Amigo de Jehová o amigo del mundo... ¿cuál?
“¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios?”—Sant. 4:4.
1. ¿Qué definición hay para amigo, y qué se tiene que considerar cuando se escogen amigos?
LA MAYORÍA de la gente ejerce cuidado cuando se trata de escoger amigos. Al amigo se le puede definir como “el que está vinculado a otro por afecto o estima,” “uno con quien se tiene íntima asociación.” ¿Escogería usted para amigo íntimo a una persona cuyos hábitos usted detestara, cuyos puntos de vista y modo de pensar siempre se opusieran a los de usted, y que se asociara con sus enemigos o se pusiera de parte de ellos? Puesto que nosotros ejercemos cuidado en nuestra selección de amigos, no podemos esperar nada menos del Dios Supremo del universo. Por lo tanto, es vital que aprendamos a hacernos amigos de Dios, Jehová, y a mantener la amistad con él.
2. ¿Le ha negado Dios a la humanidad el llegar a ser amigos de él? ¿De qué manera ejerce selección Él al escoger a sus amigos?
2 Jehová no le ha negado a la raza humana tener amistad con él. De hecho, su amor a la humanidad lo impelió a dar su más precioso “Hijo unigénito, para que todo el que ejerce fe en él no sea destruido, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16) Pero no podemos esperar que Jehová haga amistad con cualquier persona. En el Salmo 5:4 se nos informa de la actitud y conducta que Jehová no tolera que desplieguen sus amigos: “Porque tú no eres un Dios que se deleite en la iniquidad; nadie malo puede residir contigo por tiempo alguno.”
3. ¿Qué dicen Jesús y Santiago acerca de confraternizar con mundanos?
3 Los seguidores de Jesús reconocen que tiene que mantenerse separados del mundo y su corrupción. (2 Ped. 1:4) Como Jesús reconoció en Juan 17:16: “Ellos no son parte del mundo, así como yo no soy parte del mundo.” Santiago el medio hermano de Jesús señaló las horribles consecuencias de no mantener esa separación cuando declaró: “Adúlteras, ¿no saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Cualquiera, por lo tanto, que quiere ser amigo del mundo está constituyéndose enemigo de Dios.”—Sant. 4:4.
NO AMIGOS DEL MUNDO
4. (a) ¿Qué significa ser amigo del mundo? (b) ¿Cuáles son las obras de la carne, y en qué resulta el seguirlas?
4 ¿Qué significa ser amigo del mundo? Simplemente significa ser como el mundo, pensar como el mundo, compartir sus deseos, abrigar sus ambiciones, desplegar sus prejuicios y odios. La persona que es amiga del mundo adopta la actitud dominante que satura a la sociedad de éste. El apóstol Pablo llama esta actitud “el espíritu que ahora opera en los hijos de la desobediencia.” (Efe. 2:2) Ese espíritu puede llevar a uno a participar en las prácticas mundanas que Pablo enumeró en Gálatas 5:19-21: “Ahora bien, las obras de la carne son manifiestas, y son: fornicación, inmundicia, conducta relajada, idolatría, práctica de espiritismo, enemistades, contiendas, celos, enojos, altercaciones, divisiones, sectas, envidias, borracheras, diversiones estrepitosas y cosas semejantes a éstas.” ¿Qué resultado tiene el seguir esos caminos mundanos? Se nos advierte que “los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.”
5. ¿Qué derrotero tiene que seguir el cristiano, y qué fruto le agrada a Jehová?
5 Se hace patente, pues, que si participáramos en tales prácticas, las cuales Jehová odia, estaríamos alejándonos de él. Por lo tanto, tenemos que tomar un derrotero opuesto a ése por medio de reflejar el espíritu y actitud de Dios. Pablo nos dice que “el fruto del espíritu es: amor, gozo, paz, gran paciencia, benignidad, bondad, fe, apacibilidad, gobierno de uno mismo . . . los que pertenecen a Cristo Jesús fijaron en el madero la carne junto con sus pasiones y deseos.” (Gál. 5:22-24) Por consiguiente, al desplegar tal fruto estaremos agradando a Dios y no al mundo.
6. (a) ¿Qué diferencia hay entre las metas del mundo y las de los cristianos? (b) ¿Qué estímulo dio Jesús acerca de conseguir las cosas necesarias de la vida?
6 Tenga presente que las metas del mundo son diferentes de las del cristiano. Las metas del mundo son materialistas. Al mundo le importa poco sacrificar los principios correctos para el adelanto de intereses egoístas, aunque en el proceso resulten lastimados amigos allegados. Su modo de pensar gira en torno de la idea de que toda persona debe ser solo un poco más opulenta. El mundo se inquieta acerca de su alma en cuanto a qué comerá, beberá y se pondrá. (Mat. 6:25-30) Para evitar el copiar ese mismo punto de vista materialista tenemos que creer que Jehová suministrará a su pueblo lo que éste necesita. Tenemos que tener fe en que él puede bendecir y bendecirá nuestros esfuerzos por conseguir las cosas necesarias de la vida. Jesús, nuestro Amo, no tenía un lugar donde recostar la cabeza; sin embargo, su Padre le proveyó lo necesario. (Luc. 9:58) Así mismo, Jesús animó a sus seguidores a no preocuparse en cuanto a las cosas esenciales de la vida. Después de relatar la lección poderosa que demostraba su punto, en Mateo, capítulo 6, versículos 25 al 30, Jesús aseguró a sus seguidores: “Por eso, nunca se inquieten y digan: ‘¿Qué hemos de comer?’ o ‘¿qué hemos de beber?’ o ‘¿qué hemos de ponernos?’ Porque todas éstas son las cosas en pos de las cuales las naciones van con empeño. Pues su Padre celestial sabe que ustedes necesitan todas estas cosas. Sigan, pues, buscando primero el reino y Su justicia, y todas estas otras cosas les serán añadidas.”—Mat. 6:31-33.
7. ¿Qué punto de vista mundano queremos evitar, y qué textos nos ayudan con relación a esto?
7 Es esencial que evitemos que nos entrampen las “inquietudes de la vida,” por querer conseguir lo que el mundo considera la ‘vida cómoda.’ (Luc. 21:34) Jesús, en su ilustración del sembrador, dijo que “la inquietud de este sistema de cosas y el poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra.” (Mat. 13:22) ¡Qué ciertas son también sus palabras de Lucas 12:15: “Aun cuando uno tenga en abundancia, su vida no resulta de las cosas que posee”! Santiago ilustra bien la insensatez de pasar nuestro tiempo acumulando riquezas materiales para conseguir una vida cómoda. Dijo: “Sale el sol con su calor abrasador y marchita la vegetación, y su flor se cae y perece la belleza de su apariencia externa. Así, también, el rico se desvanecerá en sus maneras de proceder en la vida.” (Sant. 1:11) Más tarde, muestra la incertidumbre de la vida al señalar: “Son una neblina que aparece por un poco de tiempo y luego desaparece.” Por eso, en vez de estar confiados en nuestros planes, deberíamos decir: “Si Jehová quiere, viviremos y también haremos esto o aquello.” (Sant. 4:13-15) ¡Qué evidente es, por estos textos, que el cultivar la amistad con Dios es mucho más importante que el esforzarse por alcanzar una vida cómoda por medio de almacenar cosas materiales!
8, 9. (a) ¿Cómo considera el mundo a los individuos prominentes, pero qué deben recordar los jóvenes y los adultos? (b) ¿Qué ejemplos de amigos de Dios queremos imitar, y con qué meta?
8 ¿Qué actitud tenemos con relación a las personas célebres y prominentes del mundo... las que están asociadas con la diversión, los deportes, la ciencia o cualquier otro campo de esfuerzo? El mundo tiene en alta estima a esos hombres y mujeres. Debido a su prominencia, tanto adultos como niños idolatran y copian sus personalidades y modos de ser. Sin embargo, el amigo de Jehová tiene que estar en guardia para no empezar a seguir este modelo del mundo. Recuerde que los pensamientos y costumbres o caminos de estos hombres y mujeres no estén en armonía con los caminos de Jehová. Son asociados íntimos del mundo. Por lo tanto, el amoldar nuestra vida y conducta al habla, indumentaria, modo de arreglarse y conducta de ellos significaría hacernos amigos de ellos en vez de amigos de Dios.
9 Especialmente ustedes los jóvenes deben ejercer cuidado en cuanto a imitar a estas personas, puesto que la inclinación natural de ustedes es imitar a los de mayor edad. Pero estas personas prominentes son simplemente criaturas humanas imperfectas que morirán en Armagedón, si no cambian su derrotero y se amoldan a las normas de Jehová. ¿Sería prudente, entonces, andar con personas como ésas por medio de copiar su modo de ser? ¿No sería mejor que ustedes los más jóvenes, así como ustedes los adultos, tuvieran en alta estima a los que han demostrado ser amigos de Dios... individuos como Moisés, Josué, David, Barac, Jefté y Jesús? Otras personas, también, como Rut, Rahab, Débora y muchas, muchas más, han mantenido la amistad con Jehová y verdaderamente son dignas de nuestra admiración y estima. (Heb. 11:4-38) ¿Qué hay de los ejemplos modernos de los que han seguido siendo amigos de Dios? ¿No les gustaría imitar la lealtad y aguante de sus hermanos que han resistido el embate más fuerte de dictaduras como el régimen nazi de Hitler o las de tipo comunista, porque no renuncian a su amistad con Jehová? Estas personas y un sinnúmero más que han andado con Dios en el transcurso del tiempo estarán vivos después de la “grande tribulación,” mientras que los amigos prominentes de este mundo habrán desaparecido para siempre.—Sal. 37:10, 34, 38; Mat. 24:21, 22.
NUESTRA HABLA Y CONDUCTA
10, 11. (a) ¿Podría la asociación con el mundo afectar nuestra habla? Explique. (b) ¿Qué dice la Biblia acerca de la conducta y la indumentaria, y en qué pudiera resultar el que no prestáramos atención a 1 Corintios 15:33?
10 Adicionalmente, a los amigos de Dios se les advierte que sean edificantes en su habla. Pablo escribe: “No proceda de la boca de ustedes ningún dicho corrompido, sino todo dicho que sea bueno para la edificación según haya necesidad, para que imparta lo que sea favorable a los oyentes.” (Efe. 4:29) ¿Podemos decir que los amigos del mundo prestan atención a estas palabras? ¿Son edificantes en su habla? ¿Imparten lo que es “favorable a los oyentes”? Santiago dijo mucho acerca de la lengua, y declaró: “De la misma boca salen bendición y maldición. No es correcto, hermanos míos, que estas cosas sigan ocurriendo de esta manera.” (Sant. 3:2-12) ¿Sería prudente, entonces, asociarse con mundanos, y quizás adquirir la clase de lengua que describe Santiago?
11 También, ¿qué hay de nuestra conducta? ¿Copia al mundo, o es “excelente . . . entre las naciones,” como recomienda Pedro? (1 Ped. 2:12) ¿Qué hay de nuestra indumentaria? ¿Tratamos de mantenernos al día con las últimas manías de la moda? ¿Podríamos hacer esto y vestirnos “con modestia y buen juicio,” como Pablo nos animó a hacerlo? (1 Tim. 2:9; Pro. 11:2; Miq. 6:8) No tenemos que engañarnos. Pablo declaró enfáticamente: “Las malas asociaciones echan a perder los hábitos útiles.” (1 Cor. 15:33) En consecuencia, en los aspectos que acabamos de mencionar, se hace evidente que no podemos gozar de asociación con el mundo por nuestro modo de pensar y nuestras acciones y esperar que seguiremos estando en amistad con Dios.
12. ¿Qué dice Pedro en 2 Pedro 3:11-14, y cuáles son algunos de los actos y hechos en que podemos participar?
12 Para seguir siendo amigos de Dios, tenemos que prestar atención a estas palabras inspiradas de Pedro: “Puesto que todas estas cosas así han de ser disueltas, ¡qué clase de personas deben ser ustedes en actos santos de conducta y hechos de devoción piadosa!” (2 Ped. 3:11-14) Algunos de estos actos y hechos serían el participar en predicar las buenas nuevas, asistir a las reuniones del pueblo de Dios y también “mantenerse sin mancha del mundo.” (Mat. 24:14; Heb. 10:25; Sant. 1:27) Al ocuparnos en tales “actos santos” y “hechos de devoción piadosa” nos mantendremos tan ocupados que no quedará ningún tiempo para mezclarnos con el mundo o para pensar en sus caminos. Esto es vital para ser amigos de Dios.
AMISTAD ENTRE LOS HERMANOS
13. (a) ¿Cómo pudiéramos mostrar una actitud mundana para con nuestro hermano, y qué dice 1 Juan 4:20 acerca de esto? (b) ¿Qué nos animó a hacer Jesús para con nuestro hermano, y por qué?
13 También hay otra cosa que se tiene que considerar. ¿Qué actitud tiene usted para con sus hermanos? ¿Los ama usted? ¿Lo demuestra por asociarse con ellos? ¿Habla sin retraerse con todos ellos? ¿O ha dejado de hablar con cierta persona por años debido a algún desacuerdo insignificante? ¿O evita usted a determinados hermanos por una razón u otra? Usted quizás emplee mucho tiempo en la obra de predicar. Quizás ofrezca muchos comentarios en todas las reuniones. Es posible que esté absorto en todas las actividades de la congregación. Pero, aun así, ¿es usted en realidad un amigo de Dios mientras trata a su hermano como a una persona que ha de ser evitada? ¿Qué dice Dios? “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a Dios,’ y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien no ha visto.” (1 Juan 4:20) Por lo tanto, es obligatorio que “primero [hagas] las paces con tu hermano,” como amonestó Jesús, puesto que una actitud desamorosa para con nuestro hermano revela que no somos amigos de Jehová.—Mat. 5:23, 24; 1 Ped. 1:22.
14. (a) ¿Hemos de copiar la actitud del mundo para con otros? ¿Por qué? (b) ¿Qué nos ayudará a pasar por alto o perdonar las imperfecciones ajenas?
14 Otra característica de la gente del mundo es no ser misericordiosa ni estar dispuesta a perdonar en sus acciones para con sus amigos. ¿No es verdad que les restan importancia a otros, o los critican, se quejan de ellos y hablan con desprecio de ellos? La Biblia habla de esas personas así: “Un hombre que para nada sirve está desenterrando lo que es malo, y sobre sus labios hay, por decirlo así, un fuego abrasador.” (Pro. 16:27) Sin embargo, acción de esa índole debe ser ajena a los amigos de Jehová. Somos diferentes porque pasamos por alto las debilidades y transgresiones menores de otros. Estamos dispuestos a perdonar. ¿Por qué? ¿Acaso no pone el ejemplo Jehová? David nos recuerda de Él lo siguiente en Salmo 103:9: “No por todo tiempo seguirá criticando, ni hasta tiempo indefinido se quedará resentido.” Y el Sal. 103 versículo 14 dice: “Pues él mismo conoce bien la formación de nosotros, acordándose de que somos polvo.” ¡Qué excelente ejemplo para copiarlo! Por eso, cuando nuestro hermano muestra deficiencia, ¿qué hacemos? Hacemos exactamente lo que Jehová haría. ¡Perdonamos! Nos ayudaría a hacer eso el hacernos unas preguntas. ¿Se debió a su imperfección? ¿Fue debido a que no pensó? ¿Puede considerarse en poco el motivo de queja? ¿Por qué no suponer que es inocente en vez de culpable? De veras sería mejor ‘tener amor intenso los unos para los otros,’ porque “el amor cubre una multitud de pecados.” (1 Ped. 4:8; Efe. 4:32; Col. 3:13; 1 Ped. 3:8, 9) Al proceder así estamos mostrando que somos amigos de Dios más bien que amigos del mundo.
MANTENIENDO AMISTAD CON DIOS
15. ¿Qué está usando el Diablo para desbaratar nuestra amistad con Dios, y cómo evitamos el enredarnos en sus caminos?
15 Este mundo hostil, poco amistoso, ejerce hoy día tremenda presión en los amigos de Dios. Es vital que éstos hagan mucho esfuerzo y trabajen duro para mantenerse en amistad con Él. El Diablo está tratando con desesperación de desbaratar esa amistad. Hace esto por medio de hacer sumamente atractivo y tentador al mundo. Note lo que dice 1 Juan 2:16: “Todo lo que hay en el mundo,” y luego Juan señala las tres cosas sobresalientes que se originan del mundo y que usa Satanás... “el deseo de la carne y el deseo de los ojos y la exhibición ostentosa del medio de vida de uno.” ¡Con cuánta exactitud pinta al mundo que tenemos que resistir si no queremos enredarnos en sus caminos y perder nuestra identidad de amigos de Dios!
16. ¿De qué manera se opuso Jesús a Satanás, y cómo podemos hacer lo mismo nosotros?
16 El cristiano tiene que dar pasos positivos en su oposición al “gobernante de este mundo,” Satanás, y sus asociados. (Efe. 6:10-18; Sant. 4:7) ¿De qué manera? ¿Qué hizo Jesús cuando fue tentado en tres diferentes ocasiones en el desierto? Contestó: “Está escrito.” (Mat. 4:1-11) Este hombre perfecto permitió que las palabras de Dios dirigieran su manera de proceder en la vida, y puesto que Jesús puso el ejemplo, nosotros debemos copiarlo. El salmista dijo: “Tu palabra es una lámpara para mi pie.” (Sal. 119:105) Por consiguiente, al dejar que la Palabra de Dios gobierne cada acción nuestra en nuestra oposición a Satanás, podemos fortalecer la relación que tenemos con nuestro amigo, Jehová.
17. ¿Qué necesitamos para vencer en las pruebas futuras, y qué pérdida sufriríamos si capitulásemos?
17 Entre ahora y el fin de este sistema, no será posible pelear una guerra y ganarla contra el Diablo con nuestras propias fuerzas. Necesitamos la ayuda de Dios. Tenemos que pedirle a Él sabiduría y guía para enfrentarnos a las pruebas y tentaciones que tenemos que arrostrar. (Sant. 1:5) Ninguno de nosotros está inmune a las tácticas del Diablo. Él está trabajando horas extras para hacer que capitulemos a los deseos incorrectos y las presiones de su mundo. Sin embargo, el que capitulásemos significaría perder la preciosa amistad que tenemos con Dios, y eso resultaría en nuestra muerte eterna. (Sant. 1:14, 15) ¿Vale la pena pagar ese precio por tal derrotero?
18. ¿Qué más ha hecho Dios para ayudar a sus amigos, y cómo deberíamos responder a éstos?
18 También, como estímulo y ayuda a Sus amigos en presentar resistencia a la satisfacción de los deseos egoístas, Jehová ha dado pasos adicionales al nombrar ancianos. Sería prudente responder al consejo de ellos. Pablo aconseja: “Sean obedientes a los que llevan la delantera entre ustedes y sean sumisos, porque ellos están velando por las almas de ustedes como los que rendirán cuenta.” (Heb. 13:17; Gál. 6:1) De vez en cuando quizás no nos agrade lo que nos digan. Es posible que sea contrario a lo que quisiéramos escuchar. Pero, para ser amigos de Dios, debemos prestarles atención y aplicar humildemente su consejo. El salmista dice: “El camino del tonto es recto a sus propios ojos, pero el que escucha el consejo es sabio.”—Pro. 12:15.
19. ¿Ha desaparecido toda esperanza para el que comete un mal serio? Explique.
19 ¿Qué hay si uno se hace “tonto” y participa en maldad de índole grave? ¿Ha desaparecido toda esperanza? No, pues Santiago nos recuerda: “Si hubiere cometido pecados, se le perdonará. Por lo tanto confiesen abiertamente sus pecados los unos a los otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados.” (Sant. 5:13-16) Por lo tanto, consiga la ayuda de los ancianos y deje que le ayuden a recobrarse del derrotero pecaminoso. (Pro. 28:13) ¡Qué consuelo es saber que uno podría perder momentáneamente la amistad con Dios, y no obstante ser restaurado como un amigo de confianza por arrepentirse y emprender un proceder que esté en armonía con Sus caminos!—Isa. 55:7.
20. (a) ¿Serán duraderas las ventajas que se obtengan del mundo? (b) ¿Quién nos puso un buen ejemplo, y por qué emprendió tal proceder?
20 La amistad con el mundo puede resultar en ciertas ventajas, pero eso es sólo un gozo temporal del pecado. Es efímero. Es una vida sin futuro. A lo más solo podría durar por el poco tiempo que le queda a este viejo mundo. ¿No sería mejor seguir el ejemplo excelente de Moisés? La Biblia dice de él: “Por fe Moisés, ya crecido, rehusó ser llamado hijo de la hija de Faraón, escogiendo ser maltratado con el pueblo de Dios más bien que disfrutar temporalmente del pecado, porque estimó el vituperio del Cristo como riqueza más grande que los tesoros de Egipto; porque miraba atentamente hacia el pago del galardón.” (Heb. 11:24-26) Moisés rehusó la oferta de ser amigo de ese mundo, con sus riquezas y atracciones, porque deseaba un galardón de Jehová. ¿Cuál era ese galardón? Él sabía que si seguía siendo amigo de Dios sería recordado por Dios y tendría una resurrección a la vida en un nuevo orden justo.
21. (a) ¿Qué tenemos que hacer para conseguir el galardón que les espera a los amigos de Dios? (b) ¿Cuál es el galardón que recibimos?
21 Que nuestra fe y nuestra esperanza sean tan fuertes como las de Moisés. Mantengámonos, en todo aspecto de la vida, “sin mancha” del mundo y sus amigos. Que nuestro modo de pensar y nuestras acciones se concentren en nuestro amigo allegado, Jehová. Sea nuestro deseo de corazón el continuar apegándonos afectuosamente a él como amigo íntimo. Sea que estemos entre los “ungidos del Señor” o la “grande muchedumbre,” eso querrá decir muchas bendiciones AHORA, pero, lo más remunerador de todo es que recibiremos el premio de la vida eterna en un nuevo orden justo que estará habitado únicamente por los amigos de Jehová.—1 Tim. 4:8.
[Ilustración de la página 435]
Tal como una flor se marchita al sol así el que se esfuerza por ser rico “se desvanecerá en sus maneras de proceder en la vida”