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  • La cualidad probada de nuestra fe es causa de alabanza y honra

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  • La cualidad probada de nuestra fe es causa de alabanza y honra
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1976
w76 15/9 págs. 560-566

La cualidad probada de nuestra fe es causa de alabanza y honra

“En este hecho ustedes están regocijándose en gran manera, aunque ahora por un poco de tiempo, si es menester, han sido contristados por diversas pruebas, a fin de que la cualidad probada de su fe . . . sea hallada causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.”—1 Ped. 1:6, 7.

1. Dé ejemplos históricos de la persecución que han arrostrado los adoradores de Jehová?

A través de la historia de la humanidad los hombres de fe se han visto puestos a prueba, hostigados y perseguidos por los que se han opuesto a ellos. Esto fue cierto de Abel, que fue muerto por su propio hermano porque su ofrenda de sacrificio a Dios fue considerada con favor, mientras que la de Caín no. Fue cierto del profeta judío Jeremías, que fue arrojado en una cisterna lodosa por declarar fielmente la palabra de su Dios. Fue cierto del fundador del cristianismo, Jesús, porque desenmascaró la hipocresía religiosa y porque estuvo dispuesto a llevar a cabo la voluntad de su Padre.

2. ¿Cómo describe el libro de Hebreos las pruebas de los fieles?

2 Un registro de las pruebas y la fe de muchas de estas personas que sufrieron persecución, tanto hombres como mujeres de tiempos pasados, ha sido guardado para nosotros en el capítulo once de Hebreos. ¡Qué valor se debe haber requerido para que estos siervos de Dios mantuvieran su fe cuando se les atormentó, ridiculizó, azotó, encadenó y encarceló, y hasta se les apedreó o dio muerte a espada! Como comentó Pablo, discípulo de Jesús: “El mundo no era digno de ellos.” Y sin embargo todos éstos tenían, no solamente una fe sólida, una “expectativa segura,” sino también confianza en que ‘Dios había previsto algo mejor’ para ellos. (Heb. 11:1, 2, 38, 40) ¿Qué era lo que esperaban con tanta confianza que estaban dispuestos a aguantar cualquier clase de prueba?

3. ¿Qué esperaban con confianza?

3 Era en el reino celestial que estos hombres y mujeres fieles ponían confianza, “un reino que no puede ser sacudido,” el reino de justicia de Dios. Pablo les recordó a los creyentes hebreos de su día el despliegue imponente de la majestad de Jehová Dios en el monte Sinaí cuando se dio el pacto de la Ley. Pero explicó que algo mucho más grandioso había de venir, el establecimiento del reino celestial que regiría, no solo sobre Israel, sino sobre toda la Tierra. “Por eso, siendo que hemos de recibir un reino que no puede ser sacudido, continuemos teniendo bondad inmerecida, por la cual podamos rendir a Dios de manera acepta servicio sagrado, con temor piadoso y reverencia.”—Heb. 12:18-28.

ODIO A LOS TESTIGOS CRISTIANOS

4. ¿A qué clase de trato se enfrentaron los cristianos primitivos?

4 Es apropiado que la palabra “mártir,” que es de origen griego, literalmente signifique “testigo,” porque muchos fueron los testigos cristianos primitivos que aguantaron persecución, hasta martirio, con preferencia a abandonar su fe. Pablo mismo se vio envuelto en tales asuntos, como lo indica su testimonio posterior: “Yo andaba encarcelando y dando azotes de sinagoga en sinagoga a los que creían en [el Señor Jesús]; y cuando se estaba vertiendo la sangre de su testigo Esteban, yo mismo también estaba de pie allí y aprobándolo y guardando las prendas exteriores de vestir de los que le quitaban la vida.”—Hech. 22:19, 20.

5. Considere algunos ejemplos individuales de fidelidad.

5 Otro mártir cristiano primitivo fue Santiago el hermano de Juan, el primero de los doce apóstoles que murió como mártir, a quien Herodes Agripa I ejecutó por la espada. (Hech. 12:1, 2) Y si no hubiese sido por intervención de Jehová, Pedro también habría sido muerto por Herodes. (Hech. 12:11) También se hicieron esfuerzos en muchas ocasiones por dar muerte al apóstol Pablo. (Hech. 22:22) Hacia el fin del primer siglo el anciano apóstol Juan escribió acerca de otro cristiano que murió en fidelidad: “Antipas, mi testigo, el fiel.”—Rev. 2:13.

6. (a) ¿Qué dijo Jesús acerca de sus opositores? (b) ¿Por qué eran inexcusables en su oposición?

6 ¿Por qué hubo tanta oposición a los discípulos primitivos de Jesús? ¿Por qué llegaron a tales extremos los líderes de la gente que indujeron a ciertos hombres a prestar falso testimonio que llevó a la muerte de Esteban? Jesús había dicho francamente a algunos de sus opositores religiosos: “Ustedes proceden de su padre el Diablo, y quieren hacer los deseos de su padre. Ese era homicida cuando principió, y no permaneció firme en la verdad.” (Juan 8:44) De modo que no se trataba de que no conocieran la verdad acerca de lo que Jesús había enseñado ni la exactitud del testimonio de Esteban. Ciertamente conocían el testimonio de Pedro acerca del derramamiento del espíritu de Dios en el Pentecostés y habían sido testigos presenciales o habían oído del don de lenguas que marcó a estos cristianos como el pueblo de Dios. Se habían bautizado “unas tres mil almas” en aquel tiempo, y más tarde hasta “una gran muchedumbre de sacerdotes” aceptó el mensaje. Sin embargo, el odio religioso contra los que seguían ‘El Camino’ ardía como fuego. (Hech. 2:41; 6:7; 9:2) Sin duda los sacerdotes principales recordaban bien las palabras de Jesús que los condenaban. (Mateo, capítulo 23) De modo que su oposición contra estos cristianos primitivos los marcaba como personas que estaban contra el funcionamiento del espíritu de Dios.

SAULO SE HACE DISCÍPULO

7. ¿Qué clase de antecedentes tuvo Pablo antes de llegar a ser cristiano?

7 Pero no toda persona respondió así. Saulo (que llegó a ser conocido por su nombre romano Pablo) fue uno que efectuó grandes cambios en su vida. (Hech. 13:9) Aunque fue criado bajo el pacto de la Ley y con el punto de vista de los fariseos, cambió de su posición respetada en la fe judía para compartir la persecución que se amontonaba sobre los cristianos primitivos. (Fili. 3:5, 6) Bien sabía las consecuencias de este cambio, pero no titubeó cuando quedó convencido de lo que era correcto. Era un tiempo de gran persecución contra la congregación cristiana. Saulo mismo había estado tratando “atrozmente” a los cristianos primitivos, invadiendo una casa tras otra, arrastrando tanto a hombres como a mujeres para encarcelarlos. (Hech. 8:1-3) De hecho, fue cuando iba camino a Damasco llevando cartas del sumo sacerdote que lo autorizaban para llevar como prisioneros a Jerusalén a cualesquier personas que hallara que profesaran el cristianismo, fueran hombres o mujeres, que se produjo un acontecimiento que cambió completamente su vida.—Hech. 9:1, 2.

8. ¿Qué experiencia tuvo Pablo (o Saulo) al aprender la verdad, y cómo respondió?

8 Súbitamente una luz celestial le causó sobresalto. “Cayó a tierra y oyó una voz que le decía: ‘Saulo, Saulo, ¿por qué me estás persiguiendo?’ Dijo: ‘¿Quién eres, Señor?’ Dijo él: ‘Soy Jesús, a quien tú estás persiguiendo.’” Todavía cegado por la luz, Saulo fue llevado a Damasco. Después de tres días un discípulo de nombre Ananías recibió la instrucción de ir en su ayuda. Después de asegurarle que ésta era la voluntad del Señor, Ananías le dijo: “Saulo, hermano, el Señor, el Jesús que se te apareció en el camino por el cual venías, me ha enviado, para que recobres la vista y seas lleno de espíritu santo.” ¿Cómo habría respondido usted a un acontecimiento como éste? ¿Se le hubiera hecho difícil efectuar un cambio, al saber que probablemente significaría persecución y penalidad para usted, posiblemente el que su propia familia lo rechazara? En la mente de Saulo no hubo duda alguna acerca de lo que debía hacer, pues leemos: “Inmediatamente en las sinagogas se puso a predicar a Jesús, que Éste es el Hijo de Dios.”—Hech. 9:3-5, 17, 20.

EJEMPLO DE FE

9. (a) ¿Cómo sirven de estímulo para los cristianos modernos las experiencias de Saulo? (b) ¿Cómo fue que se escapó por un pelo en Damasco cuando empezó a predicar acerca de Cristo?

9 Cuando consideramos su ejemplo de fe, el aguante de Saulo bajo prueba, y la guía y protección que Jehová le concedió, recibimos estímulo para salir vencedores de las pruebas a las que se enfrentan los cristianos verdaderos en esta generación. Aun sabiendo que se enfrentaría a oposición como los demás cristianos de aquellos días, Saulo no era persona que hubiera de volverse atrás a pesar de que el Señor le había dicho a Ananías: “Le mostraré claramente cuántas cosas tendrá que sufrir por mi nombre.” Después de pasar unos días con los discípulos en Damasco, Saulo empezó a predicar celosamente. Como resultado de esto, no pasó mucho tiempo antes de que los judíos tramaran matarlo y empezaran a vigilar las puertas de la ciudad día y noche para eliminarlo. Pero Jehová no iba a dejar que pusieran a un lado tan fácilmente a este “vaso escogido.” (Hech. 9:15, 16) Se le hizo saber del complot a Saulo, y sus discípulos lo ayudaron a escapar de la trampa, descolgándolo en un cesto por una abertura en el muro. Este fue solo el principio de una vida emocionante en la predicación para este ex-perseguidor de cristianos.

10. ¿De qué manera indicó la experiencia de Saulo con Elimas oposición demoníaca?

10 Por espíritu santo Saulo y Bernabé fueron seleccionados especialmente para efectuar la obra de anunciar la palabra de Dios tanto a judíos como a no judíos. En su primera gira misional encontraron a un hombre a quien se describe como profeta falso y hechicero, el cual estaba con el procónsul Sergio Paulo. Cuando Elimas el hechicero empezó a oponerse a Saulo y Bernabé, tratando de apartar al procónsul de escuchar el mensaje de ellos, Saulo (ahora llamado Pablo), lleno de espíritu santo, le preguntó: “¿No cesarás de torcer los caminos correctos de Jehová?” Inmediatamente el hechicero quedó temporalmente ciego. Como resultado de esto, el atónito procónsul puso fe en las cosas que había visto y oído.—Hech. 13:6-12.

11. (a) ¿Por qué, y con qué como base bíblica predicaron Pablo y Bernabé a los gentiles de Antioquía e Iconio? (b) ¿Qué hicieron después de haber sido echados de estas ciudades?

11 Pablo y Bernabé continuaron su viaje hasta Antioquía de Pisidia, donde dieron un testimonio denodado a la gente de la ciudad. Cuando los judíos se encolerizaron por lo que predicaron tocante a la resurrección de Jesús, estos dos hombres dirigieron su atención a la gente de las naciones, refiriéndose a las palabras proféticas de Isaías: “Te he nombrado como luz de naciones, para que seas una salvación hasta la extremidad de la tierra.” (Hech. 13:47) Y aunque los gentiles que se inclinaban a lo justo empezaron a regocijarse por esto, el populacho judío echó a Pablo y Bernabé de la ciudad. Pero ellos continuaron adelante llenos de gozo y espíritu santo. En su siguiente parada, en Iconio, tuvieron una experiencia similar. Como resultado de su predicación, una gran multitud de judíos y griegos se hicieron creyentes, pero los que no aceptaron el mensaje agitaron a la gente, y tanto judíos como gentiles se resolvieron a obrar con violencia contra ellos, de modo que se les hizo necesario huir a otro lugar para continuar predicando las buenas nuevas.

12, 13. (a) ¿Qué le sucedió a Pablo en Listra? (b) ¿Cómo mostró Pablo que confiaba en Jehová?

12 En Listra, después que Pablo sanó a un hombre que había sido cojo desde el nacimiento, la gente creyó que los dos hombres eran dioses. Llamaron Zeus a Bernabé, y a Pablo lo llamaron Hermes, porque era el que llevaba la delantera al hablar. Sin embargo, Pablo y Bernabé los restringieron, diciendo: “Varones, ¿por qué hacen estas cosas? Nosotros también somos humanos que tenemos sufrimientos igual que ustedes, y les estamos declarando las buenas nuevas.” (Hech. 14:15) Más o menos en ese tiempo los judíos de Antioquía e Iconio que todavía andaban buscando a Pablo llegaron y, hallando a Pablo, lo apedrearon y lo arrastraron fuera de la ciudad, imaginándose que estaba muerto. Pero, por la bondad inmerecida de Jehová, Pablo pasó con vida a través de esta prueba difícil, y al día siguiente salió con Bernabé para Derbe, donde continuó su predicación e hizo un buen número de discípulos.

13 Usted quizás esté pensando: ‘Después de todo eso yo hubiera desistido antes de que me mataran.’ Pero Pablo no hizo eso. De hecho, el relato de Hechos 14:21 cuenta que Pablo y Bernabé volvieron a Listra y a Iconio y a Antioquía, donde habían tenido tanta oposición, pues querían fortalecer y animar a los discípulos. Les recordaron: “Tenemos que entrar en el reino de Dios a través de muchas tribulaciones.” De modo que continuaron su trabajo de edificar las congregaciones y fortalecer a los que habían llegado a ser creyentes en Jehová.—Hech. 14:22.

COMPAÑEROS CREYENTES CAUSAN DISPUTAS

14. ¿Qué argumento presentaron algunos, y cómo se resolvió?

14 Por desgracia, no eran solo los opositores los que a veces acarreaban problemas, sino que hasta compañeros de creencia causaban disputas, al afirmar, por ejemplo, que a menos que los gentiles se circuncidaran según la costumbre de Moisés, no podían ser salvos. (Hech. 15:1, 2) Después de considerable desacuerdo sobre el punto, se resolvió que Pablo y Bernabé y otros presentaran el asunto a los apóstoles y hombres de mayor edad de la congregación central en Jerusalén. Después de oír su testimonio y el de Pedro y otros, ¿qué decisión hubo? La de no perturbar a los de las naciones que estaban volviéndose a Dios salvo con las cosas necesarias: que se abstuvieran de cosas contaminadas por los ídolos y de la fornicación y de la sangre.—Hech. 15:12-20.

15. ¿Debido a qué situación corrigió Pablo a Pedro?

15 Pablo se mantuvo firmemente a favor de la verdad. Al considerar su visita a Jerusalén, dice que cuando “falsos hermanos . . . entraron a hurtadillas,” “a éstos no cedimos a manera de sumisión, no, ni por una hora, para que la verdad de las buenas nuevas continuara con ustedes.” En Antioquía, cuando hasta Pedro llevó a cabo una simulación al no comer ni asociarse con sus hermanos gentiles para no ofender a algunos cristianos judíos visitantes, Pablo ‘le resistió cara a cara, porque se hallaba condenado.’ Explicó a los gálatas: “No echo a un lado la bondad inmerecida de Dios; porque si la justicia es por medio de ley, Cristo realmente murió en balde.” (Gál. 2:4, 5, 11, 21) Esto ayudó a los gálatas a entender que a los cristianos se les declara justos por fe en Cristo, no por amoldarse a las obras de la ley mosaica. El pacto de la Ley había sido removido, y ahora el nuevo pacto estaba en funcionamiento. Aunque algunos se tardaban en entender esto, Pablo no se desanimó por el despliegue de razonamiento humano de éstos.

PABLO NO SE DESANIMÓ POR OPOSICIÓN

16. ¿Cómo se convirtieron en una bendición las pruebas de Pablo y Silas en Filipos?

16 En Filipos, en su segunda gira misional, Pablo tuvo el placer de llevar la verdad a una comerciante de nombre Lidia, que abrió su corazón ampliamente a las cosas que Pablo dijo y mostró gran hospitalidad a estos hermanos. Aquí en Filipos, también, Pablo se vio en problemas, esta vez por parte de los dueños de una sirvienta que tenía poder de adivinación. Día tras día ella seguía gritando: “Estos hombres son esclavos del Dios Altísimo, los cuales les están publicando el camino de la salvación.” (Hech. 16:17) Finalmente Pablo se cansó de ello y, en el nombre de Jesús, le ordenó al demonio que saliera de la muchacha. Cuando sus dueños que se habían lucrado con las predicciones de ella vieron que la muchacha había perdido esta habilidad sobrenatural, llevaron a Pablo y Silas ante los magistrados para que se les golpeara y encarcelara. Esto, de nuevo, habría bastado para desanimar a muchos, primero el ser golpeados y luego ser echados en la prisión, pero no desanimó a Pablo y Silas. El relato nos dice que, en medio de la noche, mientras oraban y alababan a Dios con canción, de repente ocurrió un gran terremoto que abrió las puertas de la cárcel y soltó a los prisioneros. En vez de tratar de escapar, Pablo se quedó allí para tranquilizar al carcelero, que estuvo a punto de quitarse la vida, y aprovechó la oportunidad para compartir la palabra de Jehová con él y su familia. Como resultado, éstos fueron bautizados aquella misma noche.

17. ¿Cómo consideró Pablo sus pruebas, y qué actitud mantuvo?

17 A pesar de todo, Pablo no se desanimó. Mantuvo la actitud correcta. Como escribió a los hermanos corintios: “Cuando se nos injuria, bendecimos; cuando se nos persigue, lo soportamos; cuando se nos infama, suplicamos.” (1 Cor. 4:12, 13) Podía ver la verdad de las palabras de Jesús: “El esclavo no es mayor que su amo. Si ellos me han perseguido a mí, a ustedes también los perseguirán.” (Juan 15:20) Para Pablo era un privilegio el experimentar pruebas por las buenas nuevas.—Fili. 1:27-30.

18. ¿Qué oposición presentó un platero a la predicación de Pablo, pero qué sucedió finalmente?

18 En su tercera gira misional Pablo nuevamente se topó con oposición, esta vez de artífices que hacían templetes religiosos. Demetrio, un platero que se lucraba de hacer templetes de la diosa Artemis, le advirtió a la gente que Pablo enseñaba que los dioses hechos con las manos no eran dioses y que pronto la ocupación de los hacedores de templetes caería en descrédito. La ciudad se alborotó por esto, y solo fue con gran esfuerzo que el registrador de la ciudad aquietó a la gente e hizo que la muchedumbre se dispersara. (Hech. 19:23-41) Sí, Pablo vio amenazada su vida y sometida a prueba su fe vez tras vez.—2 Cor. 4:7-12; 6:3-10; 11:23-27.

19. ¿Qué advertencia recibió Pablo, pero por qué no se retrajo ante la posibilidad de que se le diera muerte?

19 Finalmente, mientras Pablo estaba en Cesarea, el profeta Ágabo le advirtió que en Jerusalén lo atarían y lo entregarían en manos de gente de las naciones. ¿Qué haría Pablo? ¿Huiría a otro lugar? No, pues dijo: “Estoy listo no solo para ser atado, sino también para morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús.” (Hech. 21:10-13) Pensaba que, prescindiendo de lo que le sucediera, había sido fiel en su asignación de servicio, y que estaba “limpio de la sangre de todo hombre.”—Hech. 20:26.

20. ¿A quiénes tuvo Pablo el privilegio de dar un testimonio, y cómo usó el tiempo durante su encarcelación?

20 Como se predijo, en Jerusalén levantaron falsas acusaciones contra Pablo en el templo y lo arrastraron de allí. Solo la intervención rápida del comandante militar romano impidió su muerte. Después de eso Pablo tuvo el privilegio de presentar su defensa ante el tribunal supremo judío llamado el Sanedrín. Pero aquí, también, surgió disensión acerca del mensaje que dio. Esa noche un ángel se puso de pie a su lado y le dijo que tuviera buen ánimo. Tal como había dado un testimonio cabal en Jerusalén, así daría testimonio en Roma. (Hech. 23:11) Después de eso el gobernador Félix oyó el caso de Pablo, luego su sucesor, Porcio Festo, y finalmente el rey Agripa II, antes de que lo enviaran a Roma. Dos años permaneció bajo custodia, predicando a todos los que venían a visitarlo. Evidentemente César Nerón lo declaró inocente y lo puso en libertad.—2 Tim. 4:16, 17.

21, 22. (a) ¿Qué evidencia tenemos de que Pablo esperaba morir como resultado de su segunda encarcelación? (b) ¿Por qué tuvo Pablo tan fuerte fe?

21 Sin embargo, Pablo fue encarcelado de nuevo en Roma alrededor de 65 E.C. Fue durante esta encarcelación que escribió su segunda carta a Timoteo y dio a entender que su muerte estaba cerca. (2 Tim. 4:6-8) Probablemente sufrió el martirio a manos de Nerón en 66 E.C.

22 De la cualidad probada de la fe de Pablo no hubo duda alguna. Él tuvo buena razón para tener fe. No solo se le había llamado de manera milagrosa, sino que vez tras vez él había visto el funcionamiento del espíritu de Dios en las cosas que tuvo el privilegio de ejecutar y en la intervención angélica a su favor. Pero a pesar del intenso odio a que se encaró tanto de fuentes demoníacas como humanas, no permitió que su fe vacilara ni se dejó desviar de la obra a la cual había sido llamado. Cifró su confianza en el Señor y en la esperanza de la resurrección.—1 Cor. 15:14, 21, 22.

23. ¿Cómo sabemos que Pablo no se avergonzaba del derrotero que había tomado en la vida?

23 Pablo no se avergonzaba del derrotero que había tomado en la vida. Como le dijo al rey Agripa: “Desearía de Dios . . . que . . . no solo tú, sino también todos los que me oyen hoy llegasen a ser hombres tales como también yo soy, a excepción de estas cadenas.” (Hech. 26:28, 29; Rom. 1:16) A pesar de las pruebas que aguantó, animó a otros a seguir el mismo proceder o derrotero. A los hermanos de Corinto, escribió: “Háganse imitadores de mí, así como yo lo soy de Cristo.” (1 Cor. 11:1) Él no era persona de la clase que estuviera buscando dificultades ni una persona que se deleitara en la penalidad o el martirio como si esto le trajera gloria al individuo. Sin embargo se mantuvo firmemente a favor de la verdad. Cuando escribió a los tesalonicenses, se regocijó porque las buenas nuevas no resultaron solamente en habla, “sino también con poder y con espíritu santo y fuerte convicción . . . y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, puesto que aceptaron la palabra bajo mucha tribulación con gozo de espíritu santo.”—1 Tes. 1:5, 6.

24. ¿Qué bendiciones vienen de que demostremos fe como la de Pablo?

24 Pocos de nosotros nos enfrentaremos alguna vez a todas las pruebas a las que se enfrentó Pablo. Sin embargo, todos podemos demostrar fe como la de él. Podemos recordar sus palabras alentadoras a los hebreos: “Ahora bien, nosotros no somos de la clase que se retrae para destrucción, sino de la clase que tiene fe que resulta en conservar viva el alma.” (Heb. 10:38, 39) Sabiendo que la cualidad probada de nuestra fe resulta en aguante, debemos ser imitadores de Pablo así como él lo fue de Cristo Jesús. Por nuestro aguante fiel a pesar de las pruebas que vengan sobre nosotros, sabemos que también en lo que toca a nosotros la cualidad probada, duradera, de nuestra fe será “causa de alabanza y gloria y honra al tiempo de la revelación de Jesucristo.”—1 Ped. 1:5-7, 9; Sant. 1:2, 3.

[Ilustración de la página 562]

Saulo de Tarso ‘no se hizo desobediente a la vista celestial,’ sino que se hizo discípulo de Jesús y ejemplo de fe y aguante.—Hech. 26:19

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