Cómo la Biblia usa la palabra ley
LA LEY bíblica forma una parte inseparable de las revelaciones divinas registradas para nosotros en las Escrituras Hebreas y Griegas. En los números de La Atalaya del 1 de noviembre, 15 de noviembre y 1 de diciembre de 1952, se hizo un examen y estudio de asuntos legales básicos. Allí se mostró que dondequiera que criaturas inteligentes se juntan para un propósito especial forman una organización. Para que se puedan manejar tales organizaciones con éxito se necesita alguna forma de gobierno. Gobierno, a su vez, se define como el tener dominio de criaturas por medio de leyes para mantener en movimiento las ruedas de la organización.
Finalmente, la ley misma se describe como un cuerpo de reglas de acción o reglas de conducta que guían y dirigen a criaturas en los caminos en que los gobiernos quieren que anden, fueren estos gobiernos celestiales u originados por los hombres. Esos modos de dirigir a la gente pueden ser buenos o malos, dependiendo de si los gobiernos que hacen las leyes son buenos o malos, perfectos o imperfectos. Puesto que los gobiernos son los legisladores, se les describe como los “superiores,” mientras que se dice que son los “inferiores” los que tienen que obedecer las leyes. Los campos de acción que están sujetos a reglas y leyes son tan amplios como el universo que Dios creó.
Para entender cabalmente el significado de la palabra “ley” en parte alguna de la Biblia, primero hay que determinar del contexto en la Biblia qué campo de ley está bajo consideración. ¿Es el campo de ley un campo diseñado por Dios, o es uno de origen y control humano o aun satánico? Cuando el campo de ley haya sido determinado, entonces tiene que proyectarse ante el ojo de la mente el examen respecto a quiénes son los “superiores” que hicieron la ley y los “inferiores” a los cuales se espera sujetar a la ley. Además, tiene que comprenderse que la palabra “ley” en la Biblia puede usarse para referirse a una sola ley o bien puede usarse colectivamente para referirse a un cuerpo entero de reglas de conducta. Un “mandato” que se da a más de una persona a menudo se llama un “mandamiento,” lo cual es otro término que se usa para referirse a una ley. Por ejemplo, los Diez Mandamientos dados a Moisés eran en realidad diez leyes básicas dadas a los israelitas.
Se hará un examen en orden numérico de seis diferentes campos de ley mencionados en la Biblia. Por medio de descubrir quiénes son los “superiores” y quiénes son los “inferiores” quedaremos agradablemente sorprendidos al observar cómo esto hace que nuestro entendimiento de las Sagradas Escrituras aumente inmensamente.
LEY EDÉNICA Y PATRIARCAL
(1) La palabra “mandamiento” aparece por primera vez en la Biblia en Génesis 2:16, 17: “Y Jehová Dios también impuso este mandamiento al hombre: ‘De todo árbol del jardín puedes comer hasta que quedes satisfecho. Pero en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal no debes comer de él, porque en el día que comas de él positivamente morirás.’” En seguida está claro que esta ley pertenece al campo de la ley edénica, ley ejecutable aquí sobre la tierra en el jardín de Edén y su civilización perfecta. Jehová Dios es claramente el legislador, el superior. Adán y Eva y su prole futura como el género humano son los que han de cumplir la ley, siendo ellos los inferiores en la organización gubernamental de Dios que funciona en el Edén paradisíaco. El castigo o sanción por quebrantar esta ley edénica se declara inequívocamente, el de la muerte, muerte positiva o segura.
De modo que el campo de ley edénica en el cual Adán más tarde cometió una violación fatal no era un campo de poca importancia y hechura humana, sino uno proveniente del Rey Soberano del universo, el de la ley divina inspirada. Aunque Jehová le puso fin al campo de ley edénica, sin embargo cualquier ley dada por Dios que se revela como aplicable hoy merece nuestra atención más viva.
(2) Las siguientes referencias bíblicas a ley son las reglas que se les mandó cumplir a Noé y sus asociados familiares. “Y Noé procedió a hacer según todo lo que Dios le había mandado. Hizo exactamente así.” Aquí tenemos el campo de justa ley patriarcal como fué comenzado antes del Diluvio. Jehová Dios es el Superior legislador y Noé y su familia son los inferiores guardadores de la ley. Este sistema de instrucciones legales detalladas hizo que la sociedad patriarcal de Noé y sus asociados pasara a través del Diluvio y comenzara una nueva civilización justa sobre una tierra que quedó limpia.—Gén. 6:22; 7:9.
En los días de Abrahán se les dió a los que estaban en sociedad patriarcal justa mandamientos legales adicionales. “Porque yo he llegado a conocerlo [a Abrahán] con el fin de que mande a sus hijos y su casa después de él para que ellos guarden el camino de Jehová para hacer justicia y juicio.” La ley de la circuncisión fué una de estas leyes recién añadidas. Más tarde Jehová dijo al patriarca Isaac: “‘Por medio de tu simiente todas las naciones de la tierra ciertamente se bendecirán,’ debido al hecho de que Abrahán escuchó mi voz y continuó cumpliendo sus obligaciones para conmigo, mis mandatos, mis estatutos y mis leyes.” Es verdad, este campo de ley patriarcal ya no es obligatorio como cuerpo legal de leyes; sin embargo, contiene muchos principios y sombras proféticas de gran valor a los cristianos de la sociedad del nuevo mundo hoy.—Gén. 17:11, 12; 18:19; 26:4, 5.
LA LEY MOSAICA Y EL NUEVO PACTO
(3) La legislación más detallada que se menciona en las Escrituras es la que se dió por medio de Moisés en 1513 a. de J.C. “Jehová ahora dijo a Moisés: ‘Sube a mí en el monte y quédate allí, por cuanto quiero darte las tablas de piedra y la ley y el mandamiento que tengo que escribir para enseñarlos.’” (Éxo. 24:12) Por medio de Moisés se dió un código de más de seiscientas leyes además de los Diez Mandamientos. Este campo de ley se conoce comúnmente en la Biblia como la “ley de Moisés” o sencillamente como “la ley.” Esta organizó a Israel en una sociedad teocrática nacional con Jehová Dios como su Superior real y los israelitas mismos como inferiores, siervos o esclavos de Dios.
Este cuerpo de ley mantuvo unido a Israel como sociedad teocrática durante unos mil quinientos años, hasta que Dios mismo hizo que terminara legalmente, en la ocasión del empalamiento de Jesús en el madero en 33 d. de J.C., este pacto legal manuscrito, incluyendo los Diez Mandamientos. “El [Dios] bondadosamente nos perdonó todas nuestras transgresiones y borró el documento manuscrito contra nosotros que consistía en decretos y que estaba en oposición a nosotros, y Él lo ha quitado del camino clavándolo al madero de tormento.” De modo que los cristianos hoy en día no se hallan bajo este antiguo campo de ley divina que ha sido terminado, aunque éste también contiene un tesoro de tipos y principios proféticos que deben aplicarse a la sociedad del nuevo mundo que está en proceso de desarrollo desde 1919.—Col. 2:13, 14; Rom. 7:4.
(4) Desde 33 d. de J.C. los israelitas espirituales, cristianos ungidos, se han sometido voluntariamente como “inferiores” o esclavos bajo un nuevo campo de ley auspiciado por Jehová y que se conoce como el nuevo pacto hecho por medio de Jesucristo. “Porque si ese primer pacto [de ley mosaica] hubiese sido sin falta, no se habría buscado lugar para un segundo [el nuevo pacto]; ‘Porque éste es el pacto que yo pactaré con la casa [espiritual] de Israel después de aquellos días,’ dice Jehová: ‘Yo pondré mis leyes en sus mentes, y sobre sus corazones las escribiré, y yo seré un Dios para con ellos y ellos serán un pueblo para conmigo.’”—Heb. 8:7, 10.
Por lo tanto desde el tiempo de Jesús hasta la actualidad la sociedad de testigos de Jehová se ha desarrollado y ha funcionado dentro del esqueleto legal del sistema cristiano de cosas edificado por las reglas y los mandamientos pronunciados a través del Noé Mayor, el Moisés Mayor, Cristo Jesús, y sus apóstoles inspirados. Las “otras ovejas,” compañeros de los cristianos ungidos, también se conforman amorosa y voluntariamente como “inferiores” bajo este campo de regulaciones cristianas divinamente provisto porque vienen a ser parte de la “una sola manada.”—Juan 10:16.
LEY DEL PECADO, LEY DE LA MENTE
(5) Aparte del supradicho campo de la ley de Dios, Pablo se refiere a otro campo de ley bajo el cual los cristianos se hallan sujetos, aunque esta vez involuntariamente. “Así que, pues, con la mente yo mismo soy esclavo [inferior] a la ley de Dios [revelada por medio del nuevo pacto], pero con la carne a la ley del pecado.” (Rom. 7:25) Este es el campo de obligación legal conocido como la “ley del pecado y de la muerte.” (Rom. 8:2) ¿Quiénes son los superiores en este campo de conducta? Pablo contesta esto por medio de mostrar que el ‘rey Pecado’ y el ‘rey Muerte’ con Satanás al respaldo de ellos son los amos inexorables. (Rom. 5:21; Heb. 2:14) Nosotros como pecadores desde el tiempo de Adán nos hallamos vendidos como inferiores abyectos a causa de la carne pecaminosa que hemos heredado.—Rom. 7:24.
(6) Jehová ha venido a nuestro rescate por medio de proveer amorosamente el sacrificio rescatador de Jesucristo. Pablo muestra que los cristianos dedicados ahora están en posición de venir a estar bajo otro campo de ley conocido como “la ley de mi mente,” ahora que la condenación por la ley de Moisés ha sido removida, la cual ponía de manifiesto la carne humana de ellos como errando por mucho el blanco de perfección fijado por Dios. (Rom. 3:21-23) “Pero ahora hemos sido desligados de la Ley, porque hemos muerto con respecto a aquello mediante lo cual se nos estaba sujetando firmemente, para que pudiésemos ser esclavos [inferiores] en un nuevo sentido por el espíritu, y no en el viejo sentido por el código escrito [ley mosaica].”—Rom. 7:6; Mat. 20:28.
El viejo pacto de la ley dado por medio de Moisés trataba de la carne pecaminosa y procuraba refrenar las obras de la carne. (Gál. 5:19-21) La fuerza impulsora tras este pacto de ley era sus sanciones de castigo, las cuales edificaron una gran condenación o maldición contra el pueblo judío por constantemente dejar éste de cumplir la ley. (2 Cor. 3:9) Pero el camino nuevo, que Jesucristo comenzó, tiene el poder del espíritu de Dios como su fuerza guiadora. (2 Cor. 3:6) El espíritu de Dios entonces guía nuestra mente en los caminos de la justicia y logra lo que el viejo pacto de la ley con sus Diez Mandamientos y otras leyes no pudo lograr. “Si están siendo guiados por espíritu, no están bajo ley.”—Gál. 5:18.
La provisión de Jehová también hace que les sea posible a los cristianos luchar contra la tendencia decadente de la carne natural bajo el ‘rey Pecado.’ “Encuentro, pues, esta ley en el caso mío: que cuando deseo hacer lo que es bueno, lo que es malo está presente conmigo. Verdaderamente me deleito en la ley de Dios [revelada por medio del nuevo pacto] de acuerdo con el hombre que soy dentro, pero contemplo en mis miembros otra ley [la de la carne sujetada al ‘rey Pecado’] peleando contra la ley de mi mente y conduciéndome cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.” (Rom. 7:21-23) Todo cristiano tiene esta gran lucha entre las “cosas de la carne” y las “cosas del espíritu.”—Rom. 8:4-8.
Pero porque Jehová es benévolo él ha introducido en la escena cristiana el arreglo de la bondad inmerecida, para que ésta pueda “gobernar como rey mediante la justicia” y ejercer una influencia poderosa en nuestro corazón cuando diligentemente aprovechamos la provisión amorosa de Dios por medio de Cristo. (Rom. 5:21) Venimos a ser “esclavos [inferiores] de la justicia,” lo cual hace que sea posible librar una lucha tenaz a favor de la integridad y el limpio modo cristiano de vivir a pesar de que sea fuerte la influencia de la carne hacia la degeneración. Por medio de la ayuda de Jehová a través de Cristo Jesús y mediante nuestra fuerte fe, podemos salir victoriosos en esta lucha contra nuestra carne. Bajo este nuevo arreglo podemos producir abundantemente los frutos del espíritu para la alabanza de Jehová.—Rom. 6:17-20; Gál. 5:22-24.
¿Le ha ayudado a usted a conseguir mejor entendimiento de su posición como dedicado esclavo cristiano de Jehová Dios este breve estudio de cómo la Biblia usa la palabra “ley”? Esperamos que sí.