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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1952
w52 15/4 págs. 254-255

Preguntas de los lectores

• ¿Cómo podemos decir que Pablo, vino a ser el apóstol duodécimo, ya que Matías fué escogido echando suertes?—M. W., Florida.

En la noche de su traición y arresto Jesús les dijo a los once apóstoles fieles: “Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los escogí a ustedes, y los designé.” (Juan 15:16, NM) Los doce apóstoles originales fueron seleccionados por elección y designación directas por Jesús, no por echar suertes, como en el caso de Matías. Al tratar de llenar la vacante dejada por el infiel Judas, Pedro pensó en el cumplimiento del Salmo 109:8, citando: “Que otro hombre tome su puesto de superintendente.” Pero mediante el echar suertes para hallar a uno “para tomar el lugar de este ministerio y apostolado, de donde Judas se desvió”, Pedro y sus acompañantes actuaron con anticipación al Señor Jesucristo y sin ninguna instrucción de él. (Hech. 1:20, 25, NM) No esperaron hasta que fueron “revestidos con poder de lo alto”, hasta que fueron “bautizados en espíritu santo a no muchos días después de esto”, y por lo tanto esta selección de Matías antes del Pentecostés no fué hecha bajo la guía del espíritu santo.—Luc. 24:49; Hech. 1:5, NM.

Después de echar las suertes ninguna mención se hace en las Escrituras de Matías personalmente. Es cierto que Hechos 1:26 (NM) dice que fué “contado junto con los once apóstoles”; pero no dice que fué contado como apóstol de Jesucristo. Hechos 6:2 y; 1 Corintios 15:5 hablan de “los doce”, refiriéndose a los once apóstoles y Matías, porque Matías y los once apóstoles estaban asociados como un comité de siervos especiales de la congregación en Jerusalén; pero es digno de atención que en estos casos los vocablos “doce” y “apóstoles” no se usan juntos.

Pero que una substitución, y sólo una, de Judas se eligió en cumplimiento del Salmo 109:8 se asegura por el Apocalipsis 21:14, que se refiere a “los doce apóstoles del Cordero”. Esa substitución fué escogida por Cristo Jesús, igual como lo fueron los doce apóstoles originales. ¿No fué Pablo escogido especialmente, manifestándosele espectacularmente la criatura espiritual Cristo a Pablo? Respecto a Pablo, Jesús le dijo a Ananías: “Este hombre es un vaso escogido para mí para llevar mi nombre a las naciones así como también a reyes y a los hijos de Israel.” (Hech. 9:15, NM) Jesús envió a Pablo, y Pablo no fué aventajado por ningún otro “enviado” o apóstol de Cristo. Él no estaba jactándose, sino que estaba escribiendo bajo inspiración cuando escribió respecto a él mismo: “Pablo, llamado a ser apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios.” “Pablo, apóstol, no de parte de hombres ni por medio de un hombre, sino por medio de Jesucristo y Dios el Padre.” “Pablo, apóstol de Cristo Jesús bajo mandato de Dios nuestro Salvador y de Cristo Jesús.” “Fui designado predicador y apóstol.”—Rom. 1:1; 1 Cor. 1:1; 2 Cor. 1:1; Gál. 1:1; Efe. 1:1; Col. 1:1; 1 Tim. 1:1; 2:7; 2 Tim. 1:1, 11; Tito 1:1, NM.

No obstante, el apostolado de Pablo fué disputado por algunos en su día, haciendo necesario que él declarara frecuentemente su designación por parte del Señor. Él desafió a sus disputadores: “¿No soy apóstol? ¿No he visto a Jesús nuestro Señor? ¿No son ustedes mi obra en el Señor? Si para otros no soy apóstol, con toda certeza lo soy para ustedes, porque ustedes son el sello que confirma mi apostolado en relación al Señor.” (1 Cor. 9:1, 2, NM) Como las palabras de Pablo aquí lo indican, y como las de Pedro en Hechos 1:22 lo sugieren, parecía que una de las pruebas de ser un apóstol del Cordero era el haber visto a Cristo después de su resurrección. Por lo tanto en esta misma epístola Pablo repite: “Pero último de todos también se apareció a mí como si fuera a uno nacido prematuramente. Porque yo soy el menor de los apóstoles, y no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la congregación de Dios. Pero por la bondad inmerecida de Dios soy lo que soy.” (1 Cor. 15:8-10, NM) Pablo fué reconocido como el “apóstol a las naciones”. (Rom. 11:13, NM) Él produjo “las señales de apóstol”. (2 Cor. 12:12, Va) Él sin disputa vino a ser el apóstol duodécimo del Cordero.

• ¿No pudiera haber sido de Dios la estrella que guió a los reyes magos hasta Jesús, dado que estos hombres al parecer eran sinceros y llevaron regalos y adoraron al niño? También, ¿no es razonable concluir que, dado que para este tiempo Jesús ya no era un bebé en el pesebre de un establo sino un niño en una casa, él y sus padres se habían mudado para este tiempo de Belén a Nazaret?—F. D., California.

Tenemos delante de nosotros las tres Gospel Harmonies, por el System Bible Studies, de Chicago, Illinois, y por el Prof. A. T. Róbertson y por el Dr. Eduardo Róbinson y todas localizan la visita de los magos o astrólogos en Belén, y no en Nazaret. Después que María se recuperó de dar a luz a Jesús, ella y José fácilmente pudieron haberse mudado del pesebre a una casa, de modo que el estar el niño en una casa al tiempo de la visita de los magos no manifiesta ningún cambio de ciudades. También sería raro después de que Herodes, según la profecía bíblica, había dirigido a los magos a Belén como el lugar profetizado para el nacimiento, si entonces la estrella los dirigiera lejos de Belén y hacia el norte a Nazaret. Realmente, el relato bíblico indica que José y María y el niño se establecieron en Nazaret por primera vez después de regresar de su huída a Egipto. (Mat. 2:19-23) Si ellos hubieran estado en Nazaret cuando se les amonestó que huyeran a Egipto, entonces para llegar a Egipto hubieran tenido que viajar todo ese largo recorrido desde Nazaret en la frontera norteña del territorio de Herodes hasta la frontera del sur. Por otra parte, en Belén se hallaban ya al sur de Jerusalén y fácilmente podían comenzar a dirigirse al sur para llegar a Egipto delante de los ejecutores asesinos enviados por Herodes.

Si esa tal llamada “estrella” hubiera sido de Dios, ¿por qué dejó a los magos después que los había conducido hasta Jesús, así dejándolos libres para regresar a Herodes? ¿Por qué no los guió la “estrella” de regreso por otro camino, si era de Dios, para que no hubiera sido necesario que Dios interviniera enviándoles un ángel para mandar que al regresar no se presentaran a Herodes? El ángel de Dios dirigió los pastores a Belén y les dió una señal para reconocer al niño, pero la “estrella” no hizo esto primero. Por eso los magos fueron llamados al enemigo de Jesús para asegurarse del sitio del niño después de todo este tiempo, quizás dos años después de su nacimiento. Después que Herodes fué alarmado y animado para hacer esfuerzos a fin de matar al niño, entonces primero apareció la “estrella” de nuevo y guió a los magos a donde el niño estaba. Por eso toda la evidencia niega que la “estrella” fuese de Dios, porque Dios no dirige a su pueblo por movimientos de estrellas. Pero esos magos eran astrólogos y adoradores de estrellas, no importa qué sincero pudiera haber sido su corazón respecto al “rey de los Judíos”. (Deu. 4:19; 2 Rey. 17:16; Isa. 47:13, 14) El Diablo los usó sin saberlo ellos en su esfuerzo contra la vida del niñito Jesús.

• ¿Cómo armoniza Hebreos 1:10-12 con Eclesiastés 1:4? ¿No se refiere el texto en Hebreos a la tierra y cielos literales creados por Jehová Dios?—R. A., Alabama.

Eclesiastés 1:4 se refiere a la tierra literal cuando dice: “La tierra permanece para siempre.” Hebreos 1:10-12 no contradice esto, porque se refiere a la tierra y cielos simbólicos de Satanás, diciendo: “Tú, oh Señor, fundaste la tierra al principio, y los cielos son obras de tus manos. Ellos perecerán, pero tú has de permanecer de continuo; y todos ellos se harán viejos como una prenda de vestir exterior, y tú los envolverás igual como un manto, como una prenda de vestir exterior; y ellos serán cambiados, pero tú eres el mismo y tus años nunca cesarán.”—NM.

Incidentalmente, antes de proceder a una respuesta directa de la pregunta, pudiera notarse que aquí Pablo cita el Salmo 102:25-27, y lo aplica a Cristo Jesús, mientras que el salmo parece estar hablando de Jehová. Los trinitarios usan esto en un esfuerzo para probar que Jehová y Cristo son intercambiables, que son uno en un dios trino. Sin embargo, sabemos que a veces se refiere a ángeles representando a Dios como si fueran Dios, así como sabemos que Cristo Jesús hizo la real obra de creación y sin embargo Jehová es mencionado como el Creador, porque Cristo la hizo como obrero representativo de Jehová bajo el mandato de Dios y mediante el poder de Dios. Este punto hasta es tocado en el contexto del texto que aquí estamos considerando, Hebreos 1:2 (NM) hablando de Cristo como aquél “por medio de quien él [Jehová] hizo los sistemas de cosas”. Por eso puede decirse que Jehová o Cristo hicieron los cielos y la tierra, dependiendo del punto de vista particular que se toma en cada caso.—Vea La Atalaya, 1 de diciembre de 1951, página 734.

Que los cielos y la tierra no siempre deben tomarse en un sentido literal ha sido mostrado muchas veces en La Atalaya. (1 Rey. 10:24; Sal. 66:4; 96:1; Hab. 2:20; 2 Ped. 3:5-13) Muchos textos bíblicos muestran que los cielos y tierra simbólicos que forman este mundo inicuo están destinados a la destrucción, y son dichos cielos y tierra que Hebreos 1:10-12 dice que perecerán. Pero ¿cómo puede decirse que fueron fundados por Dios y Cristo? Cristo, por medio del poder de Jehová, hizo al querubín que cubría y a los hijos de Dios, y después se rebelaron y vinieron a ser los cielos inicuos. Asimismo, Cristo por el poder de Dios hizo a Adán y Eva, pero ellos se rebelaron y hoy son sus descendientes inicuos los que forman la tierra visible del mundo de Satanás. Los originales cielos y tierra simbólicos fueron creados buenos por Jehová por medio de Cristo, entonces llamado el Verbo. Pero se corrompieron y se degeneraron en el presente mundo malo.

Para ilustrar, fueron como la nación de Israel que fué plantada por Dios una vid buena, pero se volvió una planta degenerada que fué vid extraña a Dios. (Jer. 2:21) Análogamente, el cristianismo fué plantado limpio, pero la mayor parte de él no permaneció limpia mediante el constantemente renovarse en piedad, sino que llegó a ser apóstata, vistiéndose de las viejas doctrinas paganas gastadas de la antigüedad, en vez de afirmarse a las vestiduras de alabanza y salvación que en un tiempo lo identificaron como siervo de Dios. De manera parecida los cielos y tierra en un tiempo buenos se degradaron en este presente sistema de cosas maligno, viniendo a ser así inútiles como un vestido gastado que sólo sirve para ser echado a un lado, destruido, para ser cambiado por una organización de nuevos cielos y nueva tierra. Este capítulo de Hebreos 1 está mostrando la exaltación y permanencia de Cristo Jesús, y los versículos 10-12 son presentados para probar que Cristo sobrevivirá a este mundo inicuo que perecerá.

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