Preguntas de los lectores
● ¿Cómo puede armonizarse la aparente contradicción entre 1 Samuel 31:4 y 2 Samuel 1:10?—L. G., Francia.
El registro en 1 Samuel 31:4 lee: “Entonces Saúl dijo a su escudero: ‘Saca tu espada y atraviésame con ella, para que estos incircuncisos no vengan y ciertamente me atraviesen y traten conmigo abusivamente.’ Y su escudero no quiso hacerlo, porque tenía mucho miedo. De modo que Saúl tomó la espada y cayó sobre ella.” En 2 Samuel 1:10 tenemos las palabras de un amalecita dirigidas a David, alegando haber muerto al rey Saúl a petición suya. “De modo que me paré sobre él y definitivamente lo hice morir, porque sabía que no podía vivir después de haber caído.”
Un poco de reflexión lo aclarará todo. Por una parte tenemos el registro inspirado, muy probablemente por los profetas Natán y Gad, diciendo exactamente cómo murió el rey Saúl. Lo informan como un hecho. Por otra parte tenemos la pretensión de un pagano, un joven desconocido de los amalecitas, que contradice el registro divino. ¿Hay alguna razón para dudar del registro de los escritores inspirados? No, no la hay. ¿Hay alguna razón para dudar de las palabras del joven pagano? Sí, la hay, porque es razonable concluir que él trataba de ganarse el favor de David haciéndose pasar por el matador del que buscó la vida de David durante toda su vida. Lo que él dijo por lo tanto fue una falsedad deliberada. Sin embargo, en vez de conseguirle el favor de David, eso airó tanto a David que mandó que el joven fuese muerto porque mató al ungido de Jehová.—2 Sam. 1:15, 16.
● El Cuarto Mandamiento, registrado en Exodo 20:11, declara: “Porque en seis días Jehová hizo los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos y procedió a descansar en el día séptimo.” ¿No está incluido Génesis 1:1 en los “seis días,” ya que los “seis días” incluyen el tiempo en que “Jehová hizo los cielos y la tierra”?—W. B., EE. UU.
No, no podemos argüir así. El “día” de Génesis 2:4 e igualmente los “seis días” de Exodo 20:11, que comprenden todo el período creativo desde que Jehová Dios creó la luz en la tierra, no incluyen al período de tiempo previo en el cual ya existía la tierra pero durante el cual período estaba sin forma y desierta, morando en las tinieblas que cubrían la superficie de sus aguas agitadas.
No podemos olvidar que durante esta semana creativa Dios creó cielos. Esos cielos son los que se describen en el relato del segundo día en Génesis 1:6-8. Es en estos cielos que el versículo Gén 1:20 dice que vuelan las criaturas volátiles. Fue en estos cielos que el sol, la luna y las estrellas afuera se hicieron visibles en el día cuarto. La tierra fue hecha o creada dentro de este período creativo también en el sentido de que se le hizo aparecer encima de las aguas agitadas en el día tercero. (Gén. 1:9, 10) Estos, por lo tanto, son “los cielos y la tierra” mencionados en Génesis 2:4 y Éxodo 20:11.
● ¿Cuáles son las “cosas elementales” contra las que amonestó el apóstol Pablo en Colosenses 2:8?—B. P., EE. UU.
En Colosenses 2:8 leemos: “Cuídense: quizás haya alguien que se los lleve como su presa por medio de la filosofía y el engaño vacío según la tradición de los hombres, según las cosas elementales del mundo y no según Cristo.” La connotación más común de “elemental” es aquello que es primario, rudimentario, tal como una escuela “elemental.” La voz, sin embargo, también significa aquello que pertenece o trata de los elementos de algo. Un elemento, a su vez, se define como “una de las partes, principios o rasgos constitutivos de algo.”
Está en armonía con esta definición la palabra griega que el apóstol Pablo usa aquí, a saber stoikheion, que significa ‘aquello que es un componente básico, fundamental o inicial.’ Esta palabra es una disminución de una voz griega que significa ‘una vara o regla derecha.’ Stoikheion también se define como “un elemento; un elemento del universo natural. . .; un elemento o rudimento de cualquier sistema intelectual o religioso.”—Greek Lexicon, Bagster.
Stoikheion aparece siete veces en las Escrituras Cristianas Griegas. El apóstol Pedro la usa dos veces en el sentido de un elemento del universo natural, diciendo: “El día de Jehová vendrá como ladrón, en el cual los cielos pasarán con un ruido de silbido, pero los elementos estando intensamente calientes serán disueltos.” (2 Ped. 3:10, 12) Una nota al pie de la página en la Traducción del Nuevo Mundo sobre la palabra “elementos” dice: “los cuerpos celestiales.” En los cielos literales los elementos o partes constitutivas son los cuerpos celestiales individuales. Sin embargo, puesto que sabemos que los cielos y tierra literales permanecerán para siempre, y en vista de lo que el contexto muestra, es patente que el apóstol Pedro aquí se refirió a unos cielos simbólicos inicuos, que constan de Satanás y todos sus demonios inicuos. Estos se derretirán en el día de Jehová cuando serán puestos fuera de acción en el Armagedón, arrojados en el abismo por mil años.—Apo. Rev. 20:1-3.
En su carta a los cristianos hebreos el apóstol Pablo usa esta misma voz stoikheion para referirse a los elementos básicos del cristianismo verdadero. Debido a su indolencia éstos otra vez necesitaban que alguien les enseñara desde el principio “los principios [stoikheion; elementos] elementales de las declaraciones formales sagradas de Dios,” tales como el “arrepentimiento de obras muertas, y fe hacia Dios, . . . la resurrección de los muertos y el juicio eterno.” Tales enseñanzas, elementos o “principios” son básicos y primarios, razón por la cual Pablo los designó como los elementos o principios “elementales” de las enseñanzas del cristianismo.—Heb. 5:12; 6:1, 2.
Refiriéndonos ahora a las “cosas elementales” que se mencionan en Colosenses 2:8, éstas son las cosas o principios básicos o elementales que comprenden, guían e incitan al mundo o sistema de cosas de Satanás. La voz por lo tanto incluiría a la filosofía o sabiduría vana de este mundo; el engaño vacío de su materialismo, que el Congregador en el libro de Eclesiastés repetidamente muestra es una ocupación tan calamitosa; las tradiciones de la religión falsa, etc. Incluidas, por lo tanto, están las cosas mencionadas por el apóstol Juan: “Porque todo en el mundo—el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno—no se origina del Padre, sino que se origina del mundo.”—1 Juan 2:16.
Si el cristiano no está despierto y alerta a todo tiempo, los hombres de este mundo se lo llevarán como su presa según sus cosas elementales haciéndolo volver de nuevo a la esclavitud para los propios propósitos egoístas de ellos. Por lo tanto se debió a ciertos judaizantes, que eran parte del mundo y que estaban tratando de hacer que los cristianos volvieran a estar en la esclavitud de la ley mosaica, que Pablo escribió: “Si ustedes murieron junto con Cristo tocante a las cosas elementales del mundo, ¿por qué es que ustedes, como si estuvieran viviendo en el mundo, siguen sujetándose a los decretos, ‘No tienten, ni gusten, ni toquen,’ respecto a cosas que están todas destinadas a la destrucción al consumirse por el uso?” (Col. 2:20-22) Hay dos referencias semejantes a estas “cosas elementales” en particular en Gálatas 4:3 y 9.
Dado que hoy comparativamente pocos cristianos han salido del judaísmo, el peligro de ser tomados como presa por los judaizantes no es tan grande como lo fue para los cristianos gálatas en el día de Pablo. Pero hay otros peligros, tales como los ya notados, y no pasando por alto la crítica textual, contra los cuales los cristianos tienen que vigilar, porque las “malas asociaciones corrompen las costumbres provechosas.”—1 Cor. 15:33.
Andad sabiamente para con los de afuera, aprovechando cada oportunidad de hacerles bien. Vuestra palabra sea siempre con gracia divina, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno.—Col. 4:5, 6, Mod.