeron ese toque de libertad que dió la “Campana de Libertad” en Filadelfia hicieron que multitudes cobraran aliento, hicieran grandes sacrificios y libraran una revolución que produjo libertad e independencia. Después de más de siglo y medio los habitantes de la “tierra de la libertad” ven la libertad menguando. La vida futura de la libertad está amenazada no sólo en los Estados Unidos sino a través de todo el mundo. En este tiempo de emergencia Jehová Dios ha dado un golpe poderoso sobre la gran Campana de libertad, la Palabra de Dios. ¡El gran mensaje de libertad resuena! Nosotros, sus testigos, oímos el tañido. Hacemos sacrificios extremados a favor de la libertad. Estamos proclamando “libertad en toda la tierra.” No se hace sólo en un país; por todo el mundo tocamos la trompeta de libertad. El mensaje es que el gobierno de Dios es la única esperanza del hombre o garantía permanente de libertad y bendiciones de vida eterna. Nosotros, sus testigos, con tonos claros predicamos la libertad por todo el mundo. Declaramos un mensaje de liberación a los presos que están atados por los errores religiosos de este mundo de Satanás el Diablo. Nosotros, sus testigos, hemos proclamado libertad por toda la tierra.

13. Para mantenernos libres de Satanás, ¿qué ejemplo puesto por Jesús tenemos que seguir?

13 Por medio de cantar las alabanzas de Jehová proclamamos al verdadero Libertador de los presos, Jehová Dios. Nosotros decimos a los presos: “¡Salid!” (Isa. 49:9) Jehová garantiza que ellos no regresan al cautiverio del Diablo, donde Adán colocó a la humanidad. (Eze. 39:28, 29) El gran Libertador y Guerrero, Cristo Jesús, adoptó un proceder que fué todo lo contrario del que Adán adoptó. Él no hizo trato con el Diablo, como Adán. Declaró que Satanás “no tiene ningún dominio sobre mí.” (Juan 14:30, NM) Si seguimos fielmente en los pasos de Jesús, Satanás no tiene ningún dominio sobre nosotros, y jamás capturará a uno de los fieles presos librados o persona de buena voluntad, tampoco.

14. ¿Qué obra de dos aspectos estamos llevando a cabo en armonía con qué juicios de Jehová?

14 Nosotros llevamos nuevas de paz a los de buena voluntad para con Dios. Expresamos un mensaje de muerte y destrucción a los que odian a Jehová. (Jer. 49:14) Como embajadores somos enviados por Jesús a separar la gente, como las ovejas son divididas de las cabras. (Mat. 25:31) Jehová está listo para recompensar a los de cualidades semejantes a las de ovejas y ejecutar su juicio contra los que obran como cabras. El ardor de su celo efectuará esto. (Sof. 3:8) Nosotros los de la sociedad del Nuevo Mundo tenemos a Jehová como Dios nuestro. Verdaderamente, “¡dichosa la nación cuyo Dios es Jehová; el pueblo que él escogió como herencia para sí!” (Sal. 33:12) Pero ésta es la amonestación: “La nación o el reino que no te sirviere, perecerá; sí, aquellas naciones serán completamente asoladas.”—Isa. 60:12; Sal. 145:20.

15. Al comparar nuestra guerra con la que pelearon los judíos en el día de Ester, ¿qué puede decirse en cuanto a su alcance, la clase de guerra y las armas?

15 Regresemos ahora al informe en el Libro de Ester acerca de la lucha de los judíos cautivos bajo el antiguo imperio de Persia. Esa potencia mundial tenía dominio de casi todo el mundo conocido en ese entonces. Verdaderamente, aquellos antiguos siervos de Jehová estaban luchando por todo el mundo. Como fué en su día así es en nuestro día. Su lucha proféticamente representa la lucha mundial de los testigos de Jehová para predicar hoy día. (1 Cor. 10:11; Rom. 15:4) La única diferencia entre su lucha y nuestra lucha es las armas que se usan. Ellos usaron armas carnales. Nosotros no luchamos con ésas. Nosotros, como guerreros cristianos que peleamos por el derecho de predicar por todo el mundo, estamos armados sólo con el espíritu de Jehová Dios y su espada del espíritu, la cual es la Palabra de Dios. (Efe. 6:17) Además de esto Jehová nos ha dado una armadura defensiva. Pablo la describe. En parte, es (1) la coraza de justicia, (2) el escudo de la fe y (3) el yelmo de la salvación. Él nos amonesta a estar despiertos en el uso de ella. También nos instruye a predicar “con toda libertad de palabra para dar a conocer el secreto sagrado de las buenas nuevas, por el cual estoy haciendo las veces de embajador en cadenas, para que hable en conexión con él con denuedo como debo hablar.”—Efe. 6:14-17, 19, 20, NM.

16, 17. (a) Allá en esa ocasión, ¿cuál fué el resultado de la lucha de los judíos en defensa de su vida? (b) ¿Cuál ha sido el resultado de nuestra lucha por libertad para predicar en todo el mundo, y por medio de qué poder se ha logrado esto?

16 Los judíos en la antigua Persia ganaron una gran victoria. ¿Qué sucedió? Después que el decreto del rey tocante a que los judíos debían pelear para salvar su vida se circuló velozmente por correos a caballo a través de la tierra, algo extraño sucedió. El relato declara concerniente a los judíos que “ninguno pudo mantenerse en pie delante de ellos; porque el temor de ellos había caído sobre todos los pueblos. Y todos los príncipes de las provincias, y los sátrapas y los gobernadores, y cuantos manejaban los negocios del rey, favorecían a los Judíos; por cuanto el temor de Mardoqueo había caído sobre ellos. Y en cada una de las provincias, y en cada una de las ciudades, dondequiera que llegaba la orden del rey y su edicto, tuvieron los Judíos regocijo y alegría, banquete y día bueno. Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hicieron Judíos; porque el temor de los Judíos había caído sobre ellos.”—Ester 9:2, 3; 8:17.

17 ¿Estamos nosotros, los siervos actuales de Jehová, experimentando un banquete y prosperidad semejantes en nuestra lucha por libertad para predicar por todo el mundo? Considérese el aumento tan grande que hemos tenido: 1934: 41,000; 1940: 90,000; 1944: 110,000; 1946: 158,000; 1948: 230,000; 1950: 328,000; 1953: 500,000. ¡Nos hemos multiplicado doce veces en veinte años! ¡Mire! ¡Y todo este aumento en medio de persecución mundial! ¿No manifiesta esto que el temor a Jehová ha caído sobre estas personas y el temor al hombre las ha dejado? En verdad es exactamente como Zacarías profetizó: “Así dice Jehová de los Ejércitos: En aquellos días sucederá que diez hombres de todas las lenguas de las naciones se asirán, sí, se asirán de la falda del manto del Judío, diciendo: ¡Iremos con vosotros, porque hemos oído decir que con vosotros está Dios!” (Zac. 8:23) La predicación mundial hasta la fecha es una obra grande. No se está haciendo por el poder de ningún hombre o grupo de hombres. Es el espíritu de Jehová y el poder de su Palabra lo que ha logrado esta grande cosecha de predicación mundial. (1 Cor. 3:7) Zacarías escribió: “¡No por esfuerzo, ni con poder, sino por mi Espíritu! dice Jehová de los Ejércitos.”—Zac. 4:6.

LA RECOMPENSA POR NO TRANSIGIR

18. En armonía con el ejemplo de Pablo, ¿qué está resuelto a hacer el pueblo de Jehová respecto a la lucha por predicar en todo el mundo?

18 ¿Cesará la lucha por libertad para predicar por todo el mundo? ¡No! Tiene que continuar. Ya sea que estemos en tierras democráticas donde se concede mucha libertad, o que estemos en países donde está restringida la predicación, o que estemos en países gobernados por dictadores que no permiten ninguna libertad, sino que encarcelan a todos los testigos que prenden, la lucha por libertad para predicar por todo el mundo tiene que proseguir. El apóstol Pablo puso el ejemplo para que nosotros lo sigamos. Predicó en la cárcel y llevó a cabo su lucha por libertad para predicar desde allí. (Hech. 28:30, 31) Por eso, hoy nosotros también cuando no tenemos libertad para ir de puerta en puerta tenemos que predicar como presos en cadenas. No podemos detenernos en países dictatoriales. No se nos puede silenciar a nosotros, sus testigos, aun en prisiones comunistas o en las prisiones de otros. Continuaremos predicando tanto fuera de prisión como en prisión, y lo haremos con arrojo. Recuerde lo que Pablo escribió a los filipenses. “En armonía con mi expectativa anhelante y esperanza de que no seré avergonzado en ningún respecto, sino que con toda libertad de palabra Cristo, como siempre antes, así ahora será engrandecido por medio de mi cuerpo, ya sea por medio de la vida o por medio de la muerte.”—Fili. 1:20, NM.

19, 20. (a) ¿Qué hubiera sucedido si José, los tres hebreos y Daniel hubieran transigido? (b) ¿Y qué hay si lo hubieran hecho los cristianos primitivos y los cristianos verdaderos hoy día?

19 Supóngase que los que fueron encarcelados a causa de su fidelidad hubieran transigido y vuelto atrás. ¿Qué hubiera sucedido? José en tiempos antiguos hubiera perdido el privilegio de ser usado por Jehová en Egipto para salvar del hambre a su padre, Jacob, junto con su familia grande. Los tres hebreos hubieran perdido la distinción de que el ángel de Jehová anduviera con ellos y los protegiera en el horno ardiente. Jeremías hubiera perdido el honor de proclamar los juicios de Jehová contra una ciudad inicua. Y Daniel jamás hubiera cerrado las bocas de los leones. Esta hueste de testigos no se volvió atrás. No fueron cobardes. Pablo nos describe la fe y valor de ellos, en el capítulo once de Hebreos.

20 Si Pedro y Pablo y los otros apóstoles hubieran transigido y se hubieran vuelto atrás hubieran perdido la bendición de ensanchar la congregación cristiana primitiva y de escribir las Escrituras griegas. También, los testigos del día presente, injustamente encarcelados en muchas naciones, hubieran perdido su privilegio bendito de abrirle paso a la obra y reconstruirla en muchas tierras totalitarias donde la predicación estaba proscrita. No estarían disfrutando de la escena de la gran cosecha de la grande multitud de personas de buena voluntad hoy día. “Porque Dios no nos dió un espíritu de cobardía, sino de poder y de amor y de mente sana.” (2 Tim. 1:7, NM) Concerniente a los que se vuelven atrás, el Revelador dice: “Pero en cuanto a los cobardes y los que no tienen fe . . . su porción será en el lago que arde con fuego y azufre. Esto significa la muerte segunda.” (Apo. 21:8, NM) Gracias a Jehová Dios que los fieles que nos antecedieron y los fieles entre nosotros aquí ahora no han huído, como cobardes, del campo de luchar por la libertad para predicar por todo el mundo.

21, 22. (a) ¿Con qué propósito principalmente permite Jehová que suframos y luchemos por la libertad para predicar? (b) ¿Qué otro propósito se cumple con esto en armonía con la profecía de Ezequiel?

21 Es evidente que Jehová al dejar que suframos y peleemos por libertad para predicar por todo el mundo lo hace con propósitos muy buenos. Su propósito principal es vindicar su grande y santo nombre y su Palabra. Otro propósito es seleccionar personas de la clase correcta, personas obedientes y valientes, y con éstas quiere poblar la tierra y hacer que vivan en el nuevo mundo. (Mat. 5:5, 10; Apo. 2:10) Allí Jehová exterminará a los que no merecen vivir en el nuevo mundo.

22 Todavía otro propósito servido por nuestra lucha por libertad es conducir el enemigo al Armagedón. Jehová nos está usando a nosotros, sus testigos, por lo tanto, mediante nuestra lucha por libertad para predicar por todo el mundo, como carnada para el Diablo, llamado Gog en el libro de Ezequiel. En ese libro profético se hace notar que Gog será conducido a atacarnos a nosotros, el pueblo de Jehová. Jehová manifiesta en esa profecía cómo Gog, el Diablo, hará que sus fuerzas, visibles e invisibles, se pongan en marcha contra los testigos de Jehová de todas partes de la tierra. Jehová declara que él hará que Gog, el Diablo, se vuelva y pondrá garfios en sus quijadas. Jehová revela que las fuerzas visibles e invisibles de Gog caerán “sobre las serranías de Israel,” o la organización de Jehová. (Eze. 38:4; 39:1, 2) Entonces Satanás y su entera organización y toda la gente que esté apoyando al Diablo serán destruídos. Sus cuerpos muertos serán echados donde las aves de rapiña y las fieras puedan alimentarse de ellos. (Eze. 39:4-7) Jehová finalmente declara: “Así haré conocer mi santo Nombre en medio de mi pueblo Israel, y no dejaré profanar más mi santo Nombre; y conocerán las naciones que yo, Jehová, el Santo, estoy en medió de Israel.” (Eze. 39:7) No nos quitemos nosotros mismos de la lucha. Que Jehová continúe bendiciéndolo a medida que continúa llevando a cabo la “lucha por libertad para predicar por todo el mundo.” “Alabad a Jehová. Bendito el hombre que teme a Jehová, . . . Alabad a Jehová”—Sal. 112:1; 113:1, AN.

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