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Se enciende la iglesia eléctrica¡Despertad! 1981 | 8 de agosto
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esas palabras que usted puede obtener la vida eterna por medio de sencillamente sintonizar el Canal 21?
Considere esta otra advertencia de Jesucristo: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz [madero de tormento, Traducción del Nuevo Mundo] cada día, y sígame.” (Luc. 9:23, Versión Moderna) ¿Se niega uno a sí mismo y toma su “cruz” por plantarse diariamente ante un televisor? ¿Puede Jesucristo realmente aprobar una religión que promete a las personas una salvación fácil —sin madero de tormento, sin negarse a sí mismo— sencillamente a cambio de un cheque mensual al “ministerio mundial televisivo” de alguien?
Más bien, parece como si la Iglesia Eléctrica fuera un ejemplo del siglo veinte de lo que el apóstol Pablo advirtió a Timoteo cuando le dijo: “Porque habrá un período de tiempo en que no soportarán la enseñanza sana, sino que, de acuerdo con sus propios deseos, acumularán para sí mismos maestros para que les regalen los oídos; y apartarán sus oídos de la verdad, siendo que serán desviados a cuentos falsos.”—2 Tim. 4:3, 4.
¿Por qué están dispuestas ciertas personas a dar millones de dólares para apoyar la Iglesia Eléctrica? Porque se les está diciendo lo que desean oír. Tienen la seguridad de que Dios les va a contestar sus oraciones. No tienen que repudiarse a sí mismas ni ‘llevar una cruz’ ni hacer el trabajo que Cristo hizo, pero están “salvas” y Dios las ama... siempre y cuando sigan enviando esos cheques.
Sin embargo, aun si la teología de la Iglesia Eléctrica es vaga e inexacta, su política es clara y específica. Ese es el tema del artículo siguiente.
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La iglesia eléctrica sacude la política estadounidense¡Despertad! 1981 | 8 de agosto
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Parte 3
La iglesia eléctrica sacude la política estadounidense
EL ORADOR era apasionado y dinámico. Sacudiendo su Biblia ante un grupo de 1.000 esposas de ministros, declaró: “Tenemos la solución para el caos político que existe en el país, para la ruina económica, para el vergonzoso estado de la moralidad y para la debilidad que hay en la familia.”
¿Qué era esa solución? “Tenemos que poner en unión corazones y manos para componer a esta nación . . . Tenemos que exigir una vuelta completa,” dijo el predicador tejano James Robison.
Usando un lenguaje que pudiera agradar a muchos cristianos sinceros, mordazmente denunció el aborto. “Si la matanza por mutilación del feto en la matriz no es un acto inicuo, nunca se podrá hallar al hombre culpable de pecado alguno.”
Mientras tanto, al otro lado del país, otro orador, igualmente elocuente, aconsejaba a un grupo de sus colegas que llenaba todo un cuarto. “¿Qué pueden hacer ustedes desde el púlpito?,” preguntó. “Pueden inscribir a las personas para que voten. Pueden explicarles los asuntos que están en cuestión. Y pueden apoyar a ciertos candidatos, en la iglesia misma el domingo por la mañana.” Al igual que Robison, Jerry Falwell —superestrella de la Iglesia Eléctrica— estaba llevando a cabo una campaña enérgica con relación a asuntos políticos.
Muchas personas escuchan lo que dicen estos predicadores. El programa televisivo semanal de James Robison se transmite por 100 emisoras. El programa de Falwell es más popular todavía. Cada semana se
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