Ponderando las noticias
El sueño de vivir para siempre
● “El sueño de vivir para siempre probablemente se remonte hasta los orígenes de la humanidad,” escribió el Dr. Viktor Tobiasch en “Ausblick,” una publicación de Alemania Occidental. Citó varios esfuerzos que se han hecho por prolongar la duración de la vida humana. Entre éstos ha estado el uso de extractos de órganos y hasta la ‘congelación’ del cuerpo en nitrógeno líquido para que pueda ser deshelado “a una nueva vida.”
El profesor Tobiasch también dijo que para 1955 el promedio de la expectativa de vida subió a aproximadamente setenta años en países altamente desarrollados. Sin embargo, explicó que esto se debió a una mejor expectativa de vida para niños recién nacidos y de tierna edad. La duración de vida de término medio para los adultos no ha aumentado.
Estos comentarios subrayan dos puntos que la Biblia expresa. Primero, “en sí mismos los días de nuestros años son setenta años; y . . . debido a poderío especial son ochenta años.” (Sal. 90:10) Segundo, no sorprende el que la humanidad sueñe con vida eterna, pues “aun el tiempo indefinido ha puesto [Jehová Dios] en el corazón de ellos.” (Ecl. 3:11) De todas las criaturas de la Tierra, solo las criaturas humanas tienen, por dádiva de Dios, un concepto de la eternidad o tiempo indefinido pasado y futuro. Además, vida eterna es lo que Jehová se propone para los que lo aman.
“Período glacial emocional”
● En el libro “Free to Be Good or Bad” (Libres para ser buenos o malos), el Dr. Herbert Holt declara que el hedonismo, la devoción al placer egoísta, está ‘barriendo por el género humano como un incendio forestal.’ Dice que la creciente “nueva cría” de personas egoístas “asustaría muchísimo a cualquiera que estimara la humanidad de los seres humanos.” Estas personas han dejado de creer en Dios y confiar en sus congéneres. Puesto que no se interesan en el bienestar de otros, dice Holt, han entrado en un “período glacial emocional.”
Personas de esta índole se hallan en todas las diversas agrupaciones de los individuos según su edad. Algunas son casadas, algunas son padres o madres. Pero ninguna reconoce obligaciones “ni al matrimonio ni a la paternidad o maternidad, ni siquiera a la amistad. Han cerrado la puerta a todo eso como un engaño del pasado, y flotan en una órbita errática de libertad recién hallada,” declara Holt. Agrega: “Son resultado final del cambio social, un cambio que se ha producido a velocidad precipitada durante las pasadas dos décadas. . . . personas que no aceptan ningún papel en la sociedad y ninguna responsabilidad para con nadie ni para nadie salvo ellas mismas.”
La profecía bíblica predijo que en estos “últimos días” grandes cantidades de individuos serían personas ‘sin cariño natural, no dispuestas a ningún acuerdo, sin gobierno de sí mismas, sin amor de la bondad, amadoras de placeres más bien que amadoras de Dios.’—2 Tim. 3:1-4.
El desplome en la familia y el delito
● Jefes de la policía estadounidense en Colorado dicen que el desplome de los vínculos de familia y la indiferencia de la sociedad son factores importantes en el aumento alarmante del delito en sus comunidades. Personas de dieciséis a veinticinco años de edad cometen gran parte del delito.
Un jefe de la policía dijo: “Hemos criado una generación de personas a quienes no les importa nada ni nadie. Muchos jóvenes de la actualidad no respetan los derechos ni la propiedad de otras personas y la sociedad ha aceptado esto. Ya no es vergonzoso violar la ley.” Otro jefe dijo: “Parece que entre las familias se está produciendo cierta clase de descentralización moral. Estamos viendo que la edad de los ofensores criminales va siendo cada vez menor.”
Pero ¿qué ejemplo les han puesto los adultos a los jóvenes? En nuestro tiempo los adultos se han entregado a la peor matanza en masa de la historia; ha habido enorme corrupción en lugares encumbrados; y la inmoralidad reina en todo nivel de la sociedad adulta. La Biblia muestra que hoy la sociedad ‘está segando lo que ha sembrado.’—Gál. 6:7.