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  • Relaciones sexuales sin matrimonio... lo que las hace dañinas

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  • Relaciones sexuales sin matrimonio... lo que las hace dañinas
  • La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
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La Atalaya. Anunciando el Reino de Jehová 1978
w78 15/12 págs. 26-29

Relaciones sexuales sin matrimonio... lo que las hace dañinas

LA ATRACCIÓN sexual puede ser muy poderosa. Evidentemente el Creador la implantó en los seres humanos para que contribuyera a hacer del matrimonio un placentero enlace que ata.

Hay quienes se ríen burlonamente de la idea de que sea dañino el participar en intimidades sexuales cuando los que lo hacen no están casados. Quizás se pregunten qué daño causan a sus cuerpos cuando ceden a estos deseos mientras no están casados. Pero ¿olvidan estas personas lo que son dentro de sus cuerpos, dentro de sí mismas? ¿No tienen una personalidad, una mente razonante y un corazón que anhela amor y seguridad verdaderos? Las heridas internas que sufre alguna persona como resultado de que un amante temporario la haya abandonado pueden sangrar por años. Además, pudiera suceder que se desarrollaran insensibilidades, y éstas no promoverían salud y felicidad tampoco. Entre la gente, cada vez se está haciendo más claro que el uso de los órganos sexuales fuera del matrimonio no trae satisfacción y gozo duraderos.

EL ANHELO DE AMOR MARITAL

Una esposa no solo experimenta un cambio físico durante su primer contacto sexual, sino también una alteración de su personalidad. Cuando todavía era virgen, probablemente deseaba un amigo, alguien con quien hablar y “en quien apoyarse.” Sin embargo, después del coito, la mujer empieza “a anhelar un hombre” en otro sentido de la palabra. Jehová Dios, como Creador, llamó a esto ‘el deseo vehemente por su esposo.’—Gén. 3:16.

La muchacha que está demasiado deseosa de casarse está en peligro de permitir a su amigo demasiadas libertades con ella. Por temor de perder a este amigo, quizás trate de atarlo a ella por medio de cortejo impuro. Pero, muchachas, pregúntense, por favor: ‘¿De qué manera lo mantengo atado?’ Piensa, joven. ¿Tiene él interés genuino en tu personalidad y en tus cualidades mentales y nobles sentimientos? ¿No sucederá, más bien, que él te deje si no continúas participando con él en actividades sexuales? ¿Por cuánto tiempo pueden las mujeres que ceden a acciones inmorales de otros para con ellas atraer a los que participan con ellas en tales acciones? Por un tiempo no más largo que el de una mujer de poca virtud que se atrae la mirada y despierta las pasiones de sus irresponsables “amigos.” ¿Quién queda entonces profundamente herido? De la misma manera, ¿puede el hombre joven que hace requerimientos inmorales a su amiga esperar que ella lo respete más tarde en la vida?

Las Escrituras indican que “Dios juzgará [adversamente] a los fornicadores y a los adúlteros.” (Heb. 13:4) ¿Qué pudiera ser más perjudicial que eso? Recuerda, también, que un solo acto de inmoralidad puede arruinar una carrera entera del que anteriormente fue un feliz siervo de Dios. Y esto no puede ser rectificado por un matrimonio apresurado. Tal como las rayas que se hacen en un disco fonográfico pueden hacer que no se pueda disfrutar bien de la música, así experiencias sexuales de índole negativa del pasado pueden hacer que no haya paz y felicidad completas en el matrimonio.

CONSIDERA LAS INCERTIDUMBRES DE LA VIDA

Algunos quizás digan: ‘¿Qué mal se hace cuando nos permitimos ciertas libertades sexuales fuera del matrimonio? Estamos seguros de que nos casaremos, y damos por sentado que no estamos enfermos en el sentido de tener alguna enfermedad venérea.’

Pero piensa un momento. ¿Podemos nosotros, siendo imperfectos y mortales, decir alguna vez: ‘Estamos seguros de que nos casaremos’? ¿No estamos todos sujetos a esta ley declarada: “El tiempo y el suceso imprevisto les acaecen a todos”? (Ecl. 9:11) ¿Cómo puede una pareja estar segura de que se casará? En el mejor de los casos, solo pueden esperar que puedan hacerlo. Santiago, el medio hermano de Jesús, amonestó: “Vamos, ahora, ustedes que dicen: ‘Hoy o mañana iremos a tal ciudad y allí pasaremos un año, y negociaremos y haremos ganancias,’ cuando el caso es que ustedes no saben lo que será su vida mañana. . . . En vez de eso, deberían decir: ‘Si Jehová quiere, viviremos y también haremos esto o aquello.’”—Sant. 4:13-15.

ASUNTO DE AGRADAR A DIOS

Además, ¿sería razonable pedir la bendición de Jehová sobre nuestros esfuerzos por lograr un matrimonio feliz y al mismo tiempo envolvernos en conducta condenada por el “Oidor de la oración”? (Sal. 65:2) Por supuesto, es necesario que verdaderamente creamos que Dios condena ciertas acciones. Pues bien, en una clara referencia a actividades sexuales impuras, Jesús clasificó la “conducta relajada” entre varias “cosas inicuas.” (Mar. 7:22, 23) El apóstol Pablo dijo que los que practicaban “las obras de la carne,” tales como “fornicación, inmundicia, conducta relajada,” definitivamente “no heredarán el reino de Dios.” (Gál. 5:19-21) Ciertamente estas declaraciones no dejan duda en cuanto a cómo piensa Jehová acerca de este asunto, ¿verdad?

La actividad sexual fuera del matrimonio contamina tanto al hombre como a la mujer. No hay duda alguna de que ése es el punto de vista de Jehová Dios. De otro modo, no prohibiría el que personas no casadas participaran en intimidades sexuales. (Compare con 1 Corintios 7:1, 2) Además, el Soberano Universal no aprueba a los individuos codiciosos y desordenados. (1 Cor. 6:9, 10; 14:33) Puesto que él ha dado las leyes morales necesarias para la vida humana, es necesario observarlas si queremos agradar a nuestro Creador y disfrutar de verdadera felicidad. Cualquier otro proceder nos causará daño.

El estar comprometidos, o estar preparándose para casarse, no es lo mismo que ya estar unidos en matrimonio, ¿verdad? Pues bien, considere: ¿Qué pensaría usted de un hombre que no hubiera sido nombrado superintendente en la congregación cristiana pero que estuviera tratando de asumir la posición de tal anciano? Sería presuntuoso. ¿Y qué les sucedió a ciertos individuos de la antigüedad que presuntuosamente se adelantaron y no esperaron a Jehová? ¿Se hicieron daño? Sí, a veces hasta el punto de morir, tarde o temprano. (1 Sam. 15:22, 23; 2 Sam. 6:6, 7; 2 Cró. 26:16-21) De seguro que ninguna persona que tema a Dios querrá obrar presuntuosamente por medio de participar en una relación física prohibida por Jehová, o por medio de participar en las intimidades que están asociadas con el matrimonio antes de haberse casado.—Efe. 5:3.

EVITE PROBLEMAS DOLOROSOS

El respeto, hasta respeto profundo, de cada persona para la otra es una de las principales columnas sostenedoras de un matrimonio feliz. (Efe. 5:33; 1 Ped. 3:7) Pero, ¿cómo puede una pareja comprometida edificar verdadero respeto mutuo si ven y saben que ambos han llegado a estar envueltos en conducta codiciosa, inmoral? ¿Inspira confianza esto? No, porque en el matrimonio surgen muchos celos debido a las experiencias negativas que han tenido los cónyuges uno con el otro antes de casarse. ¿No puede decir una esposa desalentada años después: “Tú solo querías una mujer, no a mí misma”? ¿Y cómo puede el esposo probarle entonces que en verdad no fue así, sino lo contrario? No puede. Entonces, ¿cómo puede un hombre, antes de casarse con alguna mujer en particular, probar que realmente la ama? Por medio de respetar su castidad. Así despliega su amor altruista a su futura esposa. También muestra que su palabra es digna de crédito. Puede ser que él le hubiera prometido al padre de la joven que no la tocaría de manera impura. ¡Qué vergonzoso sería que él ahora tuviera que confesar que es responsable del embarazo de la hija de aquel hombre! ¿Sería ésa una buena manera de comenzar un matrimonio?

Tanto los padres como las parejas comprometidas podrían evitarse problemas dolorosos por medio de dar atención con oración a este asunto. Esto es de gran importancia en medio de este mundo actual en decadencia moral. Las normas morales que Dios ha establecido nunca han tenido que resistir tantos ataques como los que han afrontado en nuestro día. La Biblia realmente tiene que ser la guía diaria del cristiano en cuanto a amistades, compromiso y matrimonio. ¿Por qué? Las Escrituras contestan: “Ya no sigan ustedes andando así como las naciones también andan en la inutilidad de su mente, estando ellas mentalmente en oscuridad, y alejadas de la vida que pertenece a Dios.” Muchas personas han llegado a estar “más allá de todo sentido moral,” y se han entregado “a la conducta relajada para obrar toda clase de inmundicia con avaricia.” Pero el apóstol Pablo instó a compañeros,de creencia a ‘desechar la vieja personalidad que se conforma a su manera de proceder anterior,’ y ponerse “la nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad.” (Efe. 4:17-24) Sí, haga eso y quizás evite el dolor y la calamidad que con seguridad les sobrevendrán a los que continúan pasando por alto las normas justas de Dios.

¿NECESITA AYUDA?

Si alguien tiene un problema a este respecto, sería bueno que hablara con uno de los ancianos nombrados de la congregación cristiana. Esta persona puede ayudarle con entendimiento. Este hombre es anciano o superintendente debido a que posee calificaciones espirituales, y no hay duda de que es un experimentado combatiente contra sus propios deseos carnales, como lo fue el apóstol Pablo.—1 Cor. 9:26, 27.

Además, las parejas comprometidas pueden hablarse francamente. Esto puede fortalecerlos a ambos en su firme decisión de agradar a Jehová. Con seguridad ustedes no recibirán daño si se ayudan el uno al otro a amoldarse a la voluntad divina. Más bien, ambos conocerán la verdadera felicidad de que disfrutan los siervos leales de Dios. ¿No es eso lo que desean en la vida?

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